Esta historia se trata de una chica que fue vendida antes de nacer. Por un contrato de conveniencia que sus padres hicieron, para ese tiempo la familia pasaba por problemas financieros estando en peligro la vida de la mama de la esposa, y su hermana. Ellos tomaron por la escapatoria de pedir ayuda al dueño de la empresa el cual les propone un negocio, el cubriría los gasto de las enfermedades de los familiares si ellos aceptaban que la bebe cuando fuera mayor de edad, sería entregada a él en ese momento ellos tomaron el camino fácil fue aceptar la propuesta de su jefe, el cual era un señor bastante poderoso y estricto por su cultura, el era asiático nacido en china allá suelen elegir una candidata para que sea esposa de su nieto, ya que debe ser pura llena de vida y más cuando el estatus social depende de eso. El nieto es el que decidirá su esposa tomando en cuanta las candidatas que tenga su abuelo para el, en esto se basa la gran diplomática que manejan los multimillonarios en china .
Leer másElla creció como una "chica de porcelana". Nunca tuvo amigos, nunca salió de la casa sin sus padres. Su vida, aunque recluida y limitada, era perfecta a sus ojos. Para ella, estar rodeada por su familia era suficiente, pues siempre pensó que el amor de los suyos era lo único que necesitaba. Su casa era su refugio, un lugar seguro, un castillo rodeado de muros invisibles que la protegían del mundo exterior. En ese mundo, ella era una princesa, con todo lo que su corazón anhelaba. Sus padres, cuidadosos y atentos, nunca le permitieron salir sola. Se aseguraron de que su hija viviera protegida, sin conocer el peligro ni las complicaciones del mundo fuera de su burbuja.
Sin embargo, a medida que crecían sus años, algo dentro de ella comenzaba a cuestionarse. Se encontraba, muchas veces, observando la vida de otras personas a través de las ventanas de su casa. Veía a jóvenes de su edad socializando, explorando el mundo con amigos, sintiendo la libertad en sus actos. ¿Por qué ella no tenía eso? ¿Era acaso el encierro una medida para protegerla o para controlarla? Aunque sus padres nunca le hablaron de ello, se preguntaba si la vida de otros era mejor. Mientras tanto, ella solo tenía un cuarto lleno de libros, álbumes viejos de música y recuerdos de una infancia encerrada.
Todo cambió una mañana de principios de enero. Sus padres, en un intento de ofrecerle algo diferente, decidieron hacer un viaje repentino. Lo que parecía ser una excursión sin mayor riesgo, terminó convirtiéndose en una tragedia. Un accidente automovilístico arrebató la vida de sus padres, dejándola completamente sola en el mundo. El dolor de la pérdida fue tan grande que ni siquiera pudo procesarlo de inmediato. El vacío que quedó en su corazón era insondable.
Debido a las circunstancias, fue llevada a vivir con su tía, una mujer con la que apenas tenía relación. Su tía, a pesar de ser familia, nunca mostró cariño ni afecto por ella. La animosidad entre ambas era palpable. Su tía la veía con desprecio, y la niña se convirtió en el blanco perfecto de su ira y frustración. Vivir con ella resultó ser una experiencia amarga, llena de humillaciones y malos tratos. Cada día parecía una prueba de resistencia, pero la joven no tenía más opción que soportar. El único consuelo que encontraba era el hecho de que su tía no sabía todo lo que ella había sufrido en su vida, un sufrimiento que ahora se veía reflejado en el cruel trato que recibía.
Pero los secretos de su familia, esos que se habían mantenido ocultos durante años, estaban a punto de ser revelados. Los padres de la joven, a pesar de su amor aparente, tomaron una decisión que cambiaría su vida para siempre: la habían vendido antes de nacer. Un poderoso empresario asiático, dueño de una fortuna incalculable, había adquirido a la niña como parte de una antigua tradición de su familia. Era una costumbre en la que las mujeres extranjeras eran consideradas símbolos de elegancia, honor y respeto. Esta práctica, aún vigente en algunos círculos, había sido impuesta por generaciones dentro de la familia Huang.
En China, no era bien visto que un hombre asiático tuviera una relación con una extranjera, especialmente si no existía atracción entre ambos. Sin embargo, la familia Huang, con su vasto poder económico, siempre hizo caso omiso a las normas sociales. El dinero y la influencia de su apellido bastaban para superar cualquier obstáculo. La joven, sin saberlo, había sido elegida para ser una de las muchas candidatas para convertirse en esposa de Matthew Huang, el nieto de la familia, el futuro líder de una poderosa mafia.
Matthew Huang, un hombre arrogante, violento y mujeriego, era el único heredero varón de la familia. A sus 18 años, se le daría la responsabilidad de escoger entre las candidatas que le eran ofrecidas. La joven, ahora con 18 años, debería ser una de ellas, una de las elegidas para convertirse en esposa de un hombre que jamás había pedido su opinión ni consentimiento. Un destino marcado por el dinero, el poder y la tradición.
Pero, ¿qué pasaría si ella decidiera escapar de esa vida, de esa obligación impuesta?
Al intentar huir, la joven se enfrentaría a terribles consecuencias. No solo tendría que enfrentarse a la ira de la familia Huang, sino también a la amenaza constante de aquellos que habían hecho de su vida un intercambio entre negocios y poder. No tenía forma de saber qué le depararía el futuro si tomaba ese camino. Pero, al menos, sería libre… aunque la libertad viniera con un precio demasiado alto.
Narrado por MeryTraté de zafarme con fuerza, empujándolo con desesperación. Estaba harta. Harta de su violencia, de sus amenazas, de su forma de controlarme. Lo miré con rabia, los ojos empapados en lágrimas.—¡Suéltame, maldito animal! —grité con el alma herida mientras lo empujaba con todas mis fuerzas. Logré alejarlo unos pasos. Mis manos fueron directo a mis muñecas, adoloridas por su agarre. Acaricié la piel roja mientras suspiraba y alzaba la voz—. ¡ERES UN ENFERMO! ¿Qué crees que soy? ¿Un objeto? ¿Un maldito trofeo que puedes exhibir?Las lágrimas no paraban. Me ardían los ojos y el corazón. Sentía que me desvanecía por dentro.MathewMordí mi labio mientras la observaba.—Eres mi esposa. —Alcé mi mano derecha, señalando el anillo—. Ya estamos casados, y si te miro como una cosa… es mi maldito problema.Solté una risa seca, cruel.—Mírate… solo me interesa tu belleza. Fuera de eso, no tienes modales, eres vulgar, mal hablada. Una analfabeta sin educación. —Avancé hacia ella pa
Narrado por MeryAl escuchar su voz, sentí cómo mis nervios se encendían como una tormenta eléctrica recorriendo mi cuerpo. Me giré lentamente y lo vi: Mathew, de pie, con esa mirada que siempre anunciaba problemas.Traté de controlar mi respiración, de ocultar el miedo en mis ojos, pero era inútil. El corazón me latía tan fuerte que pensé que todos podrían escucharlo.—¿Tú… qué haces aquí, Mathew? —pregunté con la voz entrecortada.En mi mente, solo pensaba una cosa: si este maldito se enteró de todo, estamos perdidos… Julian… mamá… Nana… todos podrían pagar por esto.JuliánVi cómo el esposo de Mery se acercaba con ese aire de superioridad y locura. No iba a dejar que la lastimara.—Oye, amigo… solo estábamos hablando —dije, firme.MathewReí con desprecio, con esa risa que hace que la sangre se te hiele.—¿Amigo? —escupí la palabra como si fuera veneno—. Yo no tengo amigos… y mucho menos de tu clase.Me acerqué a Mery con fuerza, sujetándola bruscamente del brazo. Me incliné hacia
Narrado por MerySentía una mirada fija sobre mí. Una sensación extraña, como si alguien estuviera observándome con ternura… o con nostalgia. Me giré lentamente… y ahí estaba.Esa mirada.Esos ojos que tantas veces soñé con volver a ver… Julian.Por un segundo, el mundo se detuvo.Mi corazón se aceleró como si intentara escapar de mi pecho. En mi mente solo podía repetir: ¿Es en serio? ¿Es real? ¿Está aquí?JuliánLa vi. Con ese vestido blanco, brillando como una diosa herida. Mi pecho dolía, pero sonreí con tristeza. Quería correr hacia ella, abrazarla… pero ya era tarde. Ahora era la esposa de otro. Mi oportunidad se había ido.—Disculpa… si te molesté en algo —dije con la voz contenida, a punto de romperme.Me levanté rápido, tratando de sonar natural.—Nunca vas a molestarme, Julián… no seas tonto —le respondí con una sonrisa temblorosa. Suspiré—. ¿Cómo estás?JuliánLa miré con dulzura.—Bien… por lo menos, de poder verte otra vez, mi luz —bajé la mirada—. Creo que mejor me voy.
Narrado por MerySentí sus dedos presionando con fuerza mi cuello. Una rabia tan intensa me recorrió el cuerpo que, sin pensarlo, lo empujé con todas mis fuerzas, alejándolo de mí.—¡MIRA, MALDITO ENFERMO! —grité con la voz temblando de dolor—. ¡SI LLEGAS A TOCARLE UN SOLO CABELLO A MI NANA O A MI MADRE, TE JURO QUE TE MATO!Corrí como si el corazón me fuera a explotar. Me lancé hacia la camioneta donde estaban ellas. Al llegar, mis manos temblorosas intentaron quitar las bolsas de sus cabezas.—¿¡Mamá, eres tú!? —susurré, llorando, con la voz hecha trizas.Pero antes de poder tocarlas, dos hombres de Mathew me sujetaron con fuerza y me arrastraron hacia atrás.—Señorita, no puede acercarse a la camioneta —dijo uno con tono frío—. Por favor… no nos obligue a matarlas.Mis puños se cerraron con rabia. Las lágrimas me corrían sin freno por las mejillas. Mis piernas temblaban, pero me obligué a mantenerme de pie. Volteé despacio, quedando cara a cara con Mathew. Sus ojos, llenos de locur
Narrado por MeryEsa noche fue lo peor para mí... una pesadilla que no parecía tener fin.Al día siguiente, Nana me ayudó a vestirme. El vestido de novia que llevaba puesto no era elección mía… había sido escogido por el mismísimo Mathew. Era blanco, con encajes delicados y un velo largo que cubría hasta la cintura. Perfecto para una boda soñada... pero para mí era una maldición envuelta en tul.Después de varias horas, Nana terminó de arreglarme. Se apartó lentamente, y suspiró con tristeza al mirarme en el espejo.—Sé que esto es lo que toda mujer desea, Mery… —susurró con voz temblorosa—, pero para ti, esto es una condena.Yo también lo sabía. Lo sentía en lo más profundo de mi alma. Al mirar mi reflejo, no vi a una novia feliz. Vi a una prisionera, adornada para su propio sacrificio. Justo en ese instante, vi sobre la cómoda una fotografía… era la que Julián me había tomado aquella noche en el mirador. Estaba sonriendo en esa imagen, libre, viva, con esperanza… algo que ya no sent
Narra Mathew—¡MIERDA, ERA LA MALDITA LOCA! — Detengo el auto al ver a una chica muy parecida a Mery. Decido bajar el vidrio y sonar la bocina. Al verla voltear, lo confirmo: es Mery. La miro fijamente y susurro: —Su belleza sobresale en cualquier lugar... De verdad que mi mujer es muy hermosa... —Suspiro hondo al notar que lleva un maldito vestido que deja ver sus piernas, y ese rostro... cualquiera podría verlo. Solo pensarlo me enferma. Golpeo con mis dedos el volante, furioso, mirándola de nuevo. —¿A quién le pediste permiso para salir?Mery Lo miro mientras me recojo el cabello. —¿Qué quieres?—¡Sube al auto ahora mismo! —grito, golpeando el volante con fuerza. Paso mi mirada por todo su cuerpo y muerdo mi labio con rabia—. No me hagas enojar más de lo que ya estoy. Solo de pensar que alguien te mire... me enloquece.Mery —Buen chiste —me río, burlona—. Yo no me subo a carros de extraños, y mucho menos de idiotas como tú. —Me doy la vuelta y empiezo a caminar.Me bajo del
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