Un encuentro fortuito, un embarazo inesperado y la historia de una asistente y su jefe. Catarina Vergara acepta la invitación de su amiga para asistir a una fiesta, principalmente para evitar la boda de su prima, quien la ha traicionado al iniciar una relación con su exnovio. Durante la velada, vive un breve pero intenso encuentro con un desconocido que termina en un momento de pasión. Como consecuencia, queda embarazada de un hombre del que apenas conoce unos cuantos detalles y al que probablemente nunca más volverá a ver. El recuerdo de aquella noche permanece en su memoria hasta que comienza a trabajar como asistente de Alessandro Mellendez, un atractivo pero exigente CEO de una importante empresa. Lo que Catarina no sabe es que Alessandro está buscando a una mujer que desapareció misteriosamente después de un encuentro fugaz, sin imaginar que ella podría ser precisamente esa persona.
Leer más"Flávio"Las chicas llegaron del spa muy animadas y decididas, querían salir. Como siempre, Melissa capitaneaba la tropa y ya había decidido todo, fuimos al Club Social. Hacía mucho tiempo que no íbamos allá y Alessandro y Catarina y Heitor y Samantha se unieron a nosotros.—¿Quién va a empezar? —habló Melissa de repente después de la cena. Estábamos en un salón privado del Club Social y ella ya había contado sobre el maravilloso viaje de vacaciones que hizo con el príncipe Nando.—¿Empezar qué, loca? —Alessandro la miró sin entender.—A actualizarme. Estuve fuera bastante tiempo, mis vacaciones fueron divinas y ya compartí con ustedes. Ahora quiero saber todo lo que pasó en mi ausencia y, principalmente, dónde están Patricio y Virginia —Melissa era una figura, pero se preocupaba por los amigos.—No eres la única que quiere saber eso, Mel, yo también tengo curiosidad. Por cierto, te extrañé —Heitor tampoco sabía todavía de Patricio.—¡Lo sé, Martínez! —Melissa le sonrió.—Bueno,
"Flávio"Cuando llegamos a casa del hospital, no había nadie, solo una nota de Lisa diciendo que habían salido y tardarían. Después de un baño mi pequeña me mostró varias veces que ella es la mujer de mi vida y que es la única hacia quien debo correr, no que tuviera alguna duda de eso, porque nunca la tuve, pero adoraba cuando ella tomaba la iniciativa y me dominaba de esa manera.—¿Estás sonriendo por qué, grandote? —Manu salió del closet y me pilló con esa sonrisa enorme sentado en el sillón del cuarto.—Porque no logro quitarme la sonrisa de la cara. Parece que la pegaste aquí —la jalé hacia mi regazo y la besé.—No empieces, tenemos visitas —se rio.—No te acordaste de eso esta noche. ¿Estás segura de que quieres salir del cuarto? —pasé la mano sobre su seno y se estremeció.—Sí, vamos. Ya es tarde —salió de mi regazo rapidito.Llegamos a la mesa del comedor y había tres personas mirándonos de mal humor, pero el más enojado de todos era Camilo.—Eh, gente, ¿qué pasó? —pregu
"Manuela"El tiempo fue pasando lentamente mientras estuve sentada en ese sofá en el cuarto de hospital ocupado por Sabrina. Flávio estaba callado a mi lado, pero su papá se estaba desdoblando en atención conmigo. Hasta fue a la cafetería del hospital y volvió con un refrigerio y café, diciendo que deberíamos comer. Mientras más trataba de ser gentil, más lo comparaba con mi mamá y me daba cuenta de que el dinero podía hacer que las personas cambiaran la forma en que me veían. Mientras más pensaba en eso, menos quería esa herencia.—Hmm... ay... Flá-flávio... —Sabrina se movió en la cama pareciendo incómoda.Flávio me miró, parecía caminando sobre un terreno minado. Solo hice una señal con la cabeza, indicando que debería acercarse a ella. Soltó mi mano, se levantó aprensivo y caminó hasta la cama.—Estoy aquí, Sabrina —dijo al acercarse, pero no la tocó.—Viniste —desde donde estaba vi su sonrisa y la mano extendida para que él la tomara.—Vine, Sabrina, porque no me dejaste opc
"Flávio"Después de que el gerente me pasó toda la información sobre Sabrina y a qué hospital había sido llevada, colgué el teléfono sin decir una palabra. Todo esto sería una gran confusión.—¿Qué pasó, Flávio? ¿Algún problema con Manu? —Camilo viendo mi cara de susto enseguida se preocupó por su hermana.—No —balbuceé—. Solo espero que no me cause un problema con Manu —pensé por un momento antes de hablar—. La desquiciada de mi ex esposa tomó una gran cantidad de pastillas y alcohol, fue llevada inconsciente al hospital y dejó una nota para que me llamaran.—¡Qué barbaridad! —comentó Camilo—. ¿Qué vas a hacer?—Necesito ir al hospital, Camilo, a pesar de todo estuve casado con esa loca. Voy a pedirle a mi papá que avise a sus papás para que vengan, pero hasta que lleguen no es correcto que la deje sola, ¿no crees? —lo miré buscando aprobación.—Creo que deberías hablar con Manu primero —Olivia tenía razón, no podía salir corriendo al hospital sin hablar con Manu.—Sí, Oli tien
"Flávio"Camilo estaba sentado frente a mí boquiabierto. A su lado Olivia ni respiraba. Me puse nervioso. Me extendió el papel y lo miré, no daba para creerlo.—¿Positivo? ¿Cómo así positivo? ¡No, Manu no puede ser hija de esa mujer! —me costaba creer que Manu tuviera a ese monstruo por madre.Cuando Camilo empezó a contar sobre sus sospechas, en un primer momento pareció demasiado fantástico, pero después fue como si todo tuviera sentido. Ahora tenía en mis manos una prueba de ADN que confirmaba que Manu era hija de ese monstruo de Rita.—No puede ser, Flávio, no puede ser, Manu no puede ser hija de esa víbora de Rita. Manu es igual a mi mamá, Flávio, viste la foto —Camilo estaba llorando. Rozaba la desesperación y yo también estaba desconforme.Olivia se levantó y fue hasta el mostrador, minutos después volvió acompañada del responsable del laboratorio. Se sentó a nuestro lado y explicó que el examen era confiable y no había posibilidad de error. Pero Camilo estaba inconsolable,
"Camilo"Después del desayuno, dejamos a Manu y a la hermana de Flávio en la oficina. Manu estaba muy preocupada y no se calmaría, el miedo estaba en sus ojos y yo la entendía, a lo largo de la vida mi hermana ya había sido bastante castigada por esa mujer que se decía su madre.—Flávio, estoy muy preocupado por mi hermana. Tiene miedo —comenté con Flávio en el camino al hotel donde nos encontraríamos con su papá.—Sí —Flávio respiró profundo—. Voy a ser franco contigo, tengo ganas de matar a esa mujer. Manu me contó que la golpeaba con látigo. Hermano, eso es horrible de muchas maneras —los ojos de Flávio estaban en llamas. Me acordé de mi reacción cuando lo descubrí.—Solo no hice nada con ella porque Manu me rogó, pues es su madre. Hmpf... madre, ¡qué madre ni qué nada! Estoy seguro, Flávio, ese ADN va a dar negativo —estaba muy ansioso por el resultado que recogeríamos en la tarde.—¡Ojalá! Si es así, acabo con la raza de esa mujer si se acerca a Manu de nuevo.—Flávio, despu
Último capítulo