Eliana una joven mujer que vive en un pequeño pueblo en la frontera de un reino medieval. Una noche mientras paseaba por el bosque, es atacada por un vampiro y se convierte en uno de ellos. Al principio Eliana se siente confundida y aterrad con su nueva, pero pronto descubre que tiene una sangre especial que la hace diferente a los demás vampiros.
Leer más*Capítulo 1: La Transformación*
La luna llena brillaba en el cielo, iluminando el bosque con un resplandor plateado que parecía bailar entre las sombras de los árboles. Eliana, una joven de 22 años, caminaba por el sendero empedrado, disfrutando del silencio y la soledad de la noche. El aire estaba lleno del aroma a flores silvestres y a la tierra húmeda, y Eliana se sintió un poco más tranquila después de una larga jornada de trabajo en la biblioteca del pueblo.
Mientras caminaba, Eliana se sintió observada. Al principio, pensó que era solo su imaginación, pero pronto se dio cuenta de que alguien la estaba siguiendo. Se detuvo y se giró, pero no vio a nadie. La oscuridad parecía cerrarse sobre ella, y Eliana se sintió un escalofrío recorrer su espalda. Se envolvió en su abrigo y siguió caminando, tratando de encontrar un poco de paz en la noche.
De repente, una figura emergió de las sombras. Eliana vio a un hombre alto y delgado, con ojos que brillaban en la oscuridad como dos estrellas en un cielo sin luna. Él se acercó a ella con una sonrisa enigmática, y Eliana sintió que su corazón se aceleraba. Trató de correr, pero sus piernas parecían estar clavadas en el suelo.
"¿Quién eres?" preguntó Eliana, tratando de mantener la calma. Su voz temblaba ligeramente, y ella se sintió un poco avergonzada.
"No importa quién soy", respondió el hombre, con una voz baja y seductora que parecía envolverla en una nube de seda. "Lo que importa es lo que voy a hacer contigo".
Antes de que Eliana pudiera reaccionar, el hombre la agarró y la mordió en el cuello. Eliana sintió un dolor agudo y luego una sensación de debilidad que se extendía por todo su cuerpo. Trató de luchar, pero era demasiado tarde. El hombre la había mordido con una fuerza sobrenatural, y Eliana se sintió caer al suelo.
Todo se volvió negro.
Cuando despertó, Eliana se encontró en un lugar desconocido. Estaba en una habitación oscura y lujosa, con cortinas de terciopelo negro y muebles antiguos que parecían haber sido tallados en una época pasada. Un hombre estaba sentado en una silla junto a su cama, observándola con una mirada intensa que parecía ver más allá de su piel.
"¿Quién eres?" preguntó Eliana, tratando de recordar lo que había sucedido. Su cabeza dolía y su cuello estaba sensible.
"Soy el que te ha convertido en uno de nosotros", respondió el hombre. "Eres ahora una vampira, Eliana. Una criatura de la noche, con poderes y debilidades que nunca imaginaste".
Eliana se sintió confundida y aterrada. No entendía lo que estaba sucediendo, ni qué significaba ser una vampira. El hombre se acercó a ella y la tomó de la mano.
"No te preocupes", dijo. "Estoy aquí para ayudarte. Te enseñaré todo lo que necesitas saber para sobrevivir en este nuevo mundo".
Eliana se sintió una mezcla de emociones. Estaba asustada, pero también curiosa. Quería saber más sobre su nueva condición y cómo podía controlarla. El hombre la miró a los ojos y sonrió.
"Vamos a empezar", dijo. "Tienes mucho que aprender. Pero primero, debes saber que no eres como los demás. Tienes algo especial, algo que te hace única".
Eliana se sintió intrigada. ¿Qué podía ser lo que la hacía tan especial? Se inclinó hacia adelante, ansiosa por saber más.
"¿Qué es?" preguntó.
El hombre sonrió de nuevo, y Eliana vio un destello de diversión en sus ojos.
"Eso es algo que descubrirás con el tiempo", dijo. "Pero por ahora, vamos a centrarnos en enseñarte a controlar tus nuevos poderes. No es fácil ser un vampiro, Eliana. Hay muchas cosas que debes aprender y muchas peligros que debes evitar".
Eliana asintió, decidida a aprender todo lo que pudiera. Estaba lista para enfrentar los desafíos que venían con su nueva condición, y estaba agradecida de tener a alguien que la guiara en este nuevo mundo. Pero mientras miraba al hombre que la había convertido, se sintió una sensación de incertidumbre. ¿Podía confiar en él? ¿Qué secretos escondía? Eliana se sintió un poco más insegura, pero estaba decidida a descubrir la verdad.
Capítulo 19: La Semilla de un Amor ProhibidoEl murmullo de la corte no era un secreto. Flotaba como el polvo en los grandes salones del palacio, asentándose en cada rincón donde Eliana y el Conde Draconis compartían una mirada, una sonrisa fugaz o un momento de silenciosa cercanía. La victoria vampírica había traído un nuevo orden, pero también un escrutinio implacable. Eliana, la campesina convertida, ahora una vampira con una sangre peculiar que le otorgaba un poder inusual, ya no era una figura en las sombras. Su belleza, realzada por su nueva naturaleza, y su vínculo evidente con el poderoso Conde Draconis, la habían catapultado al centro de todas las miradas y los chismorreos.Draconis, con su habitual aire frío y distante, sorprendía a muchos al mostrar una devoción casi imperceptible hacia Eliana. No eran gestos grandilocuentes, sino una atención constante, una mano que se posaba fugazmente en su espalda al pasar, una preocupación genuina en sus ojos cuando la observaba desde
Capítulo 18: Mi DecisiónDesde que Lucien la había transformado, el mundo se sentía diferente, más intenso, pero también más peligroso. Su nueva existencia era un secreto que ardía en su interior, una verdad que la separaba de todo lo que alguna vez había conocido.Solo unos pocos conocían su verdadera naturaleza, entre ellos, el Conde. Draconis. Alto, de porte aristocrático y con una mirada que parecía atravesar el alma, había despertado en ella sentimientos que creía imposibles. Su amor era un faro en la oscuridad de su nueva vida, pero también una sentencia. Él pertenecía a una de las familias de vampiros más antiguas y poderosas; ella, una simple campesina convertida, cuya sangre especial era tanto una bendición como una maldición.La propuesta del Conde resonaba en su mente, una y otra vez: huir juntos. Dejar atrás los prejuicios, las leyes no escritas de su sociedad vampírica que prohibían su unión. Construir una vida en algún rincón olvidado del mundo donde su amor no fuera un
Capítulo 17: Mi FamiliaEliana se aferraba a su familia como a un ancla en medio de la tormenta que se había vuelto su vida. Desde la noche en que el vampiro Lucien la había mordido en el bosque, condenándola a la inmortalidad, su destino se había entrelazado irreversiblemente con el del enigmático Conde Draconis y el del castillo. A pesar de haber sido convertida por otro, una parte de ella se había descubierto profundamente enamorada del Conde Draconis, un amor prohibido que florecía en las sombras del nuevo y oscuro mundo. Su madre, sus hermanos, la aldea… eran el cordón umbilical que la mantenía conectada a la Eliana que había sido, a la luz que temía perder en la sombra de su nueva existencia.Todos estos años, la visita a su hogar había sido un ritual sagrado. Cada pocas semanas, Eliana inventaba una excusa para ausentarse del castillo, una elaborada red de mentiras tejida con la desesperación de proteger a los suyos de la verdad. Les había contado que había encontrado un puesto
Capítulo 16: La Difícil DecisiónEl eco de los pasos de Barnaby aún resonaba en los pasillos, pero en la biblioteca, un nuevo tipo de silencio se había instalado entre Eliana y el conde Draconis. Era un silencio cargado de las palabras no dichas, de las implicaciones del descubrimiento y, sobre todo, de la propuesta que el conde había formulado, apenas un susurro, pero que había resonado como un trueno en el corazón de Eliana."Eliana," había dicho Draconis, tomando sus manos entre las suyas, sus ojos oscuros y profundos buscando los de ella con una intensidad inquebrantable, "sé que esto es peligroso. Sé que nuestro amor desafía lo que la sociedad espera. Pero no puedo concebir una vida sin ti. Ven conmigo. Deja este lugar. Estaremos juntos, lejos de las miradas, lejos de los juicios. Donde nadie pueda separarnos."La propuesta era tentadora, una promesa de un futuro donde su amor no tendría que esconderse. Eliana cerró los ojos, sintiendo el calor de las manos del conde. Su corazón
Capítulo 15: El DesafíoEl silencio denso y aterrador del castillo se rompió con un jadeo ahogado. Eliana y el conde Draconis, absortos en la intimidad de su conexión, se separaron bruscamente, sus ojos fijos en la figura petrificada en el umbral de la biblioteca. Era Barnaby, el mayordomo principal, un hombre cuya lealtad al linaje Draconis era tan antigua como las mismas piedras del castillo. Sus ojos, normalmente llenos de una serena solemnidad, ahora estaban desorbitados por la sorpresa y el escándalo, alternando entre la figura etérea de Eliana y el conde, cuya pose, aunque ahora distante, aún irradiaba el calor de un encuentro reciente.La sangre pareció helársele a Eliana. Sentía el rubor subir por sus mejillas, quemándole la piel bajo la mirada acusadora de Barnaby. ¿Cómo explicar esto? ¿Cómo justificar una relación que desafiaba todas las normas y expectativas? Había una verdad innegable en los ojos del mayordomo: Eliana era una joven de pueblo, el conde un noble de abolengo,
La luna llena iluminaba el castillo medieval con una luz plateada, filtrándose a través de las altas ventanas de piedra. El silencio de la noche solo era interrumpido por el crujido ocasional de las vigas de madera y el susurro del viento que se colaba por los pasillos desiertos. Dentro de una de las torres más antiguas del castillo, Eliana y el conde Draconis se encontraban envueltos en una intimidad que ambos habían anhelado en secreto durante meses. Eliana, con su cabello oscuro como la noche y ojos que brillaban con un destello sobrenatural, se sentía atraída por Draconis de una manera que no podía explicar. Él, un vampiro de siglos de edad, con su porte elegante y una mirada que parecía penetrar el alma, la había cautivado desde el primer momento en que sus caminos se cruzaron. Sin embargo, su amor era prohibido, no solo por las diferencias en sus estatus, sino también por las leyes no escritas de su especie que desaconsejaban las uniones entre vampiros de diferentes linajes. D
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