Jenn:
Estaba explicándole a los chicos de redacción el trabajo de hoy, lo que debería ir en las primeras planas del periódico del lunes, hoy era viernes asi que habia que dejar el trabajo adelantado.
Ser la jefa de todos ellos, es algo difícil ya que no sabía al inicio como llevarlos a todos, pero con un poco de esfuerzo pude hacerlo, además de que todos ellos me han aceptado como la jefa, trato de escuchar sus ideas, sus opiniones entre otras cosas, muchos al inicio no estaban conformes con la decisión de Dak Ho, pero luego la aceptaron, ya que en serio el sueldo es mejor que el anterior.
Pero mi puesto se lo tengo que agradecer es a Mia, sin ella no estaría aquí parada. Estoy conforme de que al fin mi talento y esfuerzo sean reconocidos.
—La primera plana esta lista, el encabezado igual y por ultimo las columnas —mire la pizarra—, eso seria todo por esta semana, buen trabajo chicos.
Todos se pusieron de pie y empezaron a salir de la sala de juntas, debo admitir que el nuevo aspecto de las oficinas y el periódico me gustan, se nota que Dak Ho tiene buen gusto.
—Señorita Foster —uno de los chicos de redacción venía con una caja en sus manos—, dejaron esto para usted.
—Dejalo ahi y gracias —el asintio y salio.
Abrí la caja, dentro de ella había un vestido de seda negro junto a un par de tacones del mismo color con listones de seda, jadeé al ver que eran zapatos de Jimmy Choo, esos zapatos son costosos. Tome la nota que había dentro de la caja.
"Existen muchas cosas que me gustan, una de ella es la seda, se que el vestido quedara perfecto en ti, es un regalo de mi parte para ti. KD"
Dak Ho no tenía que hacer esto, en mi closet habían vestidos que no usaba hace mucho. Pero esta bien este gesto hacia mi, aunque pienso que es demasiado.
No soy una chica de gustos ostentosos, solo me daba un gusto de vez en cuando y no era precisamente en ropa, si no cosas para mi trabajo o comida, es la primera vez que tengo un par de zapatos tan costosos.
—No lo puedo creer, ¿Son zapatos Jimmy Choo? —asentí ante la pregunta que me hizo Mia— ¿Dak Ho? —asentí de nuevo—. Tiene buenos gustos.
—Lo se, pienso que es demasiado.
—¿Bromeas? Amiga son zapatos de la colección de este año, aún no han salido ¿como habra hecho eso?
—¿En serio?
No se mucho sobre modas o temporadas. Ahi soy turista.
—Claro, estos son exclusivos —ella no dejaba de mirarlos—. Joder Jenn mira esto.
Me dio uno de los tacones, en el tacón estaba grabado mi nombre, Dios, ya esto sobrepasa los límites.
—Tienes a ese hombre a tus pies —me dio con el codo—. Que suerte tienes.
—No lo sé Mia, Dak Ho es un hombre que está fuera de mis alcances... ¿No lo has visto?
—¿Quien no lo miraría? Es enorme, musculoso, elegante y se nota que es dominante, tiene esos aires...
—Olvidaste algo, inalcanzable y millonario.
—¿Que tiene que sea millonario?
—Que no pensé que el estaría interesado en una mujer como yo, no soy fea pero.. No se si este bien estar con un hombre como el.
No quise pensar en ello, pero es imposible, el es un hombre de mundo. Es reconocido, de buena familia y si estoy con el, pensaran que es por dinero y la verdad no quiero que nadie piense que es así, porque ese hombre me encanta.
Cuando me beso en mi oficina y me tocó fue algo del otro mundo. También cuando me armo esa escena de celos por Ryosuke, la forma tan posesiva en que me llamaba suya, en como me asfixiaba debido a su aura oscura, joder, algo está mal conmigo.
—Tu eres linda Jenn, cualquier hombre estaría interesado en ti, eres una muñecota —me guiño un ojo, yo rri—, así que no te sientas menos y disfruta de ese momento con Dak Ho, quiza te de el mejor sexo de tu vida.
—No tendré sexo con el.
—Si y yo estuve en la segunda guerra mundial, solo disfrutalo amiga, eres una adulta.
No sabia bien como saldría la cena de mañana con Dak Ho, pero en algo tiene razón mi amiga es que soy una adulta y puedo disfrutar del sexo como algo normal ¿no?
No se si tendria una relacion con el, ya que ambos somos muy distintos, pero joder como me prende ese hombre.
(...)
Al dia siguiente..
Me miraba al espejo por enésima vez, el vestido que me compro Dak Ho me quedaba ajustado, no era incomodo pero si se ajustaba a mi casi voluptuoso cuerpo, no soy de usar vestidos ya que siempre que los usaba el acoso en las calles y el trabajo era demasiado, por eso los deje de usar y dentro de mi closet hay algunos guardados.
Tengo que admitirlo, el tiene buenos gustos por que la tela se ve que es de buena calidad.
Estaba ansiosa por cenar con el, por que se que esto llevaría a algo más que una simple cena.
—Bob, deseale suerte a tu mamá.
Mi gato solo estaba acostado en su colchón nuevo, me encanta que le encante, a ver si asi deja de dormir conmigo.
Volviendo a mi aspecto, no sabía si recogerme el cabello, pero mis rizos son parte de mi personalidad así que los dejare sueltos, no traía brasier pero si bragas, busque los tacones y me los coloque, Dios, me veo hermosa.
Hace mucho que no me esmeraba tanto en verme bien, pero esta noche quiero dejar a Dak Ho impresionado.
Mire por la ventana de mi sala un auto llegar, sabía que era el, asi que me coloque perfume y tome mi bolso con mis cosas, revise que a Bob no le faltara nada de comida o agua, su caja de arena estaba limpia asi que podia irme mas tranquila, mi hijo no me da problemas cuando está solito.
Al bajar, Dak Ho me estaba esperando recargado en su auto, traía puesto una camisa negra del mismo color que sus pantalones y un abrigo colgaba de su brazo, su cabello perfectamente peinado lo hacia lucir un poco más juvenil, es la primera vez que veía sus brazos, Dios, deben apretar muy fuerte.
—Debo decir que le di justo al clavo con el vestido —me miró desde abajo hacia arriba haciendo que mi piel se erizara—, te queda muy bien, además de que estas realmente hermosa.
Se poso frente a mi, demasiado cerca, su mano se fue a mi cintura y me dio un beso en la mejilla dejándome aturdida y queriendo que me devorara la boca aquí en la calle.
—Gracias por el vestido, aunque los zapatos, pienso que es un poco exagerado.
—No lo es cuando se trata de ti, creeme que llamar a Choo personalmente para esos zapatos valio la pena —me sonrio—, si estas lista, nos iremos.
—Estoy lista.
Se apartó de mi para tomar mi mano y guiarme a su auto, abrió la puerta y me indico a ingresar, luego el lo hizo, colocó su abrigo en mis piernas y asi arranco el auto, yo estaba muriendome de los nervios y estaba ansiosa por subirme encima de el y que me follara aqui en el auto.
Dios, la falta de sexo que tengo esta dándome problemas.
—Tengo tres opciones para ir a cenar, tu decides cual deseas —me dijo, el miraba hacia la carretera—. Española, Italiana o Mediterránea.
Las tres opciones están bien para mi, pero debo decir que la mediterránea es una opción tentadora.
—La mediterránea está bien.
—Será esa entonces —giró hacia una calle, condujo un poco mas hasta llegar a un área que se nota que es de ricos.
El auto se estaciono frente a un restaurante demasiado elegante, el se bajo y abrió la puerta del copiloto para así ayudarme a bajar, le dio las llaves al chico.
Me tomo de la cintura y subimos las escaleras para ingresar al restaurante.
Dentro del lugar se escuchaba el jazz a bajo volumen, todo el restaurante era elegancia por donde lo miraras, todo era impresionante, pero lo que mas me dejo helada es el enorme candelabro en el centro del mismo, justo debajo de este, estaba la banda que tocaba en vivo.
—Señor Kang, sea bienvenido —el hombre me miro—. Señorita, síganme por favor.
Ambos seguimos al hombre de mediana edad hacia el fondo del restaurante, cuando creí que lo había visto todo, llegamos a un área apartada, era como una cabina con vidrios polarizados, dentro de ella había una mesa con dos sillas.
—En un momento le traerán el menú.
Dak Ho le dio las gracias y ambos nos sentamos, me sentía demasiado fuera de lugar, pero a la vez bien, es algo loco.
—Luces impresionada.
—Creeme que lo estoy, no pensé que los restaurantes tenían estas cabinas —dije mientras miraba el espacio, pequeño pero cómodo.
—Es para las personas que desean un poco más de privacidad, aquí suelen venir muchas personas importantes, por eso los vidrios son polarizados.
—Vaya...
Un chico llegó con las cartas, Dak Ho pidió un vino con un nombre extraño, luego pidió la comida y así se fue dejándonos solos de nuevo.
Yo me quedé como idiota mirando a Dak Ho, el miraba su teléfono de forma seria, eso lo hacia ver aun mas atractivo, guardo su telefono y alzo la mirada hacia mi y me sonrió de forma coqueta, Dios que bello es.
—Estoy complacido de que hayas venido conmigo —recargo los codos en la mesa y entrelazo sus dedos—, creeme que la pasaremos bien.
—De eso no tengo dudas..
—Esa vez que almorzamos juntos, hablamos un poco del otro, pero siento que no es todo... Quiero saber mas de ti, conocer a Jenn la chica, no la periodista.
—Pues no hay nada interesante en Jenn la chica —me rei—. Ya sabes donde vivo, donde trabajo, de donde vengo... Lo que si no sabes es que tengo un gato, se llama Bob y esta conmigo desde hace un tiempo.
—Eso no lo sabía —se rió—, yo también tengo un gato, se llama Coco, se adoptó a si mismo, de la nada apareció en mi casa y desde entonces me lo quede.
—Si te soy honesta, creí que tendrías un Gran danes, ya sabes por tu tamaño.
—Me sorprende que digas eso —río de nuevo—, pero no me llevo con los perros, soy alérgico a ellos lamentablemente.
La comida había llegado junto con el vino, el chico nos había dejado solos en la cabina.
El y yo empezamos una conversación muy agradable, me enteré de que es graduado de la universidad de Seúl, sabe algunos deportes, le gusta tocar el piano, sabe tres idiomas y le gusta pintar. Por supuesto es amante del ejercicio, eso se nota.
Me gusta que los hombres se cuiden a si mismos con respecto a su aspecto, siempre lo he dicho que un hombre bien cuidado, siempre sera atractivo para mi. A pesar de que Dak Ho es un hombre que se nota que se esmera en su físico y rostro, es un hombre bastante varonil, con facciones duras y rasgos delicados a la vez.
—¿Viajas a Corea constantemente?
—No —se limpio la boca con la servilleta—, allá está toda mi familia y aquí me siento más libre, ellos suelen ser controladores, voy cuando la ocasión lo amerita o cuando alguien cumple años pero siempre estoy aquí.
—Entiendo, yo no veo a mis padres desde que llegué aquí, ya he pasado dos navidades sola —solté un suspiro—, pero supongo que todo esfuerzo tiene su recompensa ¿no? —el asintió—. Mis papás trabajaron duro para que yo pudiera cumplir mis sueños y te juro que pense que no los cumpliria.
—¿Lo dices por el periódico?
—Si, me esforcé para entrar a ese periódico, cuando supieron mi talento para la redacción, se aprovecharon de eso para darle mi trabajo a otra persona.. Yo era la que estaba detrás de esos reportajes, desde los más sencillos hasta los peores.
—Tu amiga Mia hizo bien en hablar conmigo sobre ello —alzó las cejas y frunció el ceño—, no soy amante de las injusticias, mucho menos de las personas que abusan de otras, por eso te deje como la jefa de todos ellos, leí cada artículo que fue acreditado a Hanna Moore, dejame decirte que tienes talento nena, lo has hecho bien.
Le sonreí en agradecimiento, desde que llegué aquí, es la segunda persona que alaba lo que hago, la primera persona fue Mia y siempre estaré agradecida con ella por haber expuesto a esas personas y hacer justicia.
Hablamos un poco más hasta que tocó irnos, el pago la cuenta, agradecimos por ello y salimos del restaurante, sabia que era lo que venia despues, yo estaba ansiosa de saber que era lo que el tenia preparado para mi en su casa, por que se que iriamos hasta alla.
Al estar dentro del auto me tomó por sorpresa y me dio un fogoso beso alterando mis nervios.
—Tú decides ahora nena —murmuró cerca de mis labios—, si deseas que te deje en tu casa o vamos a la mía.
—Llevame a tu casa —le respondí sin pensarlo.
Me dio una sonrisa y arranco el auto hacia su casa ¿me había arrepentido? Si, pero quería continuar con esto, necesito poner en orden todos mis sentimientos que hacen un remolino en mi cabeza.
Si estaba impresionada por el restaurante, quede aun mas, al ver su enorme casa. Las rejas se abrieron y un hombre lo recibió. La estructura de su casa era preciosa, parecía un museo por fuera, cada segundo que pasa, me doy cuenta de los gustos tan ostentosos de Dak Ho.
Ambos bajamos del auto, el tomo mi mano e ingresamos a la casa, al entrar las luces se encendieron, de inmediato me quite los zapatos, así su cultura lo pide.
—No era necesario que hicieras eso, pero lo aprecio —me sonrió— ¿quieres tomar algo?
—Vino si tienes.
—Claro que tengo, ven.
En ningún momento soltó mi mano, me llevó por un pasillo hasta la cocina, todo en esta casa era tan amplio y pulcro, oscuro y rústico, ahora que lo pienso, la casa queda perfectamente con el.
Soltó mi mano y fue hacia la pared en donde habian al menos unas cien o quizá más, botellas de todo tipo, tomó una botella y dos copas, las dejó sobre la isla de la cocina y empezó a servir el vino.
—Tienes todo tan limpio.
—Mayormente estoy encerrado en mi despacho o durmiendo en mis tiempos libres, vienen una vez a la semana a limpiar la casa... Pero yo mismo me encargo de mi comida.
—¿Cocinas?
—Soy el mejor de la familia en eso —sonrió con orgullo—, pero me gusta la comida hecha por mi mismo, soy un poco exigente con casi todo.
—¿Casi todo?
—Asi es, ven, te enseñaré la casa.
Salimos de la cocina, me mostro la sala, que tenia dos enormes sofás negros una pantalla frente a ellos y debajo una chimenea, todos los vidrios eran polarizados, arriba estaban seis habitaciones, ocupa una ya que las demás es cuando su familia viene de visita. Su despacho, la lavandería y por último el gimnasio.
—No me gusta estar rodeado de tantas personas —dijo mientras caminaba por todo el lugar—, como podras darte cuenta, me gusta entrenar.
—Tu casa tiene todos los juguetes, aunque tienes demasiada seguridad.
—Soy alguien importante en el pais, mi padre se toma en serio mi seguridad y eso esta bien... Ellos hacen bien su trabajo.
Eso lo había notado, habían muchos hombres armados cuando llegamos, pero el tiene razon, el es una persona importante en el pais y fuera de el tambien.
Tomo mi mano de nuevo y así salimos de su gimnasio, me llevó hacia las escaleras. Ambos subimos hacia su habitación, me quito la copa y la dejó sobre una mesa junto a la puerta y de inmediato me puse nerviosa.
Cerré mis ojos sintiendo como Dak Ho rozaba su nariz por mi mejilla hasta mi cuello.
—¿Harías algo por mi nena? —murmuró en mi oído, enviando espasmos a mi cuerpo.
—Si..
—La camisa me estorba ¿podrías quitármela?
Jadee al escucharlo, yo sentí que mis piernas en cualquier momento iban a fallarme, aun asi, recupere la conciencia y le asentí, mis manos, temblorosas se fueron a su cinturón para así soltarlo, yo sentia la respiracion de Dak Ho en mi oido.
Tome la camisa entre mis manos y lentamente la subí hasta sacarla de su torso, mi boca se abrió al ver semejante torso frente a mi, con mis dedos toque cada parte de este hermoso y perfecto torso, me sorprende no ver ningún rastro de tinta en el, no se por que, pero me gusta su piel sin tinta, se ve preciosa.
Mis ojos miraron los suyos, su mirada intensa traspasaba mi cuerpo y joder, que delicia que me mire de ese modo.
La mano en mi nuca me regreso a la realidad y así, empezó a besarme con demanda e ímpetu, jadeé al sentir su otra mano apretar mi trasero con fuerza. La lengua de Dak Ho jugaba con la mía, dejándome aturdida de lo bien que besa este hombre.
Sus manos dejaron de tocarme y me queje, lo sentí reirse.
Se apartó un poco de mi, sus enormes dedos ascendieron desde mi vientre hasta mis pechos, me sonrió de lado, gemi al sentir como rompió el vestido en dos como si fuese papel.
—Te dije que lo rompería —miro mis pechos—, son más hermosos de lo que pensaba.
Di un respingo cuando me tomo en sus brazos para alzarme, mi cabeza se fue hacia atrás cuando uno de mis pechos era devorado por su boca, sentir su lengua haciendo círculo sobre el era algo demasiado loco, estaba perdiendo la cordura.
Luego de eso, me bajo dejándome en el suelo.
—Debo decirte que amo los juegos —su dedo paso por mi labio— ¿juegas conmigo?
—¿Que tipo de juegos?
—Ya lo veras, ve a la cama.
Le hice caso, me subí a la cama y me acosté en ella, recargue mis codos para mirar lo que hacia, estaba de espaldas hacia mi buscando algo en su enorme closet. Yo solo miraba su firme y deliciosa espalda, era impresionante lo pequeña de su cintura.
Al darse la vuelta, en sus manos tenia una corbata y en la otra algo negro, no se distinguía que era. Dejo eso sobre la cama y soltó el botón de su pantalón mientras no dejaba de mirarme.
Se subió en la cama y tomo la corbata, luego me dio un beso corto.
—Te hace sentir bien, lo prometo.
Solo asenti, puso la corbata en mis ojos dejándome a oscuras, no sabía si esto me gustaba o me asustaba. Su enorme mano se fue a mi pecho haciendo que me acostara por completo, jadee al sentir algo frio ser puesto en mis muñecas.
—¿Esas son..?
—Asi es nena, son esposas.
Subió mis manos por encima de mi cabeza dejarlas inmóviles, luego escuche mas ruido para después sentir algo ser puesto en mis tobillos. No pregunte mi protesté, por que esto me estaba intrigando.
—Hare que te corras sin penetrarte —lo escuche decir—, te dare mucho placer nena.
Sentí como se subió a la cama y de cómo se posiciono entre mis piernas, sus manos empezaron a tocar mi cuerpo sin pudor, yo me retorcía debajo de su tacto, sus manos son tan duras y suaves, joder esto me esta gustando.
Gemi cuando empezó a besarme el cuello con suavidad y así bajar hasta mi cuello. El seguía besándome sin control mientras que luchaba por no pedirle que me follara ahora.
Jadeé al sentir como algo vibraba en mi vientre, ya sabía lo que era.
Un maldito vibrador.
Dak Ho deslizaba esa cosa hasta mi monte de venus, luego lo dejo en mi intimidad, solté un grito de placer sin poder evitarlo, esa cosa estaba vibrando en mi intimidad.
—¿Quieres que suba la intensidad? —no podía responderle— vamos nena, respondeme.
—Joder si —pedí en un chillido.
Lo escuché reírse, luego la velocidad de esa cosa empezó a aumentar y vibraba mas sobre mi intimidad, lo peor es que no podía cerrar las piernas. Dak Ho lo metió dentro de mis bragas haciendo que el placer que estaba experimentando, subiera mas y mas.
—Oh Dak Ho, me voy a correr..
No hubo respuesta de su parte, solo sentí como de un tirón rompió mis bragas y Quitó el vibrador para estimularme con sus dedos, no sabia cual de los dos era mejor pero joder como estaba disfrutando esto.
Su lengua pasaba por mis pliegues torturandome, grite cuando succionó mi clítoris y deje salir mi orgasmo, mi cuerpo soltaba espasmos duros y el seguía ahí pegado.
—Fue sensacional —lo escuche chupar sus dedos—, deliciosa... Pero aun no terminamos nena.
Soltó con suma brusquedad mis tobillos y me giro quedando boca abajo, sus manos se posaron en mi cintura para así alzarla un poco y abrió mis piernas, por un momento sentí vergüenza de que me viera así, pero a la m****a, esto es fascinante.
Un azote a mi trasero fue dado con fuerza, luego dos más.
—No sabes la obra de arte que acabo de dejar en ese lindo culo —gruñía.
Lo sentí bajarse y escuchar ruidos en la habitación, luego se subió, escuche algo romperse y se que fue un condón, la curiosidad de ver el tamaño de su miembro era enorme.
—Quítame esto Dak Ho, necesito verte.
La corbata fue quitada de mis ojos, jadee al verlo dotas de mi, no habia visto el enorme espejo en la cama ni en el techo de la habitación. Mi mirada conecto con la de el, sus orejas estaban rojas y sus labios entreabiertos.
Mire hacia arriba para ver el enorme miembro de Dak Ho, lo tomó en su mano y así empezó a acercarse a mi entrada.
—Mierda —dijo en un murmullo.
Mis paredes se estiraron cuando poco a poco estaba entrando en mi, ambos gemimos al mismo tiempo cuando termino de entrar en mi. Poco a poco empezó a moverse para entrar y salir de mi con fuerza.
Un gruñido salió de sus labios al estar por completo en mi, luego empezó a moverse con fuerza haciendo que nuestros sexos emitieran sonidos por mis flujos. Dak Ho soltó las esposas para pegar mi espalda a su pecho y así sentir mejor su miembro en mi.
Su brazo rodeo mi cintura y su mano se fue a mi cuello.
—Mira hacia el espejo nena —ordenó—, mira como te follo.
La imagen mia con Dak Ho detrás de mi follándome, jamás saldrá de mi cabeza desde ahora.
Su enorme mano en mi cuello haciendo que las venas de sus brazos resaltaban aun mas, sus ojos en ningún momento se despegaron de los míos, esa mirada intensa y llena de tantas cosas que me Moría por descubrir.
Su mano dejo mi cuello y apretó uno de mis pechos, mientras que el que estaba en mi cintura bajo hacia mi intimidad, haciendo que me retorciera de placer. Su cuerpo se tensó junto con el mio y asi, ambos estallar de placer con el orgasmo.
Me dejé caer sobre su pecho, Dak Ho lentamente salió de mi con cuidado me acostó en la cama, vi como saco de su bolsillo la llave de las esposas y las soltó de mis muñecas. Se subió encima de mi de nuevo pero esta vez, me sonreía con dulzura.
—Te dije que te daría un buen sexo —beso mis labios—, pero aun no he quedado del todo conforme, necesito mas de ti nena —daba suaves caricias a mi vientre—, te dejare descansar unos minutos y vamos por el segundo Round, pero esta vez sera en la sala.
Esta sera una noche muy pero muy larga.