Jiwon:
Días después:
Trasladar la empresa a Estados Unidos no fue algo sencillo, pero al final pude hacerlo con ayuda de Dak Ho.
Aun me costaba llevarme bien con él, yo sigo resentido con todo lo que pasó entre ellos y Jenn, si fuese por mi, tuviera a Jenn conmigo sin ellos en el medio, pero mi chica los ama a ellos tanto como a mi y son los padres de sus hijos, aunque el par de pequeños me quieren como un padre mas, no puedo sacarlos de la vida de Jenn como quise desde un inicio.
Como dije, ella los ama y no puedo hacer nada más.
Aunque el Japonés me cae bien. Es un poco tonto pero muy ágil. En cambio Dak Ho, es todo lo contrario, es un pesado creído y cree que Jenn lo prefiere a él por encima de nosotros dos. Aún no puedo creer que seamos hermanos.
La idea de que seamos hermanos no me molesta mucho, pero recuerdo a veces que él es un Kang y lleva consigo el apellido que tanto daño le ha hecho a mi familia. Sé que él no debe pagar por las acciones del viejo, pero aún así, me resulta molesto tener que verle el rostro, porque se parece al maldito anciano.
Y hablando de el, Summer lleva días sin poder decir nada, no se con que la haya amenazado el viejo, pero se que hay algo aqui que le impide a ella hablar. Jenn ha sido demasiado dura con ella, la entiendo, lo que le hizo a Dak Ho fue una bajeza, pero ella debe controlarse, debe entender que así a la fuerza, ella no va a hablar. Tiene que ofrecerle un trato para que nos pueda decir en donde se esconde el anciano.
Él está siendo buscado por toda Corea, me encargue de que su cara esté por todos lados para que no pueda salir del país. Por obvias razones Dak Ho no puede dar la cara y afortunadamente se pudo probar que ellos no estaban relacionados con los crímenes que ha cometido el anciano. Se que nosotros no somos santos ni las mejores personas, pero el anciano ha hecho de la vida de todos un infierno, se que se merece la cárcel, pero ese sería un escape sencillo para él.
Debe morir.
—Dejenme solo con ella.
—¿Seguro señor? La señora..
—Yo me encargo de la señora. —todos se retiraron, yo tomé la silla para sentarme frente a ella, deje la comida y la bebida en la mesa, ella rápidamente la tomó para comenzar a comer—, calma, vas a atorarte.
—Llevo días sin comer bien —murmuro mientras lloraba.
—Desde hace mucho pudiste haber salido de aquí, pero tu no querias hacerlo, no querias decirle a mi mujer en donde está el anciano —me acomode el saco—, porque asi digas que no sabes, se que mientes.
Ella desvió la mirada, ahí me dio a entender que si, si sabe en dónde está el anciano.
—Summer, si lo sabes, ¿no es así?
—No —nego.
—Ya para de negarlo.. —suspiré— Voy a ofrecerte un trato, esto quedará entre tu y yo.
—¿U-Un trato?
—Así es, tu dame la ubicación exacta del anciano y yo, te daré tu libertad, podrás irte de Corea y con algo de dinero. ¿Qué dices?
Ella pareció pensarlo. Desde hace días he querido hacer esto, pero Jenn se negaba a que cualquiera de nosotros hablara con ella, Jenn es muy persuasiva, pero debía hablarle con calma, entiendo que la odia, pero debía negociar con ella de manera calmada para que pudiera hablar, nada sirvio encerrarla y cortarle el cabello.
—Antes que me respondas, ¿desde cuando trabajas con el anciano?
—E-El me contrató para que fuese la novia de Dak Ho por un tiempo —murmuró—, me dijo que debía enamorarlo y embarazarme de él, pero no podía, yo no puedo tener hijos y pues, le mentí al señor Kang... Cuando hice lo que hice con Dak Ho, él me sacó de la casa —dejó de mirarme—, me llevó a Japón y me ocultó hasta que me encontraron.
—Entonces hiciste lo que hiciste por dinero —ella asintió.
—El señor Kang me ofreció mucho dinero y una posición si lograba darle un heredero, ya que el hijo de Jenn no pertenece a su linaje.
Claro, por eso se los quitó a ambos y los llevó a un orfanato lejos de Seúl. Ese maldito viejo no es más que un hijo de puta.
—Olvidemos el tema del anciano ahora... Necesito que me digas en donde esta —me crucé de brazos—, tú lo sabes Summer.
—Él me hizo jurar que no lo diría.. —susurro.
—Tu dimelo a mi, necesito saber en dónde está.
Ella comenzó a hablar, me dijo la dirección exacta en donde estaba escondido el anciano. Pero debía tener cuidado ya que en donde está, la casa está rodeada de seguridad y muchos hombres.
Fue sencillo hacerla hablar.
—¿Estás siendo honesta, Summer?
—Lo que te digo es cierto, yo quiero irme de aquí —me dijo, estaba sollozando—, no era mi intención que..
—Te dejaré libre, si lo que me dijiste, resulta ser cierto —me puse de pie—, si me mientes, vendré a asesinarte yo mismo.
—Pero..
—Es mi palabra Summer, yo siempre cumplo lo que digo.
Salir del sótano y le indique a los chicos que la volvieran a encerrar. No pensaba ni loco liberarla, Summer es problema de Jenn, mi meta es el anciano, debo ir por él y entregarle su cabeza a mi mujer.
Esto se tiene que terminar ahora. Jenn necesita paz. Para ella no fue sencillo estar separada de sus hijos por cinco años. No basta con eso si no que, le abrieron el vientre y la lanzaron al río como si fuese un animal. Si yo aquella noche no hubiese estado ahí, Jenn hubiese muerto sin saber en donde estaban sus pequeños.
Todo es culpa del maldito anciano.
Llegué a la casa, por suerte Jenn no estaba ya que había ido de compras con los pequeños y mi papá, también junto a un buen séquito de seguridad. Adentro, estaba el par de idiotas.
—Hey, par de tontos —ambos me miraron—, tengo la dirección.
—¿Qué? —ambos se pusieron de pie— ¿Hablas en serio?
—Si, Summer hablo, aunque no se si sea del todo cierto.. Así que, nos iremos —los mire a ambos—, llevemos a los hombres y armas, su casa es una fortaleza.
—Perfecto —respondió Dak Ho.
—Nos iremos en cinco minutos.
(...)
Horas después:
La casa del anciano estaba en la colina de Gwangju, fueron unas cuantas horas de camino, pero al fin habíamos llegado. Nos trajimos a casi todos los hombres de nosotros, dejamos algunos en casa para cuando Jenn regresara y la mantuviera tranquila mientras hacíamos esto.
—Bajemos.
Cada uno de los hombres, bajaron de las camionetas para así, rodear la casa. Divisamos a algunos hombres vigilar la misma, dieron la orden de dispararles, por suerte las armas tenían silenciador, así no lográbamos llamar la atención.
Di la orden de que no asesinaran al anciano, debía mantenerlo con vida por ahora.
El portón de la casa fue abierto de golpe, los tres entramos mientras los demás rodeaban por completo la casa, los disparos no se hicieron esperar así que no quedó de otra que entrar a la casa.
—¿Conoces esta casa? —le pregunté a Dak Ho.
—No —respondió, él traía su arma en mano—, pasé la mayor parte de mi vida fuera de Corea. No me sorprendería que tuviera más propiedades.
Cuando los disparos cesaron, revisamos la casa.
—Maldita sea —escuche a Ryosuke—, ese anciano no está aquí —lo mire—, es una trampa.
Justo cuando estábamos por salir, un séquito de hombres entraron a la casa, nos tuvimos que ocultar para que no nos dispararan.
El caos estalló en la sala principal de la casa, los gritos, los disparos. Todo.
El sonido de cristales rompiéndose y balas pasando por al frente de nosotros, era demasiado. La lámpara de araña, que alguna vez estaba en el techo fue casi derrumbada debido a las balas, colgaba torcida después de recibir un par de disparos, la misma se balanceaba de un lado a otro, en cualquier segundo se caería y podría lastimarnos.
Sabía que no podía confiar en Summer, maldita sea. Aun así me arriesgué demasiado al venir hasta acá.
De un lado, estaba Ryosuke detrás de uno de los sofás, cubiertos parcialmente por una mesa volcada. Dak Ho, gritaba órdenes mientras disparaba su pistola hacia la dirección en la que estaban los demás.
—¡Debemos salir de aquí ahora! —grito mientras cargaba su arma, yo seguía disparando hacia ellos tratando de sacarlos de la casa, eran demasiados.
Cuando los disparos cesaron, escuchamos como ellos corrían hacia nosotros, no había de otra, teníamos que hacer esto a puño limpio. Dak Ho y Ryosuke soltaron sus armas, los tres nos miramos y corrimos hacia ellos para comenzar a pelear con ellos.
El primer golpe lo recibí yo, no soy tan bueno peleando ya que lo mío son las armas. Aun así, no me detuve, lo golpeé con mucha fuerza un par de veces hasta dejarlo inconsciente, mire a Dak Ho, su brazo rodeaba el cuello de aquel sujeto que trataba de soltarse de él, en un solo movimiento vi que le rompió el cuello.
Por otro lado, Ryosuke estaba cortando algunas gargantas, él estaba lleno de sangre por todos lados.
Maldita sea, son muy buenos.
Uno de ellos, intentó dispararle a Dak Ho por detrás, así que Ryosuke lanzó el cuchillo que tenía en la mano logrando clavarlo en la cabeza del sujeto dejándolo muerto sobre el suelo. Luego, llegaron todos nuestros hombres, algunos estaban heridos y otros no tanto.
—¡Necesitamos irnos, ya! —dijo Ryosuke completamente molesto— Es obvio que esto fue una maldita trampa —me miró— Es tu culpa.
Me acerqué a él hasta estar cerca de su rostro.
—¿Crees que es mi culpa? No sabia que esto era una maldita trampa, piensa un poco japonés de m****a —masculló, no iba a permitir que me culpara de nada ahora.
—Basta ustedes dos —Dak Ho se metió en el medio y nos separó—, nadie sabía que esto era una trampa —miro a Ryosuke—, Tanaka, controlate.
—¡¿Cómo esperas que me controle?! ¡Mira como estamos!
—Ya te dije que no es mi culpa —bufé—, tal parece que tanta tinta te fundio el cerebro.
—Kono kuso yarō, korosu zo (Maldito bastardo, voy a matarte) —se iba a acercar pero Dak Ho lo detuvo.
—Te dije que te controles —Dak Ho soltó con sorna—, el viejo estaba aquí, pero supongo que se fue, ahi esta su ron favorito —señalo hacia donde estaba un bar pequeño, había una botella a medio beber junto con un vaso que tenía hielo—, mejor vamonos de aqui antes que llegue la policía.
Me estresaba lo impulsivo que es Tanaka, es bueno en lo que hace eso si, pero el ser impulsivo hace que no piense bien las cosas y actúe como un idiota.
No tuvimos más remedio que regresar a las camionetas e irnos hacia la casa, yo tenía un muy mal presentimiento de esto. Tengo que hablar son Summer, así tenga que arrancarle la lengua, me lo va a decir.
(...)
Después de unas cuantas horas de viaje de regreso a casa, la mayoría de mis hombres se fueron al hospital a ser atendidos, allí tengo un médico que no va a denunciarme por nada. Así que todos estarán bien.
Al llegar a la casa, la camioneta se detuvo, yo bajé y corrí hacia la casa.
No..
—¡Jenn! ¡papá! —grite.
Entre a la casa, había cuerpos por todos lados, no me importaba nada ahora, solo quería saber si mi papá, Jenn y los niños estaban bien. Escuché el llanto de los niños, vi a Jenn estar con ellos mientras que los cubría.
—Jenn, linda —me arrodille ante ella— ¿Estás bien?
—¡Jenn! —Escuche a los demás.
—Mi papá ¿dónde está?
—Lo siento..
—Mi papá, ¿dónde está?
—¡Jiwon! —Ryosuke gritó, yo corrí hacia su voz. Al llegar al otro lado de la casa, estaba mi papá sobre el suelo sosteniéndose la herida en su estómago.
No.
No puede ser, esto no puede ser.
—Tranquilo papá, estarás bien —le dije, seguí presionando su herida—. Vas a estar bien.