Subo a mi habitación leo los documentos que me dio, se trata de unos inversionistas de los que no había escuchado nunca, no hay más información que el nombre de la empresa y sus propietarios los cuales son dos y al leer sus nombres siento que los he escuchado en alguna parte, pero no puedo recordar donde. No me da confianza, pero si me niego será una catástrofe.
Mi corazón late con fuerza siento que esto seria una traición a John, sin contar que sin su visto bueno no me da confianza. En ese momento suena mi teléfono es raro ya que, de no ser del colegio de mi hijo que aún no sale, Carlo, el cual esta abajo nadie más me llama o manda algo, bueno no, también esta él, pero no puede ser sabe que a esta hora no es debido. Corro para responder antes de que Carlo escuche.
—Bueno —Digo con nerviosismo y con el corazón saliendo por mi garganta.
—Que bello escuchar tu voz, es tan dulce —Sin duda es él, pero su voz se escucha rara creo que esta ebrio.
—¿Rohan?
—El mismo, ese Rohan, que te ama y que muere por verte, por besarte, por hacerte mía —Sin duda si esta tomado, aunque aun así no negare que eso que acaba de decirme ha hecho que mi corazón enloquezca.
—¿Qué pasa? Sabes que ha esta hora no puedo hablar.
—Pasa que te extraño, que mi cuerpo te desea, que tiene ganas de sentirte, de verte, de ver ese bello rostro que me tiene fascinado, que muero por que estemos juntos.
—¡Rohan! Por dios, no puedes decir eso por teléfono lo sabes. Voy a colgar no estas en tus cinco sentidos y yo estoy ocupada.
—¿Estas con él? ¿él esta ahí? Dime, ¿esta mirándote? ¿te ha besado hoy? ¿te ha hecho el amor? —Mi corazón se paraliza ante sus preguntas, es como si adivinara lo que paso anoche.
—Estas muy tomado no voy a responderte, voy a colgar.
—No mi amor, por favor no, no me cuelgues ¿no ves que te necesito? Que me estoy muriendo por ti. Por favor déjame escucharte un poco más.
—Es que sabes que no puedo, que ha esta hora no puedo, tengo que alistar a mi hijo para el colegio.
—Entiendo, esta bien, solo júrame que él no te ha besado hoy, que no te ha tocado, que eres mía solo mía —¿Cómo puedo decirle que no? Me siento como si estuviera engañándolo y es en realidad absurda porque al que en realidad estoy engañando es a Carlo.
—Soy tuya, solo tuya —Es lo único que puedo decirle, no puedo mentirle al decir que Carlo no me ha tocado porque anoche lo hizo, claro no de la manera que él pueda imaginar, solo me uso como a una muñeca, por eso es por lo que mi inconsciente es el que me hace decirle que solo soy suya, porque esa es la verdad y anoche ante las caricias toscas de mi esposo lo comprobé.
—Gracias, por favor márcame cuando puedas, te necesito —Me dice y cuelga.
—¿Qué pasa contigo que no bajas? ¿no has visto la hora? Ya debería estar en camino a la oficina —Carlo, entra en ese momento y yo ahí si siento que me muero.
—Es que yo, bueno yo entre al baño —Me pongo nerviosa porque un segundo antes y me hubiera cachado con Rohan.
—¿Y los papeles? ¿ya los firmaste? Es increíble, que ni eso puedas hacer. Cada día estas más lenta y tonta, te mandé a firmar los papeles no a perder el tiempo en al baño —Estoy tan harta de sus insultos, escucharlo hablarme así a pesar de que anoche estuvo en mi cama. Es inevitable no comparar esto con la llamada de Rohan, él que me habla con cariño, con amor, con deseo.
—No, no los he firmado y no los pienso firmar hasta que John, de su visto bueno —el comparar eso, sentirme nada ante él, me da el valor para responderle lo que en verdad pienso.
—¿Qué has dicho? ¿Cómo que no vas a firmar? ¿Quién demonios te crees para negarte? ¿te das cuenta de que estás poniendo por encima de mi al viejo ese?
—No lo estoy poniendo por encima, solo estoy siguiendo las reglas y asegurando la empresa.
—¿Asegurando la empresa de mí? ¿estas desconfiando de mí?
—No de ti no, pero a esa gente no la conocemos, nunca hemos trabajado con ellos.
—Esto jamás me lo espere de ti. Es que estar encerrada en esta casa te ha nublado la cabeza, te ha vuelto más bruta —Avienta las cosas de la mesita de noche. Esta furioso, aprieta sus puños.
—Solo es cuestión de que John, los revise, si no hay nada malo, no pasara nada. No entiendo porque te pones así.
—No hay nada malo. Lo malo es que mi propia esposa no confié en mí, yo en ti tengo una confianza ciega se que nunca me fallarías, bueno hasta ahora. Pensé que me amabas, que confiabas en mí, pero ya vi que no, que para ti soy peor que un desconocido y que de amor hacia a mí ya no hay nada. No firmes nada, ya no es necesario, anoche creí que habíamos revivido ese amor que nos tenemos, pero creo que solo fui yo el que lo siente, el único que disfruto una noche juntos —Sin más da media vuelta y se va.
Yo me quedo ahí paralizada ante sus palabras y sintiéndome terrible, porque él siempre ha sido así y su forma de demostrarme su amor es cuando viene a mí y me hace el amor, anoche no solo me hizo el amor, sino que durmió en mi cama, estuvo toda la noche a mi lado y yo no valore nada de eso por estar pensando en otro.
La conciencia me esta matando, mientras Carlo, estuvo tratando de demostrarme su amor, yo solo lo juzgue, me emocione con la llamada de otro. La que esta fallando soy yo, la que no es digna de confianza soy yo.