- ¿Aslin Ventura aceptas al señor Alexander Líbano como tu esposo? - ¡ Acepto !. Decía encantada sin saber que aquellas palabras sellarían mi destino , lo que creí que sería el comienzo de un maravilloso cuento de hadas resultó ser lo contrario un terrible infierno en el que me quemaría poco a poco. Aslin Ventura es una joven hermosa de 21 años , quien desde su infancia ha sido educada para ser la esposa del cruel , frío y calculador Alexander Líbano un magnate multimillonario, Aslin desde siempre ha estado enamorada de Alexander pero que sucederá una vez Aslin se entere que en el corazón de Alexander hay otra mujer quien para su desgracia se trata de su propia hermana , haciendo este descubrimiento de la vida de Aslin un total infierno. ¿Podrá Aslin encontrar un rayo de luz en este mundo implacable?
Leer másEscuchaba la música sonar y los aplausos resonar en el gran salón mientras mi padre me tomaba con fuerza del brazo sin ninguna delicadeza , mientras emprendíamos la marcha nupcial , al llegar al altar mi padre me entrega a quien será mi futuro marido Alexander Líbano .
- Alexander te pido que cuides de mi hija ella es mi más grande tesoro en este mundo - escuchaba decir a mi padre hipócritamente pues sabía que solo lo decía para aparentar , desde que nací jamás me a dado ni la más mínima muestra de cariño siempre me a odiado pues me acusa que por culpa mía mi madre murió al darme la luz . Tomo la mano de Alexander y unos momentos después escucho las tan ansiadas palabras del juez. Mirando a la bulliciosa multitud del auditorio, siento una mezcla de expectación e inquietud. Anhelo el nuevo comienzo que supondrá mi matrimonio con Alexander, Pero la mirada fría de mi padre y la sonrisa hipócrita de mi madrastra me provocan una vaga sensación de inquietud. ¿Es ésta la felicidad que quiero? me pregunto en silencio, pero no me atrevo a ahondar en la respuesta. Aslin Ventura aceptas al señor Alexander Líbano como tu esposo - Acepto - decía encantada sin saber que aquellas palabras sellarían mi destino , lo que creí que sería el comienzo de un maravilloso cuento de adas resultó ser lo contrario un terrible infierno en el que me quemaría poco a poco . Sentí una punzada de alegría en el momento en que el juez dijo “los declaró marido y mujer “, pero mi corazón se hundió al instante cuando vi la frialdad en el rostro de Alexander. Intenté sonreír, pero Alexander se limitó a asentir débilmente con la cabeza, y aquella sensación de distanciamiento me produjo un escalofrío. Puede que yo no le importe, sólo tiene que hacerlo por este matrimonio. Una hora más tarde ya era la señora Líbano oficialmente , me habían educado arduamente día a día para estar a la altura de Alexander desde los 9 años y convertirme en su esposa y hoy ya era un hecho , desde mi asiento veía a los invitados bailar y charlar entre ellos , busque con la mirada a Alexander en el salón pero no vi su figura en ninguna parte . Así que decidí buscarlo pero antes de que pudiera dar un paso siento como mi padre me hala bruscamente del brazo - escucha bien Aslin espero que no me decepciones y seas una excelente esposa para Alexander no lo hagas enojar y complácelo en todo lo que te pida honra el apellido Ventura para eso te hemos educado- me dice sombríamente . - Ho Ricardo deja a nuestra querida Aslin en paz ella sabe perfectamente desempeñar el papel de ser una buena esposa yo misma le e enseñado Perfectamente- escucho decir a mi madrastra Sonia mientras rodeaba mi rostro con sus uñas filosas ante los demás esto no era más que una simple caricia pero en realidad sentía como arañaba mi rostro . Sonia Solía ser la mejor amiga de mi madre y desde que ella murió mi padre se enamoró de ella y se casó y tuvieron una hija llamada Arlette quien es la adoración de los dos y a la vez mi martirio, siempre la consienten en todo , el dúo madre e hija aprovechan siempre la ausencia de mi padre para humillarme y hacerme hacer las tareas del hogar a pesar qué hay un montón de sirvientes que se encargan de la limpieza , si duda estaba agradecida por que a partir de ahora ya no tendría que verlas nunca más . Veo a mi padre y a Sonia perderse entre los invitados y aprovecho en ese instante de escabullirme y buscar a Alexander , estaba emocionada pues al fin era la esposa del hombre que tanto amaba , busque a Alexander por toda la mansión y no lo encontré sintiéndome cansada decidí subir al segundo piso a la habitación que desde ahora sería mía y de Alexander. Subo las escaleras sintiendo como los tacones en mis pies me pinchaban sentía como numerosas agujas se adentraban en mis pies , me acerco a la puerta al final del pasillo y tomo el pomo de la puerta pero antes de poder girarlo escucho unos fuertes gemidos provenir desde a dentro de la habitación y mi cuerpo se paralizó al instante al imaginarme lo peor , sentía como las lagrimas picaban en mis ojos . Me arme de valor y abrí la puerta suavemente y lo que mis ojos vieron hizo que se me que quebrara el corazón por completo , Alexander estaba completamente desnudo en nuestra cama con una mujer mientras la embestia con su enorme miembro fuertemente , la mujer se sacudía y gemía por el placer que Alexander le daba - Te amo tanto , eres la mujer de mi sueños no lo olvides nunca Arlette - decía Alexander y al escuchar el nombre de la mujer gruesas lágrimas salían de mis ojos sin poder pararlas , sentía como si alguien hubiera tomado un cuchillo y me hubiera apuñalado directamente al corazón . Un dolor incontrolable me sacudió por completo y salgo corriendo de la mansión rápidamente mientras me ahogaba en lágrimas . Me adentro en el bosque sintiendo como las ramas de los árboles rasguñaban mi suave piel y rompían mi vestido de novia , me detengo en una roca y me siento en ella mientras largaba un fuerte grito para tratar de apaciguar el dolor , no podía creer que el hombre que tanto amaba estaba en la cama tendiendo sexo con mí propia hermana y solo me preguntaba una cosa ¿ Desde cuando estaban juntos ? - ¿ Cuanto tiempo llevaban engañándome ? - mientras yo de ilusa pensaba que él me amaba . No sé cuánto tiempo había pasado llorando a mares en medio del bosque pero ya estaba oscureciendo sin tener otra opción me levanto de la roca y empiezo a caminar escuchaba fuertes relámpagos y pronto comenzó a llover empapándome completamente , el vestido de novia se llenó de lodo , me pesaba al absorber todo el agua lluvia , según venía corriendo no me di cuanta cuando perdí los zapatos , de la hermosa novia ya no quedaba nada . A lo lejos divisó la mansión tenía miedo de ir hay pero de alguna manera debía enfrentar todo esto , al llegar no estaban ninguno de los invitados veía a los guardias correr de un lado a otro hasta que Arlette me ve - Papa mírala aquí llegó esa mal agradecida- dijo mientras me miraba burlesca pero rápidamente cambió su expresión por una inocente al asomarse mi padre , la verdad no me sorprendía este era su truco favorito hacerse la inocente para su conveniencia . Mi padre entra en mi punto de visión y rápidamente viene hacia a mi y sin esperarlo me da una fuerte bofetada que me hace caer al suelo y siento como la sangre sale de mis labios - eres una vergüenza Aslin mira como vienes nada más estás hecha un desastre me as avergonzado en frente de todos nuestros conocidos - dice mientras me toma por el cabello fuertemente , sentía como mi cuero cabelludo ardía . - Papa mi hermana no pudo esperar y ya se ha ido a revolcar Dios sabe con quien al bosque mira nada más con la fachada que viene - dice Arlette empeorando las cosas para mi - ojala no hubieras nacido después de todo lo que e hecho por ti mira como me pagas - siento como mi padre aprieta más mi cabello y de inmediato la mejilla me arde a él darme otra bofetada. - Papa por favor no es verdad lo que dice Arlette salí corriendo por que la encontré teniendo sexo con Alexander - le digo levantándome del suelo con intensas lágrimas en los ojos pero él no pareció escucharme y solo me ignoró - Papa estás escuchando lo que te digo - trato de llamar su atención -¡¡ Papa !!- acaso tú lo sabías , sabías que Arlette y Alexander eran amantes y aún así dejaste que me casara con el - confronto a mi padre y lo tomo de la chaqueta en un ataque de rápia - suéltame Perra no tienes derechos a cuestionar a Alexander tu solo concéntrate en ser una buena esposa para el y eso es todo - me dice cruelmente. En este punto ya estaba cansada de tantos maltratos y humillaciones sentía que no podía más - no me importa padre , no me importa ser la esposa perfecta me quiero divorciar - le digo , pero mi padre arremete contra mi y me toma fuerte del brazo - tu te divorcias y te mato Aslin estamos en quiebra dependemos de este matrimonio para poder salvar la empresa , solo necesito que estés casada con Alexander 2 años ya después de ese tiempo podrás hacer lo que se te venga en gana , si no fuera por que la vieja Señora Líbano estimaba a tú madre jamás estarías casada con Alexander daría lo que fuera por que Arlette estuviera en tu lugar por que tú eres un completo fracaso - dice mi padre sin ningún tipo de pudor soltándome abruptamente . -¿ Por qué hay tanto escándalo ?- Alzo mi mirada al escuchar esa imponente voz que solo le pertenecía a él a Alexander Líbano .La bandeja temblaba entre mis manos. Caminé con pasos pesados por el pasillo que conducía al comedor, como si estuviera cruzando un cementerio. Sabía lo que me iba a encontrar. No necesitaba verlo para saberlo. Lo sentía en la piel.Empujé la puerta, y ahí estaba.Alexander.Sentado con la misma arrogancia de siempre.Y sobre sus piernas… Jessica.Mi reflejo maldito.Ella estaba montada en él, con sus manos rodeándole el cuello, y su boca… su boca devorándolo como si yo nunca hubiera existido. Se separó un momento solo para mirarme. Me miró como si yo fuera basura.—Vaya, la muñeca rota sigue viva —dijo con esa voz suya, dulce y venenosa al mismo tiempo—. ¿Vienes a servirnos o a llorar como siempre?No respondí. Puse la bandeja en la mesa y bajé la mirada.—Espero que hayas dormido bien —soltó, burlándose—. Aunque con tanto grito ayer, imagino que no. ¡Qué ruidosa eres cuando suplicas! Me dejaste sin sueño.Se rio.Y Alexander no dijo nada.Jessica siguió:—¿Sabes qué me dijo anoche?
No sé cuánto tiempo estuve allí, en el suelo, abrazando mis rodillas, con la sábana pegada a mi cuerpo y el rostro empapado en lágrimas. El sol ya se filtraba por las cortinas cuando escuché la puerta abrirse con cuidado.Levanté la mirada, confundida, rota. Era una mujer. Una sirvienta, con un vestido gris claro y el cabello recogido. Sus ojos se posaron en mí por un segundo, y vi en su mirada un poco de compasión. Pero no dijo nada.—Señorita Aslin… —dijo en voz baja—. Tiene que levantarse. Vamos, venga… le ayudaré a bañarse.Quise negarme. Quise decirle que me dejara morir ahí, tirada. Pero no podía hablar. No tenía fuerzas. Así que solo dejé que me ayudara a ponerme de pie. Me sostuvo con cuidado, como si temiera que me rompiera entre sus brazos. Caminamos despacio hasta un baño de mármol blanco, donde una bañera ya estaba lista con agua tibia.Me ayudó a quitarme la sábana, sin comentar nada de los moretones ni de las marcas en mi piel. Me ayudó a meterme al agua y luego comenzó
POV: Aslin VenturaEl silencio era lo único que quedaba. Mi cuerpo dolía, el alma me pesaba, y las cadenas ya no eran lo único que me mantenía atrapada. Era él. Era su sombra. Su poder.Alexander se quedó en silencio un momento, observándome, como si estuviera decidiendo qué hacer conmigo. Luego, sin decir palabra, sacó una llave del bolsillo y se acercó.El sonido del metal al abrir las cerraduras fue lo único que escuché antes de que mis brazos cayeran con un golpe sordo a los costados. Me tambaleé, débil. Pero él me sostuvo. Como si tuviera derecho.—Ven conmigo —murmuró.No respondí. No tenía fuerzas para gritar ni para huir. Solo asentí con la cabeza, como una muñeca rota, y dejé que me guiara.Subimos escaleras. Pasillos largos. Y al final, su habitación.Era cálida. Amplia. Tenía una cama enorme, ventanas cerradas y olor a madera . Pero Nada de eso importaba. Porque yo seguía rota por dentro.—Siéntate —ordenó.Me senté al borde de la cama, temblando. Mis manos se aferraban a l
POV: Aslin Ventura—No… no puede ser tú —susurré, retrocediendo un paso, luego otro—. ¡Tú no podías atraparme otra vez! ¡No!Mi respiración se volvió un jadeo entrecortado, y sin pensarlo más, giré sobre mis talones y corrí. Corrí con todas mis fuerzas, el corazón palpitando con fuerza en mi pecho, las lágrimas enturbiándome la vista. Tenía que huir. Tenía que volver con mis hijos. Con Carttal. ¡Tenía que escapar!Pero no llegué lejos.Unos pasos pesados retumbaron detrás de mí, y antes de cruzar el umbral del portón, una mano fuerte me sujetó con violencia del brazo.—¡Tú no vas a ningún lado, zorra! —rugió su voz, tan rabiosa que me heló la sangre—. ¡Estoy bien encabronado, y me las vas a pagar, Aslin! ¡No tienes escapatoria!Su rostro estaba desfigurado por la ira. Me agarró del cabello, tirando de él hacia atrás con tanta fuerza que solté un grito.—¿Así que estabas muy feliz corriendo a los brazos de ese maldito? —escupió cerca de mi cara—. ¿Otra vez me volviste a ver la cara de
POV : Aslin Ventura Me senté en el asiento del auto, observando cómo la oscuridad se iba adueñando del paisaje, mientras Mariano conducía con una calma desconcertante. No dejaba de pensar en todo lo que había sucedido, en cómo había salido de la casa con Edrien y los niños, en cómo todo se estaba moviendo tan rápido… y, por más que intentara convencerme, mi instinto me decía que algo no estaba bien.Mariano notaba mi silencio, pero parecía no importarle. Se mantenía concentrado al volante, los ojos fijos en la carretera.—No se preocupe, señora. Pronto llegaremos. El señor Carttal nos espera —dijo, rompiendo el silencio, como si fuera un consuelo, aunque su tono no lograba calmar mis nervios.Los autos de Edrien nos seguían, cada uno a una distancia prudente. A pesar de que los veía en el retrovisor, un miedo inexplicable me recorría el cuerpo. Sabía que Carttal me necesitaba, pero la forma en que Mariano hablaba, como si todo estuviera bajo control, no me tranquilizaba. Mi corazón l
POV : Aslin Ventura Edrien nos condujo por un pasillo estrecho . Al fondo, abrió una puerta con una llave , y al empujarla, nos recibió una pequeña habitación con una cama grande, dos sillas junto a una ventana y una lámpara temblorosa que iluminaba con una luz cálida.—Pueden quedarse aquí esta noche —dijo en voz baja—. Están a salvo.Le agradecí con la mirada, porque las palabras se me habían quedado atascadas en la garganta.Tomé a Liam y a Noah de la mano, y a Isabella en brazos. Cerré la puerta tras nosotros y me acerqué a la cama. Ellos estaban agotados, con los ojitos apenas abiertos, arrastrando los pies sin fuerzas.—Vamos, mis amores —les dije, con la voz suave—. Vengan conmigo. Vamos a descansar un poco.Los acosté uno a uno. Acomodé primero a Isabella en medio, arropándola con delicadeza. Luego ayudé a Noah a subir, y por último a Liam. Me senté en el borde de la cama y los observé unos segundos, sintiendo cómo algo en mí se rompía, pero también se fortalecía al mismo t
Último capítulo