Einar caminaba por los pasillos del castillo, deambulaba como una mariposa perdida en medio de los muros fríos en busca de algo para perder el tiempo.
— Isabel esta en el mercado… y estoy muy aburrida — la chica se recostó en el borde de un pasamanos, mirando perdida el paisaje blanco de su alrededor, su mente divagaba, luego miro su mano, dándose cuenta de que su color de piel estaba un poco mas clara que de lo normal — Creo que el poco sol de aquí me esta afectando — la chica miraba su mano recordando las pequeñas cicatrices que llevaba consigo por entrenamientos pasados, luego su mirara se fijo en su dedo anular, en un par de meses ese espacio vacío estaría con un anillo al formalizar su compromiso con Sven… Sven… su mente le decía que era la mejor decisión pero si era sincera con ella misma le hubiese encantado compartir su vida con Marcos, ese hombre cálido, cariñoso quien siempre le tendía la mano con una sonrisa — ¿Por qué lo arruinaste Marcos?
Los pensamientos de Einar se cortaron al ver a lo lejos una silueta de una chica, quien llevaba un saco enorme, se veía pesado, la princesa con sutileza se acercó con la intensión de ayudarla.
— Déjame ayudarte — dijo Einar, pero su emoción se desvaneció de repente al ver el rostro de la mujer, se trataba de una de las seis doncellas del harem.
La dama observo a Einar y con poca gracia siguió con su camino — No es necesario — resoplo, sin embargo, el saco se rompió desojando la ropa que tenia en su interior — Maldita sea — comento la chica quedando en ridículo en frente de la princesa, pensando en cómo esta se estaría burlando de ella.
Pero en cambio Einar a regañadientes recogía a su par los vestidos — ¿Esto no lo debes estar haciendo una criada? — pregunto curiosa.
— Eso no es de su incumbencia princesa — soltó Greta sin ánimos de hablar.
Einar sintió el ambiente tenso, pero quería saber porque la doncella la trataba tan fríamente — ¿Señorita Greta hice algo mal? — la princesa se coloco en frente de ella muy cerca de su rostro.
Greta no espera tal cercanía con la chica por lo que no contuvo su nerviosismo haciendo que se le callera los vestidos nuevamente de las manos, derrotada Greta decidió hablar, tal vez así se quitaría a la princesa de encima — Hago labores domésticas porque la criada esta muy enferma, pero la ama de llaves no lo sabe de lo contrario la echaría del castillo… y bueno esa criada es mi única amiga en este castillo — soltó con una voz lastimera.
Einar comprendió la situación — Bueno en ese caso también puedo ayudar — sonrió alejándose de Greta para seguir recogiendo los vestidos — Te acompaño para lavarlos — le guiño.
Greta se sorprendió por la conducta de la chica, pero la siguió por detrás dudosa, ambas lavaron los trajes en silencio al cabo de unos minutos estaban colgando los vestidos a metros de un fogón, el sudor de Einar no se hizo de esperar, el calor era abrumador.
— ¿Por qué me ayudas? ¿Utilizaras este favor a futuro? — susurro Greta.
La princesa se decepciono un poco, ella no esperaba nada por sus acciones, pero ya que estaba en esta posición de desconfianza la aprovecharía — Solo te pedide una cosa.
Greta sonrió creyendo que la princesa es igual a todas las nobles — ¿Cual?
— Me tendrás que responder una pregunta — Einar se paró en frente de la chica la cual acepto su petición con un gesto — ¿Por qué desconfías tanto de mí?
Greta no esperaba esa pregunta tan directa y que su favor solo fuera una pregunta, carraspeo un poco antes de hablar — En realidad es que te temo — Einar se sorprendió por la confesión — Serás la futura princesa y reina de la nación… a demás si logras enamorar a Sven… el…
— ¿Si logro enamorarlo, el hará todo lo que diga?
Greta no quería admitirlo pera la princesa ya le había acertado — Nosotras las doncellas solo somos un legado para la paz de nuestros pueblos, al estar en este castillo se determina que la nación Astra esta apoyando nuestro pueblo política y económicamente — resoplo — El príncipe Sven es capaz de destrozar naciones solo si algo no le agrada… y si a eso le sumamos un príncipe enamorado de alguien que no sabe guiarlo…
Einar tenia un semblante tranquilo y le agarro la mano a Greta — Entiendo... nunca haría que sus sacrificios no valiera la pena — ambas chicas se miraban fijamente — Lo que ustedes hacen es de valerse, te prometo que tu pueblo y el de las demás siempre estarán seguros — La princesa alzo la mano derecha — promesa de una princesa de Magna.
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En el otro lado del castillo en una habitación enorme, pero con poca iluminación, se encontraba el príncipe tratando de encontrar una pista entre tantos textos.
— Su alteza, aquí tiene los pergaminos de hace un siglo atrás, creo que es lo que estaba buscando –— un señor con el rostro caído por los años de vida le entrego los pergaminos a Sven.
El príncipe lo leyó lentamente y su expresión eufórica por haber encontrado un pizca de información paso a una curiosa — Con que eso te costaba decirme — susurro haciendo alusión a una imagen de una princesa — Supongo que ahora me intrigas más… — sonrió con atisbo.
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Al otro día, Einar se preparaba para el entrenamiento que tendría con Sven, se coloco un vestido ligero y encima una chaqueta de cuero, ya era la ropa predeterminada para los combates, se estaba colocando su calzado cuando escucho como tocaban su puerta.
— Adelante — dijo sin más, pero al darse cuenta de quien se trataba frunció el ceño — Pensé que estarías esperando en el patio de entrenamiento.
Sven se recargo en una mesita de la habitación quedado frente a frente de Einar — Eres mas soportable con una espada en frente tuyo que con alguien quien solo viene a hablar — la miro de arriba para abajo y no evito soltar una risita al ver a la chica enojándose — ¿Así es como crían a las de Magna?
Einar se levanto quedando en frente del príncipe — Recuerda que tenemos un trato, que mi conducta no debiera tener importancia y si quieres hablar con alguien agradable ve donde las doncellas — cruzo los brazos.
El hombre quien solo la observaba no contuvo la seriedad y solo se largó a reír dejando a la chica sorprendida — ¿Que te causa tanta gracia?
— Te falta un zapato, te enojas tanto que ni siquiera te acuerdas de colocarte el otro — Sven recuperaba la compostura.
Las mejillas de la chica se sonrojaron “Tanta gracia por un zapato… este ya perdió la cordura”
Mientras Einar estaba perdida en sus pensamientos, Sven la cargo y la coloco en su cama dejándola sorprendida, tanto que no pudo emitir palabras, Sven no tardo en arrodillarse y colocarle el zapato faltante a la chica, toco su piel era sueve, pero rígida.
— Que intentas lograr — susurro Einar, avergonzada de los cambios de actitud del príncipe, le avergonzaba no saber cómo actuar ante él.
— Solo quería que guardes silencio un minuto — ladeo su cabeza regalándole una sonrisa infantil — Ahora si eres más soportable.
Einar entre avergonzada y enojada lo miro con desprecio — Se directo… a que viniste a mi habitación.
Sven se aparto de la chica — Hoy no habrá entrenamiento.
Einar rápidamente pregunto — ¿Porque hoy tampoco? — dijo lamentándose.
— Hoy llegaron quince comerciantes al castillo cada uno te mostrara de su mejor mercancía, tú solo eliges cuales quieres y serán tuyos.
La chica se quedo sin palabras y al ver como Sven se marchaba de la habitación haciéndole un gesto para que lo siguiera fue con emoción, ambos llegaron al salón principal donde se encontraban los comerciantes con mesones exponiendo de su mejor producto para los nobles.
Los ojos de la muchacha se iluminaron al ver el producto que se estaba moviendo, joyerías, piedras preciosas, vestidos resplandecientes y más, Einar admitía que tenía ciertas conductas brutas por cómo se crio, pero también no se podía contener a objetos materiales, objetos de valor.
La princesa se acercó a todos los puestos curiosa, analizando con sus dedos la calidad de todo lo que veía, y sería muy generosa con esos comerciantes mas si el dinero venia de Sven.
Pasaron las horas y la chica estaba encantada con los vestidos, joyería calzado y comida que eligió, pero aún estaba viendo más productos mientras el príncipe con una sonrisa la miraba desde lejos.
La armonía que tenia Sven se vio afectada al escuchar las voces de las doncellas detrás de él.
— Mi señor nos alaga de haber traído comerciantes hasta acá para abastecernos — dijo la doncella “favorita” de Sven con labia.
El hombre frunció el seño — ¿Ustedes que hacen acá?
La chica lo miro confundida — Bueno nos enteramos de que llegaron vendedores al castillo… creímos…
— Bueno, creyeron mal — Sven fulmino a las doncellas con su mirada — La ama de llaves no me ah informado de escasez de ropa para las doncellas, esto solo es para la princesa.
Anisa la “favorita” no contuvo una mueca de desagrado al ver a Einar merodeando entre los comerciantes, un sentimiento de rechazo se acumulaba en su corazón, pero debía de comportarse ante el príncipe — Bueno mi señor en ese caso pido disculpas — hizo una pequeña reverencia y se fue del salón con las demás doncellas detrás.
Las cinco doncellas llegaron al ala este, el ambiente se tornó tenso entre las mujeres, Anisa no fue la única en sentir celos de Einar.
— ¿Quién se cree esa mujer? — soltó una.
— Esa poco a poco se va acercando al príncipe como una arrastrada — dijo otra entre dientes.
— Ya ni siquiera sonríe cuando te ve Anisa — dijo otra doncella con el objetivo de solo ver mal a tal doncella, y Anisa lo interpreto muy bien, y con una mirada de furia se acerco a la mujer.
— Bueno el príncipe solo tiene juguete nuevo… con el tiempo ella no será más que una molestia — Anisa soltó suavemente ocultando sus verdaderas inseguridades — Y cuando eso pase estaremos nosotras.
— ¿Y si el príncipe se aburre de nosotras? Y luego nos saca del harem.
Anisa al escuchar tales comentarios se sentía abrumada porque no era un futuro imposible, la chica se sentó y miro la ventana sin ganas de contestar.
— Dudo que eso pase — dijo Greta entrando al harem con las demás doncellas, ella había vuelto de hacer unos mandados y escucho el temor de las mujeres.
— ¿Cómo estas tan segura Greta? — todas observaban a Greta en busca de información incluso Anisa.
Greta recordando la promesa de la princesa se sentó calmada — Es solo una corazonada, tanto el príncipe como la princesa tienen muy presente los temas políticos, lo único que debemos hacer es no molestarlos — dijo Greta entregando su futuro a Einar.
Las doncellas no quedaron convencidas pero Greta tenia un punto si ellas se quedaban en el margen no tendrían problemas, pero para Anisa quien volvió a ver el desierto blanco fuera de la ventana, las cosas eran diferentes… era la primera vez que Sven la miraba con indiferencia, hace un año que ella había llegado al harem y el príncipe siempre le dio un trato especial, le dolía ver que ese trato ahora se lo diera a otra mujer.