Alcanzar un sueño

Los Hamptons, barbacoa familiar de los Scott...

—No puedo creer que ustedes dos me abandonen, son unos hijos de puta.

—Ay, Mel. No seas dramática, yo estaré en el mismo estado que tú, salvo que no nos podremos ver tan seguido—le digo a mi mejor amiga y casi hermana, que ha estado haciendo un melodrama como los que hacía su hermana en las películas y el teatro porque nos vamos a estudiar.

—Y a mí me puedes llamar cuantas veces quieras por video llamada.

—Eso es cierto, podemos hacerlas todos.

—Además yo no me voy a ningún lado— responde Adrien y Mel revira los ojos, ¡Dios, esta mujer!

—Tú cállate, idiota. Nadie te invitó a esta fiesta.

—No seas así, hermanita, yo lo invité y Adrien te va a cuidar en mi nombre— mi Cam se sonroja como tomate maduro, es que es tan tiernukis que me encanta cuando se pone en modo hermano sobre protector.

—¿Qué? Estás loco si piensas dejar a este imberbe cuidándome, al final terminaré yo siendo su niñera, mejor que me cuide Agus, es más lindo.

—¡Ni loco!—gritan los dos y yo muero de risa. Era demasiado cómico ver a esos tres discutiendo por todo.

—Ya, tranquilos, dejen de discutir que hoy es un día especial para mí y quiero pasarla con mis mejores amigos.

—En eso tienes razón, debemos pasar todo el tiempo que te queda aquí muy juntitas, no sabes cuánto te voy a extrañar Hanny.

—Y yo a tí, mi Mel.

—Pues vamos a disfrutar.

Los abuelos estaban tirando la casa por la ventana, de hecho, como nunca estaban todos, incluso el tío Stuart con la tía Claudia habían llegado para celebrar que yo había sido aceptada en la academia de policía de Nueva York y Cameron se iría por una temporada a las Águilas.

Todavía recuerdo el día en que lo decidí…

La Academia de Policía es el centro de formación de última generación del Departamento de policía de Nueva York, que ofrece preparación académica y física a los miembros uniformados y civiles del Departamento de Policía de Nueva York. Los miembros del departamento reciben una preparación exhaustiva y rigurosa, digna de los profesionales de las fuerzas del orden más capacitados y eficaces del país. La Academia de Policía les proporciona la última tecnología, educación y conocimientos tácticos para mejorar su capacidad de proteger las vidas, los derechos, la propiedad y la dignidad de todos los neoyorquinos y visitantes. Me encanta, ¿qué debo hacer para postular?— pregunté a la oficial de policía que estaba entregando la información en la actividad que hicieron en la escuela para promover universidades y lugares donde estudiar.

—Solo debes llenar esta solicitud y cumplir con los requisitos, cariño.

—Muchísimas gracias, ya verá que pronto seremos compañeras.

Creo que le dije y salí feliz, feliz como una lombriz con la idea fija de ser una oficial de policía como ella.

¿No me digan que pensaban que estudiaría medicina como mis papás? Cuek, error, se equivocaron palomos, lo mío iba más por el servicio a la comunidad y la investigación (sobre todo de esos casos truculentos que leo en mis libros). Ser amiga de David Galeano y de una serie de agentes que a lo largo de mi vida (Ah y también que me dijeran la pequeña Sherlock) me cautivó desde que tengo uso de razón. Aunque no quiero ser solamente policía, mi sueño algún día es ser agente del FBI como José y el tío Miles.

Después de tomar toda la información venía la segunda parte… Convencer a papá y ¿por qué solo a papá?, pues simple porque soy su pequeña, en cambio mamá es más abierta y estoy segura que me apoyará.

Ese día estaba tan eufórica que cuando llegué a casa de lo único que hablé fue de todos los beneficios e importancia que era ser parte del cuerpo de Policía.

—No sé que tanto te metieron en el cerebro todos estos años, pero yo no estoy de acuerdo, Hanny, podrías ser una excelente doctora y ayudar a muchos desde esa forma sin arriesgar tu vida.

—Pero no es lo mismo, papi. Tú sabes que me gusta el investigar cosas y ayudar a la gente.

—Pues puedes estudiar y dedicarte a la investigación o estudiar derecho, también así puedes salvar vidas.

—No es eso lo que yo quiero, papito.

—Ya basta ustedes dos—dice mi mamá mientras nos mira del uno al como tratando de regañarnos, pero más a mi papá que estaba que se lo llevaba el diablo—Bruno, deja que tu hija estudie lo que quiera, nosotros como papás debemos apoyarla en lo que ella decida y si ella quiere ser oficial de policía, pues yo la apoyaré.

—Pero es mi niña la que quiere ser policía.

—También es la mía, Bruno.

—No discutan por mi culpa.

—¡No estamos discutiendo! — me respondieron los dos un tanto molestos y pues como la loca que soy me puse a reír y ellos me siguieron.

Al final, mamá convenció a papá de que si yo quería ser policía ninguno de los dos podría lograr cambiarlo, pues era digna hija de mi padre y él tuvo que ceder.

Terminamos todos riendo y con Brunito no entendiendo nada.

Volviendo a la barbacoa que mis abuelitos habían organizado, estoy feliz viendo a mi hermosa familia, es que todo por fin estaba en su lugar.

Mis tíos eran los mejores del mundo y los amaba, me encantaba como siempre ellos estuvieron conmigo, aunque en un principio las cosas fueron difíciles, estando solitas con mi mamá y mi enfermedad, pero desde que ellos llegaron a mi vida, junto con mi papá, ya no estuvimos más solas y supimos del significado de ser un Scott, aunque fuera putativo.

—¿En qué piensas mi Sherlock?

—En que estoy muy feliz de saber que empezamos a cumplir nuestros sueños, Cam.

—Te voy a extrañar montones—me dice todo sonrojado, siempre supe que él sentía algo por mí (en algún momento también lo sentí), pero todavía es un niño, yo lo amo como un hermano y creo que al fin lo entendió. Mecí sus cabellos y sonreí. Me acerqué y le di un beso en la mejilla.

—Ya llegará a tu vida eso que te falta y, te aseguro que serás muy, pero muy feliz.

—Y esa nunca serás tú— esa afirmación es un poco dolorosa, porque jamás quisiera hacerlo sufrir, pero asiento, no quiero darle falsas esperanzas—. Pues, espero lo mismo para ti, mi querida Hanny.

A la mañana siguiente, la tropa se encontraba afuera de mi casa esperándome, no podían ser normales y aunque los amaba, el bullicio fuera de la casa era de locos.

—¡Señor!—exclamé — Me voy a la academia de policía no al otro lado del mundo como Cameron.

—Pues te las bancas, iremos todos a despedirte.

—Bruja.

—Insidiosa.

—Metiche.

—Intolerante.

—¡Ay! Ya déjense de discutir y vamos, que a las doce sale mi vuelo.

—Nuevamente harás el drama ¿no?

—Ya sabes que no me gustan las despedidas.

—Si no se suben a la camioneta, tu papá se saldrá con la suya—Nos dice Lamas y todos reviramos los ojos, pues papá estaba casi exultante.

—Si vamos.

—¡¿Para qué hablaste?!

—Vamos, doctor Cicarelli, Hanny estará bien, usted deje que este año se pasará volando.

—A eso le temo más.

—¿Por qué papi?

—Porque después estarás en las calles y un delincuente te puede…

—Bruno, ya hablamos de eso—le regaña mamá y todos nos reímos de él. El pobre, se encoge de hombros y no le queda más que callar.

Al llegar a la academia, me despido de todos, el abrazo más largo fue con mi papá, de verdad que era un poquito dramático, pero era entendible, era la primera vez que nos separábamos desde que nos encontramos.

—Espero las mejores calificaciones.

—Siempre, doctor Cicarelli, siempre.

—¿Tus medicamentos?

—Todos en regla.

—Si te sientes mal…

—Lo sé, te amo.

Tomé mi maleta, mi bolso y me alejé de ellos, aunque era difícil separarme de todos, era por un motivo superior y ese era cumplir mi sueño.

Academia de policía, prepárate por que Hanna Cicarelli se viene con todo.

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Comenzamos las actualizaciones de esta historia, tres veces por semana, así que prepárense.

Nos vemos el viernes.

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