TERCER LIBRO SAGA : Sombras de la Esquizofrenia. Angy O'Connor está postrada en cama inconsciente. Lleva semanas así y eso es algo que logra que Dylan pierda poco a poco el control de su cordura y a Marcus. Sus amigos se han vuelto cómo una sombra, están incluso en sus pesadillas más profundas... Esas en las que ella cree que son tan falsas como sus memorias pasadas. El mundo oscuro está a tan solo un paso en su mente y no sabe si deba o no entrar en aquel sitio donde Marcus, es completamente real y puede ser capaz de herirla o causarle un dolor mucho peor que en el mundo de los humanos. ¿Qué será de Angy sí decidiera adentrarse en un lugar donde no tiene ni la más mínima idea de cómo actuar? ¿Moriría o sabría la respuesta a todo lo que ha estado ocurriendo a su alrededor?
Leer másLas personas jamás serán igual a lo que está dentro de la imaginación, quizás parecidas, sí. Pero nunca iguales.
Los hombres son tan difíciles de entender cómo las mujeres e incluso más.
No son capaces de demostrar sus sentimientos, su ego y orgullo son los que manejan sus vidas constantemente y ¿Por qué?, no lo se. Lo único que hoy en día se es que :
Marcus, es real. Muy real.
Y es hombre, con orgullo, fuerza de voluntad y un carácter de m****a.
***
"Bienvenida al infierno mismo"
Angy.
No me lo imaginé así.
Pensé que el día de mi muerte conocería a Marcus, porque sí, muchas veces pensé en verle más allá de la muerte o tal vez antes pero... No me cabe en la cabeza aun, que estoy a centímetros del suelo, siendo asfixiada por la mano izquierda del chico quien sonríe de una manera tan macabra.
— Mar ... Mar ... cus. — Trato de hacer que piense un poco en lo está haciendo, pero me siento cada vez más débil y mi voz por poco y no se escucha. Me cuesta respirar, mi cuello me arde, punza y duele tanto. ¿Qué carajos pasa por la cabeza de este ser?; no más al verme lo primero que hizo fue acortar la distancia y tomarme con una fuerza descomunal por el cuello.
— Bienvenida, Angy. — Sisea y me doy por vencida.
El olor a azufre inunda mis fosas nasales, siento mi cuerpo sobre algo como y tibio ¿será este el más allá? No, una oleada de calor proveniente de no sé dónde hace que despierte en medio de una habitación invadida por las penumbras. Miro en todas las direcciones en busca del chico o alguien más pero no logro localizar nada.
Detallo con calma las cuatro paredes en donde me encuentro.
Estoy en un lugar bastante elegante, por lo poco que puedo distinguir lo sé, las paredes están pintadas de un color grisáceo opaco y el suelo es de madera pura, las ventanas cubiertas por una tela de seda color negro y una cama "donde me encuentro sentada en medio", con telas de seda púrpura y madera pulida; encerada dándole un aspecto lleno de brillo.
Hay un cuadro enorme al frente con tres hombres muy apuestos de posturas arrogantes y miradas macabras, bajo el se encuentra un estante repleto de libros y una vela que a penas y lucha por dar luz al lugar. A un lado está una silla con mangos dorados y cuando llego a notarlo bien me sobresalto, porque sentado en ella se encuentra alguien que entre las penumbras se nota expectante.
— Así que tú eres, Angy. — La persona se pone en pie y la luz de la vela titila, trago un nudo que se ha formado en mi garganta y ruego a Dios porque sea Marcus y no otro engendro del demonio quien esté en la mis habitación que yo.
Mis plegarias al parecer no fueron escuchadas porque ante la cama, a unos simples pasos se encuentra en pie un chico de estatura baja, cabello plateado y ojos de color negro que sonríe como si estuviera escuchando algún buen chiste.
Estoy a punto de decir algo cuando la puerta se abre de forma brusca por una ventisca inusual que hace bailar las sábanas pero no el marco con su paso.
— Creo que fui muy claro contigo Marco, cuando te dije que no te quería ver poner un pie en mi habitación nunca.— La piel se me vuelve de gallina, cada vello se ha puesto firme ante la voz arrogante y maliciosa que tiene Marcus. La risa del llamado "Marco" llega a mis oídos y cuando dejo de absorber cada detalle del chico que entró vestido de negro reparo en la figura que está a escasos centímetros de mi rostro con un cuchillo apuntando a mi ojo izquierdo.
— Que aburrido, unos segundos más y me habría deleitado con los gritos de agonía de la humana. — Tan rápido como tomó asiento, así mismo se colocó en pie a un lado del chico molesto.
— Unos segundos más y me habría encantado cenar a mi hermano menor, hoy. — Marco le resta importancia haciendo un gesto con el rostro y salió dando un portazo, dejándonos completamente solos o al menos eso es lo que creo.
— Consejo para ti — comentó arrojándose en la cama mientras yo me hacia un lado, tratando de no estar cerca de él. — Si Marco se te acerca tienes dos opciones — enumera con los dedos. — Lo matas o huyes, pero como eres un ser humano y no posees la fuerza o rapidez que nosotros es probable que igual hagas lo que hagas, mueras.
— Eso no me ayuda mucho, Marcus. — Mi vista vaga por todo su ser, por más que trato de evitarlo no puedo, es algo que tengo en mi y no quiero parar. Quiero detallar a la persona que se encuentra con ambas manos bajo su cabeza, acostado boca arriba y con los ojos cerrados, respirando con calma como sí no hubiera sucedido nada hace poco.
Es monstruosamente hermoso.
Su cabello blanco, sin rastro alguno de otro color en el.
Su rostro fino y delgado, con cejas espesas y pestañas largas.
Su nariz perfilada y sus labios gruesos, de color rosáceo.
Tiene la barbilla un poco ovalada, su cuerpo está bien formado como sí se ejercitará a menudo y sus piernas largas y musculosas.
— ¿Ya dejaste de detallarme o seguirás hasta que te canses? —Comenta con pereza, abriendo sus ojos y mostrándose frió, distante. Por instintos giro mi cabeza en otra dirección, buscando una excusa perfecta o al menos creíble que me saque de este aprieto.
— No te estaba detallando, es solo que te pareces mucho al chico del cuadro. —Señalo. Pero él no sigue la dirección con la vista es más la fija en un punto ciego de la pared que está a un lado de la puerta.
— Um. Bueno, sí. — Murmura. —Tenemos cierto parecido, por eso me ha tocado su habitación al parecer mis padres no logran superar que nos parezcamos a los fundadores de este mundo que por cierto, son nuestros ancestros. Se ocultaron hace muchos años, por eso cuando nací fue como sí todo se detuviera. —Se detiene y me mira por el rabillo de su ojo.
— Tú, te pareces a alguien que mis padres dicen "haber conocido antes" pero aún no me quieren decir a quien. —Ríe por lo bajo y un escalofríos recorre mi espina dorsal. —Me gustara ver su reacción cuando se enteren que estás aquí, presiento que va llover sangre esta noche.
— ¿De qué hablas? — Indago. Marcus, se ve calmado y debo aprovechar eso para saber todo lo que pueda sobre él y este extraño mundo al que he parado, quizás después le pregunte sobre el guardián de la puerta y Nina también.
— Ya lo verás. —Unos gritos como los que se escucharon en el bosque comienzan de nuevo a inundar el lugar, mi acompañante no parece aterrado ni nada por el estilo. Se acomoda más en la cama y me quita la almohada colocándola bajo su cabeza, casi parece que está disfrutando de los gritos llenos de agonía y sufrimiento a su alrededor.
Un sonido no muy duro se escucha sobre el techo. —Ya empezó. —comenta. Y, comienza a escucharse cada vez más el mismo ruido repetidas veces, veo a través de la ventana que esta cubiertas por cortinas de seda negra y al asomarme es como si mi cerebro se quedara en shock.
Llueve sangre, de forma muy literal.
MIKA. Abro los ojos de golpe, tanto que la luz impacta contra ellos y hace que quede ciego un par de minutos mientras me acostumbro a la luminosidad del lugar en donde estoy.Siento mucho calor y tengo una sed inmensa. ¿Dónde carajos estoy? Cuando caigo en la cuenta de que estoy en una playa desierta comienzo a caminar. —Detesto estos sitios. —No sé si es parte de mi imaginación o no, pero está un poco raro el hecho de que no recuerdo que me trajo hasta aquí y cada que trato de pensar en ello siento una punzada en la cabeza que hace que olvide todo de nuevo. Esto debe ser obra de ella... De seguro, si lo hizo por años con Dylan ¿Quien dice que no pudo hacerlo conmigo, a pesar de que soy su hijo de sangre?Escucho un leve sonido, es como un zumbido que proviene del fondo de la playa. Afino la vista para ver de que trata, por desgracia no tengo nada con qué defenderme en caso de que este pasando algo grave, pero es mejor ir a ver que quedar con esa duda. Una especie de vórtice se ab
Angy.Abro los ojos y mi vista está borrosa, pero eso no impide que los identifique de inmediato.—¿Qué tanto hablan? —pregunto, Mika chilla dejando caer el vaso con agua al suelo. Está muy susceptible él.—¡Estás viva! —grita, —Miguel y Poe bajan por las escaleras con rapidez pero sin tropezar.—No puede ser, tú enserio eres un descripción gráfica de el refrán de "la mala hierba nunca muere" mujer. —Dice Miguel a pasos de donde estoy, miro mi cuerpo y noto que alguien ha cambiado la vestimenta que llevaba puesta y me puso un bonito vestido blanco.Galatea baja con dificultad mientras Dylan la ayuda.—¿Por qué gritan? ¿No pueden respetar a los muertos? —Cuando ponen su vista sobre mí se paralizan. —No. Puede. Ser. ¡Enserio eres increíble chica! —chilla mientras cogea para llegar al sofá en el que estoy.—¿Vamos a esparcir las cenizas de Trisha? —al menos desperté a tiempo para despedir a mi mejor amiga.Mika pone cara de sorpresa y confusión. —Ay no... ¿Aún no lo sabes?Tapo mi boca t
Dylan.No puedo contener mi felicidad estoy dando brinquitos dónde estoy parado a pesar de que la situación no está para este tipo de estupideces.—¿Alguien vio cuando ella salió volando desde allá— señala Poe— hasta caer acá? —Los demás dicen que sí sin pestañear y dejar de ver cómo se levanta Angy, el brazo que tenía roto hace unos minutos se repara por sí solo sin problema alguno. Eso es raro lo acepto, pero ajá, ¿Que es normal en este grupo de amigos? Miguel abre vórtices que lo llevan a otros lugares, Poe hace uso de espadas que no tenemos idea de cuál es su límite de funcionalidad y bueno... Yo, no es que sea muy normal ahora.Es bueno que pudieran ser sinceros conmigo, de no ser así no hubiera sabido cómo explicarles que ser común ya no es parte de mí."—Dylan—escucho la voz de Marcus y sonrio como un niño, que vuelve a ver a un amigo luego de un fin de semana largo y aburrido.—Ya era hora, ¿Dónde te habías metido? —lo escucho reír divertido.—Unos días sin mí gusano y ya te c
Angy.Abro los ojos de repente. El brillo de la habitación pega en mis ojos y tengo que volverlos a cerrar, poco a poco los vuelvo a abrir hasta que se acostumbran a luz del día.Luz del día...Reparó en dónde estoy, es una habitación pequeña sin mucha decoración y con colores vivos, aunque la pintura este por caerse de las paredes.—Bienvenida, Angy.Miro a Dimytri quien está a pasos de la puerta de entrada y salida, bajo los pies con dificultad porque siento dolores musculares muy fuertes como si hubiera corrido una maratón o me dieran una paliza unas horas antes.Respiro con calma y pongo mi empeño en poder levantarme, cuando lo logro el mareo se apodera de mí haciendo que el mundo de vueltas y vueltas. Me sostengo de la camilla el tiempo necesario para que se pase todo esto y volver a ser yo por completo.—Ten, es agua. —Bebo lo que me ha traído Dimytri, no puedo evitar sonreír por sentir como baja por mi garganta el líquido vital.—Estas disfrutando esto ¿Cierto? —asiento, claro
Allison.Abro las puertas de la habitación y corro hasta sentarme en la cama a un lado de Angy, quien está inconsciente.—¿Qué le pasó? —pregunto, Allek mira a Marcus y él habla con voz baja.—Se desmayo en el pasillo, estaba corriendo para seguirme el paso y cuando gire ya había caído al suelo, tenía la respiración acelerada.Dimytri aparece saliendo de un vórtice y al ver a mi hija en cama se acerca lo más rápido que puede para tocar su frente, luego el cuello y por último colocar su oreja sobre el pecho de Angy.—Si continúa más tiempo en este mundo, morirá. —Dice sin vacilar, Allek bufa y de inmediato, cuando le doy una mirada fulminando señala a Marcus.—Es su culpa, en primer lugar él la trajo hasta aquí. —Marcus frunce el ceño y se voltea para encararlo.—Yo no la traje aquí, —parece estar sorprendido por la acusación del oscuro mayor.—La encontré a las afueras del bosque, salí en su búsqueda porque pensé que sí había tenido contacto conmigo entonces eso la haría perderse en el
Marcus.Camino por los pasillos de la mansión, no puedo salir de aquí según Allek sino quiero causar conflictos allá afuera. Mantener el orden en este mundo es difícil de eso estoy claro, debo terminar con el proceso por el que estoy pasando en dónde mi cuerpo y alma asimilan todo lo que ha entrado sin permiso en ellos.Suspiro, enserio que es molesto tener que caminar tanto para llegar a algún lado en particular.Los cuadros son muy incómodos de ver más porque en gran parte son de Demian, Barto y Allek.Parecerme tanto a él me afecta en estos momentos de maneras que no puedo explicar, veo que Angy sale mirando en todas las direcciones para bufar cuando le toca escoger un pasillo.Ja.Ella detesta perder el tiempo, me dispongo a seguirla porque no tengo nada mejor que hacer y porque, Allek no hace acto de presencia desde la vez que se llevó a su mujer por la fuerza.Angy parece una rata dentro de un laberinto, es gracioso eso porque no le agrada para nada y lo expresa muy bien con su
Último capítulo