Mundo ficciónIniciar sesiónAmalia, una mujer sumisa y dedicada a su hogar, está teniendo una aventura con un hombre extranjero a través de redes sociales; es algo que jamás imagino que podría pasar. Se siente culpable por el placer y los sentimientos que este hombre le hace sentir. Por otro lado, está Carlo, su esposo, un hombre en extremo estricto, quien, al morir el padre de Amalia, se ha hecho cargo de la empresa de ella. No es cariñoso, ni mucho menos amoroso, más bien parece un dictador dentro de su propio hogar, cosa que ha hecho que ella encuentre refugio en Rohan. Amalia tiene muchos sentimientos encontrados, está entre el deseo, la pasión y el amor que Rohan, ha despertado en ella y el respeto por su familia, por su esposo y por su hijo el cual no engendro, pero desde que se casó con Carlo, lo ha criado y ama como propio, ya que ella no ha sido capaz de darle un hijo a su esposo. Pronto descubrirá la verdad de Carlo y eso la llevará a hacer un cambio radical en su vida, su fuerza y refugio será Rohan, ese hombre extraño que la ha hecho vibrar de mil formas a través de una pantalla y que espera algún día poder disfrutar de esas noches apasionadas sin que una pantalla los separe.
Leer másVeo a través de la pantalla y no puedo evitar la emoción que esos bellos ojos me provocan, mi corazón este acelerado, mi pecho sube y baja, agitado por lo que estoy haciendo. Se que está mal pero el placer que esto me produce hace que evite arrepentirme.
Me concentro en su mirada en esos labios carnosos, los cuales muerde mientras veo como ejerce presión con su mano y sale de él un gemido gutural. Eso me lleva a la locura, la excitación es tal que muevo con audacia el dildo que él me mando, uno mandado hacer según él, exactamente igual a su miembro y si, se parece y me imagino que así se sentirá tenerlo a él. Me pierdo en la sensación y me dejo llevar, hasta terminar manchando la manta donde estoy recostada.
Me desconozco por completo, jamás imagine que ¡yo! seria capaz de hacer estas cosas, me atemoriza la idea de ser castigada, de ser descubierta, de que esto se descubra y ser exhibida como una mala mujer. El miedo me invade, pero escucho su voz y todo cambia.
—¡Ah! Esto ha sido mágico —dice entre jadeos —no te cubras, déjame seguir observándote —Me pide ya que había cerrado mi bata, para cubrir mi cuerpo desnudo.
Obedezco ciegamente a su petición, me gusta sentirme halagada por él, es una sensación increíble sentirme deseada, por fin deseada por un hombre, un hombre que me desea, que le gusta cada parte de mi cuerpo, que lo saborea y se excita con verlo. No imagine nunca llegar a despertar estas sensaciones en un hombre, pero él cada día me lo demuestra, me lo hace saber y eso me encanta, he de confesar que, me encanta saber que se toca y excita pensando en mí.
Cierro mis ojos para imaginar que está aquí a mi lado y no detrás de esa pantalla, quiero soñar por un segundo que estamos juntos, y olvidar esta realidad tan asfixiante, tan triste, tan dolorosa.
—Amanda ¿todo bien? —Esa voz ronca, varonil e hipnotizante hace que mi piel se erice, me saca de mis pensamientos, abro los ojos y observo a mi alrededor, miro la hora y vuelo a mi realidad.
—Si, todo bien, solo que creo que debo terminar la llamada, Carlo, esta por llegar y no he preparado la cena —él me observa incrédulo y suelta una risa sarcástica.
—¿Me estas hablando enserio? Acabamos de hacer el amor y tu me dices que iras a prepararle la cena a tu esposo.
—Rohan, tu sabes que esto es así, que yo estoy casada y que esto, esto solo es un juego.
—¿Un juego? ¿de verdad me dirás que esto es solo un juego?
—Si y lo sabes, no puedes pretender que es en verdad algo serio, una relación ¿Cómo puede serlo? Si tu estas del otro lado del mundo y solo nos conocemos por una pantalla. Yo estoy casada, me debo a mi familia.
—No puedo creer que me digas eso después de un momento así. De verdad que no te entiendo.
—Lo siento de verdad, discúlpame, tal vez sea mejor no volver a contactarnos, no hacer estas cosas de nuevo, no esta bien. Debemos parar con esto.
—¡No! Eso no, discúlpame tu a mí, soy un tonto, es solo que me deje llevar por los celos.
—¿Celos?
—Si, celos, celos de él, de ese hombre que te tiene todos los días, todas las noches. Que duerme a tu lado.
—Él no duerme a mi lado —Digo avergonzada, admitir ante alguien más que mi esposo no duerme a mi lado es algo que me avergüenza, nadie lo sabe y que alguien se entere de alguna manera me da pena.
—¿Eso es verdad? ¿Por qué no lo hace? —Quisiera decirle que, porque para él no significo nada, porque no me ama, no me desea y que esta conmigo solo por lastima, por nuestro hijo, bueno más bien porque he criado a su hijo, porque ni para eso he servido, ni siquiera un hijo pude darle. Pero me da pena, me siento avergonzada, más ante él que me ve como si fuera yo una diosa.
—Por su trabajo hay días que sale muy temprano, viaja mucho y prefiere no molestarme y dejarme descansar —Digo la misma mentira que el personal de limpieza sabe para guardar las apariencias.
—Que hombre más tonto, yo no desaprovecharía una sola noche a tu lado.
—Bueno colguemos ya, que ya se me hizo tarde —Digo cortante porque me ha invadido la culpa, mencionar a mi esposo y a mi hijo han hecho que me sienta avergonzada. Debería parar con esto, bloquear a Rohan y no volver hablar con él.
—Está bien, solo prométeme que mañana me llamaras, que no vas a desaparecer —Siempre me pide lo mismo, me hace jurarle que no lo dejare, me conoce y estoy segura que puede adivinar que en estos momento estoy pensando en no seguir con esto —Amanda, por favor dímelo —Me dice suplicante y eso es lo que me tiene atada, esa eterna promesa y este sentimiento que se ha apoderado de mí, ese sentimiento que me hace querer verlo, de prometerle que sí que volveré y ver esa sonrisa tan linda, tan pura cuando se lo digo.
—Te lo prometo —Digo él sonríe y cierro la computadora, la guardo en ese lugar secreto, me visto y salgo para preparar la cena.
Bajo a la cocina, Sofia, ya me tiene todo listo para que comience a preparar la cena. Ella es la mujer que me ayuda con la limpieza de la casa, Carlo, solo ha permitido que tengamos dos personas para el servicio, no hay cocineros porque a él siempre le ha gustado que yo cocine, no acepta la comida hecha por nadie más y cuando alguien se ha atrevido ayudarme, se da cuenta de inmediato, eso en verdad lo enfurece y es mejor no hacerlo enojar.
Así que me pongo a preparar lo que me indico quería para la cena, es un poco delicado de su estomago y lleva una dieta estricta indicada por su nutriólogo, cada día le envía lo que debe comer y Rohan, me pasa las indicaciones para que las siga al pie de la letra, no puedo fallar, no puedo arriesgarme a que algo le haga daño.
Comienzo a picar las verduras con desesperación con impotencia estoy tan cansada de esto. No se si sea por él por Rohan, que me ha despertado tantos sentimientos, tantos deseos de otra vida, que ahora me causa tanta frustración preparar los platillos que antes hacia con amor, con la ilusión de consentir a mi esposo, de que el notara mi devoción, mi cariño y recibir de él por lo menos un gracias, o simplemente verlo disfrutar. Pero no ya no es así, ya una señal de satisfacción por que hice bien una cena no me llena, ya no me ilusiona. Ya no anhelo que me quiera.
—No, Rohan, no es momento para que se enfrenten, por favor. Solo márcale a John para saber dónde tiene a mi hijo; es lo único que importa ahora.—Pero ¿cómo me pides que no haga nada? Mira cómo te dejó ese imbécil. Mira tu rostro, y no quiero ni imaginar lo que intento al dejarte sin blusa.—Afortunadamente no pasó nada; por favor, solo vamos por mi hijo.—Está bien, vamos, pero eso no hará que no haga nada al respecto sobre lo que pasó esta noche.Rohan, se ve bastante molesto y lo entiendo, pero no creo que sea momento de que Carlo se entere de que tengo algo con él. No hasta que esté libre de él y tenga a Liam conmigo.No me fijo en el camino hasta que llegamos al lugar, el cual es la mansión de Rohan, esa donde tuvimos ese maravilloso encuentro. Al ingresar, nos recibe un grupo de personas del servicio; todo se ve muy diferente a ese día. Ahora hay mucho personal.—¡Mami! —Mira a dónde me ha traído John —dice emocionado; está tan ajeno a todo. —Rohan, qué bonita está tu casa.—Gra
Trato de defenderme, pero me es imposible; es muy fuerte y demasiado grande para mi pequeño cuerpo. Por más que trata, él me tiene totalmente sometida; lo único que puedo hacer es morder su labio con todas mis fuerzas—¡Ah! ¡Estúpida! Me dolió. —Grita por el dolor y me suelta una bofetada.Yo aprovecho que eso lo debilito y lo empujo con fuerza; ni siquiera siento el dolor de su bofetada, solo quiero alejarme de él.—¡Detente ahí! —me grita, pero no lo obedezco; corro hacia mi habitación.Entro corriendo y alcanzo a cerrar la habitación antes de que él llegue, pongo el pasador y me recargo en la puerta tratando como de contenerla porque él está tocando con fuerza.—¡Ábreme! Amalia, por tu bien, más te vale que abras esa maldita puerta.—No, no voy a hacer así, que mejor lárgate o llamaré a la policía.—¿A la policía? Está fuera de ti, cariño, ¡ni se te ocurra hacer una idiotez así!—Si no quieres que le llame, lárgate.—¿Quieres que me vaya de mi casa? ¿El divorcio y que abandone mi c
En todo el día no vi a Carlo y lo agradezco, porque no quería verlo; no me siento aún con el valor, me siento llena de miedo y rabia al mismo tiempo.Antes de la hora de salida me fui a casa y le preparé una pequeña maleta a Liam; le dije que su papá y yo tendríamos un compromiso y que John cuidaría de él. No lo conoce mucho, pero las veces que se han visto, ha dicho que le cae bien, que es como su abuelito.Le emocionó mucho saber que estaría fuera de casa y cómo ha de sentir como si le dieran un poco de libertad, porque a pesar del cambio que estos días ha presentado Carlo, sus reglas y exigencias siguen como marcadas en cada uno de nosotros.Le dije que mañana no iría al colegio y es que no sé cómo terminé esta noche, así que avisé a su profesora que no iría y él está feliz por tener un día libre y una noche con John. Me pidió permiso para hacer una pijamada con él, de ver películas y dormir un poco tarde; yo accedí a todo porque quiero que él esté feliz y no imagine siquiera lo qu
—No puedo creer que Carlo me haya hecho esto. —Me dejo caer en el sillón de John totalmente devastada y es que, aunque lo había escuchado, y lo sabía, tener las pruebas en mis manos es otra cosa.No solo se me ha burlado y me ha engañado con esa mujer, sino que me robó, me ha estado robando por años. El hombre al que le confié mi vida plenamente me ha pagado de la peor manera.Es un mal hombre y me odio por ser tan estúpida y no haberlo visto o no haberlo querido ver; mi amor por él me tenía cegada, el anhelar que él me quisiera me hizo ponerme una venda en los ojos y no aceptar que estaba ante una persona nefasta.—¿Qué sugieres que hagamos? —le pregunto a John, porque yo me siento perdida y sin saber qué hacer o por dónde comenzar.—Con esto bien podemos ir a la fiscalía y poner una denuncia por malversación de fondos, estafa, robo, fraude y lo que vaya saliendo, que estoy seguro de que, una vez que se haga una investigación más extensa, saldrán más cosas. Aunque —dice y se queda ca
Carlo parece siempre adivinar o sospechar cosas; puedo sentir su respiración en mi nuca y yo estoy muerta de los nervios, me siento descubierta.—Pase al salón de belleza a realizarme un tratamiento en el cabello. —No sé de dónde sacó esas ideas. Pero espero que se lo crea.—¡Ah! ¿Y checaste lo de la cuidadora de Liam?—Sí, ya mañana estará con nosotros la cuidadora.—Supongo que con eso ya estarás más tiempo en la oficina.—Sí, ya me dedicaré de lleno al trabajo. —Está muy preguntón y yo solo quiero salir corriendo; aunque no lo merezca, me da remordimiento verlo a la cara cuando hace unos minutos disfrutaba de la cama con Rohan.—Subiré a ponerme ropa cómoda y bajo a preparar la cena —digo para huir de su presencia.—¿Te pasa algo? —¿Te sientes mal? —llega a mí después de haber dado un par de pasos.—No, ¿por qué lo dices?—Es que caminas extraño, como si te doliera algo. —¡Ay, no! Me libre con lo del cabello, pero con la molestia al caminar. No creí que Rohan hablara en serio cuand
Su boca llega directo a apoderarse de mis senos como un niño hambriento, mientras sus manos bajan a mi zona para acariciarla. Son caricias suaves, en forma de círculo, que me hacen perder el aliento. Sus labios vuelven a apoderarse de los míos en un beso intenso, lleno de placer, mientras sus manos siguen jugando debajo de mí.Sus manos me abandonan y, cuando estoy a punto de protestar por sentir ese vacío, con ellas toma mi nuca y me besa con más pasión aún. Comenzamos a dar pequeños pasos hasta llegar a la cama.—Qué hermosa vista —dice después de recostarme y abrir mis piernas.Sus manos abren aún más y él solo observa embelesado como si de verdad estuviera viendo una obra de arte. Se inclina y su boca va directo a ese lugar que palpita emocionado por él. Ambos se reciben por fin con la misma entrega. El movimiento de su lengua dentro de mí me tiene en otra galaxia; es increíble la sensación que mi cuerpo comienza a contraerse.Sus manos se sujetan de mis senos, apretándolos y masa
Último capítulo