Mundo ficciónIniciar sesión—No logro sacarte de mi mente... Era ya de noche, y él me besaba con hambre y ganas. Él era mi esposo, pero por error y de mentiras. Una vez, yo estando toda borracha, una cosa llevo a la otra y me lo termine follando, pero lo que nunca pensé era que el asunto pues se me saliera de las manos. Entonces yo, una señorita de la alta alcurnia, no tuve más remedio que permitir que dicho arruinado se casara conmigo y se convirtiera en mi esposo. Debido a la mucha insatisfacción q ue yo sentía y a mi nulo deseo de estar con él, me encargue de hacerle la vida de cuadritos, entonces lo humillé, abusé de él, le di cachetadas, puños y patadas, y me aguanto cuanto regaño o insulto se me saliera, pero él en cambio pacientemente nunca se enojó, y siempre mantuvo hacia mí una actitud dócil y gentil Pero algo en mi corazón fue cambiando con el tiempo, y justo cuando poco a poco me fui enamorando de él, me pidió el divorcio. Al parecer ese joven gentil y lleno de virtudes del pasado de repente se convertía, en un hombre calculador a quien yo quizás no conocía. Mas, sin embargo, y por las vueltas que da la vida, mi familia paso de la abundancia a la escasez, pero a él eso no le importo y estuvo allí para socorrerme, el marido virtuoso aquí alguna vez pisé y traté como mierda, se convirtió en mi único apoyo.
Leer más—Quiero que la insulten y la desprecien el resto de su vida. ¡Quiero que se mate solo para escapar de su calvario!Un amargo escalofrío me recorrió el corazón. A veces de verdad no entendía por qué esa mujer me odiaba tanto. Parecía querer arruinarme de todas las formas posibles. ¡Ja! Si tanto quería verme destruida, ¿por qué no devolverle el golpe?“Camila, espérate.”El punto de encuentro que Mateo me dio estaba en la orilla del río, en la zona sur de Ruitalia. Desde allí, el trayecto era de unos treinta minutos. Durante el camino, lo llamé para preguntarle si Bruno estaba de verdad con él, pero no contestó.Poco después, el taxi llegó a la dirección indicada junto al río. Apenas bajé del auto, mi teléfono volvió a sonar. Pensé que sería Mateo, pero cuando miré la pantalla vi que era Javier. Me quedé mirando su nombre un largo rato, indecisa, y decidí no contestar. Después de dos intentos, el teléfono quedó en silencio.Pero enseguida entraron dos mensajes: "Aurora, compórtate. No ha
Me estremecí.—¿Q... qué significa eso? ¿Cómo sabes que estoy buscando a alguien?—Si vienes o no, depende de ti —Mateo dijo eso y colgó.Asombrada, me quedé mirando la pantalla apagada del teléfono. No podía ser. ¿Bruno estaba con Mateo? Al poco tiempo, Mateo envió una dirección.Sin pensarlo, le grité al chofer:—¡Pare!Mi boda con Javier siempre había sido un simple pretexto. Si no encontraba a Bruno, no tenía ninguna razón para ir al lugar de la ceremonia. El chófer se quedó impactado y dijo, incómodo:—Perdón, señorita, esto es un auto de bodas; no podemos detenernos así nada más, trae mala suerte. Además, vamos junto a los carros de Camila. Parar de golpe va a afectar su formación.Mi padre me sujetó del brazo:—¿Qué haces, Aurora? ¿Por qué quieres parar así de repente? ¿Quién te llamó?No le presté atención. —Dije que pare —le hablé al chofer, muy seria.—Señorita, de verdad no podemos parar así. No nos ponga en...—Si no para, salto del auto.Mi amenaza dejó a mi padre aterro
Toda la ciudad vio el mensaje: "Aurora, te voy a amar toda la vida —Mateo". Si lo que hacía Javier se consideraba amor, entonces ¿cómo llamar a todo lo que hizo Mateo?Cuando recordé lo sucedido entre Mateo e Indira, sentí un dolor en el corazón. Pero pronto, cuando todo terminara hoy, iba a ir a buscarlo y le explicaría todo. No me importaba qué hubiera pasado entre él e Indira. Solo quería que nos reuniéramos en familia: él, yo y los niños.Mientras pensaba en eso, mi teléfono sonó de repente. Cuando bajé la mirada, vi que era una llamada de uno de los guardaespaldas de Bruno. Preocupada, contesté enseguida.—Malas noticias, Aurora. Bruno desapareció.Sentí un vacío en el estómago.—¿Cómo pasó?—Usted nos ordenó llevarlo en secreto al hotel a esta hora para encontrarnos con su gente. Pero cuando estábamos por salir, él dijo que quería ir al baño. La culpa es nuestra... dijo que no lo siguiéramos, y como no podía caminar bien, pensamos que no iba a pasar nada. Pero esperamos y no sal
Él colgó el teléfono en cuanto terminó de hablar. Me dejó extrañada.¿Escapar de la boda? Eso era imposible; de lo contrario, ¿cómo iba a castigar a Camila? Aunque, viéndolo bien, ya no importaba mucho si me escapaba o no. De todos modos, la boda no iba a poder realizarse como debería.Tal como dijo Javier, la maquillista y la estilista llegaron muy pronto. Desde que Camila le había gritado así a mi padre hacía un rato, él se quedó parado en el patio esperándome, muy obediente. Pensaba ir conmigo en el auto de la boda hasta el hotel. Era obvio que Carlos ni siquiera le avisó de su propia boda. O quizá cuando lo llamó, él estaba en la cama con alguna mujer y Carlos se enfadó.Sin pensar demasiado, me puse el vestido de novia y dejé que la maquillista empezara. Vino todo un equipo de maquillaje; Camila y yo nos arreglamos al mismo tiempo. Cuando terminaron el maquillaje y el peinado, ya eran casi las diez.Las limusinas adornadas con flores llevaban tiempo esperándonos en el patio. Las
Cuando lo escuché hablar así, sentí náuseas. —Si no fuera por ti, mi hermano y yo ya habríamos formado nuestras familias y viviríamos felices. No entiendo cómo tú solo arruinaste una base tan grande como la de la familia Cardot —le respondí, con una sonrisa falsa.—Aurora...—Tampoco entiendo cómo mi mamá, siendo tan buena, terminó enferma por tu culpa.Cuando mencioné a mi madre, mi papá pareció algo arrepentido, aunque no mucho. Más que nada, buscó cómo justificarse de inmediato:—Tú no lo sabes. Cuando yo heredé los negocios de la familia Cardot, ya estaban prácticamente en la ruina. No es que yo fuera incapaz. Y tu mamá... ella siempre pensaba demasiado y no descansaba bien; por eso se enfermó.Me reí con indiferencia. Él volvió a llorar, quejándose entre mocos y lágrimas:—¿Crees que yo no quiero que todo vuelva a ser como antes? ¿Crees que yo quería que la familia Cardot quebrara? Si no hubiéramos quebrado, seguiríamos todos bien, felices. Pero este mundo es cruel...—Cruel no e
—La verdad sí me da curiosidad: ¿por qué no buscas la ayuda de Mateo?En cuanto escuché esa pregunta, pasé de enojada a incrédula, hasta me daba risa:—¿No lo acabo de decir? Tú no me dejas reconciliarme con Mateo, y además tienes a tu gente vigilándome todo el tiempo. ¿Cómo me atrevería a buscarlo?Waylon dejó escapar una risa sutil:—Por lo menos eres sensata —hizo una pausa y preguntó—: Entonces, si Henry se negara a prestarte gente, ¿qué planeas hacer?—Pues buscarme la vida yo sola, ¿qué más? En el peor de los casos, el show se arruina y tú te quedas sin espectáculo.—Ja, ja... —había algo en la risa de Waylon que no logré descifrar—. Mañana también es tu boda con Javier, ¿no? Me pregunto si Mateo va a asistir.De pronto sentí que, pasara lo que pasara mañana, iba a ser un espectáculo interesante.—Mientras tú te la pases bien, está bien —dije con seriedad, y colgué de inmediato.No esperaba que Waylon y Henry vinieran otra vez a Ruitalia. Por suerte, esta vez pude confirmar que e





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