Mundo ficciónIniciar sesiónSu prometido le es infiel con su mejor amiga a tan solo un par de meses de la boda. Los traidores han cometido el error de invitarla a la boda, ¡¡la boda que debía de ser de ella!! Pronto conocerá a otro hombre que le propone dar celos a su ex. NO sabe muy bien quién es él, pero piensa aprovechar la oportunidad que se le brinda. Si te gustan las historias de triángulos amorosos, celos, infidelidades, parejas no convencionales, triejas y mucho drama, esta es tu historia. Actualizo frecuentemente.
Leer más—No, no y mil veces no mamá. ¡No pienso ir a esa boda por más que te empeñes!—dije con gran fastidio pues mi madre me tenía ya al borde de perder los nervios. La buena mujer se había obstinado en que me presentara en la boda de mi ex y no solo eso, si no que aceptara la invitación de una semana en un resort de lujo, que los novios habían pagado a los invitados.
—Marina cariño, tienes que ir para hacerles ver que estás bien y que te da igual.
—¡Qué me va a dar igual!—dije gritando— Por mi como si se mueren esos dos.
No solo se casaba mi ex Carlos, si no que encima lo hacía con mi mejor amiga Abigail. Bueno, ahora ha pasado a ser ex amiga. Que vergüenza presentarme a esa boda, mi madre está loca, no tengo dudas de ello.
Carlos y Abigail se habían estado viendo a mis espaldas al menos que yo sepa un año. Llevaba de novia con ese desgraciado cinco años. Cinco años tirados a la basura, incluso los últimos tres años ya vivíamos juntos en un apartamento céntrico de la ciudad, la zona más lujosa pues tanto Carlos como yo veníamos de familias pudientes. Él más, siempre se encargaba de recordarme que tenía más dinero que yo. Cómo no me di cuenta de lo ruin que era ese hombre. Tan enamorada estaba que no lo supe ver.
Llevo la dirección de la empresa de mi familia y un día hace dos meses, tras volver de viaje de negocios, me los encontré a los dos en la cama, haciendo el amor como dos salvajes. Me quería morir, ver a Abigail encima de Carlos, rebotando encima de él, jadeando y gimiendo. Aún no me repongo de aquello, aún duele.
—Mamá. ¿Qué te he hecho de mal que me quieres tan poco? ¿Acaso estás aún resentida por lo del parto?—dije poniendo ojitos lastimeros, mi madre abrió la boca aún con sorpresa y se llevo una mano a sus labios.
—Niña tonta ¿es qué no lo entiendes? Esta es tu oportunidad para fastidiarles la boda, ellos han tenido el descaro y la poca vergüenza de invitarte, ¿verdad? Pues ahora como que me llamo Luisa que esas dos alimañas se tienen que arrepentir…
Hum no había caído yo en ese punto, pero no lo tengo claro porque por muy vengativa que me quiera volver, lo que estoy es jodida, muy jodida y no sé si podré hacer lo que me pide mi madre. Lo único que quiero es meterme bajo las mantas de mi cómoda cama y llorar, llorar hasta que me duerma. Además a quién le importaba que se casaran, estaban hechos el uno para el otro. El mayor castigo para esos dos era casarse y tenerse el uno al otro. Definitivamente tenían que casarse. Pero, ¿y si me divierto una semana a costa de ellos en un resort? Era tentador, un hotel de apartamentos de lujo en una isla paradisíaca. Es posible que ni siquiera me tenga que tropezar con ellos, además me merezco unas vacaciones.
Esa idea ya se había instalado en mi mente y ahora ya no hay quien la pare. En una semana salía el avión en dirección al resort y yo tenía muchas cosas que comprar para el viaje, sobre todo bikinis. Iba a lucir a base de bien mi voluptuosa figura, volvía a estar en el mercado y no había mejor sitio para olvidar a un ex que en una isla paradisíaca. ¡Agárrate Carlos que voy a fastidiarte todo lo que pueda y más!
PabloEl día de ayer fue tremendo y absolutamente surrealista. Mis sospechas se confirmaron y Carlos se volvía loco cuando yo andaba cerca de Marina. Tengo que averiguar qué es ella para él, me está costando horrores sacarle algo de información a Marina, pero no dudo que con un poco más de empeño sacaré la verdad de ella misma. En condiciones normales me daría igual, pero ardo en deseos de saber ese secretito que se traen esos dos. La verdad dudo que sea amor o algo así porque tal parece que Marina lo odia, ni siquiera creo que desee estar como invitada en la boda. ¿Entonces por qué ha venido a la boda?Cuando le propuse aliarnos para dar celos a Carlos pensé que me costaría un poco más convencerla, pero no…todo lo contrario estaba bastante dispuesta. Pero eso ya da igual también porque las situaciones entre nosotros dos surgen así de la nada y sin proponérnoslo, da lo mismo si está Carlos presente o no. Dios mio, aún recuerdo lo de la crema y cuando nos metimos juntos al mar, hasta e
MarinaSus dedos maravillosos que me estaban volviendo loca se pararon justo encima de mi clítoris y a duras penas entre gemidos pude bajar mi cabeza hasta parar a la altura de sus ojos. Allí estábamos mirándonos fijamente a los ojos, perdiéndome en la pasión de ese par de ojos marrones. Justo cuando inició la tortura con sus dedos empezó a mirarme con ojos juguetones y notaba más y más como se agrandaba su paquete. ¡Dios! ¿Qué estaba haciendo ahí en público? Cualquiera podría vernos, deducir por lo acaramelados que estábamos, lo que sin duda estaba pasando por debajo del agua…—Dime ¿Quieres que pare?— preguntó Pablo con voz entrecortada.—No, no pares…— aceleró con mis palabras su movimiento en mi centro y sin decir nada más se aventuró con su lengua lamiendo por el lateral de mi cuello hasta llegar a mi oreja y regalarme pequeños mordiscos por toda la oreja. ¿Cuánto tiempo hace que nadie me tocaba así? ¿Qué nadie me deseaba de esa manera como para perder la cabeza en público? Sin
CarlosNo, no podía ser cierto. Sabía desde el principio que era una mala idea invitar a Marina a la boda, qué digo, esa boda era la que a ella le hubiera correspondido de no ser porque la engañé con Abigail. ¿Desde cuándo mi vida se había vuelto tan complicada? Sí, yo sabía la respuesta. Justo fue más o menos hace un año cuando toda mi vida cambió, mi abuelo falleció dejando una ridícula cláusula en el testamento para poder heredar la fortuna familiar. Desde que me gradué he sido yo el que se ha hecho cargo del negocio familiar, aprendiendo todo lo que era necesario para ser un buen Ceo y no defraudar a nadie, ni a mi familia, ni a los accionistas, ni a los trabajadores,…a nadie. Pero el viejo se muere y nada vale, ningún esfuerzo es tenido en cuenta, solo las locuras de un viejo moribundo y senil. Todo el esfuerzo invertido no cuenta, recuerdo cómo me enfurecí en aquel momento, bebí hasta casi perder el conocimiento y así fue como acabé amaneciendo desnudo en la cama de un motel con
MarinaEl agua estaba riquísima, pero apenas se podía ver nítido el fondo porque estaba un poco sucio. Eso ponía un poco intranquila a Marina que aún recordaba su baño nocturno. Pablo que llevaba un buen rato observándola en silencio, más o menos intuía lo que debía de estar pasando por la mente de la rubia. Quería jugar un poco y pasárselo bien con ella, pero no aún no era el momento de hacer travesuras. Recompuso su cara de diversión, en un semblante un poco más serio y miró a Marina, llamando su atención.—Dime, ¿me vas a seguir negando que no conoces a Carlos?—Sería estúpido negar lo evidente ¿no es cierto?— se produjo un silencio durante largos segundos—. Sí, nos conocemos— admitió por fin Marina, pero no dio muchas más explicaciones.—¿Y de qué se conocen?— Pablo tenía la sensación de estar sacando la información de aquella mujer a cuentagotas. —Bueno, nos conocimos por motivos de trabajo—. Marina no mentía, pues así fue como conoció a Carlos— Mi negocio familiar está dedicado
—¡Aparta tus manos de ella!— un grito gutural nos hizo romper el momento y mirar en su dirección. Era Carlos, sorpresivamente estaba en el porche de mis vecinos, justo a mi derecha. Su cabeza sobresalía por encima de las jardineras con plantas que nos separaban.Pero para nada Pablo me soltó, al contrario, abrazó mi cintura desde atrás, llevando mi trasero aún más hacia él.—¿Carlos, qué haces tú en ese apartamento y por qué te crees con el derecho de pedirle a nadie que quite sus manos de mí?— dije mientras Pablo seguía abrazándome. Noté como enterró su cara en mi cuello y aspiró mi aroma. Por dios, este hombre si que sabe jugar fuerte…Sus ojos iban de Pablo a mi y se notaba que quería responder esa pregunta, pero se lo calló. Justo cuando iba a responder, sonó el timbre de la puerta. Uf, salvada por la campana pensé.—Pablo ¿quieres ir a ver quién es? Seguro es el servicio de habitaciones con lo que he pedido.Pablo se soltó un poco a regañadientes de mi y sabía perfectamente que l
Nada más llegar a los apartamentos, me desvestí y no pude más que lanzarme encima de la cama de lo tremendamente cansada que estaba. No sé cuanto tardé en dormirme, pero lo único que sé es que me desperté dos horas después con la energía totalmente recargada. Ordené al servicio de habitaciones que me trajeran un café largo con un bollito lo más sano posible, veremos a ver qué me traen…Mientras llegaba el café decidí prepararme para ir un rato a la playa, deseaba tomar un poco el sol, estaba muy blanca y aunque se que no me voy a conseguir un bronceado decente, por lo menos cogeré un poco de color.Al estar tan blanquita aún, pensé que me combinaría de muerte un bikini rosa pálido que había comprado antes de venir de viaje. Sin duda estaba un poco loca cuando me decidí a comprar todos aquellos trajes de baño. Se trataba de una braga tanga de baño, un poco alta de caderas que llegaba pasaba por debajo de mi ombligo. Dios mío, me miré al espejo mi redondo trasero, redondo y blanco trase
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