Emma Collins siempre tuvo una vida sencilla,siendo enfermera en Central Medic support tenía lo justo para vivir. Había perdido a su madre dos años atrás,ella la había cuidado hasta su muerte. Su vida da un cambio brusco al despertar un día vestida de novia y a unas horas de casarse con un desconocido y con un arma apuntando hacia ella. Ian Spencer es un as para hacer negocios,su tiempo vale oro y no está para perderlo con nadie. Unas horas antes de su boda con Francesca,ella decide huir al descubrir por accidente que los negocios de su prometido no son tan legales como creyó,dejando a Ian con la vergüenza de quedar plantado en el altar.
Leer más—Esto que diré,no debe salir de esta oficina. ¿Correcto?. Alessandro asintió no estando muy seguro de lo que Ian Spencer le diría. Ian tomó una profunda respiración y luego se tocó el puente de la nariz con mal humor. —La mujer con la que me casé no es Francesca. —¿Qué?. Alessandro alzó la voz al mismo tiempo que se levantaba de su lugar con sorpresa. —¡Si,maldición! La suplanté,me casé con una sustituta. El italiano se quedó callado por unos minutos tratando de analizar la situación tan descabellada que su “enemigo” le estaba confesando. No podía ser que ese imbecil estuviese tan loco como para hacer algo así. —¿Por qué harías algo así?. Ian se quedó callado un par de segundos y luego se giró para responderle a los ojos. —Hombres como nosotros solo tenemos de valor nuestra reputación,¿Acaso crees que quiero que eso acabe?. En eso tenía razón,no había forma de que él quisiera perder su reputación,así que com
Emma escuchó un par de golpes en la puerta,y su cuerpo reaccionó de la única forma en que podía hacerlo,con miedo. Creyendo que su ahora dueño volvería para atracarla nuevamente,pero no fue así. Una voz tranquila la llamó desde afuera. —Señorita,soy Leonor. He viendo a traerle la comida. Emma tragó saliva y los ojos nuevamente le picaron,y sin si quiera notarlo las lágrimas nuevamente rodaban por su rostro. Se mordió el labio tratando de contenerse,pero ya era inútil,las lágrimas ya manchaban todo su rostro. Leonor ya había abierto la puerta y llevaba con ella una charola llena de cosas que creyó podrían gustarle. Fue muy injusta la forma en que su jefe se había llevado a la chica,pero más injusta la forma en la estaba obligando a cumplir un rol que no le pertenecía,y haciendo que ella pagara por la cobardía que la modelo había hecho. Nadie ahí era más inocente que Emma. —No llore señorita,esta situación terminará más pronto de lo que usted cree. La mujer se acercó a ella y
Maximilian Spencer,es un hombre despiadado, acostumbrado a que todo a su alrededor se haga de la forma correcta,sin excusas y sin errores. Odia a las mujerzuelas y Puede oler a las cazafortunas a kilómetros,pero para Francesca tiene una odio en especial,ella es la ramera que logró distanciarlo de su único hijo y heredero,logró lo que ninguna otra mujer había conseguido,volverlo loco. —¿Qué diablos crees que estás haciendo?. El hombre mayor tenía un gesto rígido en el rostro y el ceño muy fruncido. Ni siquiera lograba tolerar a esa mujer y ahora tenía que tolerar su presencia por toda la casa. Pero ella hizo algo que lo sorprendió repentinamente. Le sonrió con calidez y hasta pareció abochornada. —Buenos días,hoy he preparado el desayuno de la familia. Emma iba a continuar hablando cuando de pronto sintió un escozor en el brazo,Ian la sujetó con fuerza y la jaló hasta su pecho. El anciano,sorprendido por la actitud de su hijo,se quedó quieto sin intervenir ante aqu
Ian estaba demasiado bebido,pero tuvo la fuerza suficiente para atraer a su esposa a la alcoba. Los molestos invitados habían quedado atrás junto con las dudas acerca de su esposa. Ya nadie había cuestionado a la modelo,y él había dejado de preocuparse por dar falsas explicaciones. Él era un hombre de negocios,que jamás había tenido que decir tantos engaños en su vida. Pero todo aquello había valido la pena para confundir a sus enemigos y a sus amigos,porque en aquella fiesta habían estado ambos lados. Como líder de una inmensa organización,su reputación estaba en peligro y jamás habría permitido que alguien se burlara a sus espaldas,era provocar un baño de sangre innecesario. Esa noche se sintió tranquilo,hasta un poco febril,y no sabía si era efecto de la champaña o la tranquilidad que esa mujer le producía. Francesca siempre lograba salúdese con la suya,y por ende siempre lograba sacarlo de sus casillas,en cambio Emma era algo distinto. Ella se quedaba quieta . mientras él le
La novia luce diferente ¿No te parece?. La ceremonia fue corta y los invitados lo habían notado. "Ella está embarazada... "Notas cómo luce "Si,ella luce distinta. Ya no parece enferma. Emma podía notar todos los cuchicheos de la gente,y las miradas se le clavaban en su cuerpo,que hasta ese día no había tenido inseguridades. Por el contrario,Ian trataba de acercarse a la gente a saludar. Ese era su trabajo,tratar de convencer a todos de que de él nadie podía burlarse. —¡Muchas felicidades,hermano! Por fin te atraparon. Jason,un buen amigo se acercó a saludarlo,palmeó su espalda en un saludo simulado y después le habló al oído. —¿Es ella? Pero el magnate se sintió incómodo. Una cosa era mentir y otra disfrutarlo. —Sí,así es. —¡Vamos,es hermosa!. Y es perfecta para tus planes. No luces tan contento como pensé que lo estarías,te casas con la mujer que amas,(entre comillas) pero ella luce desorientada y tú te ves fastidiado he
El magnate arrojó su bebida y esta se estrelló ante la puerta. Dos llamadas había hecho a su prometida y ella no respondió. Ian estaba desesperado,jamás le había pasado que Francesca no respondiera su teléfono,por el contrario,tenía la orden de responder bajo cualquier circunstancia. Aunque debía admitir que no era él quien llamaba regularmente,era ella quien lo hacía. De pronto su guardaespaldas entró y la mirada que este traía le hizo suponer que algo no andaba bien. —¿Donde está ella?. Evaristo tragó saliva,no quería ser él quien portara tan malas noticias,un hombre como él,a pesar de su aspecto tenía miedo. —Ha escapado,señor. —¿Qué? ¿Cómo Que ha escapado?. El magnate golpeó su escritorio tan fuerte que Evaristo estaba seguro que le arderían las manos más tarde. Tampoco tenía una respuesta a su pregunta. Todos sabían que Francesca estaba asegurada por dos hombres las veinticuatro horas del día,nadie podía acercarse a ella sin que Ian lo supiera,esa era su mujer y to
—¡Quítenle ese uniforme y cámbienla rápido!. Emma no supo lo que estaba pasando,el cuerpo le dolía casi por completo. Sobre todo la cabeza,sentía que alguien estaba golpeándola desde adentro. —!No le queda,esta chica es más gorda! ¿Qué vamos a hacer?. La voz de la mujer sonó desesperada. Emma no alcanzó a entender lo que estaba sucediendo a su alrededor. —¡Trae unas tijeras y aquel listón! No es tanto,esta chica no es gorda,simplemente es alguien normal,no como la escuálida de Francesca. Seguía escuchando frases cortas entre sueños. —¡Sigue sin despertar! No sé qué vamos a hacer si llega la hora y esta chica no logra estar consciente. De pronto ambas mujeres del servicio vieron entrar a Ian Spencer,su jefe. En la mano llevaba una jarra con agua con hielo,y sin miramientos se lo arrojó al rostro a Emma. Ella despertó de pronto asustada y temblando. Ambas mujeres no tuvieron el valor para ver su jefe al rostro. Este se miraba furioso. —¡Terminen de prepárarla! Fue la o