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Capítulo 1.

Jenn: 

Corria hacia mi diminuta oficina, como todos los benditos dias esperando no ser descubierta por mi jefe, llegaba tarde. Odiaba ser impuntual, lo detestaba y era un mal hábito que jamás he podido cambiar. 

—Foster —cerré los ojos con fuerza al escuchar a mi jefe llamarme de forma dura.

—Jefe —me acerque a el con cautela—, se que llegue tarde pero el tráfico estaba un poco difícil ya sabe.. —levantó la mano haciéndome callar.

—Siempre es la misma excusa del tráfico, vives a unas cuantas calles de aquí, tienes que dejar de ser tan impuntual. 

Y usted debe dejar de comer tanto. 

Queria reirme por mi comentario hacia mi gordo jefe. Eso esta mal. Pero el no ayuda por que tiene una enorme mancha de mostaza en su camisa.

—Estoy trabajando en ello jefecito.

—Mejor prepara la redacción del reportaje de hoy. 

—Pero jefe, hoy tengo que hacer un par de entrevistas ya sabe, es sobre la señora que tiene un perro que pesa quince kilos.. —volvió a levantar la mano.

Como deseo cortarle la mano.

—Haras la redacción, debiste haberlo pensado antes de llegar tarde, quiero la redacción en una hora.

—¿Una hora? Pero jefe eso es imposible..

—No lo es para ti Foster, así que a trabajar —sonrió y luego se fue. Espere que estuviera un poco más lejos para sacar mi dedo del medio.

Idiota.

Vamos Jenn, tienes que respirar, sonreír y seguir con tu trabajo mediocre. Tengo un gato que mantener y un departamento que pagar.

Diosito, necesito un ascenso pronto.

Entre a mi caja de fósforos y me senté en mi mediocre silla. No, no es mediocre, tengo que ser agradecida con lo que tengo. Para eso estudie ¿no?

Pero a diferencia de mi a las demás, yo no tengo influencias, solo me usan para hacer lo que los demás no pueden. Estudie comunicacion social, mencion periodismo por que era lo que me apasionaba, en la escuela era parte del periódico escolar y ahi descubri que eso era lo mío. 

Lastimosamente mis padres no tuvieron el dinero suficiente ya que son dueños de una pequeña granja y el dinero era uno de los mayores problemas. Me gané una beca para estudiar y me gradué con honores. 

Pase un año y medio buscando trabajo hasta que lo encontré en el Daily Notes, uno de los periódicos más famosos de New York, no fue sencillo pero lo logre con mucho esfuerzo. Llevo dos años aquí pero son los dos años más asquerosos de mi vida.

Y no exagero.

Mi habilidad de redacción es buena y eficiente, pensaba que todo sería de color rosa cuando no es así. Ya que mi trabajo es dado a una persona a la cual detesto con todo mi ser. 

Hanna Moore.

Nada más y nada menos que la hija del dueño, no le basta salir en el noticiero de las ocho dando el reporte de deportes, si no que hace pasar mi trabajo por suyo, algo en lo que no he podido refutar ya que tengo un contrato en el que no se me permite si quiera mencionar sobre ello. Por que si lo hago, una demanda pesada se viene en mi contra y no tengo dinero para pagarlo. 

Asi es mi vida.

Solo soportar los caprichos de la niña rica que se cree el centro del universo, no me gusta hablar mal de las mujeres, eso no es lo mio, pero si me molesta las que pisotean a las demás para resaltar. 

No voy a mentir. La mujer es preciosa, claro que si, pero su personalidad la hace ver fea. Es creída, mala, clasista y hace mucho body shaming, siempre que me ve, critica la forma de mi cuerpo ya que el de ella es literalmente el de una Barbie, el mio solo es normal, soy casi una chica curvy y de baja estatura. 

Joder.

Amo mi cuerpo, amo lo que soy, amo comer todo lo que puedo. Pero el que ella venga a decirme cosas sobre el, es realmente molesto. 

Pero debo soportarlo por que este es el trabajo que me da de comer e irme a otro periódico sería un gran problema ya que si no es por influencias, no entras a un lugar prestigioso. 

Lamentable. 

—Mi chica esta aqui —Mía entró a mi oficina— se que vienes sin desayunar asi que aqui tienes un sándwich de queso.

—¿Te he dicho que te amo? —negó— Pues te amo, gracias por alimentar a esta pobre alma en desgracia. 

—Llegaste tarde de nuevo —afirmó y yo asenti—, deberías cancelar la suscripción a ése canal, estas muy adicta a las series. 

—¿Pero qué dices? Claro que no. —dije con la boca llena.

—Jenn, eres mi amiga, te conozco y se que eres adicta a las series, dices un capítulo por noche y terminas viendo todas las temporadas en una noche.

—Bien, prometo no ver tantos capítulos ¿si?

—No te creo, pero a lo que vine... La redacción.

—Ah si la redacción —le di los papeles—, ya la tenía lista así que puedes llevartela.

—Que bien —miró los papeles— tu trabajo es excelente Jenn.

—No es mi trabajo, es el de Hanna —solté con sarcasmo.

—Es tu trabajo y mereces un ascenso por esto —alzo los papeles— jamas he visto redactar a alguien tan bien como tu. 

—Me halagas preciosa, pero sabes que no puedo atribuirme nada, pero se que algun dia mi trabajo sera reconocido. 

—Claro que si... Oye, ¿supiste sobre los asesinatos de la quinta avenida?

—Algo vi en las redes... ¿En serio fueron despedazados?

—De una forma limpia por así decirlo, los Yakuza están creciendo mas y mas... —suspiró— pero los Coreanos no se han dejado.

—Que irónico —me rei— los Japoneses y Coreanos se pelean por territorios en el barrio Chino. 

—Lo se, bueno, no hablemos de eso.. Regresare para que almorcemos yo invito.

—Gracias preciosa —le sonreí y ella salió de mi oficina.

Ultimamente eso es lo único que salen en las primeras planas de los periódicos y las redes, peleas entre los Yakuza y los Kkangpae cada vez son mas frecuentes. Esas son mafias Japonesas y Coreanas que residen en New York desde hace muchos años. Son crueles y sanguinarios. 

De solo imaginarlo me da ansiedad. 

(...)

Creí que almorzaría con Mia pero ¿adivinen que? Me encuentro ahora redactando un artículo para la columna de farándula. 

Que bien. 

Notese mi sarcasmo. 

Llevo dos putas horas sentada en esta silla, tengo el trasero entumecido. Leer chismes de separación de celebridades me molesta, no soy amante de la farándula o esas cosas, pero por mi trabajo estoy enterada de todo.  

Lo que está en tendencia y lo que no. Lo que se escucha y lo que no. Esto lo que hace es hacer a las personas mas superficiales, mi opinión. 

Termine de redactar e imprimí el papel para llevarlo a la sala de edición a que lo revisaran, estas son otras personas a las cuales detesto con toda mi alma. Son las personas más perfeccionistas que existen y se creen los mejores para calificar una redacción, no ven el talento si no quien lo hace más a su conveniencia. 

—¿Qué es esto Jenn? —Betty, de edición preguntó en un tono burlesco.

—La redacción de Farándula. 

—Espera... ¿Artistas mas escuchados en la semana? —miró el papel— eso está mal, estos no pueden ser los artistas más escuchados de la semana. 

—No, no esta mal. Son los que más oyentes mensuales tienen y se mantienen en el top. 

—¿Quien carajos es Bad Bunny? ¿Drake? ¿BTS? ¿Son asiáticos? —dijo en forma despectiva.

—Si, junto con Taylor, Imagine Dragons, Drake y muchos más... Son los artistas de la semana y permanecen en las listas. Es lo que se hace cada viernes, se hace un top de artistas más escuchados en todas las plataformas y redes sociales. Tambien lo que está de moda en cuestion de ropa y comida. 

Betty es la persona mas racista que puedes conocer en el planeta tierra, detesta a las personas que no sean como ella. Blancos, rubios y ojos azules. Según ella nadie de otra etnia, color y descendencia no merece estar a su alrededor. 

La realeza le llaman. 

Esta mujer es detestable, es la persona más odiada del periódico además de Hanna. ¿Por que sigue trabajando aquí? Por lo que mencione en un principio, por contactos. Ya que es la esposa de uno de los empresarios mas ricos del pais y se cree que sabe mucho sobre modas y tendencias ya que según ella es la amiga más personal de Carolina Herrera y Donatella Versace. Y sabe sobre modas y todas esas estupideces. 

Esta en su momento más esquizofrénico.

 —Taylor es la única que se salva, pero en fin publiquen esto junto con los colores de moda de la semana..

Salí del lugar buscando aire, si seguí ahí dentro juro por Diosito que iba a explotar y no quería perder mi trabajo. 

—Ahi estas Foster. 

Lo que me faltaba. Hanna.

—Señorita Moore ¿en qué puedo ayudarla?

—No puedes moverte de tu oficina niña, tuve que caminar para buscarte. 

Cuidado y no se le rompe el tacón caminando seis metros. 

—Estaba entregando una redacción.

—No me importa ¿la mia esta lista?

—Si, la tiene Mia.

—Perfecto —miraba su teléfono— necesito que hagas algo por mi. 

No pienso ir de nuevo a recoger a su perro, esa cosa esta poseída. 

Que no sea eso.

—¿Que sería? —pregunte de la manera mas educada posible.

—Alguien me llamó a mi oficina diciéndome que tiene una primicia, se trata sobre las mafias esas que se están matando entre ellos... La cosa es que quiere darme una exclusiva, pero como veras no puedo ir, asi que iras tu —me toco la nariz—, en mi lugar.

Hubiese preferido ir por el perro poseído.

—Pero.. No puedo hacer eso, es algo arriesgado. —negue.

—No puedes negarte querida Jenn, si haces esto, sería una bomba y tendrias el ascenso que tanto deseas. 

Tiene que estar jodiendome. No puede usar el ascenso que deseo para ir a hacer una entrevista donde mi vida está en riesgo. 

Pero lo necesito.

Necesito ese ascenso. 

—Esta bien, ire.

—Genial, esta es la direccion, sera en dos días ah y no puedes decirle a nadie sobre esto querida. —me dio el papel y se fue. 

Estoy arriesgando mi pellejo, mi carrera en esto. Mire el papel y supe que estaba mucho mas que jodida, es el barrio Chino. Definitivamente, la vida me odia. 

(...)

Llegue a mi departamento después de una larga y tediosa jornada de trabajo. Mi hermoso gato Bob me recibió con toda la indiferencia del mundo, como siempre.

—Gato tonto —me senté en el sofá—, ven aquí Bob —palmeé el sofá y el se subió— tuve un dia pesimo. 

El solo me miró, ladeo su cabeza y empezó a rascarse, está un poco gordo pero asi lo amo. Es mi única compañía dentro de este departamento solitario. Como todas las noches le envie un mensaje a mi papá diciéndole el dia que tuve, esa era una regla si querían dejarme ir de Texas, ellos suelen ser muy sobreprotectores ya que soy su unica hija, para ellos fue difícil dejarme ir para poder hacer mi carrera. 

No voy a mentir los extraño. Pero era lo que debía hacer si quería tener un buen futuro, no quiere decir que en Texas no lo haya, pero ahí viven personas que les gusta el campo, a mi me gusta pero el periódico es lo mio. Eso es lo que me gusta. 

—¿Tienes hambre? —maulló en respuesta—, te daré de comer y veremos un par de capítulos de la serie ¿que dices?

Asi es, jamas cumplo lo que prometo. Vere unos cuantos capítulos y luego me dormiré. 

Mientras preparaba algo de comer para Bob y para mi, pensaba en como carajos iba a hacer para entrevistar a aquella persona y no salir lastimada, no lo se. Justo ahora me arrepentía de haber aceptado lo que Hanna me pidió. 

Pero no tengo de otra, ya había aceptado todo. Será en dos días así que pensaré bien las preguntas y me prepararé mentalmente para lo que sea que se vendrá. 

Me senté en el sofá de nuevo y pospuse mi serie para ponerme a investigar sobre las mafias que abundan en New York. Saque mi laptop y empece mi busqueda. 

No encontre nada actualizado, solo la historia de los Yakuza, claro, lo que esta en las noticias no es lo que cuentan verdaderamente. Lo que se dice de ellos es que son personas crueles, sangrientas, también están aliadas con el tráfico de drogas, armas al igual que el lavado de dinero y corrupción, claro muchos policías ocultan sus delitos, son personas intocables y leales entre ellos mismos. 

Los Kkangpae son una de las mafias más importantes y poderosas de Corea, incluso en la actualidad, ellos se van mas con el crimen organizado, tráfico de armas. Por lo general ellos son más organizados, menos impulsivos y un poco mas intocables que los Yakuza ya que ellos son la mafia de cuello blanco, es decir, que pueden estar a la luz pública haciéndose pasar por empresarios o políticos, siempre pasan desapercibidos por que no suelen llamar la atencion. 

Estas mafias son distintas a las Rusas, Italianas y Alemanas. Para los asiáticos la lealtad es un premio que debe ganarse. Y si los traicionas, el pago es la muerte. 

—En que lio me he metido —pegue la mano en mi frente— estoy jodida. 

Me muero si alguna vez me llegase a cruzar con uno de esos. 

(...)

Al dia siguiente... 

—Foster, llegaste temprano —dijo mi jefe un poco extrañado.

Ni que llegara tarde todos los días, que exagerado es.

—Buen dia Jefe, hoy tengo trabajo que adelantar.

El solo asintió y se metió a su oficina, mientras que yo me metí a la mía a trabajar en mis preguntas, justo en mi mesa estaba el periódico de hoy, la redacción que hice ayer estaba en una de las primeras planas, claro toda hermosa y perfecta pero con el nombre de Hanna abajo, es lamentable vivir en la sombra de Hanna. 

No se trata de que sea mujer, se trata de que mi trabajo no es reconocido por contactos y dinero. Eso me molesta incluso mas que la misoginia que hay dentro de este mundo asqueroso. Al igual que el clasismo y el racismo. 

Se que sufro de vinolencia laboral, eso está mas que claro, pero no puedo hacer nada por que la justicia no funciona si no tienes dinero y poder. No trabaje o estudie duro para esto. No es lo que merezco. 

No me dan la oportunidad no por ser mujer, si no por que no tengo el suficiente dinero para resaltar y ser mirada. Hanna tiene el apellido y los medios para estar en cámara y llevarse el credito sin haber estudiado, por que si, no estudio y eso lo sabemos solo los que trabajamos dentro de este lugar. Solo que debemos quedarnos callados para no ser despedidos. 

Salí de mi oficina al ver a las personas acumularse en medio del pasillo. El lamebotas de mi jefe sonreía, claro, a el le llegan sus mil quinientos a la semana para que tenga a la hija del jefe contenta. 

—El periódico vendió la mañana de hoy cinco mil quinientos ejemplares —sonreía como desquiciado— todo es gracias a su trabajo muchachos, pero sin quitar mérito a nuestra periodista estrella Hanna. 

Todos aplaudieron. 

Solo falta que le bese los pies. 

Claro, periodista estrella, acreditándose todo mi trabajo, todas mis horas redactando.

—Algun dia tendras el reconocimiento que mereces amiga —dijo Mia—, estar en este medio es dificil pero algun dia alguien se dará cuenta del gran fraude que es Hanna. 

—Quisiera ser optimista Mia, pero mientras su papá sea el dueño yo seguiré detrás de ella. Asi es esto y tengo que resignarme supongo. 

Así es este mundo, triunfa el que tiene dinero, mas no talento. Ella es solo un cuerpo y una cara bonita que tiene los medios para triunfar y resaltar sin mover una uña, mientras que los verdaderos talentos están sirviéndole a los demás para al menos tener algo que comer. 

Es triste y lamentable. 

Yo no espero fama o dinero, solo reconocimiento, que las personas vean que tengo talento. 

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