Ella busca sobrevivir bajos las tradiciones de su nación y se ve en la obligación de hacer un trato con un príncipe arrogante, frio y tirano, después de haber vivido una traición. ¿El tiempo podrá crear sentimientos entre dos personas que no se soportan?
Leer másEl sol estaba a punto de ocultarse, el general traía a Einar detrás suyo hacia el patio de entrenamiento, donde se encontraba las seis doncellas observando el espectáculo, más los guardias a cargo de Einar e Isabel.El general condujo a la princesa a un tronco donde con una soga sujeto las manos de la joven — Discúlpeme princesa — susurro el general con pena.Einar con la cabeza en alto — Solo haces tu trabajo — le respondió — A si que no te disculpes — Einar odiaba el hecho de que la arrogancia del príncipe le segase los ojos, pero en su memoria estaba grabada la expresión de ira de Sven, y a la par la expresión de la primera vez que lo vio apuntándola con una espada, como si de una maldición se tratase, ya que de las dos veces que ah estado frente a él, hay un riesgo de por medio. A pesar de eso, no se arrepentía de nada.En una terraza que daba con el patio de entrenamiento salió la silueta de Sven, cargaba una mueca fría, al ver atada a la mujer exclamo — ¡Como castigo por alzar l
Einar se levantó con mucha energía incluso antes de que llegara Isabel a despertarla — Isabel desde ahora no quiero sopa — diijo determinante, llamando la atención de su dama de compañía — Quiero mas carnes rojas y masas fritas.Isabel se sorprendió por el pedido de Einar — Pero princesa… ¿eso no la harán subir de peso? — se descoloco, ya que todas las mujeres de la realeza buscaban cuerpos finos y delgados.Einar ya se esperaba esa repuesta — Necesito ganar músculos.— ¿Músculos?.— Exacto, y si es posible tener un salón con suficiente espacio para hacer ejercicio, seria espectacular.Isabel al escuchar las palabras de su princesa sentía mucha curiosidad — Déjemelo a mí, me encargaré de tenerle un salón lo más rápido posible y desde hoy su menú será diferente.Einar agradeció dulcemente.Al cabo de unas horas mientras Isabel buscaba un salón vacío con las instrucciones de la princesa, esta buscaba al general y no tardo mucho en verlo caminando en un pasillo con otro soldado.— Neces
El hombre se saco su capucha dejando a la vista un rostro de facciones dominantes, ojos oscuros, piel tercia y pelo opaco — Con que tú eres la que hirió a mas de treinta soldados — se refiria a la princesa con una sonrisa maliciosa.Einar confundida, ¿se trataba del príncipe Sven? — ¿Tengo que herir a varios de tus soldados para que su alteza se digne a hablarme? — dijo fría, el aura del presente se le hacia soberbia y eso le hacia desconfiar.El chico rio cínico, saco su espada en menos de un segundo y la punta del arma quedo a milímetros del cuello de la chica — ¿Pensabas regresar a casa?, dime ¿Pensabas volver al reino Fulming?, estas comprometida con ese príncipe — las conclusiones de Sven no eran del todo erróneas.Pero Einar no tenia intenciones de volver donde Marcos después de todo lo sentimientos rotos solo quería volver a su nación natal — Necesito ir a Magna — mando.Sven le regalo una mirada suspicaz — Pero… ¿No es mala imagen regresar sin haberte casado?, se dice que, si
— Mamá que es ser una princesa — una pequeña niña se acercaba a su progenitora, la mujer cargo el pequeño cuerpo de su hija. — Una princesa es una mujer fuerte que haría todo por el bien de su nación — respondió tranquilamente — ¿Y como puedo ser fuerte mamá? — pregunto curiosa — Te enseñare a utilizar la espada, estarás al nivel de un guerrero, para proteger a los que quieres. ¿proteger a los que quiero? ¿Marcos? ¿María? ¿Mamá?El rostro de la madre se comenzó a difuminar, como niebla pasajera, Einar trataba de mantener entre sus manos la mirada de aquella mujer, pero era inútil.Mamá…— ¡Mamá¡ — soltó un grito ahogado, se trataba de un sueño, o más bien de un recuerdo — ¿En dónde estoy? — susurro — Auch — Einar sintió un dolor agudo en su mejilla y cabeza, y los recuerdos no se hicieron esperar — ¡María!La puerta de la celda se abrió, un hombre alto de aura fría se acercó a Einar — Veo que despiertas, estuviste dos días durmiendo.La chica se sorprendió, nunca había dormido ta
Al transcurrir varios minutos Einar logro calmar su llanto, y en cuanto se disponía de retirarse del jardín y hablar con Marcos, una rama sonó no muy lejos de ella, la joven se volteo y miro como cinco hombres con la vestimenta de soldados del reino Fulming se acercaban erráticamente hacia ella.— Ustedes no son soldados — Einar sintió un escalofrío recorrer su espalda cuando uno de los hombres se quito el casco dejando a la vista una marca en su frente.Se trataba de barbaros, delincuentes quienes roban y secuestran a personas para luego venderlas, gente de un reino olvidado en el cual se les hacia una marca circular en medio de la frente como tradición, se dice que su reino al caer en pobreza extrema se desvaneció y a su pueblo no le queo de otra que incurrir al vandalismo en otras regiones.— Valla, valla, si se trata de la princesa de la nación Magna — un hombre robusto daba pasos lentos hacia Einar — Esos ojos verdes valdrán una fortuna — susurro.Einar estaba agobiada, los cinco
Una hoja caía al unisonó de la brisa, era una tarde de otoño como cualquiera, el viento revoloteaba entre los mechones gruesos de Einar, quien perdida en aquel atardecer disfrutaba de la sensación mágica de su alrededor, el silencio sería interrumpido por su prometido.— Einar — exclamo un hombre detrás de la joven — con que aquí estabas —La chica quien aún no acostumbrada de la presencia de su futuro esposo no logro controlar a sus mejillas las cuales se pintaban de rojo —Solo estaba observando el horizonte — dijo cálidamente.— Pero es bastante tarde, el viento esta helado y te puedes resfriar — se escuchaba preocupado.— Esta bien si tanto te preocupas por mi — esbozo una ligera sonrisa.— Pero es bastante tarde, el viento esta helado y te puedes resfriar — se escuchaba preocupado.— Esta bien si tanto te preocupas por mi — esbozo una ligera sonrisa.— Los de la nación del norte no están acostumbrados al frio del reino Fulmig — Marcos le explicaba su preocupación, mientras se diri