Reclamada por el Alfa Jacob: El vinculo maldito.

Reclamada por el Alfa Jacob: El vinculo maldito. ES

Hombre lobo
Última actualización: 2025-10-11
ABBYLU2025  Recién actualizado
goodnovel18goodnovel
10
1 Reseña
11Capítulos
120leídos
Leer
Añadido
Resumen
Índice

Sinopsis La Luna no siempre acierta al unir dos almas. Lucía Lódwood lo aprendió de la forma más cruel cuando, frente a todo el Consejo de Alfas, su pareja destinada —el poderoso Damián Wulfric— la rechazó sin titubear. Desde entonces, su nombre se convirtió en un susurro entre las manadas… y su corazón, en una fortaleza. Seis meses después, Lucía ya no es la misma loba ingenua que creía en los designios del destino. Es fuerte, indomable, y está decidida a no volver a inclinar la cabeza ante ningún Alfa. Pero cuando Damián reaparece alegando haber sido víctima de un hechizo, y exige completar su unión bajo la próxima luna llena, el pasado amenaza con desgarrar nuevamente todo lo que ha reconstruido. Entre mentiras, vínculos rotos y una nueva fuerza que despierta en su interior, Lucía descubrirá que el destino no siempre está escrito en las estrellas… a veces se forja bajo la lluvia, entre sangre, dolor y fuego.

Leer más

Capítulo 1

Capítulo 1 – Bajo la lluvia

La lluvia caía con una fuerza casi violenta, golpeando los ventanales del restaurante como si intentara arrancar el vidrio de cuajo. Lucía permanecía de pie en la planta alta, frente a la gran cristalera que daba al estacionamiento. Llevaba las manos apoyadas sobre el marco frío mientras observaba la escena que, en cuestión de segundos, desmoronaba todo lo que creía saber sobre el destino.

Allí, dentro de un auto negro cubierto de gotas, su pareja destinada —el hombre al que la mismísima Diosa Luna le había señalado como su compañero— tenía a una de las camareras sobre su regazo. Los cuerpos se movían con urgencia, entre risas, besos torpes y ropa desordenada.

Lucía sintió cómo algo dentro de ella se rompía.

—Ese maldito no vale nuestro sufrimiento —gruñó una voz en su cabeza. Era Kira, su loba interior, furiosa, salvaje, dolida—. Vamos, Lucía. No derrames ni una lágrima más por él.

Lucía tragó saliva, queriendo mantenerse en control, pero el dolor era tan punzante que apenas podía respirar. En su pecho, el vínculo con su compañero ardía como una herida abierta, latiendo con cada traición que presenciaba.

Y antes de que pudiera reaccionar, Kira tomó el control.

El cuerpo de Lucía se movió por impulso. Bajó las escaleras del restaurante, empujando la puerta principal con fuerza. El aire frío y húmedo la envolvió de inmediato. Corrió bajo la lluvia, sin paraguas, sin mirar atrás. Las gotas se mezclaban con sus lágrimas, lavando el maquillaje y el orgullo en una misma corriente helada.

Cada paso era un eco de dolor.

Mientras se internaba en la oscuridad del bosque que rodeaba el restaurante, su mente la arrastró inevitablemente hacia dos meses atrás, al momento en que todo había comenzado.

**

Era el día de la Reunión Anual del Consejo de Alfas, una de las fechas más esperadas por todas las manadas del continente. Aquel año, por primera vez, ella asistiría.

Lucía apenas había cumplido los dieciocho. Hija única de los Alfas del Clan Lódwood, una de las manadas más antiguas y poderosas del norte, tenía el deber de prepararse para ser Luna algún día. Esa reunión era su presentación oficial ante el resto de los líderes.

Esa mañana había dedicado horas a su atuendo: un vestido largo color azul medianoche, sencillo pero elegante, que resaltaba su piel clara y sus ojos color ámbar.

Kira, inquieta en su interior, no dejaba de murmurar.

—Algo pasará hoy… lo presiento.

Lucía sonrió ante el espejo. —Lo único que pasará es que haré el ridículo si sigues poniéndome nerviosa.

—Tonta —replicó su loba con un tono burlón—. No lo sientes… ¿verdad? Ese cosquilleo, esa presión en el pecho. Es la Luna preparándonos.

Lucía la ignoró, aunque en el fondo sentía esa energía desconocida que la mantenía alerta.

Cuando llegó al enorme salón del hotel donde se celebraba la reunión, el aire estaba cargado de aromas y poder. Cada Alfa tenía su propio olor: madera, hierro, fuego, tierra… pero uno en particular capturó toda su atención.

Un aroma a roble húmedo y pradera se instaló en sus sentidos con una intensidad devastadora. Kira se irguió dentro de ella, como si un rayo la hubiera atravesado.

—Es él —susurró, casi temblando—. Nuestra pareja destinada está aquí.

Lucía se quedó inmóvil. Su corazón comenzó a latir tan rápido que apenas podía oír otra cosa.

Trató de mantener la compostura, esperando a que el anfitrión terminara su discurso, pero apenas las palabras de cierre resonaron, sus pies se movieron por instinto.

Siguió el rastro de ese aroma entre los pasillos y mesas hasta llegar al área del bar. Allí lo vio.

Un hombre alto, de cabello oscuro y mirada intensa, reía con una mujer de curvas marcadas. Sus gestos eran seguros, dominantes, el tipo de presencia que hacía que cualquiera a su alrededor bajara la cabeza.

Lucía sintió a Kira gruñir con frustración.

—¿Qué hace con ella?

Antes de poder responderle, el hombre se inclinó y besó a la mujer frente a todos. Un beso descarado, provocador.

Kira rugió desde lo más profundo de su ser. Lucía apenas se dio cuenta de que había cruzado el salón hasta quedar frente a ellos.

Con un impulso irrefrenable, apartó a la mujer de un empujón. Un gruñido bajo escapó de su garganta, haciendo que varios lobos cercanos se giraran.

La mujer levantó las manos con calma, sin perder la compostura.

—Creo que tu pareja destinada acaba de llegar —dijo con una sonrisa irónica, mirando al hombre.

Él giró la cabeza hacia Lucía. Su expresión fue la de alguien que observa algo curioso, pero no importante.

Sus ojos —grises, fríos— la recorrieron de pies a cabeza.

—Eso parece —respondió con un tono indiferente.

Sin darle tiempo a hablar, volvió a tomar a la otra mujer del mentón y añadió, sin apartar la vista de Lucía—: Te veo en un rato, cariño. Ve a sentarte a nuestra mesa.

La loba asintió con una sonrisa sumisa antes de alejarse. Lucía sintió cómo su sangre hervía, pero antes de abrir la boca, él habló de nuevo.

—¿Cómo te llamas? —preguntó con un tono neutro, casi aburrido.

Lucía respiró hondo. —Mi nombre es Lucía...

El hombre asintió lentamente. —Bien. Ya no importa —dijo, cortándola en seco. Luego, con un ligero movimiento de cabeza, añadió—: Soy Alfa Damián Wulfric, de la Manada del Valle Rojo. Y como verás… ya tengo una pareja elegida.

El silencio que siguió fue como un golpe seco en el pecho.

Kira aulló en su mente, su furia mezclada con un dolor insoportable.

Lucía apretó los puños. —¿Qué… qué estás diciendo?

—Planeo apartarme con ella a fin de mes —respondió él, con la tranquilidad de quien comenta el clima—. Así que: yo, Alfa Damián Wulfric, de la Manada del Valle Rojo, te rechazo a ti, Lucía... como mi pareja destinada.

El mundo pareció detenerse.

Lucía sintió cómo el vínculo se desgarraba dentro de ella. Una punzada atravesó su pecho, arrancándole el aire. Aun así, se obligó a mantenerse erguida. No iba a darle el placer de verla caer.

Él la observó, esperando su respuesta.

—Debes aceptar el rechazo —dijo con una sonrisa seca—, o sufrirás cuando mi apareamiento se complete.

Lucía tragó saliva. Su voz tembló apenas cuando respondió:

—Yo, Lucía Lódwood, heredera del Clan del Norte, acepto tu rechazo.

El destello de sorpresa en los ojos del Alfa fue fugaz, casi imperceptible. Quizás no esperaba que ella supiera lo que implicaba decir esas palabras. O tal vez en ese momento supo quién era ella verdaderamente.

Pero Lucía no le dio tiempo a reaccionar. Giró sobre sus talones y se alejó, con el corazón roto pero la cabeza en alto.

Volvió a su mesa junto a sus padres, fingiendo una serenidad que no sentía. Sonrió, participó de las conversaciones y brindó cuando todos lo hicieron.

Nadie notó que, bajo la mesa, sus manos temblaban.

Si por ella hubiera sido, aquel rechazo habría quedado enterrado para siempre. Pero en el mundo de los lobos, los secretos no duran mucho.

**

El trueno que resonó en el cielo la trajo de vuelta al presente.

La lluvia seguía cayendo con fuerza mientras caminaba por el sendero que llevaba a los límites del territorio. El frío la calaba hasta los huesos, pero el dolor ardía más.

Kira seguía al mando, moviéndola con una mezcla de ira y tristeza.

—No volveremos a llorar por él —susurró con firmeza—. Si la Diosa Luna se equivocó, entonces nosotras forjaremos nuestro propio destino.

Lucía alzó la vista al cielo gris, respirando con dificultad.

El vínculo que la había unido a Damián se desvanecía lentamente, dejando solo un vacío insoportable.

Pero en algún rincón de su alma, una chispa se encendió.

Una promesa muda.

Podría haberla rechazado…

Podría haberla humillado frente a todos…

Pero no la destruiría.

No a Lucía Lódwood, heredera del Clan del Norte.

Porque incluso bajo la lluvia, cuando todo parecía perdido, algo dentro de ella seguía ardiendo.

Y entonces lo oyó.

Un aullido lejano, profundo, cargado de furia.

Kira alzó las orejas dentro de su mente.

—¿Lo sientes? —susurró—. No estamos solas.

Lucía giró lentamente hacia el bosque. Entre la neblina y la cortina de lluvia, dos ojos dorados brillaron en la oscuridad.

Su corazón dio un vuelco.

No era Damián.

Era otro Alfa.

Y acababa de encontrarla.

Desplegar
Siguiente Capítulo
Descargar

Último capítulo

Más Capítulos

También te gustarán

Nuevas novelas de lanzamiento

Último capítulo

user avatar
Belen Campod
Excelente, me encanta la trama ......
2025-10-10 21:21:34
1
11 chapters
Capítulo 1 – Bajo la lluvia
Capítulo 2 – Ecos del pasado
Capítulo 3 – Rastros del destino
Capítulo 4 —La decisión de la luna
Capítulo 5 – La decisión del alma
Capítulo 6 – El alfa de la manada del Fuego Eterno
Capítulo 7 – Bajo la mirada de la luna
Capítulo 8 – La furia del vínculo
Capítulo 9 – La furia del vínculo (Parte 2)
Capítulo 10 – La decisión de los tres soles
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP