Paul Wright

Pablo

El día de ayer fue tremendo y absolutamente surrealista. Mis sospechas se confirmaron y Carlos se volvía loco cuando yo andaba cerca de Marina. Tengo que averiguar qué es ella para él, me está costando horrores sacarle algo de información a Marina, pero no dudo que con un poco más de empeño sacaré la verdad de ella misma. En condiciones normales me daría igual, pero ardo en deseos de saber ese secretito que se traen esos dos. La verdad dudo que sea amor o algo así porque tal parece que Marina lo odia, ni siquiera creo que desee estar como invitada en la boda. ¿Entonces por qué ha venido a la boda?

Cuando le propuse aliarnos para dar celos a Carlos pensé que me costaría un poco más convencerla, pero no…todo lo contrario estaba bastante dispuesta. Pero eso ya da igual también porque las situaciones entre nosotros dos surgen así de la nada y sin proponérnoslo, da lo mismo si está Carlos presente o no. Dios mio, aún recuerdo lo de la crema y cuando nos metimos juntos al mar, hasta estoy seguro que he tenido un sueño con ella esta noche, me levanté agitado, sudado y con una tremenda erección y solo ella se me venía a la mente.

Pienso disfrutar el día de hoy con Marina, es posible que sea uno de los pocos días tranquilos que nos quedan en esta isla. Esta tarde si no recuero mal llega la familia de Carlos y con ellos seguramente desaparezca la paz que reina a mi alrededor ahora mismo. Nunca me he llevado bien con esa familia, siempre me han hecho de menos por ser el hijo ilegítimo de mi padre, bueno para ser exactos ellos prefieren llamarme bastardo. Muchos ya han aprendido que no es beneficioso para ellos llamarme con ese apelativo despectivo. Aún recuerdo cuando el tío de Carlos me llamó bastardo delante de todos en una de sus reuniones familiares de navidad. Pobre tío Tomás, lo perdió todo en menos de un mes, todas sus empresas cayeron en desgracia, sus clientes buscaron otras opciones mejor y sus inversores dejaron de prestarle apoyo financiero incondicional. No pude evitar una sonrisa burlona mientras pensaba en ello, fue un toque de atención para todos, a nadie de esa maldita familia se le pasó por alto lo ocurrido con el buen tío Tomás, fue un buen toque de atención.

Aún no se por qué me importan y el motivo por el que no los dejo como causa perdida y me dedico a lo mío y punto. Debe ser por mi madre, ella siempre me ha inculcado el perdón, siempre tan buena. Por qué tenía ella que ser tan buena persona. Esa familia siempre la había tratado como un cero a la izquierda, pero ella siempre me inculcaba el perdón…Yo ya no estaba dispuesto a eso. Todos estos años me los había pasado compitiendo con Carlos, competencia que por cierto siempre jugó él solo porque a mí no me importaba para nada. Traté de hacérselo saber cuando me di cuenta, aproximadamente cuando llegamos a la adolescencia, pero él hizo oídos sordos y siguió con la competencia. Lo más absurdo de todo es que no competí ni una sola vez con él. Tantas y tantas veces traté de ofrecerle la paz y mi mano para por fin poder tener esa complicidad entre hermanos que tantas veces veía en mis amigos y compañeros, pero con Carlos nunca pudo ser así. Y aquí nos vemos en nuestra treintena y con las mismas trabas y complejos de cuando éramos niños…

Mi madre siendo joven se enamoró perdidamente de mi padre y de ese amor tortuoso nací yo. Por lo que me han contado él estaba casado pero aún no tenía hijos, yo fui su hijo mayor. Mi madre aunque quedó embarazada de él, en el momento que se enteró que era un hombre casado no quiso saber nada más de él. Al cabo de unos años cuando yo apenas tenía unos cinco años, tuvo remordimientos de conciencia al saberme sin padre pues yo era un niño que preguntaba constantemente por mi padre. Ella se lo dijo, le fue sincera y él no la creyó, pero por lo que me contó mi madre, me hicieron prueba de ADN y el resultado evidentemente fue positivo. 

La verdad en aquel momento y hasta bien entrados mis veinte albergué esperanzas de entablar una relación de padre e hijo, pero ese hombre me menospreciaba siempre. Daba igual en lo que me había convertido, soy el maldito Ceo de un grupo empresarial que maneja mi familia, me he esforzado tanto estos años, al principio fue por orgullo y por demostrarle a mi padre lo bueno que puedo ser, siempre en la escuela sacando las mejores notas, siendo el mejor en todo y al final me he cansado, ese hombre nunca valora nada. Debo estar entrando en lo que llaman la madurez, pues ya no me importa un comino lo que piensen los demás sobre mi. Lo único importante para mi actualmente es crecer como persona y profesional. Llevar a mi empresa a otro nivel en los negocios, pues prácticamente toda la familia vivimos de las ganancias de la empresa y muchos de nosotros trabajamos para ella y hacerla aún más grande. Por ejemplo es el caso también de mis primos Damien y Casiddy. Provenimos de una antigua familia inglesa y es allí donde residen nuestros negocios en la City de Londres, el distrito financiero más importante del mundo. Todos trabajamos muy duro para elevar aún más nuestros beneficios y no nos permitimos fallo alguno. Pensé que venir a esta isla me vendría bien para tomarme unas vacaciones, hace tanto tiempo que no me tomo unas que pensé que sería una buena idea y la verdad que no me equivocaba, están siendo de lo mejor que me ha pasado últimamente, pero creo que en parte es gracias a Marina. Con solo pensar en ella se me escapa una sonrisa, es todo tan tierno cuando estoy con ella, es como una niña pequeña y me encanta hablar con ella siempre me sabe seguir el juego. Sé perfectamente que se ha dado cuenta cuando le hablo en serio y cuando estoy siendo travieso…

Marina,…el pensar en ella me hace recordar que debo llamar a mi asistente y pedirle que me de más información sobre ella. Cogí mi teléfono y le marqué, pronto respondió Elías, era mi mano derecha, una de las personas en quién más puedo confiar y quien más secretos guardaba, no solo respecto a mí sino también laboralmente hablando.

—Buenos días señor Wright, ¿Cómo va su estancia en la isla de Venum?— la voz de Elías sonaba tan profunda y profesional.

—Bien Elías, están siendo unos días perfectos de descanso, mucho sol y playa. ¿Cómo va todo por la empresa?

—Bien, sin novedades a la vista. Su primo Damien se está encargando de todos los asuntos relacionados con la presidencia, como la reunión que debía mantener usted con el grupo chino que desea colaborar con nosotros en futuros proyectos. El señor Damien lo ha hecho fenomenal y los futuros inversionistas se han ido encantados.

Eso me hizo sonreír, pues Damien estaba buscando una oportunidad así para destacar en la empresa y yo encantado de darle esa oportunidad. Amaba a mis primos y concretamente Damien era mi mejor amigo, lo daría todo por ellos, por mi familia en general estábamos todos muy unidos. 

—Estoy muy feliz de escuchar eso, pero te llamo por otro asunto. Quiero que me averigües información sobre una persona en concreto una mujer, se llama Marina García y por lo que sé su negocio familiar está relacionado con la construcción. 

—¿Tiene alguna otra información más que pueda darme sobre la mujer señor Wright?

—Por el momento no, pero cuando averigüe algo más te informaré, espero que tengas algo sobre ella lo antes posible.

Y con esa frase di por terminada la conversación y me empecé a vestir pues hoy tenía pensado pasar el día con Marina y creo que nos lo pasaremos bastante bien en la gruta de Venus. Estoy deseando que llegue esta noche, pienso contarle quien soy, no me parece bien seguir ocultándole quién soy y la relación que guardo con Carlos. Es evidente que ella y Carlos tienen una historia y no creo que le haga mucha gracia saber que soy su hermano mayor, o por lo menos saber que se lo he estado ocultando…

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP