Jenn huye de las peores mafias que existen por miedo a ser asesinada. Pero ellos no están dispuestos a dejarla ir.
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—¿Sabes? —me envolvía las manos con tela— pase por mucho viviendo aqui en Corea, tuve que hacer cosas que jamas pense que haria —lo mire—, si no hablas, dejare que el —señale a Seok Jun— te despedace.
Me acerque al sujeto y tome su cabello.
—¿Donde esta Jeon Areum?
—No lo se... Ella está de viaje desde hace meses.
Una bofetada fue dada a su rostro y lo patee haciendo que cayera al suelo.
—¡Habla bastardo!
—Calma —Seok Jun me tomó de los hombros—, no puedes romperle las piernas, no hasta que hable, recuerda que debes hacerlo lentamente.
—No puedo hacerlo Seok Jun —sentí mis ojos llenarse de lagrimas—, ella es la única que sabe dónde están mis hijos.
—Lo se, calma ¿si? Estas algo alterada, dejame manejarlo, le sacare la verdad en unos minutos.
Le asentí, salí del cuarto para subir hacia la casa, me recargue en la isla de la cocina. Sentia que podia explotar, tres años, tres malditos años buscando a mis hijos y no he podido dar con su paradero.
Aun guardaba las esperanzas, solo quiero saber en donde estan para poder regresar con mis padres.
—Pensé que estabas abajo —Jiwon apareció comiéndose una manzana.
—Déjame en paz Jiwon.
—Uy pero que genio —se posó a mi lado—, tengo noticias de ellos —lo mire—, no te va a gustar.
—Dimelo.
—El japonés se ha vuelto mas rico de lo que ya es, pero no ha hecho algún movimiento fuera de lugar, Kang, viene a Corea en una semana, al parecer se va a comprometer con alguien.
—Lo sabia —solté una risa seca—, los dos hicieron sus vidas como si nada.. Mientras que yo me podría en ese lugar.
—Ya no lo necesitas Jenn —sonrio—, eres parte de nuestra organización, la única mujer en ella de hecho —inclinó su cabeza hacia mi— y la única que me interesa.
—Para con eso Jiwon —puse mi mano en su cara, el rio—, te dije que no me interesa estar con ningún hombre.
—Por que sigues amando a ese par —bufo—, han pasado tres años Jenn. Tres años en los que no les importaste en lo más mínimo —me miro—, Dak Ho se casará, Tanaka vive la vida de millonario ¿y tu? Llorando por ellos.
Sus palabras dolían, claro que dolían y lo que dice tiene mucha razón. Ellos se rindieron y jamas me buscaron, he pasado los últimos tres años de mi vida buscando a mis hijos y no hay una sola pista de ellos.
Mis hijos.
June y David, mis pequeños.
—Odio admitir que tienes razón —murmuré.
—Lo se —rio un poco—. El compromiso de Dak Ho sera anunciado en una semana ¿te gustaria ir?
—¿Que?
—Es momento de que todos sepan que Jenn Foster sigue viva y que ahora cuenta con los medios para destruir a los Kang —sonrio ampliamente—, claro, si ese sigue siendo tu objetivo.
—Claro que lo sigue siendo —dije firme—, toda la familia Kang tiene que desaparecer.
Ellos, todos ellos tienen que pagar por todo lo que me hicieron. Su padre, su abuelo. Toda esa familia debe desaparecer de la faz de la tierra, pero antes, tengo que encontrar a mis hijos.
Seok Jun apareció lleno de sangre.
—¿Y?
—Murió, el bastardo no soltó la lengua... Lo siento Jenn.
—Mierda —suelte con frustración— ¿hasta cuando seguire en esto?
—Papá.
—No pude hacer nada Jiwon, mírame, estoy lleno de sangre —resoplo—, escucha Jenn —lo mire—, te prometí una cosa en aquel lago en donde te encontré casi muerta, que iba a encontrar a tus hijos y yo mis promesas las cumplo.
Ellos son las únicas personas que pueden ayudarme a encontrar a mis hijos. Nadie más. Mis hijos son lo único bueno que ellos dejaron en mi.
Cuando encuentre a Areum y me diga en donde esta el anciano y mis hijos, la asesinare. Ella me hizo vivir un infierno dentro de ese lugar y juro por Dios que le hare pagar cada lágrima que he derramado durante estos tres años.
Jenn: Hoy era el día en que me reuniría con la persona que me daría la entrevista. Aun no sabia realmente que es lo que me diría pero supuse que es algo sobre la mafia. Así que prepare mis preguntas y una huida rápida por si algo sale mal. He pasado toda la mañana nerviosa. Me estoy metiendo en un lío horrible. Pero todo sea por el ascenso. Se que no debería hacer esto pero no tengo opción. No tengo de otra y renunciar no esta en mi planes ahora. Este es el único lugar donde me aceptaron, encontrar otro trabajo sería imposible. —Jenn —Brandon se asomo por la puerta— ¿puedo pasar?—Claro.—Gracias, te vengo a pedir un super favor —se acercó al escritorio.¿Por que todo el mundo me pide favores ahora?—Pues depende si puedo o no ayudarte.—Si puedes, se que eres buena con la fotografía y mañana tengo que hacerle una pequeña entrevista a un empresario y mi novio esta enfermo, no conozco a nadie que me pueda ayudar.. Por fis. —juntó sus manos.—No lo sé Brandon, ¿a que hora seria eso
Jenn: Corria hacia mi diminuta oficina, como todos los benditos dias esperando no ser descubierta por mi jefe, llegaba tarde. Odiaba ser impuntual, lo detestaba y era un mal hábito que jamás he podido cambiar. —Foster —cerré los ojos con fuerza al escuchar a mi jefe llamarme de forma dura.—Jefe —me acerque a el con cautela—, se que llegue tarde pero el tráfico estaba un poco difícil ya sabe.. —levantó la mano haciéndome callar.—Siempre es la misma excusa del tráfico, vives a unas cuantas calles de aquí, tienes que dejar de ser tan impuntual. Y usted debe dejar de comer tanto. Queria reirme por mi comentario hacia mi gordo jefe. Eso esta mal. Pero el no ayuda por que tiene una enorme mancha de mostaza en su camisa.—Estoy trabajando en ello jefecito.—Mejor prepara la redacción del reportaje de hoy. —Pero jefe, hoy tengo que hacer un par de entrevistas ya sabe, es sobre la señora que tiene un perro que pesa quince kilos.. —volvió a levantar la mano.Como deseo cortarle la mano.
Jenn: —¿Sabes? —me envolvía las manos con tela— pase por mucho viviendo aqui en Corea, tuve que hacer cosas que jamas pense que haria —lo mire—, si no hablas, dejare que el —señale a Seok Jun— te despedace. Me acerque al sujeto y tome su cabello. —¿Donde esta Jeon Areum? —No lo se... Ella está de viaje desde hace meses. Una bofetada fue dada a su rostro y lo patee haciendo que cayera al suelo. —¡Habla bastardo! —Calma —Seok Jun me tomó de los hombros—, no puedes romperle las piernas, no hasta que hable, recuerda que debes hacerlo lentamente. —No puedo hacerlo Seok Jun —sentí mis ojos llenarse de lagrimas—, ella es la única que sabe dónde están mis hijos. —Lo se, calma ¿si? Estas algo alterada, dejame manejarlo, le sacare la verdad en unos minutos. Le asentí, salí del cuarto para subir hacia la casa, me recargue en la isla de la cocina. Sentia que podia explotar, tres años, tres malditos años buscando a mis hijos y no he podido dar con su paradero. Aun guardaba las esperanza
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