—Ellis,por favor cúbreme,serán solo un par de horas,lo prometo.
La rubia giró el rostro apenas unos segundos,se encontraba revisando los signos vitales de uno de sus pacientes,su turno de 36 horas estaba por terminar.
—Temperatura normal,signos vitales en orden. Está usted más fuerte que un toro (guiña un ojo a su paciente anciano de 80) sólo está aquí para conquistarme,ya le dije que estoy casada con mi empleo.
—No pierdo la esperanza Doctora.
Él le devuelve el guiño.
—Estás ignorándome. Melissa sacó un resoplido. Tenía una importante cita en menos de media hora,pero no podía ir porque su turno empezaba al mismo tiempo.
—Claro que lo hago,es todo un arte que tengo dominado. La chica la siguió por todo el pasillo y la hizo detenerse una vez más.
—Por favor Ellis,este podría ser el amor de mi vida,y tú podrías ayudarme (Ellis puso gesto de ironía,puesto que no era la primera vez que le decía lo mismo) una vez más,amiga. Finalizó al notar que no estaba siendo muy persu