Guadalupe Priego junto a su familia, salieron huyendo a otro país, de pronto se vio con gente diferente, un país distinto, un idioma que no hablaba. Después de algún tiempo a la corta edad de 19 años, termina casada con Massimo Pellegrini, nieto de Caterina Pellegrini, él no la ama, ella acepta casarse con él, porque esta perdidamente enamorada. Él se casó con ella por obligación, no por amor, un malentendido lleva su matrimonio a algo que se verá reflejado en un matrimonio lleno de infidelidades, maltrato y desilusiones. Después de algunos años, el matrimonio envuelto bajo la sombra de otra mujer, Guadalupe finalmente le pedirá el divorcio, a él le tomará por sorpresa y se negará a ello, pero un evento desafortunado hará que este llegue lo antes posible. Ella tal vez comience su vida nuevamente, amara a alguien más, será feliz, pero tal vez, esa felicidad tampoco dure. Guadalupe tendrá que experimentar varios momentos de angustia, tristeza y soledad, para encontrarse a sí misma y volver a salir a la luz. Tal vez ahora no este sola, tal vez haya alguien que la acompañe y sea su motor de vida. Aunque no siempre se puede dejar el pasado atrás, siempre y cuando haya buenos cimientos, las cosas solo se tambalearán, pero seguirán en pie. La vida te manda 3 amores; el que te enseña a querer, el que no era para ti y hubieras querido que sí y él que no esperabas que ocurriera, curando tus heridas y haciéndote feliz.
Leer másMarco, Valeria, Gio y los gemelos por fin llegaron a la que había sido su casa por alrededor de unos 15 años, casi toda lucia impecable, tal como lo habían dejado.Gio corrió hacia su habitación, sus padres lo siguieron cargando cada uno a uno de los gemelos: Carolina, amorosa en brazos de su padre, y Alberto en brazos de su madre.- ¡Extrañaba mi habitación! ¡Extrañaba mi casita! ¡Papá! – dijo Gio con evidente alegría.- Dime…- Debemos comprar una cama más grande, ya que Enzo va a venir y, tenemos planeadas varias pijamadas, esta cama no nos va a servir. – dijo Gio muy seguro de lo que pedía.- ¡Ah, sí! ¡Vaya! No estaba enterado de tu agenda… - dijo Marco usando un tono irónico.- Sí, papá, él necesita ponerse al día con la escuela, por lo que, como ya fue inscrito en mi misma escuela y salón, yo seré el responsable de ponerlo al día.Así que debemos trabajar muy duro para que él se ponga al día y no se sienta solito, además ya habla español, pero un poquito. – dijo Gio enlistando la
Luego de 13 horas de vuelo, la familia Barzinni, los nuevos Pellegrini, finalmente comenzaban a vislumbrar la ciudad.Aquello le daba mucha tranquilidad tanto a Marco como a Valeria, un Gio y un Enzo emocionados, un Aldo nervioso, también estaba Paloma y su bebe. Todos quienes viajaron tranquilos, a diferencia de Alberto y Carolina, quienes tenían la energía de sí, efectivamente dos bebes.Aldo llevaba en la mente las palabras de su padre al momento de despedirse…- “Hijo… Es momento de tomar caminos diferentes, pero sabes que aquí siempre estará tu hogarNo recuerdo nada de lo que te enseñé, pero aprovéchalo y haz uso de los consejos que te haya dado, porque ahora, yo solo te podría aconsejar que vivas la vida, así como viene, simple y sencilla.No le des mucha importancia al trabajo, eso siempre habrá y nunca se terminará, pero tu esposa y tus hijos, siempre serán prioridad. Recuerda siempre por quién y para quién trabajas”.- Si… Papá… ¡Gracias por todo, mi viejo! – dijo Pietro abra
Luego de aquella plática en la que tanto Laura como Adrien entendían que, ambos debían trabajar para mejorar la confianza y todo aquello que se rompió en cuestión de minutos.Adrien aún abrazaba a Laura, podía sentir la calidez de su cuerpo. Al abrazarla, podía sentir aquel frágil cuerpo de la mujer que un día fue suya y que hoy, hoy, debía trabajar para que pudieran volver a ser algo más que los padres de una bebe.Laura, por dentro, podía sentir como si su corazón se le quisiera escapar del pecho. Sus manos le hormigueaban, su pancita le daba punzadas, eran una serie de sensaciones que no podía describir.Llamémosle instinto, llamémosle estupidez, pero ella levantó el rostro y posó la palma de su mano en la mejilla de Adrien y sutilmente le indicó que necesitaba que se agachara.En el momento en que los labios de aquellos jóvenes se unieron, ella casi pierde el piso, de no ser porque Adrien la sostenía, ella podría haber desvanecido, ya que sentía sus piernas como si fuesen de gelat
Pietro y Celeste habían ido a Bassano, la pequeña familia estaba recostada debajo de una manta, les cubría del sol un enorme árbol, uno que Celeste siempre había tenido y que cuando Spike era más joven, le encantaba subir.El hombre tenía una mano debajo de la cabeza, Celeste tenía la cabeza pegada en su pecho, el otro brazo de Pietro rodeaba el pequeño cuerpo de Celeste. Tenía los ojos cerrados y podía oler su característico aroma a rosas y aquello, realmente lo hacía sentir en su hogar.Definitivamente, el hombre sabía que cada vez que olía a rosas, ese ahora era el aroma al hogar que tanto buscaba.- ¡Te amo, Celeste! – dijo el hombre, así, de la nada y sin abrir los ojos.Celeste, al escucharlo, levantó el rostro y le regaló una mirada de alegría, volteó y vio a sus niñas dormidas en el bambineto.- Pietro… ¡Yo te amo más…! Te amo por todo lo esto que me das.Pietro abrió los ojos al escuchar aquella declaración.- ¿Qué es lo que te doy? – preguntó el hombre intrigado.Celeste son
Laura solo pudo sentir como una oleada de calidez y orgullo la invadía, pero no podía confiar solo en las bellas palabras de ese hombre, ya una vez lo había hecho y las cosas no salieron del todo bien, por lo que prefería y paso a paso.- Sobre nosotros, sé que en su momento hice y dije muchas cosas y no hay palabras que puedan venir a reparar todo lo que hice. Por eso no te voy a llenar la cabeza, diciéndote: perdóname, no sabía lo que decía, ni hacía, porque claramente sabía, no soy idiota.Lo hice sabiendo que eso te lastimaría y, por eso mismo, no te pido que tu y yo lo intentemos.Sé que en algún momento tu encontrarás a alguien que sepa valorar lo que yo no pude. Eres una mujer maravillosa, mírate, ahora eres mamá y sigues viéndote como la jovencita inocente que conocí.Sé que te estás preparando para ser una mujer independiente y eso es magnífico, mi hija no podría sentirse más orgullosa de su madre, de eso créeme que estoy completamente seguro. - dijo Adrien con total sincerid
Adrien por su parte, no esperaba aquel acontecimiento, básicamente él todos los días se levantaba, iba a trabajar, regresaba y se ponía a estudiar. Su vida había comenzado a ser diferente a lo que normalmente vivía, pero aquella sorpresa vino a cambiar todo su día.Una vez que vieron que la puerta se cerró y el abuelo salió con la carriola, ambos se sintieron un poco nerviosos e incómodos.- Laura… ¿Qué sucede? Yo…- Adrien, ¿Podemos hablar?- Si… Dime, ¿Qué necesitan? ¿Está bien, Adele? ¿Le sucede algo?- No… No, todo está bien, ella está bien. Adrien lo que yo quiero hablar contigo es sobre esto. Veo que ahora trabajas con mi familia, la verdad te soy sincera, desconocía por completo que estabas aquí.- Bueno, tu padre me dio la oportunidad y yo, yo solamente estoy devolviéndole el gesto, trabajando arduamente. - dijo el joven nervioso y con la cabeza agachada.- ¡Vaya! Papá, no me había dicho nada… Supongo que tuvo sus razones…- Bueno… No es que llevé mucho tiempo aquí, la verdad
Luego de la charla entre Magnus y Laura, la pareja finalmente se fue a descansar.Adele dormía plácidamente en los brazos de Laura, mientras esta tenía los ojos bien abiertos, no podía pensar en otra cosa que no fuera en las palabras que su abuelo había dicho.Ella pensó en que, tal vez, era cierto, ella se estaba dejando llevar por la ira de lo que había sucedido hace casi dos años cuando descubrió estar embarazada.Si bien, la reacción de Adrien no había sido la correcta, el joven había tratado de localizarla. Eso lo pudo constatar cuando revisó su correo no deseado de aquella época y cuando revisó los mensajes en sus redes sociales.El hecho de que ellos no pudieran hablar fue más que nada, porque ella junto con sus hermanos tuvieron que salir huyendo de su abuelo y Franco Amato.Tal vez había llegado el momento de hablar con aquel chico e ir poco a poco, tal como ya lo había externado en algún momento. Ella no quería que su hija a futuro pasara por un momento incómodo cuando ya hu
Tal como Paloma lo había dicho, Laura tenía mucho en qué pensar y cómo debía pensar, si el padre de su hija, ahora trabajaba en la recién creada compañía de su padre, tío y amigos de su tío.Uno de los tantos días que Laura fue a ver a su padre, se topó con la noticia de que el chico ahora era mano derecha de Magnus, su abuelo. Este, con suma paciencia, le explicaba los pormenores de un contrato y el joven atentó hacia sus notas y daba sus opiniones.Por su parte, Laura, al verlo, se sorprendió, hacía un par de meses, que lo había visto y no lucía nada bien y ahora, se veía mucho mejor, aún usaba bastón, pero se veía realmente comprometido con sus labores.- ¡Laurita! ¡Hija mía! ¿Cómo estás? ¡Pasa! Pasa, solo estaba revisando los pormenores para el cierre de un contrato con una minera. – dijo Magnus al percatarse de la presencia. – Adrien, anda muchacho, lleva esto a gobernación, con esto quedará todo estipulado y podremos comenzar operaciones en breve.- ¡Sí, señor D’Angelo! ¡La…! ¡La
Pietro miraba al pequeño Enzo, quien no quería darle la cara, durante todo el tiempo en que se despedían los demás, Enzo no había querido acercarse a su abuelo, pero ahora venía el momento de hacer lo correcto.- Enzo, hijo, ven aquí… - dijo Pietro mirando al niño.Enzo, agachado, caminó hacia él. Pietro, al verlo, se puso en cuclillas para estar a su altura.- Mi niño, quiero que te cuides mucho y que cuides de tu hermanita, eres un gran niño y siempre estarás en mi corazón. – dijo Pietro acariciándole las mejillas.- Si tú quieres visitarnos, solo llámame y enviaré por ti un avión, solo vamos a estar a un vuelo de distancia. - volvió a decir Pietro sonando reconfortador.Pietro no recordaba nada de la crianza de ese pequeño, pero si se daba cuenta de que aquel niño lo miraba con admiración y respeto. El hombre de ahora desconocía que ese niño lo había visto desde que prácticamente nació, Enzo, quien al principio estaba entusiasmado por irse con Gio, no había pensado en lo difícil que