Narrado por Mery
Sentía una mirada fija sobre mí. Una sensación extraña, como si alguien estuviera observándome con ternura… o con nostalgia. Me giré lentamente… y ahí estaba.
Esa mirada.
Esos ojos que tantas veces soñé con volver a ver… Julian.
Por un segundo, el mundo se detuvo.
Mi corazón se aceleró como si intentara escapar de mi pecho. En mi mente solo podía repetir: ¿Es en serio? ¿Es real? ¿Está aquí?
Julián
La vi. Con ese vestido blanco, brillando como una diosa herida. Mi pecho dolía, pero sonreí con tristeza. Quería correr hacia ella, abrazarla… pero ya era tarde. Ahora era la esposa de otro. Mi oportunidad se había ido.
—Disculpa… si te molesté en algo —dije con la voz contenida, a punto de romperme.
Me levanté rápido, tratando de sonar natural.
—Nunca vas a molestarme, Julián… no seas tonto —le respondí con una sonrisa temblorosa. Suspiré—. ¿Cómo estás?
Julián
La miré con dulzura.
—Bien… por lo menos, de poder verte otra vez, mi luz —bajé la mirada—. Creo que mejor me voy.