Diciembre el mejor mes del mundo mundial...
—"Campanitas, campanitas, suenan sin cesar..." ¡Cómo amo la navidad!— Estoy en mi nueva habitación, después de que empezó el suicidio colectivo de los reclutas cuando tuvimos el último examen, es como si el señor pesadilla nos hubiera liberado y como premio, ya estábamos en nuestras habitaciones individuales—"hoy llegó la navidad"...
—Cicarelli, ¡Cicarelli! — reviro los ojos al saber de quién está tras la puerta, no entiendo por qué no llega y entra, si cuando puede hasta duerme conmigo. Suspiro hondo y abro la puerta con mi mejor cara de pocos amigos.
—¡¿Qué?! —respuesta clara y precisa para el incordio ese ¿no?
—El capitán Henderson te está buscando ¿Qué hiciste ahora? — me pregunta mi reivindicado amigo y compañero, sí, lo había perdonado por las estupideces que me dijo el otro día de que el señor pesadilla me atraía sexualmente, claro que no antes de hacerle una buena llave y de estar a punto de pedirle a Maia que lo besara. Frente a mí