Jenn:
Hoy era el día en que me reuniría con la persona que me daría la entrevista. Aun no sabia realmente que es lo que me diría pero supuse que es algo sobre la mafia. Así que prepare mis preguntas y una huida rápida por si algo sale mal.
He pasado toda la mañana nerviosa. Me estoy metiendo en un lío horrible.
Pero todo sea por el ascenso.
Se que no debería hacer esto pero no tengo opción. No tengo de otra y renunciar no esta en mi planes ahora. Este es el único lugar donde me aceptaron, encontrar otro trabajo sería imposible.
—Jenn —Brandon se asomo por la puerta— ¿puedo pasar?
—Claro.
—Gracias, te vengo a pedir un super favor —se acercó al escritorio.
¿Por que todo el mundo me pide favores ahora?
—Pues depende si puedo o no ayudarte.
—Si puedes, se que eres buena con la fotografía y mañana tengo que hacerle una pequeña entrevista a un empresario y mi novio esta enfermo, no conozco a nadie que me pueda ayudar.. Por fis. —juntó sus manos.
—No lo sé Brandon, ¿a que hora seria eso?
—A las nueve de la mañana, voy a pagarte.
—Esta bien, te ayudare con las fotos.
—Gracias linda, eres un sol.
Solo le sonreí de la manera más fingida posible. No me cae mal, pero solo viene a verme cuando necesita un favor, de hecho es el primer favor que le concedo además de que va a pagarme y eso sería algo extra por que Bob necesita una cama nueva, tener que dormir con el es tedioso.
Seguí con mi trabajo de redacción, estaba terminando de redactar sobre un asesinato en Manhattan, un hombre había asesinado de manera cruel a su esposa embarazada. Esta es una parte de mi trabajo la cual no me gusta. Los reporteros traen el escrito de forma explicita y yo como redactora tengo leer cada una de las palabras escritas, meditar, relajarme y redactar a modo de que no se lea tan crudo para las personas.
Hacer este tipo de cosas es desagradable, pero es mi trabajo.
No se puede hacer nada más.
Me puse de pie para salir un momento de mi asfixiante oficina. Fui hasta el área de comida a servirme una taza de café y fingir que no escucho las quejas y chismes de mis compañeros de trabajo.
—El jefe Moore viene en una semana a supervisar todo.
—Espero que esta vez nos de un aumento a todos.
—Lo dudo, nuestro jefe es exigente con el trabajo, pero no nos paga lo suficiente.
—Claro, cumpliendo cada capricho de su hija... Todos aquí saben que ella se acuesta con el fotógrafo de campo de homicidios, ese hombre solo le saca dinero vive como un rey.
—Chicas —me recargue de la mesa— cuiden sus lenguas si no quieren ser despedidas, recuerden que las paredes tienen oídos —les susurré.
Regrese a mi oficina con el café en mi mano. Claro que pienso igual que ellas, pero quiero cuidar mi trabajo y el de ellas, por que pasan por lo mismo que yo, a diferencia que ambas tienen hijos. Aunque yo también pero son casos diferentes.
Había tensión en mi cuerpo y sabía que lo se venia no seria nada bueno.
(...)
Más tarde...
Salí de mi trabajo y me dirigí directamente hacia el barrio Chino con los nervios de punta y el corazón en la garganta. Si algo salía mal, deje una carta en mi departamento diciéndole a mis padres que los amaba y por supuesto culpaba de mi desdicha a Hanna por haberme enviado directamente hacia mi muerte.
Esperaba que no fuese así, pero de todas formas estaba preparada para lo que sea que se viniese en unos minutos.
El taxi que pague se estaciono unas cuadras antes del lugar de encuentro. Recogí mi cabello y me puse mis lentes de lectura a ver si así el hombre no viera demasiado mi rostro. De igual manera es de noche y así es mejor supongo.
Mire de nuevo el papel entre mis manos y divise el callejón que por cierto parecía una cueva de lo oscura que estaba. A lo lejos vi a un hombre de estatura baja que al verme, alzó la mano, eso quiere decir que es el.
Tome mi taser por si había que usarlo.
El hombre frente a mi parecía de al menos treinta años o quizá más, no es Coreano ni Japonés. Es Chino, lo se por sus rasgos faciales.
—¿Señorita Moore? —tiene el acento bastante marcado y hablaba de forma temblorosa.
—No pero yo le haré la entrevista, no se preocupe por nada..
—La señorita Moore era la que tenía que venir, no usted.
—Ella me envió, me dijo que hablara con usted.. No tema.
El hombre se veía realmente asustado. Como no traje mi libreta saqué mi grabadora para que el pudiese hablar a gusto. De igual manera memorice las preguntas.
Pero antes de que el hablara se escucharon varios autos venir a toda velocidad.
—Rápido, escóndase.
Me empujo hacia un lugar más oscuro, del miedo que tenía termine haciéndole caso y me oculte detrás de un montón de madera y cartones. Seis autos en total se pasaron a cada lado del hombre, este solo se puso de rodillas y alzó las manos.
Yo saque mi cámara, pague el flash y empecé a grabar, gracias a las luces de los autos se puede ver todo con claridad.
Muchos hombres salieron de los autos y absolutamente todos, estaban armados. Hubo uno que llamó mi atención, mi cámara no pudo grabarle el rostro, usaba un traje impecable, llevaba guantes negros y un arma en la mano. Desde aquí pude sentir su aura pesada además de su imponente altura ya que es más alto que los hombres detrás de el.
Tiene que ser el jefe.
—Calma ahí vaquero —habló alguien— llegamos primero.
El hombre imponente solo chasqueó la lengua y cargó el arma.
—¿Yeogiseo mwohaneungeoya? (¿Qué hacen ustedes aquí?) —preguntó el hombre.
—Oh no, no se hablar Coreano, así que baja el arma.. Encontré al traidor primero.
—¿Gamhi uli sangsa-ege geuleon maltulo malhadani? ¿juggo sip-eo? (¿Como se atreve a hablarle en ese tono a nuestro jefe? ¿Quieres morir?) —uno de sus hombres replicó, pero su jefe levantó la mano haciéndolo callar.
—El traidor de todas maneras tiene que morir —dijo en un tono tranquilo.
Vaya que se escuchaba distinto hablando ingles, en Coreano es mas gruesa la voz.
Yo por mi parte no lograba distinguir al otro sujeto. No se lograba ver en la camara.
—Bien, vas a hablar ¿cierto Lee? —el hombre asintió completamente asustado— empieza a cantar.
—¿A quien le diste información sobre nuestros almacenes y negocios? Por que nos acabamos de dar cuenta de que trabajabas para mi y para el idiota aquí presente.
—¡Oi! Motto sonkei shiro yo yarō (¡Oye! Mas respeto bastardo)
—Yo solo... Yo solo quería dinero... —su voz salió temblorosa—, la policía me hizo trabajar para los dos...—fue callado por un golpe.
Luego más hombres empezaron a patearlo hasta que el señor quedó casi que inconsciente. El hombre solo reía como desquiciado, se puso de pie sosteniéndose el costado mientras que el rostro le sangraba.
—Pueden matarme, pero el mundo sabrá lo que hacen malditos bastardos..
El hombre fue silenciado de la manera más brutal que he visto. Una Katana fue atravesada en su torso, el hombre que se veía de espaldas, la sacó de su cuerpo y le corto la cabeza. Mi respiración se volvió errática al ver tal escena. Estaba asustada por que no sabia como salir de este lugar.
Maldecí mentalmente cuando mi telefono empezo a sonar haciendo que todo mirasen hacia mi dirección, guarde la cámara y salí como pude para empezar a correr.
Corri lo mas rapido que pude por el barrio Chino buscando una salida, los pasos detras de mi eran mas y mas cercanos.
¿En que m****a me había metido?
Esto me pasa por hacerle caso a Hanna, no debí venir, debí negarme pero era más mi necesidad de salir de ese hueco que era mi oficina, quería obtener reconocimiento en algo, no es justo que ella haya quedado en su lujoso departamento mientras que yo huía de las dos mafias más peligrosas de Estados Unidos y parte del mundo.
Claro, si salgo viva de aquí, ella se robaría la primicia. se quedaría con el crédito y yo quedaría desplazada como siempre lo ha hecho.
Si voy a morir, pues que no sea en vano, ella no va a obtener la fama a raíz de mi vida, no señor.
Ya después que vere que le dire, pero por lo pronto, tengo que esconderme de la gran cantidad de hombres que me persiguen, claro, fui testigo de un asesinato además de que tengo todo grabado en un video.
Demonios Jenn, no sales de una para meterte en otra.
Me escondi detras de un bote de basura al ver que no tenía escapatoria.
—¡Geunyeoleul chaj-aboseyo! geunyeoneun neomu manh-eun geos-eul boassda. (¡Busquenla! Ella vio demasiado.) —escuche a un hombre hablar en lo que creo que es Coreano.
Me tape la boca para que no pudieran escucharme.
—Orokana kangokujin, karera wa tadashī koto o suru hōhō o shirimasen. (Estúpidos coreanos, no saben hacer nada bien) —ese idioma es distinto, tiene que ser Japonés.
Joder ¿Ahora como carajos salgo de aquí sin morir?
El aire salió de mis pulmones al escucharlos alejarse. Espere unos minutos hasta que salí de donde estaba, para no levantar sospechas entre a un puesto de comida china, le sonreí con nerviosismo a la mujer frente a mi mientras que escuchaba hombres correr de un lado a otro en las calles.
—¿Qué deseas? —preguntó amablemente.
—Talla.. Tallarines fritos con cerdo y arroz para llevar.
Ella asintió y empezó a preparar la comida mientras que yo parecía gelatina temblando en todo momento. Espero que no me hayan visto el rostro, por que si no estare realmente jodida. La señora me dio la comida y le pague, con una enorme calma fingida salí del puesto de comida y tome el primer taxi hacia mi departamento.
Al llegar al edificio, pague el taxi e ingrese. Subi los tres pisos hasta llegar a mi departamento, abri y cerre la puerta. Luego me deslice por la misma mientras lloraba de miedo.
Mis manos temblaban y la escena de se hombre siendo asesinado jamás saldrá de mi cabeza.
Debí negarme, no debí arriesgarme de ese modo...
Hubiese terminado como ese hombre o quizá peor.
(...)
Al dia siguiente...
Es obvio que no pude dormir. No pegue el ojo en toda la noche por que a penas cerraba los ojos la imagen de ese hombre llegaba a mi cabeza una y otra vez.
Aun con el miedo crudo, salí de mi departamento y llegue a mi trabajo. Escondí la grabación en mi departamento y quemé la carta que hice. La persona que me llamó anoche resultó ser mi papá. Tuve que hablar con el para que me calmara aunque sea un poco.
Y justo ahora lo necesitaba.
Hanna estaba molesta por que no pude hacerle la entrevista al hombre.
—Fue asesinado —detuvo su andar—, no pudo decirme nada por que fue asesinado.
—No puede ser —murmuró— ¿tú viste todo?
—No, a penas pude salir de ahí sin que me mataran —le respondí con hostilidad.
—Puedes irte.
Estúpida niña mimada. Ella no es la que está cargando con todo esto. La detesto con toda mi alma.
Regrese a mi oficina lamentándome al ver a Brandon esperarme, no recordaba que iba a ayudarlo con la sesion de fotos para la entrevista. El está en el área de economía y se encarga de hacerle entrevistas a empresarios y comerciantes. Su área es una de las más consumidas del periódico y en linea.
Sin decirle nada, tomé mi cámara junto con mi bolso y así salimos del periódico. Por suerte tiene auto, asi nos trasladaremos mejor.
En el camino me contaba como iba con su novio Italiano Giancarlo, que es un excelente fotógrafo que ha trabajado para algunos famosos y políticos. Se escuchaba enamorado, de hecho luce enamorado.
Su larga charla me hizo distraer solo un poco aunque justo ahora un dolor de cabeza estaba llegando a mi.
Llegamos a una especie de edificio, las letras estaban en Coreano y debajo de el decía:
"Imperio Kang"
Había escuchado sobre esta pequeña pero exitosa empresa. Son expertos en tecnología y avances médicos todo traído desde Seúl, Corea del Sur.
Los Kang son personas poderosas, uno de ellos está en el consulado de Estados unidos, otro de ellos es Embajador. Son personas con mucho poder e influencia.
Tanto Brandon como yo, entramos al lugar, al hacerlo me sorprendí con lo futurista que este lugar, se notaba que venían de otro pais. La señorita nos dio los pases y nos indico donde subir. El ascensor llegó hasta el piso catorce que es el último donde nos recibió otra señorita. Nos guio hasta el final del pasillo donde estaba una enorme puerta.
Al entrar lo primero que vi fue una enorme espalda, el hombre estaba hablando por teléfono.
—Geu salam-eul chaj-anaeseyo. geu salam-eun neomu manh-eun geos-eul algo issgo, gamsi kamelaleul hwag-inhago, geu salam songalag-eul jaleuge haji maseyo. (Deben encontrar a esa persona, sabe demasiado, revisen las cámaras de seguridad, no me hagan cortarle los dedos.) —colgó.
—Jefe, los del Periódico están aquí —anunció la chica un poco nerviosa.
El hombre volteó hacia nosotros. Juro por mi vida que jamas habia visto a un hombre tan alto y musculoso como el, por que si, es demasiado musculoso. Puedo percibir la pesadez de su aura, lo duro de sus facciones y la seriedad.
Se nota que es muy intimidante.
—Trae café Karlie —la chica asintió.
—Un placer conocerlo señor Kang, soy Brandon Aster, del area de economia.
—Un placer —estrecharon sus manos, luego me miró— ¿la señorita es?
—Jenn Foster —estrechó mi mano, vaya que tiene fuerza.
—Ella es mi fotógrafa el dia de hoy. —el hombre asintió— ¿podemos comenzar con la entrevista y las fotos?
—Las fotos serán de ultimo si no le molesta.
—Para nada señor Kang, podemos comenzar.
El señor Kang le indico donde deberían sentarse, yo me posé detrás de Bruno y así empezó a hacerle las preguntas. No soy para nada conocedora sobre el tema de economía o finanzas, pero me sorprendió la cantidad de dinero que hace este hombre en una semana.
Su empresa esta entre las mejores cincuenta del pais y eso que no son americanos.
Ultimamente la cultura asiatica se ha vuelto mas popular de lo normal. Y es cierto lo que dicen algunas chicas, los hombres Coreanos son muy atractivos.
El señor Kang respondía las preguntas de Brandon con mucha calma y seguridad, se nota que lo hace muy seguido. Aunque me ponía un poco nerviosa su mirada, era muy intimidante.
Las preguntas habían terminado, fueron cortas pero precisas, Brandon salió al pasillo a atender una llamada.
—¿Le importa si empezamos señor Kang?
—Claro señorita Foster. ¿Donde me paro? Usted es la experta.
—Puede posar tranquilamente, yo buscaré el ángulo perfecto aunque creo que usted no lo necesita.
—¿Que quiere decir? ¿No soy atractivo?
—No, no quise decir eso... Es decir, usted es atractivo, a lo que me refiero es que no necesita un angulo especifico, ya que es atracti...vo.
No entiendo por que me puse nerviosa de repente. No es la primera vez que hablo con un hombre. Bueno, no uno que de miedo.
—Gracias por el cumplido —sus facciones se relajaron.
Comencé a tomarle las fotos, me ha dejado impresionada lo bien que lo hace, le sale muy natural. Tengo que admitirlo, este hombre es muy pero muy atractivo.
Brandon entró a la oficina justo cuando le termine de tomar las fotos al señor Kang, le mostré algunas de las fotos y el parecía satisfecho con ellas. Escogió las que quería para el periódico que fueron solo dos de seis que le tome.
Brandon se despidió de el al igual que yo. Y asi salimos del lugar, aun podia sentir la tension en mi cuerpo, voy a tener que ir a la farmacia y comprar una pastilla para dormir. Pero antes debía darme un baño de agua caliente para disminuir la tensión en mi cuerpo.
—¿Te llevo a tu casa?
—No, iré por algo de comer. De igual manera gracias.
—Por cierto —me dio un billete de cien dólares— esto es por el mega favor, quedo encantado con las fotos.
—¿No es mucho?
—Para nada linda, eso lo que hiciste es un trabajo, las fotos quedaron hermosas, me las envias al correo.
—Claro, gracias Brandon.
—A ti.
Se subió a su auto y se fue. Yo por lo pronto me encamine hacia una cafetería, necesitaba un café y comer algo ya que lo que hice anoche fue solo vomitar y llorar de la angustia. Mañana recibiré el regaño del siglo por no regresar, pero en serio necesito un descanso.
Camine hacia la cafetería más cercana, pero antes de entrar fui detenida por alguien.
—¿Es tuyo? —me mostró el billete.
Un hombre de rasgo japonés estaba frente a mi. Usaba una camisa negra y sus brazos estaban cubiertos de tatuajes, tambien tenia el cabello largo.
Se que es japonés, se nota.
—Espera —revise mis bolsillos y el billete no estaba— no puede ser..
—Es tuyo, vi que se te cayó, ten —tomo mi mano y lo puso.
—Gracias..
—Ryosuke para servirte —sonrió. Tiene una sonrisa bonita.
—Jenn.
—Bien Jenn, mi labor está hecha, sayonara —Y sin más se fue.
Lo vi encender un cigarrillo y seguir su camino, aunque volteo a verme para darme una sonrisa ladeada y hacer un ademán.
Yo ingrese a la cafetería para comer y tomar un café bien cargado. Con lo que me dio Brandon le comprare la cama a Bob para que me deje dormir. Se que no funcionara pero quiero hacer el intento. Necesito mi espacio en la cama.
Saque mi cámara y mire las fotos del señor Kang, sigo pensando que es un hombre muy atractivo. Aunque intimidante.
Ese sentimiento de que algo malo esta por venir, no salia de mi cabeza. Espero que se vaya pronto. Estoy realmente asustada, temo por mi vida, la de mi gato y la de mis padres. A mal momento acepte ir a ese lugar por un ascenso que no llegara por que no entreviste a nadie. Pero no pensaba darle lo que grabe a Hanna, tengo que destruir esa grabación cuanto antes.
No puedo arriesgarme a correr peligro.