Mundo ficciónIniciar sesiónNada es lo que uno quiere... ¿Qué pasa cuando metes la pata hasta lo más profundo en vísperas de navidad? O peor aún ¿Qué pasa cuando tu papá se entera de lo que has hecho? Esta es la historia de Hannah Cicarelli Sinclair, nuestra pequeña Sherlock, que ahora ya es toda una mujer y a sus dieciocho años ha decidido ser oficial de policía, lo que no sabía era que por una locura de su superior jerárquico estaría metida en un tremendo problema que llegaría a escalar hasta la seguridad nacional de su país. Por otro lado está el culpable de todos los dolores de cabeza de Hannah. El capitán Benedict Henderson, un hombre de buen corazón que ama a su familia, aunque esta haya quedado rota por la pérdida de su hermano mayor hace cinco años. Un acuerdo que los beneficia a ambos o eso es lo que creen … Una propuesta… Dos familias poderosas que tienen ideales muy distintos… Un amor que nace de la camaradería y ayuda mutua… Una venganza mal direccionada y un niño que llega inesperadamente a sus vidas son algunas de las cosas que tendremos en esta historia auto conclusiva. Seducción, traiciones, secretos, intrigas, mentiras y sospechas, entre giros y más giros, es lo que puedes esperar de una original, divertida y un poquito, solo un poquito de comedia negra en esta historia de amor en la que nada es lo que parece.
Leer más¿Qué pasa cuando metes la pata hasta lo más profundo en vísperas de navidad? O peor aún ¿Qué pasa cuando tu papá se entera de lo que has hecho?
Esta es la historia de Hannah Cicarelli Sinclair, nuestra pequeña Sherlock, que ahora ya es toda una mujer y a sus dieciocho años ha decidido ser oficial de policía. Lo que no sabía era que por una locura de su superior jerárquico estaría metida en un tremendo problema que llegaría a escalar hasta la seguridad nacional de su país.
Por otro lado está el culpable de todos los dolores de cabeza de Hannah. El capitán Benedict Henderson, un hombre de buen corazón que ama a su familia, aunque esta haya quedado rota por la pérdida de su hermano mayor hace cinco años.
Un acuerdo que los beneficia a ambos o eso es lo que creen …
Una propuesta…
Dos familias poderosas que tienen ideales muy distintos…
Un amor que nace de la camaradería y ayuda mutua…
Una venganza mal direccionada...
Un niño que llega inesperadamente a sus vidas....
Y un par de personajes muy especiales...
Son algunas de las cosas que tendremos en esta historia auto conclusiva.
Seducción, traiciones, secretos, intrigas, mentiras y sospechas, entre giros y más giros, es lo que puedes esperar de una original, divertida y un poquito, solo un poquito de comedia negra en esta historia de amor en la que nada es lo que parece.
Nota al margen… Las terapias son de exclusiva responsabilidad de quién lea.
Nueva York, Hace cinco años atrás…
—¡Capitán!—su amigo, el teniente Shaw entra a su oficina y sin golpear, Benedict levanta la mirada, frustrado pues es su segundo castigo en el mes por no haber seguido las instrucciones de su comandante y como niño regañado, se encontraba trabajando tras un escritorio—, han llamado al escuadrón Anti bombas desde las oficinas de Henderson & co.
—¿Qué?— el joven capitán, el primero de su clase y el mejor desactivador de toda la costa este se levantó como si de su trasero le hubieran puesto un cohete— Dame la situación, Shaw.
—Hace dos horas el lugar fue invadido por una turba de protestantes en contra de la carrera armamentista y la participación de esta empresa en la licitación de misiles teledirigidos, la situación fue superada por los mismos efectivos de la empresa hasta que— el teniente Shaw se queda callado y eso enfurece a Ben.
—¿Hasta qué, Travis?
—Hasta que su hermano se comunicó con su padre, están pidiendo cinco millones de dólares, sino los consiguen dentro de una hora, harán detonar la bomba que se encuentra en la oficina de su hermano, Capitán.
—¿Qué?
—Eso es lo último que recibimos por la radio.
—Vamos, no hay tiempo que perder.
—Pero, señor, su castigo.
—¡Me vale m****a! Vámonos.
En menos de un minuto, Ben y su teniente enfilan sus pasos hasta Henderson & co. La empresa de su familia y en la que su hermano es Ceo. No le importa que lo vuelvan a castigar, es la vida de su hermano la que está prendiendo de un hilo.
Al llegar al lugar, todo es un caos, ve gente esposada por los equipos SWAT y a los ya metiches de los periodistas que esperan la noticia para su primera plana.
—Capitán Henderson, es cierto que su hermano se encuentra adentro.
—Capitán, usted se encuentra amonestado, está haciendo esto por que es su hermano el afectado o le interesa dejar bien a la empresa de su familia.
—Capitán, capitán , respóndanos.
Ben es escoltado por su equipo y se adentra en esas oficinas que juró jamás volver a pisar. Sabe que están contra tiempo y aún no hay noticias de su padre.
—¿Qué mierdas haces aquí?— le reclama el comandante Rodríguez, su jefe directo y quién está haciendo la exploración para desactivar la bomba.
—Señor. Yo…— se queda estático al ver a su hermano con ese chaleco que debe estar rebosando de C4 y la mirada de su jefe y la de su hermano le confirman lo peor.
—¡Henderson, sal de aquí!
Pero Ben no escucha a nadie y se mantiene al lado de su hermano, esperando por un milagro, él sabe que conseguir esa suma de dinero no es tan fácil como se piensa, pero sus padres son muy importantes en las altas esferas de las empresas armamentista.
—¡Benedict, sal de aquí!—Grita su hermano Daniel y el muchacho vuelve a negar.
—Hermano, ya vienen mis compañeros del escuadrón antibombas, te prometo que saldremos los dos de aquí.
—Sabes que eso no pasará, solo dile a Jacky y a nuestros padres que los amo.
El sonido del contador de tiempo lo ensordece, los gritos de sus compañeros y de la gente alrededor no los escucha, solo lo ve a él, cuando alguien lo toma por la espalda y luego ese pitido que no se quita de sus oídos. Una luz y luego oscuridad.
—¡Daniel!—Su grito ahogado por el pitido que ahora siente en sus tímpanos destrozados y la polvareda alrededor de él y de sus compañeros es lo único que cubre la imagen dantesca que se cierne a su alrededor.
Como puede, intenta acercarse al lugar, pero el teniente Shaw lo vuelve a sujetar—Déjame ir— grita, sin escuchar su propia voz. Se produce una segunda explosión y su cuerpo sale disparado junto al de su compañero, el dolor en el pecho es lacerante, como si algo se hubiera incrustado en el, pero vuelve a hacer el intento de levantarse, siente un mareo enorme y luego nada…
Dos días después, en una cama de hospital el joven oficial Henderson despierta sobresaltado.
—¡Daniel!— grita y ahora si escucha su voz, la mano de alguien conocido le sostiene, era su padre.
—¡Dios! Por fin despiertas.
—Pa… Papá, mi hermano...
—Tu hermano está muerto, Benedict, pero eso ya lo debes saber estuviste ahí— el hombre le dice sin siquiera sentir un ápice de pena por sus hijos, pero qué esperaba Benedict, así era ese hombre al que llamaban padre.
En eso se escuchó la puerta abrirse y un doctor junto a una enfermera aparecieron.
—¿Hace cuánto despertó?— pregunta molesto.
—¿Y eso importa?
—Por supuesto señor, habría sido mejor dejarlo solo que con una persona tan empática como usted—espeta con sarcasmo.
—Dígame su nombre completo, medicucho de m****a.
—Oh, claro, por supuesto. Bruno Cicarelli, jefe subrogante de este humilde hospital y quién salvó la vida de su hijo.
Aunque la pregunta me puso los nervios de punta al que al parecer no le provocó ni cosquillas lo que dijo nuestro padre fue a Daniel. Él, se mantuvo serio, casi sin mostrar ninguna expresión en su rostro y, aunque no veníamos preparados…—¿Te parece que esta semana comience con algo simple aprendiendo lo que hace Jacky y luego tome el control en unos quince días?—Veo qué has estado averiguando o alguien te ha dado la información ¿No le parece señor Scott?—Me lavo las manos cual Pilatos, Henderson. Yo solo tuve que mover ciertos hilos para que Reed se quede un tiempo más y puedo ayudar al novio de mi nieta.—Ya veo—respondió meditando las palabras y luego bebió de su copa, estaba tan tranquilo que me producía nervios.—Como dice el Señor Scott, es cierto que si me quedo es para ayudar a Benedict en lo que sea necesario y creo que una buena forma de hacerlo es dónde más sé.—Si conoces a Stone tenemos una pequeña ventaja en nuestras manos, la otra la tiene Jacqueline.—¿Perdón? no est
Llegó el momento Por Daniel Reed La mañana llegó como si fuera una sentencia de lo que va a pasar, no dormí ni mierda y siento que la cabeza me va a explotar, pero no me pude negar a nada, menos mi hermano.Y así es como nos tienen ahora a los tres, vestidos de manera muy informal y con una sonrisa de oreja a oreja en la cocina de la Bis, como le dice Hanny, horneando unas tartas de manzana y galletas de mantequilla para el postre. Porque déjenme decirles algo, ya dije que esta familia era extraña, pero con todos ellos juntos de verdad que lo confirmo.No fue más que llegar que la señora Blue nos orilló a la cocina, que debo decir huele delicioso, pero las indicaciones fueron claras:“Si quieren comer, tienen que colaborar”Y lo que ordena la señora Scott es ley para todos, por lo que estamos con los hijos de los doctores Scott, el hermano de Hanny y varios de sus primos pequeños trabajando afanosamente, mientras Hanny y Mel disfrutan del espectáculo.—Uy, se les da lo ser papurris
Una familia peculiar Por Daniel Reed.—Si sigues paseandote así harás un hoyo que llegue a la China.—Es que Hanny no me ha llamado en todo el día y ya me estoy preocupando ¿Les habrá pasado algo?—No nos ha pasado nada señor P, pero gracias por preocuparse.—Hola, amor.Es divertido y hasta tragicómico ver como Benedict corre hacia Hanny y la levanta del suelo para girar con ella como si no la hubiese visto en años, mientraa Melanie revira los ojos y hace una mueca de desagrado.—Ay, por favor, señor P. No nos fuimos por un año, apenas y fueron unas horitas.—Pero pareció una eternidad, Mel. Ya te quiero ver cuando te enamores.—Eso jamás pasará, yo seré la tía solterona, con varios toy boys y unos cuántos perros y gatos.—M…—Ni se te ocurra, Hanna María del perpetuo cosorro.—Está bien, pero creo que Ben tiene razón, algún día puede que te enamores y conozcas esa sensación de querer estar con la persona que amas en cada instante.—Paso.Mel hace una mueca de asco que me provoca un
La previa...Por Jacqueline Henderson Mi suegro había interrumpido mi día de trabajo como siempre lo hacía ordenando…—El domingo estamos invitados a la barbacoa familiar de los Scott. Tienes que prepararte bien, junto al niño. Es imperioso que nos veamos como la familia ejemplar que somos.—Pero...Intenté hablar, quería ir al hospital y llevar a Daniel, si el doctor Cicarelli me lo permitía.—Pero nada, Jacqueline. El futuro de la empresa y de todo lo que poseo depende del matrimonio de Benedict, así que harás lo que yo digo, como yo lo digo.Agaché mi cabeza y solo asentí. Era otra de las marionetas de Benedict Henderson padre y, al paso que iba, eso jamás iba a cambiar.Después de ese amoroso encuentro mi suegro salió de mi oficina, yo seguí leyendo los documentos que estábamos trabajando con mi equipo para la licitación. Si de algo estaba segura era que para llegar a ellos teníamos que congraciar al Coronel a cargo y, aunque no me gustaba, la situación lo ameritaba.—Señora Hend
Por Daniel ReedVeo como mi pequeño hermano cabecea, intentando no quedarse dormido, mientras habla con la señora Lu y conmigo.Benedict es un excelente hombre, no sé cómo ha logrado convertirse en lo que es con los padres que tenemos, aunque no recuerde nada de mi vida de ellos y solo flashes de algunas cosas de mamá, no hay nada más en mi cerebro y eso a veces me molesta.—Creo que es hora de que me vaya y ustedes vuelvan a sus habitaciones a dormir.—Tienes razón, Lu. Guatita llena, corazón contento, muchas gracias por la comida. Nos retiramos. Vamos, hermano.—Hablando de hermanos, ¿saben que tienen un parecido increíble ambos? De verdad que parecen hermanos.Las palabras de la señora Lu en vez de hacerme sentir feliz, me preocuparon. Si ella había notado el parecido, ellos que eran nuestro progenitores ¿no lo harían?—Pues digamos que es un hermano de esos que dicen en las novelas perdido, pero es un secreto, mi querida Lu ¿puedes guardarlo?—¿Cuándo no lo he hecho, mocoso? Si Ha
Aunque sigo pensando que esto es una gran, pero gran estupidez me dejo llevar por el idiota de Reed y por mi hermosa novia. Peor me quedo después de saber que el enfermero musculitos es oficial de la Interpol y que el idiota que va atrás en mi auto es su subalterno.¡Dios! ¿podría haber algo peor?No lo sé, hermano, pero creo que algo pasa, porque Hanny solo asiente y luego niega en su llamada…Desde que nos subimos al auto ha estado hablando por teléfono con alguien. En un principio pensé que era con el pendejillo de Cameron, pero este me acaba de llamar para confirmar que las credenciales de Reed ya están listas y enviadas al correo de mi oficina, como procedimiento formal de Scotland Yard.Ese pendejo es mi nuevo ídolo…Todos son tus ídolos, conciencia, menos yo.No te sientas, Ben. Ya te pondré en un pedestal...—Idiota.—¿Qué pasa, Ben?—Nada, mi niña. Solo me estaba recriminando algunas cosas que dejé pendiente en la academia.—Pues te tengo una buena noticia.—¿A sí?—Ajá. Mi p
Último capítulo