Mundo ficciónIniciar sesiónXimena tuvo la mala suerte de entrar en el camino de Félix Lancer y convertirse en su nueva obsesión. Ella creía tener un mundo perfecto junto al amor de su vida, sin saber que la maldad de un hombre posesivo lo iba a arruinar todo y convertirla por la fuerza en su sexta “esposa trofeo”. Ximena se ve obligada a convertirse en la esposa sumisa de Félix Lancer, esa que exhibe una sonrisa falsa y forzada mientras que él se muestra más malvado. ¿Podrá Ximena encontrar la manera de darle la vuelta a su situación y ser dueña de su propio destino antes de que sea demasiado tarde?
Leer más[ HA RECIBIDO UNA TRANSFERENCIA BANCARIA DE 300.000$ ]
Se podía leer en el teléfono de Ximena, mientras que los oficiales de policía la arrestaban y le ponían las esposas.
—Ximena Montenegro, usted queda arrestada por el delito de malversación de fondos—, dijo el oficial que la empujaba a la patrulla.
—¡Debe haber un error!—, gritaba Ximena con todas sus fuerzas, hasta casi desgarrar su garganta—, Yo no me he robado ese dinero. No entiendo cómo llegó a mi cuenta de banco.
Fue lo último que dijo antes de que esa capucha en su cabeza hiciera que todo se volviera de color negro. Cuando le quitaron la capucha de nuevo, ya se encontraba en la oficina de su jefe.Félix Lancer, el dueño absoluto de GIGA CORPORATION, la empresa que se encargaba de hacer los edificios más lujosos del país.
—¡Siéntate!—, ordenó Félix.
Los oficiales de policía salieron de inmediato de la oficina, y dejaron a Ximena esposada de una mano a la silla y completamente a merced de ese hombre.
—¡Yo no he robado a la compañía! ¡No sé cómo llegó ese dinero a mi cuenta!
—¡Lo sé!
La respuesta de Félix dejó a Ximena completamente anonadada y en shock.
—¿Lo sabes?
—Si, lo sé. Yo mismo te transferí el dinero.
Félix servía un trago de coñac para él y otra para Ximena.
—Pero... ¿De qué estás hablando? ¿Qué quieres lograr con todo ésto?
—¡Bebe!—, ordenó Félix entregando el vaso de cristal.
—¡No voy a tomar nada!—, Ximena lanzó el vaso al piso, y este se rompió en mil pedazos.
Félix Lancer abrió el cajón de su escritorio y sacó una hoja y un bolígrafo.
—Solo firma aquí y saldrás libre de todos los cargos.
—¿Qué es eso?
—Es un acta de matrimonio. Es muy fácil, Ximena. Acepta ser mi esposa para siempre, y no irás a la cárcel por ladrona.
—¿Te has vuelto completamente loco? ¡Tengo mi prometido y lo amo!
—Tu prometido no puede salvarte de 15 años de cárcel, yo si.
La respiración de Ximena estaba agitada y sus ojos se llenaron de lágrimas. Era muy injusto lo que Félix estaba haciendo.
—¡De ninguna manera!—, gritó—, Soy inocente, y sé que puedo demostrarlo.
—Qué decepción...—, suspiró Félix, mientras se sentaba—, Creía que eras una mujer más inteligente.
—¡Cállate!
Félix presionó un botón de su teléfono de oficina y de inmediato, los oficiales volvieron a entrar en la oficina.
—Quizás un tiempo en la cárcel te haga pensar con más claridad, y puedas pensar mejor en mi generosa oferta.
El rostro de Félix fue lo último que Ximena vio antes de que le volvieran a colocar esa capucha en la cabeza. Lo próximo que pudo ver, fue el interior de una celda, dónde la habían encerrado.
—¡Saquenme de aquí! ¡Soy inocente!—, gritaba Ximena una y otra vez.
Al día siguiente abrieron su celda muy temprano y la llevaron hasta las duchas.
—¡Quítate la ropa!—, ordenó la jefa de los guardias.
Su nombre era Adelina Bustamante, y había sido enviada por el mismísimo Félix Lancer para que hiciera de su vida un infierno.
—Yo puedo bañarme sola...
—No lo diré otra vez, Blancanieves... ¡Quítate la ropa!—, gritó, esta vez más fuerte.
Ximena comenzó a llorar, pero aún así no obedeció y negó con la cabeza, a pesar de que estaba temblando de miedo.
—¡No tengo tiempo para esto!
Adelina Bustamante la tomó a la fuerza y con la ayuda de otras mujeres guardias la despojaron de toda su ropa, y luego comenzaron a rociarla con agua fría directamente de la manguera a toda potencia.
Al momento de la comida fue también muy difícil. Adelina Bustamante entró en el comedor y tomó la charola de una reclusa al azar y la arrojó al suelo.
—¡Ximena Montenegro!
Ximena se puso de pie y era la única que estaba levantada, mientras que todas las demás comían tranquilamente.
—Di... Dígame...
El labio de Ximena temblaba y su voz se quebraba casi al borde del llanto.
—Tienes que limpiar el piso—, ordenó.
Ximena se acercó a ella lentamente, mientras que todas las demás solo miraban. Algunas reían y otras solo observaban en silencio.
—¿Dónde están las herramientas de limpieza?
—¡Lo harás con tu boca!
Adelina tomó el cabello de Ximena y la obligó a poner su rostro sobre la comida. Ximena solo se preocupaba por poder respirar y no por su cabello que estaba quedando empapado en puré de papas.
—Félix Lancer te manda saludos—, susurró Adelina cerca del oído de Ximena.
El día siguiente fue un poco mejor, cuando Ximena recibió la visita de alguien muy especial. Xander Ibáñez, su amado novio y prometido.
—¡Xander!
Ximena se apresuró para tomar la mano de su prometido y besarla.
—¡Te voy a sacar de aquí!
—Yo no lo hice, Xander. Fue una trampa de mi jefe.
—No te preocupes. Lo vamos a hundir y se hará justicia.
—Me tienes que sacar de aquí Xander...—, Ximena se quedó viendo los ojos de su prometido—, ¡Estoy embarazada!—, confesó.Aquella noticia dibujó una gran sonrisa en el rostro de Xander.
—Yo también tengo algo muy importante que decirte—, Xander se arrodilló frente a la reja de la celda y sacó un anillo de su bolsillo—, ¿Te quieres casar conmigo?
Ximena se llevó la mano a la boca y sus lágrimas comenzaron a salir una detrás de otra.
—¡Por supuesto que sí!
Tuvieron que aplastar su rostro contra la reja, pero finalmente pudieron darse un beso para sellar aquella bonita reunión.
—Se acabó el tiempo—, dijo el guardia.
—Pagaré al mejor abogado del país y te voy a sacar de aquí, lo prometo—, gritaba Xander, mientras lo sacaban de allí.
Xander salió de esa prisión con la convicción de que debía hacer todo para sacar a Ximena de ese lugar. Se subió a su auto y comenzó a llamar, mientras conducía de regreso a casa.
Adalberto Mijares era el mejor abogado del país y eterno enemigo de la familia Lancer por su pasado fraudulento y fama de corrupción.
—No te preocupes, Xander. Yo los ayudaré—, dijo Adalberto a través de la llamada telefónica.
—¡Muchas gracias! ¡Muchas gracias!—, Decía Xander muy emocionado—, Le pagaré hasta el último centavo.
—Será todo un gusto poder hundir a ese desgraciado.
—Tengo muchas pruebas que...—, Dijo Xander, pero se detuvo en medio de la oración.
Xander había notado que su automóvil no tenía frenos y que cada vez aumentaba su velocidad, hasta que finalmente se salió de la carretera y fue a parar contra un árbol.
El golpe fue realmente fuerte. Un trágico accidente en dónde Xander perdió la vida de inmediato sin que nadie pudiera hacer nada para evitarlo.
En el edificio de GIGA CORPORATION, Félix Lancer recibía una llamada telefónica de sus hombres. Esos que se encargaban de hacer el trabajo sucio para él.
—¡Está hecho, señor!—, dijo la voz del otro lado de la línea telefónica—, Xander Ibáñez está muerto.
—Excelente...
Félix Lancer colgó y terminó de beber el vino de su copa. Él sabía perfectamente que ese matrimonio con Ximena cada vez estaba más cerca.
Nadie entendía lo que estaba pasando. En ese momento todo era confusión en medio de la boda del siglo.Sin embargo, en ese preciso instante había decenas de agentes de la policía internacional entrando en la mansión Lancer. Saltando los muros, derribando las puertas, o incluso bajando por cuerdas de helicópteros que parecían haber salido de la nada. Urdaneta ganó un segundo de tiempo y eso fue suficiente para disparar y herir a Noah en el brazo.Noah cayó al suelo y se cubrió con una de las sillas para también disparar y empezar un intercambio de disparos que no estaba previsto en el arresto. Todos los invitados comenzaron a correr y de inmediato se hizo un desastre en medio del jardín de la mansión Lancer, porque habían personas corriendo en todas direcciones para huir de los disparos.Félix tomó el brazo de Ximena y apuntando con una pistola la obligó a venir con él. —¡Ximena!—, gritó Fernando corriendo detrás de Félix y Urdaneta que iban directo al estacionamiento mientras que l
—Ésto es increíble...—, decía el director de la policía mientras veía las fotos en el teléfono de Abigail—, Es lo que hemos estado buscando por años para poder arrestar oficialmente a Félix Lancer. Abigail estaba callada, cabizbaja, y perdida en sus pensamientos.—Es oficial. Félix Lancer es el gestor de la red de contrabando de personas en la que han desaparecido tantas mujeres durante todo este tipo—, dijo otra agente.—Necesitamos ir a arrestarlo ahora mismo—, dijo el director. —¡No!—, exclamó Abigail.—¿No? ¿Por qué no?—, preguntó el director de la policía.—Félix es una persona muy inteligente. Si lo acusan solamente de la trata de personas, seguramente encontrará la manera de liberarse de los cargos—, dijo Abigail.—¿Entonces? ¿Qué propones?—, preguntó la otra agente presente.—Que lo hundamos en un pozo de m****a tan profundo del cual ya no pueda salir—, dijo Abigail con rabia.—¿Puedes hacer eso? —Puedo lograr que confiese que mató a Facundo Lancer, Adalberto Mijares, el alc
Abigail abrió los ojos y despertó en la cama de Félix mirándolo como él se terminaba de arreglar el traje frente al espejo. Esa misma imagen que Ximena había visto tantas veces.—¿Vas a salir?—, preguntó Abigail aún un poco somnolienta.—Estaba por despertarte—, respondió Félix sin voltear a verla—, Vamos a salir—, dijo. —¿Vamos a salir?—, preguntó Abigail confundida. —Si. Anoche, mientras dormías, arreglé una cita con el doctor Thomas. —¿Una cita? ¿Y eso para qué? —Nada complejo. Es sólo una ecografía. Quiero ver a mi hijo hoy mismo—, confesó Félix. A Abigail le pareció la cosa más tierna del mundo y de inmediato se levantó de la cama con los ojos llenos de brillo y fue corriendo para abrazar a Félix. —¡Oh, Félix! ¡Éso es tan lindo!—, dijo mientras lo abrazaba fuerte.—¡No pierdas tiempo y cámbiate! ¡Necesito ganar tiempo! ¡Hoy tengo un día muy ocupado! Abigail asintió y se metió al baño muy emocionada.Cerró la puerta del baño y allí comenzó a abrazar su propio vientre muy fe
—¡Felicidades, señorita Abigail! ¡Usted está embarazada!—, dijo el doctor Thomas entregando el informe médico en las manos de Abigail.Ella estaba en shock y no lo podía creer. Sin embargo, la alegría la invadió cuando entendió que ese hijo sólo podía ser de una persona... Félix Lancer. —¿Usted está seguro de ésto, doctor?—, insistió Abigail que no lo podía creer.—Totalmente seguro. Incluso la prueba se repitió un par de veces para asegurarnos, y en todas salió positivo. —Eso es... ¡fantástico!—, exclamó Abigail con los ojos llenos de brillo y una sonrisa inmensa en su rostro. —El señor Félix estará muy feliz de ser tío—, dijo el doctor Thomas. Pero, Abigail sólo respondió con una mueca parecida a una sonrisa.Al parecer Félix Lancer nunca fue infértil. Solo no había tenido suerte ante la caprichosa anatomía humana.En las afueras de la ciudad.Urdaneta detenía su camioneta blindada frente a una plaza en la ciudad vecina. —¿Es aquí?—, preguntó Urdaneta fastidiado.—Si, es por aq
—Me prometiste que nunca más volverías a verla. Lo prometiste. Y ahora me sales con que te vas a casar con Ximena Montenegro... ¿en qué diablos estás pensado, Félix?—, reclamaba Abigail cuando Félix finalmente volvió a su casa luego de un par de días. —¡Baja la voz!—, exigió Félix—, Ten mucho cuidado a quién le gritas. —Pero, Félix, yo... —Solamente la estoy utilizando porque es mi boleto para recuperarlo todo. La mansión, las empresas, la fortuna, todo... Ximena solo es para mí la gallina de los huevos de oro, y nada más... A Abigail le temblaron los labios y los ojos se le llenaron de lágrimas.—¿Me juras que ya no la amas?—, preguntó mientras aguantaba las ganas de llorar. —¡Abigail! ¡Deja de preguntar tonterías!—, reclamó Félix y siguió su camino. —¿Félix? —La boda será muy pronto y te necesito enfocada en ayudarme, no preguntando estupideces—, exclamó Félix mientras desaparecía a lo largo del pasillo dejando a Abigail allí sola. Las semanas pasaron y las cosas en la ciuda
Fernando aprovechó la pasividad de Félix para dar el primer golpe. Él quería asegurase de golpear con toda su fuerza, dar todo en un solo ataque para derribarlo y acabar con eso de una vez por todas. Pero, Félix resistió el primero, segundo, y hasta el tercer golpe de Fernando sin caer al piso. —Me toca...—, dijo Félix con esa sonrisa típica de su rostro. Félix empezó a golpear a Fernando con una potencia en sus puños que lo supera por mucho. Así que fue fácil para él tirarlo al suelo. Sin embargo, Fernando se repuso rápidamente y se puso nuevamente de pie para seguir enfrentando a Félix. —¡Ya basta!—, gritaba Ximena apretando con fuerza la baranda de las escaleras—, ¡Dejen de pelear! Pero los gritos de Ximena eran completamente ignorados por esos dos hermanos que peleaban a muerte golpe tras golpe.Fernando empujó a Félix con fuerza y lo hizo estrellar su espalda contra un cuadro de la pared y lo destruyó por la inercia.Félix usó el impulso de la pared para abalanzarse sobre F





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