LA PROMETIDA DEL DEMONIO INMORTAL

LA PROMETIDA DEL DEMONIO INMORTALES

Romance
Última atualização: 2025-08-01
Vale Mirez  Atualizado agora
goodnovel16goodnovel
0
Avaliações insuficientes
10Capítulos
9leituras
Ler
Adicionado
Resumo
Índice

Desde su nacimiento, Kelyra ha estado marcada por un símbolo que arde cada noche sin explicación. Sueña con un hombre de ojos dorados y voz antigua que la llama por su nombre, como si la conociera de otra vida. Lo que no sabe es que su alma ha pertenecido, durante siglos, a “Lucien”, un demonio inmortal que desafió al cielo por ella. En cada una de sus reencarnaciones, él la ha buscado. En todas… la ha perdido. Esta vez, sin embargo, Lucien está dispuesto a romper todas las leyes del tiempo y del infierno para reclamarla de nuevo. Pero Kelyra ha olvidado todo. Y el mundo al que pertenece está lleno de sombras, secretos y peligros que podrían volver a separarlos para siempre. ¿Puede un amor condenado renacer una vez más? ¿Y qué sucederá cuando Kelyra recuerde quién es él… y quién es ella en realidad?

Ler mais

Capítulo 1

Capítulo 1: El fuego en mi muñeca

KELYRA

Desde que tengo memoria, he soñado con él.

Siempre está ahí, en el límite entre el sueño y la pesadilla. Un hombre de irreales ojos dorados, con voz grave y dominante al mismo tiempo, que pronuncia mi nombre como si fuera una oración o una condena.

—Kelyra… —susurra cada noche—. Ya casi estás lista para mí.

Y entonces despierto, empapada en sudor, con el corazón golpeando como un tambor roto, y la misma sensación ardiente en la muñeca izquierda. No hay explicación médica. Ninguna lógica.

Solo una marca.

Una especie de símbolo antiguo, como si hubieran quemado en mi piel un sello que no me pertenece. Una media luna invertida rodeada de runas que ningún libro ha sabido descifrar. Lo curioso es que aparece solo en las madrugadas. Es invisible durante el día… pero en las madrugadas, justo a las 3:33, brilla en rojo como si acabara de ser grabada a fuego.

He intentado ignorarlo. Fingir que todo es fruto del estrés, de mi imaginación o de esa eterna sensación de no encajar en este mundo. Pero hoy, algo ha cambiado. Hoy cumplí veintiún años. Y cuando abrí los ojos esta mañana, no estaba en mi cama. Estaba en el suelo. Rodeada de cenizas. Mis sábanas intactas. Mi ventana cerrada. Pero el cuaderno en el que escribo mis sueños para no olvidarlos… estaba completamente carbonizado.

Otra vez.

Trabajo en una biblioteca antigua, en el centro de la ciudad. No por vocación, sino porque allí encuentro una paz que en ninguna parte del mundo he logrado alcanzar. Rodeada de libros viejos, me siento menos sola. Como si alguien me observara con ternura desde otro plano.

Mi jefa, la señora Arleth, es una mujer excéntrica, de cabello blanco y gafas enormes. Dice que tengo “energía vieja”, lo cual no sé si es un cumplido o una forma elegante de llamarme rara.

—Hay cajas nuevas en el archivo subterráneo, Key —me dijo esta mañana. Key era el diminutivo que las personas cercanas a mí utilizaban, y no me molestaba—. Nadie las ha tocado en décadas. Te vendrá bien distraerte con algo polvoriento.

No discutí.

Las escaleras de piedra que llevan al archivo bajo la biblioteca siempre me han producido una especie de vértigo. Como si en vez de descender, estuviera atravesando una membrana invisible. Un umbral. Allí abajo, el aire es denso, y huele a humedad, a madera vieja… y a algo que no sé nombrar.

Las cajas estaban apiladas como ataúdes sin nombre. Algunas cubiertas de polvo, otras selladas con cuerdas corroídas. Me detuve frente a una que parecía casi palpitante. El candado que la sellaba se abrió con solo tocarlo. No giré la llave. No ejercí fuerza. Se abrió solo.

Dentro, envuelto en trapos deteriorados, descansaba un libro.

Lo supe antes de verlo. Mi muñeca ardió, como si la marca hubiese reconocido al objeto antes que yo. Un fuego interior subió por mi brazo, no doloroso, pero sí urgente. El cuero era negro, opaco, marcado en el centro con una media luna invertida rodeada por las mismas runas de mi piel. No tenía título. Ni autor. Solo… la sensación de que me esperaba.

Lo tomé entre mis manos. El peso era extraño, como si contuviera algo más que páginas. Como si al abrirlo, algo pudiera romperse en el aire.

La primera página estaba en blanco. La segunda, también. Pero en la tercera, una frase emergía como si hubiera sido escrita hacía apenas segundos:

“Cuando estés lista, me recordarás.”

Y debajo, una firma. Un nombre que no reconocí.

Pero al leerlo, algo en mi pecho se contrajo. El aire pareció espesarse. El mundo se detuvo. La tinta aún brillaba en rojo. No entendí por qué, pero ese nombre tenía un peso que me dejó sin aliento. Como si alguna parte enterrada en mí… ya lo conociera. Entonces, el archivo crujió. Me giré. Estaba sola. Pero no me sentía sola.

Volví a subir con el libro en brazos. No pedí permiso para llevármelo. La señora Arleth no dijo nada. Solo me observó… como si ya supiera. Como si todo esto estuviera ocurriendo una vez màs.

Esa noche, dormí con el libro bajo la almohada. Y volví a soñar con él. Pero esta vez, no se sintió como un sueño.

Estábamos en un lugar que no conocía, pero que me resultaba inquietantemente familiar: mármol blanco cubierto de sangre, rosas negras cayendo desde el cielo, y él.

Él. Alto, de cabello blanco, ojos dorados como el sol al morir… con alas. Alas inmensas, quemadas, como las de un ángel que cayó del cielo y arrastró el infierno consigo.

—Kelyra —dijo—. Al fin.

—¿Quién eres? —pregunté, aunque intuía que algo dentro de mi ya lo sabía.

—Soy quien te ha amado más allá de todas tus muertes. Soy quien esperó cada reencarnación, cada forma tuya. Soy quien desobedeció al cielo… solo para poder tocarte otra vez.

Quise correr, gritar, despertar. Pero él me tocó la mejilla con la punta de sus dedos, y fue como recibir una descarga eléctrica como si mi alma entera lo reconociera.

—Tú me perteneces —dijo con su voz ronca, autoritaria, con violencia, como una certeza ancestral—. Y esta vez… no dejaré que nadie nos separe.

Desperté temblando y con lágrimas en los ojos. Y con el nombre que había visto en el libro… ahora grabado en mi cuaderno. Escrito con tinta roja. Aunque no recordaba haberlo escrito.

El libro ya no estaba. Ni en mi mochila, ni en mi habitación.

Pero la marca en mi muñeca seguía ardiendo. Y en el espejo, juraría que por un segundo… mis ojos brillaron en tono dorado, como si algo en mi interior estuviera a punto de despertar.

¿Qué soy yo para él? ¿Una promesa? ¿Una maldición? ¿Un alma que vuelve una y otra vez, solo para ser suya?. Y ¿Qué es él para mi?

Lo único que sospecho… es que esta historia no comenzó en esta vida. Y tampoco terminará aquí. Lo peor es que no se si estoy preparada para las respuestas que con tanta insistencia me empeño en encontrar.

Mais
Próximo Capítulo
Baixar

Último capítulo

Mais Capítulos

Também vai gostar

Novos lançamentos de romances

Último capítulo

Não há comentários
10 chapters
Capítulo 1: El fuego en mi muñeca
Capítulo 2: El pacto de sangre
Capítulo 3: Prometida a las sombras
Capítulo 4: La mirada del demonio
Capítulo 5: Kelyra no es humana
Capítulo 6: El beso que quema
CAPÍTULO 7: La marca en mi piel
CAPÍTULO 8: Un alma para salvar
CAPÍTULO 9: La jaula de cristal
CAPÍTULO 10: Susurros en la noche
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App