Jenn:
Caminaba por el almacén con el arma en la mano, los hombres me hicieron una reverencia al verme pasar frente a ellos, aquello me regocijaba de una manera que no sabía explicar, me encanta que sepan que soy la jefa de todos ellos.
Quien lo diria, que hace unos años yo era una simple periodista, que se dejaba pisotear por todo el mundo, ahora, a pesar de lo que ha pasado y lo que he vivido, sigo aquí, ahora siendo la mujer de los hombres mas poderosos de la mafia.
Un Yakuza.
Dos Kkangpae.
Y para ser honesta, me gusta el poder, me gusta mandar y que todos hagan lo que digo y lo que pido.
Seguí caminando hasta llegar a ella. La maldita perra de Summer.
Mis hombres la trajeron de Japón, donde estaba ocultándose como una maldita rata asquerosa. Al verme, ella comenzó a negar y a llorar, yo sonreí y uno de mis hombres puso una silla para que yo me sentara, con cuidado me senté en ella.
No quise que Dak Ho estuviese presente porque no sabía cómo iba a reaccionar si la veia aqui, el sabe que ella vendria, tambien sabe que yo misma me haré cargo de sacarle cada palabra a esta maldita perra, es momento de que me diga en dónde está el anciano.
—Hola Summer —sonreí un poco—, ¿cuanto tiempo? —mire al chico que estaba detrás de ella— geunyeoga bimyeong-eul jileumyeon dagchige haseyo, algessjyo? (Si grita, hazla callar ¿entendido?)
Hice una seña para que le quitaran la cinta de la boca, cuando lo hicieron ella comenzó a gritar y a pedir ayuda, el chico que le quitó la cinta le tomo el cabello con fuerza logrando que se callara.
—Muy bien —sonreí de nuevo—. Te ves mejor asi, callada.
—No me mates por favor —sollozaba—, no me mates...
—No, no voy a matarte —negué—, al menos no por ahora.. Por lo pronto tengo que hablar contigo de algo importante.
Debía controlarme con ella frente a mi, quería asesinarla por todo lo que le hizo a Dak Ho, ella abuso de el sin remordimiento alguno por órdenes del maldito viejo, en mi vida de periodista he leido casos de abusos sexuales hacia chicas, pero saber que mi hombre fue tocado y usado por ella, me hace revolver el estómago.
—Estoy embarazada, no me puedes lastimar..
—No estas embarazada Summer —negué con mi dedo índice—, cuando estabas inconsciente pedi que te hicieran una ecografia asi que no lo estas... Podre matarte sin remordimiento alguno.
—No... No...
—Cállate —mascullé—, solo quiero una cosa de ti, una sola cosa... Y es la ubicación del anciano. Necesito que me digas en donde se esconde la rata esa.
—No lo se..
—Si lo sabes —estaba perdiendo la paciencia—. Tu sabes en donde se oculta el maldito viejo, el te saco de aqui de Corea, te llevo a Japon maldita perra, te saco de la casa después de haberle hecho esa bajeza a Dak Ho, tu, perra desgraciada... Lo lastimaste.
—¡Lo hice por órdenes del viejo!
—¡Y tu lo disfrutaste perra! —le di una bofetada— Tu lo disfrutaste —me acerque a ella— ¿Crees que no lo se? —le tomé el cabello—, Dak Ho me contó los detalles, todo lo que le hiciste, absolutamente todo —acerque mi rostro al suyo—, lo ataste, lo desnudaste —apreté su cabello, ella sollozaba—, eres una asquerosa... Y no sabes cuanto te odio.
Ella le hizo daño a Dak Ho, planeaba asesinarla así como lo hice con Areum, a ella le corte la garganta lentamente sin remordimiento alguno, así como lo hizo ella conmigo para sacarme a mis hijos.
Aun podía sentir el cuchillo en mi vientre mientras gritaba, a ella no le importo hacerme daño, y a mi no me importo cortarle la garganta, ver la vida abandonar sus ojos fue algo satisfactorio para mi, porque me cobre todo lo que me hizo cuando estuve encerrada.
Ahora haría lo mismo con ella, pero a diferencia de mi, no le hare lo mismo que ella le hizo a Dak Ho, solo voy a torturarla hasta que me diga en dónde está el maldito anciano. Estoy segura de que ella sabe en donde esta el. Ella sabe en donde el maldito viejo se esconde, ella lo sabe.
—Así que habla ahora Summer —me volví a sentar—, dime en donde esta el anciano, me lo dirás ahora..
—Te dije que no lo se —ella sollozaba sin control—, te juro que no lo se...
—Claro que lo sabes —tome mi arma—, tu sabes en donde se esconde... Así que dímelo, ¡Dímelo ahora!
Ella se negaba a hablar conmigo, ella no me lo diría y eso lo sabia, asi que no me quedara de otra que torturarla hasta que hable y me diga en donde se esconde el maldito anciano.
Tenía que decírmelo, porque s el anciano sigue suelto y respirando, jamas podria tener paz y tampoco mis hijos, sobre todo Ji Ho, que es un varoncito y corro el riesgo en que el se lo lleve para hacer de las suyas con el. Puede que yo esté en esto de la mafia pero no quiero esto para mis hijos, no quiero esta vida para mis pequeños.
Esto no ha sido más que una desgracia en mi vida, yo amo a mis hombres, los amo con todo mi corazón a los tres, pero esta vida, me ha arrebatado demasiado, cinco años de mis hijos, estar separada de ellos y una desgracia tras otra, esto era algo de nunca acabar.
El anciano le ha hecho la vida imposible a otras personas, incluyendo a Seok Jun y Dak Ho. No puedo dejarlo vivo, no mientras este con ellos. Así que debo seguir insistiendo en ello, seguir buscandolo.
—Bien, no me lo digas —me puse de pie y camine hacia la mesa, deje el arma en la misma—, pero te sacare la verdad, a partir de ahora me lo dirás... —tome las tijeras y me voltee hacia ella—, quieras o no Summer, me lo dirás —sonreí y alce las tijeras—, comenzaremos con tu precioso y dorado cabello —me acerque a ella.
—¡No, no, no!
Me importaba poco lo que ella me dijera, le sacaría la verdad poco a poco.
Ella si sabe, ella sabe en dónde está el maldito anciano. Me acerque aun mas a ella para tomar su cabello, ella se removía con mucho miedo, yo me reía al verla tratar de alejarse de mi, asi como hice como Areum.
—Dime Summer, ¿dónde está el anciano?
(...)
Más tarde:
Entre a la casa completamente molesta, la maldita perra de Summer se desmayó cuando comencé a cortarle el cabello, ella gritaba y pedía que no lo hiciera, pero me importo una m****a, la deje calva, no pude contenerme y no le deje nada de cabello.
Iba a cortarle las uñas pero ella se había desmayado, así que pedí que la metieran en un cuarto sin luz, sin nada de comida o agua, la dejare ahi por un par de días. Con eso, se que ella me dirá en donde esta, asi me diga que no lo sabe, yo se que si.
—Jenn.
Me quede en el pasillo de la casa, Dak Ho, Jiwon y Ryosuke estaban ahí parados cruzados de brazos completamente serios.
—¿Que pasa?
—¿Donde estabas? —pregunto Jiwon.
—¿A que se debe el interrogatorio? —alce la ceja mientras los miraba a los tres.
—Saliste de la casa sin decirnos a donde —respondió Ryosuke—, tuve que calmar a Ji Ah, estaba llorando por ti.
—Lo siento, tenía asuntos —les respondí a los tres—, estaba resolviendo algo, ya estoy aquí para la cena.. —camine hacia ellos, les di un beso a cada uno, luego fui a la cocina, ahí estaba Seok Jun—, aqui estas..
—Oh linda —me sonrió—, tus hombres estaban preocupados —rió—, son un poco exagerados.
—Lo se —le susurre—, ¿que haces?
—Japchae —dijo—, te encantará..
—¿Necesitas ayuda?
—No, ya con esto termine... Pero si con la mesa.
—Claro.
Saque los platos y comencé a ponerlos todos en la mesa, al comedor entro mis niños quienes me saludaron de manera alegre, yo les deje un beso en la mejilla a cada uno.
—¿Como se portaron?
—Bien mami —respondió Ji Ho—, jugamos con mis papás.
—Me alegra saberlo mi amor, ve a llamar a tus papás, cenaremos Japchae, lo hizo el abuelo..
—¡Oye! —mire a Seok Jun— Yo aun soy joven ¿escuchaste? —me señaló— Muchacha del demonio —murmuró.
Aquello me hizo reir, el detesta que lo llamen anciano, detesta que le diga que parece anciano. Aunque el tiene edad para ello.
Mis niños vinieron con sus papas, me gusta mucho que mis niños no tengan preferencias con ellos, tratan a los tres como sus papas, cosa que me gusta porque hacen sentir a Jiwon cómodo, mis niños son maravillosos, amables y llenos de vida.
Por eso quiero irme de aquí pronto, para mantenerlos a salvo de todo esto. Lejos de la maldad y el peligro. Sobre todo, lejos del anciano, que es donde deben estar, el mismo le hizo daño a Dak Ho, a Seok Jun, a el no le importa nada más que su tonto linaje.
Seok Jun a pesar de lucir como un matón, es una buena persona, lo adoro y me ha cuidado como a un padre, lo que me hace pensar en el mío, en lo mucho que deben extrañarme, se que quizá he sido una mala hija por aun no llamarlos, pero tengo miedo de que si los llamo, puedan ir por ellos y no quiero eso.
Se que ellos están protegidos, pero aun asi tengo miedo de que sean lastimados.
Cuando todo esto termine, me ire con mis padres y mis hijos. Lejos de todo.
—Oye papá, mañana tendremos la reunión con los accionistas para trasladar la empresa a Estados Unidos, ¿bien?
—Si hijo, tienes que arreglar en donde..
—No hablen de eso en la mesa —les dije—, estamos cenando en familia —sonreí—, así que coman.
—Claro, este Japchae está delicioso señor Min —dijo Ryosuke con la boca llena—, la comida Coreana es deliciosa, aunque no se compara con la Japonesa.
—Que tonto —Jiwon rió—, es obvio que la Coreana es la mejor, ustedes solo tiene pescado crudo —el sonrio de lado.
—No me jodas.. Es mentira —Ryosuke soltó con indignación.
—Oye, las palabrotas —Dak Ho le dio un leve empujon—, estan mis hijos aquí —lo miro mal.
—Lo siento..
—Oye, prueben esto.
Vi como Seok Jun dejo algo de carne en el plato de Dak Ho y Ryosuke. Se que en su cultura hacer eso es de suma importancia, porque es una señal de afecto. Dak Ho jamas tuvo eso en su infancia, jamás tuvo amor o cariño, al igual que Ryosuke quien creció en las calles.
Ellos jamás tuvieron eso y tuvieron que enfrentarse a la vida de una manera demasiado distinta, hacerse cargo y hacer cosas que no son correctas, pero sabe que en este mundo no hay una salida, todos quieran o no, deben seguir el legado de sus familias, así funciona esto.
Pero honestamente, no es lo que deseo para mis hijos. Mucho menos para mi Ji Ho, quien tiene un corazón demasiado puro y hermoso, el merece crecer lejos de todas estas personas. Lejos de tanta maldad.
Puede que yo no sea la mejor de las personas, porque asesine a alguien y estoy metida en la mafia, pero, una madre es capaz de hacer lo que sea para proteger a sus hijos y eso es lo que estoy haciendo, ellos me quitaron a mis pequeños, me lanzaron al río Han cuando pensaron que estaba muerta, sufrí por años buscandolos. Es justificable lo que estoy haciendo.
Y cuando lo encuentre, juro por Dios que voy a matarlo con mis propias manos. No pienso quedarme de brazos cruzados hasta que el aparezca, ese maldito anciano me debe mucho y me las pienso cobrar una a una.
El no sabe con quien se está metiendo.
Una madre es capaz de lo que sea para cuidar a sus hijos. Y yo, estoy dispuesta a llenarme las manos de sangre si es necesario para mantener a mis hijos protegidos.