Ian estaba demasiado bebido,pero tuvo la fuerza suficiente para atraer a su esposa a la alcoba. Los molestos invitados habían quedado atrás junto con las dudas acerca de su esposa. Ya nadie había cuestionado a la modelo,y él había dejado de preocuparse por dar falsas explicaciones. Él era un hombre de negocios,que jamás había tenido que decir tantos engaños en su vida. Pero todo aquello había valido la pena para confundir a sus enemigos y a sus amigos,porque en aquella fiesta habían estado ambos lados. Como líder de una inmensa organización,su reputación estaba en peligro y jamás habría permitido que alguien se burlara a sus espaldas,era provocar un baño de sangre innecesario.
Esa noche se sintió tranquilo,hasta un poco febril,y no sabía si era efecto de la champaña o la tranquilidad que esa mujer le producía. Francesca siempre lograba salúdese con la suya,y por ende siempre lograba sacarlo de sus casillas,en cambio Emma era algo distinto. Ella se quedaba quieta . mientras él le besaba los labios,mientras tomaba su cintura y jugaba con su pelo. Él le daba besos cortos en los labios y ella se los correspondía. Era algo que no recordaba haber experimentado con su novia. A ella solía molestarle el roce de la gente,aunque era apasionada como ninguna en la intimidad. Él le dio un beso más intenso,le tomó el rostro con ambas manos mientras su cuerpo se acercaba al de ella,la chica no sabía cómo reaccionar. Por un lado le provocaba temor ese hombre,porque había entendido que siempre lograba su objetivo,el problema era que para Emma era la prima ex que estaría con un hombre,ni siquiera se había dado el tiempo y la oportunidad para conocer a alguien,su tiempo estaba dividido entre atender a su madre enferma y su tiempo en la clínica. Así que era de esperarse que fuera completamente inexperta. Tenía miedo de dejarse llevar,porque tampoco podía mentirse,él era el hombre más atractivo que jamás había conocido,ni siquiera imagino que un hombre de ese porte pudiese fijarse en ella. —Por…favor,pare. De sus labios salió apenas un susurro,una súplica que no fue escuchada por Ian. Él había perdido la capacidad de distinguir entre lo real y lo falso. Para el magnate aquella mujer le pertenecía,su cuerpo frágil y suave era suyo y nadie le diría lo contrario. Le comió los labios a besos,y sus manos viajaron por todo el cuerpo inexplorado de Emma,él la tocó en sitios que ella no sabía podían reaccionar de esa forma. Le ha loyal oído y le dejó claro lo hermosa que era,y lo loco que lo estaba volviendo el aroma de su cuerpo. Ella se dejó llevar por todo el torrente de emociones que había sentido ante su tacto,porque aquel hombre era experto en recorrer cada rincón que no ella misma sabía que existía. Le devoró los labios,le encendió la piel,y dejó un camino húmedo desde su vientre hasta su sexo,él la hizo vibrar con cada toque,y cuando por fin estuvo dentro de ella fue gentil,no se apresuró a consumarlo,por el contrario. Besó su labios con deseo y con ambición,pero al mismo tiempo entronen el con gentileza,pero cuando notó que su cuerpo se acostumbró,apresuró el paso,logrando sacar descargas por todo su cuerpo que ahora mismo convulsionaba de placer entre sus brazos. La joven no había conocido el placer que su cuerpo podía provocarle,no había sido tocada de esa forma,y por primera vez sentía lo que era tener un hombre dentro de ella. Y le pareció uña experiencia más fascinante que había tenido. Él también había descargado toda su pasión sobre ella para después caer sin fuerza sobre su pecho. El mismo que había devorado minutos antes. Le dió un último beso,un beso profundo y calmado que hizo que Emma se sintiera completamente feliz y satisfecha. Para después verlo caer a su costado y quedarse profundamente dormido. (…) Los primeros rayos de sol se empezaban a filtrar a través de las cortinas blancas de la habitación de los recién casados. Ian sintió un ardor en los ojos que le impedía abrirlos completamente,y lo siguiente que descubrió fue que tenía un terrible dolor de cabeza,con cuidado se incorporó y giró el rostro al sentir muy cerca una pierna muy cerca de su cuerpo. Por un momento creyó que Francesca había vuelto y su corazón se aceleró,pero pronto recordó que no era ella la mujer que amaba,sino su sustituta que había aprovechado muy bien su parecido para arrastrarlo a su cama. ¡Que idiota había sido! Haberse dejado envolver por una de su tipo. Para Emma aquella había sido la mejor experiencia que hubiese tenido,ni siquiatra imaginó que la primera vez que estuviera con alguien fuese de esa forma tan entregada. —Has despertado ¿cómo te sientes?. Emma notó que su esposo lucia confundido y por su experiencia podía saber que seguramente tenía una resaca. Sin esperar a que él le respondiera,ella se levantó de un gran brinco de la cama que ambos habían compartido. —No te preocupes,seguramente la cabeza debe estarte matando,iré rápido a la cocina a prepararte el desayuno,puedes darte un baño mientras lo hago para que eso te ayude. Y sin decir más,se colocó una bata de baño y salió tan rápido que el Mafioso se quedó paralizado sin saber bien qué era lo que estaba pasando con esa mujer. Para Emma no era algo difícil el preparar un buen desayuno,a su madre solía consentirla siempre que podía. Entró a la cocina para buscar lo que iba a necesitar,cuando de pronto una chica de la servidumbre dejó caer una taza al verla ahí buscando. Emma se giró rápidamente al escuchar cómo se quebraba en pedazos la taza. —Señora Francesca ¿necesita algo?. La chica con un enorme temor se agachó para levantar el desastre que había hecho al ver a la señora buscando en la cocina,sabía de mal carácter que ella tenía y su temor aumentó al creer que podía correrla por ese error que había cometido,pero para su sorpresa la señora se agachó con ella para ayudarle a levantar su desastre. —No te preocupes por eso,déjame ayudarte con esto,es muy peligroso y puedes ocasionar un accidente. Debes tener un poco más de cuidado. La chica del aseo asintió levemente con la cabeza y con los ojos llenos de confusión. La señora se había hecho cargo de la situación en un abrir y cerrar de ojos,que tomó completamente desprevenida a la chica. —Bueno,yo te he ayudado,ahora tu puedes ayudarme diciéndome dónde puedo conseguir todo para hacerle un buen desayuno a mi esposo. La chica del aseo no lograba salir de su impresión. Llevaba casi seis meses trabajando en esa mansión ,pero nunca había visto a la señora Francesa por la cocina,únicamente en la alberca. —Señora no se preocupe,en un momento le hago su desayuno y el del señor Ian ¿qué desea que le prepare?. Emma le sonrió de una forma que para chica fue muy deslumbrante. —¿Cómo te llamas?. Preguntó la señora. —Jenny. —Jenny,yo quiero ser la haga el desayuno de mi esposo,puedes quedarte para ayudarme. Pero de sus necesidades quiero hacerme cargo yo. La chica asintió también con una sonrisa sorpresiva. De pronto entró la mujer que para Emma era inconfundible,la única que le había dado un poco de ayuda en su momento más temido. —¿Qué crees qué haces niña?. Su tono fue un poco más severo de lo que quiso,haciendo que Emma se sintiera incómoda por primera vez desde que había despertado. —Señora Leonor,¿cierto? Pretendo hacer el desayuno de Ian,y si me permiten,poder ayudarlas a ustedes con las necesidades de él. Leonor lució sorprendida,pero entendió el error de la chica. Ella creía que de verdad era la esposa del patrón y que debía atenderlo,pero para su seguridad,era mejor que permaneciera quieta sin hacer movimientos bruscos por la casa que llamaran mucho la atención. —Si me permite,necesito hablar con usted a solas. La atrajo fuera de la cocina,donde la demás servidumbre no pudiera darse cuenta de la situación. Emma asintió y la siguió hasta una habitación vacía. —No te confundas pequeña,recuerda que vienes aquí a desempeñar un papel,el señor Spencer te trajo como sustituta de su mujer,aquí nadie nunca habla con la señora Francesa,si tú haces eso sólo los confundirás y se preguntarán qué ha cambiado de la señora,además,la señora siempre nunca ha levantado un dedo en esta casa,ella es modelo de diseñadores,ed una mujer acostumbrada a mandar,no a hacer labores como tú. Leonor no pretendía incomodar a Emma,y sin embargo lo logró. —Entiendo que estoy aquí de paso,pero quiera poder ser yo en este sitio,diré que ahora me siento distinta por el matrimonio,pero no haga más larga mi estadía en este sitio encerrándome en una habitación sin hacer nada,por favor. No era fácil hacer lo que pedía,en cuanto el señor se diera cuenta lo que pretendía hacer la encerraría en su habitación y no la dejaría salir de hasta que pasara el tiempo en que debía dejar la mansión. Estuvo de acuerdo y ambas volvieron a la cocina para preparar el desayuno,y Emma si que logró sorprender a Leonor,que no era fácil que alguien lo hiciera,pero la chica sabía hacer las cosas muy bien. —¿Qué diablos crees que estás haciendo?. Emma llevaba una charola con el desayuno de su esposo cuando un hombre de mirada retadora la detuvo.