—No logro sacarte de mi mente... Era ya de noche, y él me besaba con hambre y ganas. Él era mi esposo, pero por error y de mentiras. Una vez, yo estando toda borracha, una cosa llevo a la otra y me lo termine follando, pero lo que nunca pensé era que el asunto pues se me saliera de las manos. Entonces yo, una señorita de la alta alcurnia, no tuve más remedio que permitir que dicho arruinado se casara conmigo y se convirtiera en mi esposo. Debido a la mucha insatisfacción q ue yo sentía y a mi nulo deseo de estar con él, me encargue de hacerle la vida de cuadritos, entonces lo humillé, abusé de él, le di cachetadas, puños y patadas, y me aguanto cuanto regaño o insulto se me saliera, pero él en cambio pacientemente nunca se enojó, y siempre mantuvo hacia mí una actitud dócil y gentil Pero algo en mi corazón fue cambiando con el tiempo, y justo cuando poco a poco me fui enamorando de él, me pidió el divorcio. Al parecer ese joven gentil y lleno de virtudes del pasado de repente se convertía, en un hombre calculador a quien yo quizás no conocía. Mas, sin embargo, y por las vueltas que da la vida, mi familia paso de la abundancia a la escasez, pero a él eso no le importo y estuvo allí para socorrerme, el marido virtuoso aquí alguna vez pisé y traté como mierda, se convirtió en mi único apoyo.
Leer másMichael parecía tener todo bajo control al principio, pero ahora, quizá por la espera, su cara ya mostraba impaciencia y furia.Al oírlo, lejos de ponerme triste, sentí un profundo alivio.Le respondí, con un tono indiferente:—Te lo dije desde el principio. A Mateo le gusta Camila, él me odia. En su corazón no hay lugar para mí. Esa foto que mencionas… seguro es de otra muchacha.Después de todo, yo de verdad no recordaba nada de mi infancia relacionado con Mateo. Así que lo de la foto, seguro era un error.Michael empezó a reírse:—No te emociones tanto. Si él no viene, vas a morir tú sola, sin tu amado.—No importa. Si matándome vas a dejar de sentirte como un fracasado, dale. Mátame.La verdad es que sí temía por mi vida, muchísimo. Sobre todo ahora que estaba embarazada.Pero también sabía que mientras más miedo mostrara, más lo disfrutaría él. Más cruel se volvería.Así que hice todo lo posible por esconder mi miedo, fingir que no me importaba.Como esperaba, Michael pareció empe
Lo miré con rabia y pregunté con voz tensa:—¿Qué piensas hacerle?Michael respondió entre risas:—Cuando llegue, lo sabrás. Pero después de todo lo que me ha hecho… ten claro que lo va a pagar caro.Al ver la maldad en los ojos de Michael, sentí que mi corazón se me iba a salir del pecho.Por lo que decía, estaba seguro de que Mateo no saldría con vida de ahí.Solo pensarlo me llenó de miedo y desesperación.Le contesté de inmediato:—¡Todo esto es culpa tuya! Fuiste tú el que fracasó. Fuiste tú el que quiso competir. ¿Qué culpa tiene Mateo? Si de verdad tienes talento, ve y gánale, muéstrale al mundo lo que vales. En vez de buscar venganza y culpar a todos los demás de tus errores. Él creció entre desprecios, insultos… y nunca se volvió un resentido como tú. ¡No es culpa suya que seas un-¡Paf!Antes de que pudiera terminar, Michael me dio una bofetada durísima.El golpe fue tan fuerte que mi cara se fue a un lado. Solo escuchaba un zumbido en el oído y un mareo que casi me hizo vomi
Me tomé la leche de un solo trago, y Michael acercó un pan a mis labios.Empecé a comer rápido.Él sonrió, como satisfecho:—Eres muy obediente, ¿verdad?—Entonces suéltame, ¿sí? Te prometo que no voy a escapar.Michael se burló:—Las palabras de ustedes las mujeres… no son muy confiables que digamos.Después de darme dos panes, se estiró y me dijo:—Ya le informé a mi hermano que estás conmigo. También le pasé la dirección. Si no llega antes de las diez, que se olvide de volver a verte en esta vida.Sentí un vacío en el estómago.—¿Qué? ¿O sea que si no viene, me vas a matar y vas a esconder mi cuerpo?Michael no contestó. Solo sonrió, con esa cara que daba miedo.Sentí la ansiedad apretarme el pecho.Me lamí los labios y le dije de inmediato:—No puedes hacer esto. Si no viene, ¿eso no significa que no le importo? Entonces ya no te sirvo para nada. ¿No sería mejor dejarme libre? Así no tendrás que preocuparte por haber asesinado a alguien.Michael me miró como si yo fuera una hormiga
Estaba convencida de que Michael se equivocaba en algo.Desde su perspectiva, Mateo hacía muchas cosas por mí porque me amaba.Pero yo, en cambio, solo recordaba el daño que me hizo muchas veces.Entonces, ¿quién tenía razón?Cuando el cigarrillo se consumió por completo, la colilla cayó al suelo y Michael la aplastó con el pie, muy fuerte.Se levantó y habló con un tono malvado:—Dime, ¿cómo crees que va a reaccionar mi hermano mayor cuando se entere de que huiste conmigo?No respondí, pero en mi mente lo vi, fuera de sí, lleno de rabia.Antes, Mateo ya se enojaba si yo solo hablaba con Michael.Y ahora… me había escapado con él.Miré la sonrisa aterradora de ese mentiroso y sentí una punzada amarga en el pecho.La última vez que Ryan me engañó y me lastimó, Mateo se enojó tanto que me gritó diciendo que, para mí, todos eran buenos menos él.Me dijo que siempre era igual, que no veía las malas intenciones de la gente. Que si alguien me trataba bien, yo confiaba. Pero si alguien me man
Incluso empecé a pensar que la muchacha de la foto solo se parecía a mí, que en realidad no era yo.También dudé de que Mateo tuviera razón al decir que yo había olvidado cosas de la infancia. Quizá estaba equivocado y me confundió con esa niña a la que, de niño, le hizo una promesa.Y esa niña… era la que salía en la foto.—Jamás te lo habrías imaginado... —Michael me sonrió—. En ese tiempo, él ya quería tenerte.Contuve lo que sentía por dentro y contesté bajito:—Seguro están confundidos. Esa no era yo. Antes de conocerlos, nunca tuve contacto con él, así que es imposible que tuviera una foto mía. Mucho menos que le gustara.Michael siguió sin confirmar ni negar nada.—Lo creas o no, da igual. La verdad es que siempre ha querido tenerte. Incluso esa noche de la reunión de exalumnos... también fue una trampa suya.Yo ya sabía que esa noche la había planeado Mateo.Pero siempre pensé que lo hizo por odio, por desprecio hacia mí.Pero lo que decía Michael me sonaba a todo lo contrario:
Mi corazón dio un vuelco fuerte.—¿Q-qué?Michael sonrió, como burlándose:—¿Sabes por qué en secundaria llegué a conocerte?No respondí, pero su pregunta me llevó de inmediato a aquellos días.Recuerdo que, en ese tiempo, el muchacho más guapo de la escuela, de repente, me pidió indicaciones.Fue la primera vez que hablamos.Ese día iba caminando con Valerie después de clases. No le preguntó a Valerie, me lo preguntó a mí.Valerie hasta bromeó diciendo que seguro se había fijado en mí y que estaba buscando un pretexto para acercarse, que quería ligar conmigo.Yo me reí en ese momento, diciéndole a Valerie que tenía mucha imaginación.La segunda vez que lo vi, nos invitó a Valerie y a mí a cenar, delante de todos, diciendo que era para agradecerme por ayudarle esa vez.En ese tiempo, que el más guapo del instituto te invitara a comer hacía que todas te tuvieran envidia.Valerie estaba feliz y aceptó al instante.Después de eso, la tercera vez, la cuarta… nuestros encuentros se volviero
Último capítulo