—¡Micah! ¿Dónde diablos estás?.
Alessandro aceleró a fondo. Había logrado escapar de sus enemigos por lo menos por esa jodida noche,pero obviamente no podía estar tranquilo hasta que lograra hablar con Spencer o su prometida volviera. Bajó del coche sólo hasta llegar a una posada. No era lujosa,pero ahí nadie le conocía. El dolor era intenso,la doctora le había dado algunos analgésicos y eso le había calmado momentáneamente el dolor,pero ahora que ya había pasado el efecto,sentía que su costilla se partía en dos. Entró al sitio,en él,una mujer con rasgos Indios lo atendió de inmediato con un acento muy marcado.
—Buenas noches caballero,¿cuánto tiempo piensa quedarse? Tenemos habitación por día,por semana o permanentes. El líder de la mafias escudriñó el sitio con recelo,no necesitaba lujos,al contrario de sus enemigos,su gente estaba capacitada para sobrevivir en cualquier tipo de ambiente.
—Aún no lo decido,pero por lo pronto esta noche estará bien.
La mujer tomó un par de llave