Mundo ficciónIniciar sesiónEl destino muchas veces se impone ante la verdad. Alina, nieta del magnate industrial más reconocido en la ciudad, tiene una deuda pendiente con su familia. Ella desconoce varios aspectos importantes de su vida debido a que su madre, una mujer poderosa y calculadora la mantuvo prisionera en su propia casa. Hasta los 15 años, fue la niña prodiga elegida por su abuelo, para lograr hacer negocios con un alto funcionario petrolero en Dubái, pero todo cambia una noche, en la que el tío de la joven decide abusar de ella. Con un enemigo al asecho, los hermanos de Alina son enviados fuera del país, mientras ella queda bajo la protección de su abuelo. El odio, el rencor, el deseo de venganza y la sed de sangre, se convierten en el motor de la joven que intenta salir de aquel lugar que considera su propia prisión. Sola en medio de asesinos, aparece un hombre que logra desestabilizar su plan de vida. A pesar de que sus manos están manchadas de sangre, siente por primera vez el deseo de ser alguien más, sin embargo, la sombra de una promesa rota la persigue hasta el punto de desear la muerte.
Leer másEstoy encerrada en mi habitación hace media hora. Puedo escuchar los murmullos de mi familia, todos con preocupación. Mirando las telarañas que hay debajo de mi cama, miles de escenas vienen a mi mente. Unas más terroríficas que otras. Quiero coger el cuchillo y meterlo en mi garganta con fuerza. A mis 18 años no debería tener este tipo de pensamientos, pero no puedo evitarlo.
El sudor recorre mi espalda, aun cuando el frio del suelo de cerámica refresca mi cuerpo. La sangre saliendo de entre mis piernas es más espesa y caliente de lo normal, y eso me preocupa, pero me quedo en silencio mientras espero por ella. Dejo salir una enorme bocanada de aire y las lágrimas amenazan con salir. Trago el bulto en mi garganta reprimiendo mis emociones.
Suelo meterme debajo de la cama. Es mi espacio personal seguro. Mi madre dice que solo quiero llamar la atención. Me reí a solas luego de escucharla. Es mi mamá, pero ni siquiera me conoce. A mis hermanos no les importa, y mi papá está demasiado ocupado tratando de ocultar su amante. Pequeños huevos de cucaracha caen sobre mi camiseta, y una sustancia negra pegajosa se incrusta en mis uñas. Observo mi mano ensangrentada y me pregunto si es normal que una joven como yo, haya abortado en su habitación, por segunda vez.
Los murmullos de la familia aumentan y tan pronto detecto sus pisadas, contengo el aliento. Algo pasa en este momento. Mis sentidos se ponen en alerta máxima, pero no me muevo. No muevo ni un solo músculo. Todavía no. Ella entra como un huracán, barriendo todo a su paso. Todo se mueve en cámara lenta y cuando la siento cerca, mis ojos encuentran su rostro. Un rostro conocido, pero a la vez extraño. No puedo evitarlo, dos lágrimas se derraman de mis ojos. Aquí vamos.
Hala con fuerza mi cabello largo, y soy arrastrada hacia fuera mientras un dolor punzante se instala en mi estómago. A pesar que hay mucho ruido alrededor, el golpe en mi mejilla resuena. Mi cabeza se balancea con fuerza hacia un lado, aprieto la mandíbula y el calor del golpe se propaga por mi cuerpo. Mi mejilla arde y el dolor de cabeza no se hace esperar. Ella me mira con furia, palabras hirientes saliendo de su boca. Me muevo involuntariamente hacia un rincón, resbalando con mi propia sangre.
—¡Eres una mujerzuela, Alina! — Escupe con furia— Es tu maldita culpa que estemos pasando de nuevo por esta vergüenza. Te vas a vivir con tu abuelo. De ahora en adelante no quiero verte a menos que te comportes como una mujer decente. No quiero una llamada de tu abuelo diciendo que no eres una buena niña. Recuerda que tienes obligaciones. Si me entero que andas tonteando por ahí con los hombres, voy a ir por ti, y una bofetada no será suficiente para meterte en cintura—
—Mamá, llévame al hospital—Suplico con manos temblorosas—No dejo de sangrar y me duele el estómago—
Inspira profundo, pateando mis pies casi inertes sobre el suelo.
—Ojalá te mueras, Alina. Espero te desangres ahí tirada, así podré levantar mi cabeza con orgullo. Después de lo que nos hiciste, no mereces más que morir—
Mi corazón se aprieta ante sus palabras, y musito antes de dejar salir las lágrimas.
—No es mi culpa—
—Claro que sí. Siempre ha sido tu culpa. Eres igual que tu padre—Expresa mirándome con asco—Tienes menos de veinte minutos para recomponerte. Tu abuelo espera por ti—
Sale dando un portazo, y me quedo observando fijamente la puerta.
No quiero morir así—pienso antes de levantarme con piernas temblorosas e ir al baño. Después de varios minutos intentando limpiar mis piernas, llamo a la farmacia y pido algunos medicamentos. No tengo idea sí va a funcionar, pero no les voy a dar el gusto de morir, por lo menos no así.
Empaco solo lo necesario, y antes de salir hacia mi nueva vida, observo alrededor el espacio que contiene tanta oscuridad. Hace dos años le dije a mi madre que mi tío viene a mi habitación por las noches borracho, y me viola hasta que duele, pero ella no me cree. Por eso me odia.
Las últimas palabras de mi hermana mayor, antes de irse a México se repiten en mi mente como un mantra.
“Ya eres una mujer adulta, Alina, más te vale hacer lo que diga la familia, de lo contrario estarás viviendo una vida miserable, igual que la mía. Sé inteligente y elige cuales batallas puedes dar y ganar”
Llueve. Llueve a cantaros, puedo escucharlo desde la oscuridad de esta habitación.El sonido de la lluvia, y los truenos son lo único que me acompañan desde que llegué aquí. Nadie ha dicho una sola palabra. Yo no he dicho una sola palabra tampoco. Sé cómo ser obediente, y conozco las consecuencias de intentar ser valiente en medio de un secuestro. Estoy preocupada por mi seguridad, pero lo que más temo, es que mi amigo Fabricio muera. Sería otra muerte más sobre mis hombros.William, y Fabricio.Iré al infierno por ello.Escucho pasos acercarse, e inmediatamente contengo el aliento. Por lo poco que pude notar, son personas peligrosas. El tipo de armas con las que atacaron el restaurante, parecen salidas de una película de narcotraficantes.Las bisagras de la puerta chirrían con fuerza, y una voz gruesa y espeluznante resuena entre las paredes.—Quítenle la capucha— Ordena—No se ocurra hacer nada estúpido, niña. Mis hombres están listos para matarte si yo lo decido—En cuanto mi cabeza
Al llegar a casa, mi abuelo mi miró en silencio por una cantidad enorme de tiempo mientras intentaba explicar lo del accidente. Gracias al cielo mi madre decidió salir con sus amigas, así que no tuve que preocuparme por nada más que ocultar el moretón en mi frente. El abuelo quiso poner en práctica todas sus artimañas para investigar si realmente había sido un accidente. Casi en una súplica le pedí que dejara las cosas así, porque yo soy la única culpable. No necesito otra preocupación más sobre mis hombros, en caso que se dé cuenta que casi atropello a un chico vestido como mecánico, y todo golpeado porque parece haber salido de una pelea de barrio.Al día siguiente despierto con el cuerpo adolorido, sin embargo, el dolor esta vez se siente bien. Soñé toda la noche con él. Mi corazón palpitó emocionado al recordar sus últimas palabras, y dormí con una sonrisa en mis labios. Cuando lo vi alejarse, estuve a punto de preguntar su nombre, pero sentí vergüenza de mis emociones. De todas m
El salón de clases se siente vacío a pesar que hay treinta y cinco compañeros a mi alrededor. Samara está sentada a mi lado escribiendo como loca la tarea de microbiología. Ha preguntado por William cuatro veces, y cada vez que me mira preocupada por su inasistencia a la universidad me entran unas ganas horribles de encerrarme en el balo y llorar. Ella no tiene idea de lo que hice anoche en mi casa.Estuve dos horas manipulando el cuerpo de William, intentando hacer lo que mi abuelo quería. Jamás había hecho una autopsia. Leer el procedimiento en los libros es diferente a la realidad. No pude dormir en toda la noche, imaginando el rostro de William sonriéndome todas las veces que se acercó a mí siendo amable y coquetear conmigo.—Oye, ¿crees el profesor note que las respuestas son las mismas? Tengo mucha flojera de cambiar las palabras——Samara, el profesor no es tonto. Si lo escribes tal cual por supuesto que lo va a notar ¿Por qué no hiciste la investigación? ——Enzo fue anoche a mi
Tres años después. El auditorio está repleto de familia, amigos, visitantes, docentes, y un sin número de fotógrafos. El ambiente alrededor es de alegría y orgullo. Hoy es la ceremonia de imposición de batas blancas en la universidad, y cada familia presente hace alarde del simbólico evento. Estamos todos mis compañeros y yo, sentados en primera fila esperando que el rector decida dar sus palabras más elaboradas. Mi expresión algo vacía, llama la atención de mi madre que me observa como un halcón, pero la ignoro. No quiero ni necesito que esté aquí. Ella debe estar muy orgullosa al igual que mi abuelo. Ambos fueron muy enfáticos en la carrera que debía estudiar.Odio profundamente la medicina, pero ellos necesitan un doctor en la familia, y mi hermana mayor se impuso sobre esa voluntad, así que yo soy su última opción. No pude negarme. Había traído suficiente vergüenza a la familia, por lo que es mi salida para redimirme frente a ellos, aun cuando no es mi culpa los errores del pasad
Estoy encerrada en mi habitación hace media hora. Puedo escuchar los murmullos de mi familia, todos con preocupación. Mirando las telarañas que hay debajo de mi cama, miles de escenas vienen a mi mente. Unas más terroríficas que otras. Quiero coger el cuchillo y meterlo en mi garganta con fuerza. A mis 18 años no debería tener este tipo de pensamientos, pero no puedo evitarlo.El sudor recorre mi espalda, aun cuando el frio del suelo de cerámica refresca mi cuerpo. La sangre saliendo de entre mis piernas es más espesa y caliente de lo normal, y eso me preocupa, pero me quedo en silencio mientras espero por ella. Dejo salir una enorme bocanada de aire y las lágrimas amenazan con salir. Trago el bulto en mi garganta reprimiendo mis emociones.Suelo meterme debajo de la cama. Es mi espacio personal seguro. Mi madre dice que solo quiero llamar la atención. Me reí a solas luego de escucharla. Es mi mamá, pero ni siquiera me conoce. A mis hermanos no les importa, y mi papá está demasiado o
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