Mía es una loba Omega, es modelo webcam y lleva una doble vida: de día es una chica reservada y abnegada a su familia, de noche se convierte en una estrella virtual en plataformas para adultos. Lo hace por necesidad: paga la universidad de su hermana menor y mantiene a su madre enferma. Su mundo cambia cuando un nuevo usuario misterioso aparece en sus transmisiones con el nombre de AlfaX. Lo que Mía no sabe es que AlfaX es en realidad Xavier, el futuro líder supremo de la manada Esmeralda, millonario y reservado, No busca sexo ni morbo: está fascinado por la manera en que ella habla, por su mirada, por el dolor que esconde detrás de cada sonrisa fingida frente a la cámara. Xavier y Mia se verán en vueltos en un peligroso triángulo amoroso, cuando esté sin saberlo elija a Liliana la hermana menor de Mia como su concubina y posible Luna.
Leer másCapitulo 46Cuando llegue al banquete, las miradas se clavaron en mi, sabía que no iba a ser fácil, tenía que enfrentar mi pasado y mi futuro, yo era el centro de atención en un mundo dominando por Lobos machos.—¿Que es esto? No pudo venir el Alfa y envío a su Luna ¿Podría explicarnos? —dijo uno de los lobos.Pero mi mirada ya se había alejado, solo veía a Xavier que estaba temblando con la copa de su mano.—Yo soy La Alfa de la manada Perla, la misma que rebautize como La manada Russo.Me gire, mi vestido tenía un escote en V en la parte de atrás, donde se dejaba ver la marca de mi familia.Romano se acerca, la miró de cerca y asintió, Ares que estaba temblando por verme, suspiro —Es verdad, la maldición de mi sangre ella la acabó con mi marca, Mía es la loba perdida de la familia Russo.Tome un poco de aire, me mostré altiva segura, no podía dar un mínimo espacio de duda, la manada Russo tenía que renacer.—Tu no puedes ser un Alfa —gruño uno de los lobos más viejos —Casate con u
Capítulo 45Narra Mía...Tres años atrásClara y yo nos fuimos sin ser vistas, Rebeca en su desesperación de verme lejos, decidió darme la mayoría de sus joyas que Ares había guardado y que en teoría eran mías pues el planeaba darmelas como regalo de bodas.—¿A dónde vamos? ¿Quiere regresar con el señor Xavier? —me pregunto con una cara de angustia y preocupación, no era para menos, no teníamos manada.—Voy a buscar a un amigo, creo que el nos puede ayudar.Luca llegó de inmediato, nos citamos a las afueras de la manada de Plata y llegó lo más rápido que pudo, me abrazó y se presento con caballerosidad con Clara.—Ve a la manada Esmeralda, allí empezaremos de cero, hicimos un trato de ser amigos, y yo te juro que te cuidare.Asentí y empezamos el viaje a ese lugar, el que debí pisar desde la primera amenaza de Xavier, mi efecto mariposa.Nos quedamos en una pequeña cabaña, Pero yo tenía una idea en la cabeza—Necesito saber que paso con la fortuna de mi familia, si los Russo eran una
Capítulo 44Aquella loba en la cámara me volvía loco, Artemisa y su sensualidad era envolvente y un poco salvaje. Cada movimiento suyo parecía diseñado para torturarme, y lo hacía con una naturalidad que rozaba lo excitante, Tenía esa mezcla peligrosa entre inocencia y experiencia, cara de angel y cuerpo de diabla.Estaba recostada en su sofá, en esa habitación iluminada por luces tenues, neones rosados y que casi se podía oler desde la pantalla su perfume que debía ser de rosas, el mismo que usaba Mia.Me lamí los labios.—¿Tú me enviaste la invitación al correo? —pregunté, sin apartar los ojos de su cuerpo cubierto apenas por una lencería diminta, que cubria sus senos y un poco de su cuerpo. Mis dedos se movieron en el escritorio.—Quizá… ¿te arrepientes? —sonrió, y se mordió el labio inferior—. Porque yo estoy lista para ti.La forma en que lo dijo algo en mi interior reaccionó al instante. Esa voz, ese tonito juguetón que me hacía imaginarla en mi cama, encima de mí, o bajo mí.
Capítulo 43—¿Que te pasa? Tu te ibas a casar con ella, se supone que ella sería tu Luna ¡¿Dónde está Mia?! ¿Quien es esta loba? Aquella loba se acercó, me pidió con miedo en los ojos que me alejara de Ares—Yo soy la Luna de la manada de Plata.Romano se acercó, se percató de lo que sucedia de la confusión —Habia un trato, pediste la mano de Mía a cambio de las tierras ¿Que sucedió?¿Por qué no se nos fue informado?Ares pidió un momento para hablar a solas conmigo, yo quería matar al desgraciado, pensé los peores panoramas para mí mujer, la idea que Mía estuviera sola en las calles, que este imbécil le hubiera hecho algo me quemaba.—¡Dímelo! —le di un empujon al instante de cruzar la puerta de su estudio.—Mia se fue, ella me dejó porque mi esposa regresó —¿Esposa? ¿Que planeabas? Le dijiste que la harías la Luna de esta manada —mi voz era erratica, intentaba controlar el enojo de mi lobo interior que quería salir de mi pecho.—Y lo era, Pero Rebeca mi esposa no estaba muerta, es
Capítulo 42El olor a Mía me envolvió.Me acerqué sin decir nada, y ella dio un paso hacia mí, con los ojos llenos de deseo.—Haría cualquier cosa por ti —susurró, rozando mis labios con los suyos —Si quieres decirme Mía, yo seré ella, hoy sere lo que quieras.Mi cuerpo ardía, mis manos fueron a sus caderas, subieron a sus pechos. Los tomé con firmeza, apretándolos mientras le besaba el cuello. Su piel estaba caliente, ella lo deseaba mucho más, su cuerpo vibraba debajo de mis dedos.—Eres mía —le dije, mirándola a los ojos. Aunque en mi mente no era Gabriela la que tenía enfrente. Era Mía. Su mirada, su boca, su piel… todo se transformaba, es como si su olor me quemará y me drogara para alucinar.Gabriela se dejó llevar. Se recostó en la cama, abriéndose para mí sin decir palabra. Me acerqué, me agache sobre ella y baje para besarle los pechos, mordí sus pezones mientras ella gemía y se agarraba de mis hombros.—Te gusta, yo sé que me extrañaba —le dije mientras bajaba por su abdom
Capítulo 41Gabriela se quedó inmóvil. Su rostro perdió el color de golpe, como si el aliento se le escapara de los pulmones , Sus manos temblaban, y en sus ojos, el miedo se notaba, la vi desencajada por primera vez en mucho tiempo.—Ve a la cocina —le dijo a la empleada, su voz rota era apenas un susurro de su imponente voz —Pero, señora… el médico dijo que el Alfa——¡Te dije que te vayas! —gritó con desesperación, empujándola con torpeza hasta cerrar la puerta con seguro.Yo seguía ahí, paralizado en mi silla, por lo que acababa de leer, sentí un escalofrío recorrerme, aquella lectura me quemo.Durante tanto tiempo la había visto como la culpable, la villana de mi historia. Pero en ese instante, ver cómo mi padre la aplastaba desde las sombras por culpa de su obsesión, me dejó helado. Era ella la que había quedado en ruinas, el le destruyo la vida por tenerla.—¿Qué quieres saber? —me miró con lágrimas resbalando por sus mejillas. Su voz era todo lo que quedaba de ella: frágil y
Último capítulo