Un plan

Einar estaba regresando de su entrenamiento con Isabel hasta que vio a Greta con otro saco.

La princesa corrió hasta la chica — Greta déjame ayudarte — como la vez anterior la chica agarro el saco.

— Princesa… — dijo Isabel agotaba por correr detrás de la chica, y se sorprendió al ver a la noble ayudando a una doncella.

Al transcurrir unos minutos en donde Einar le explicaba la relación que ahora tiene con Greta a Isabel esta decidió sumarse también a ayudar.

Las tres mujeres estaban lavando telas y ropa algo mas liviana que el día anterior.

— La ropa ya no pesa tanto — dijo la princesa.

— Se esta acercando la primavera por lo que la temperatura sube un poco — informo Greta.

Einar se entusiasmó al oír a la doncella, “Por fin menos frio” pensó, luego Isabel se fue a la otra habitación para prender el fogón, Greta vio adecuado comentarle a la princesa sobre las demás doncellas.

— Princesa…

— Solo dime Einar — dijo la chica alegre.

Greta sin más acato — Bueno, Einar… me enteré que el príncipe trajo comerciantes exclusivos para usted y… 

La chica dejo de restregar los vestidos y observo a Greta quien buscaba las palabras adecuadas, Einar no sabia que esos mercaderes habían traído productos exclusivos para ella, de haber sabido se abría quedado con todo.

— Las doncellas quedaron algo nerviosas, intente calmarlas, pero solo le advierto, no son santas de devoción, yo tendría cautela — Greta se escuchaba preocupada.

La princesa sintió un pequeño pánico dentro de ella — Claro… como no me di cuenta antes — “Las doncellas se pueden sentir inseguras del trato que le estaba dando Sven”, Einar pensó por uno segundos en busca de calmar las aguas y ya tenía una idea — No te preocupes Greta, tengo algo en mente.

La doncella soltó un suspiro, la princesa pareció comprender su advertencia.

— Pero dime… ¿Deberé tener cuidado contigo también? — Einar buscaba sinceridad, pero para eso tendría que hacer preguntas un poco directas.

Greta quedo perpleja, entendía la posición de la princesa y al ver los ojos verdes de Einar analizándola soltó una sonrisa amable — No se debe preocupar por mi… — Greta confiaba en la princesa, pero comprendía que para ella le era difícil confiar en otros por lo cual decidió en contar su historia — Yo soy la primera doncella del príncipe... en mi pueblo hubo escasez de alimento lo que fomento una rebelión contra mi padre, para entonces mi padre se vio en la obligación de pedir ayuda a la nación Astra por lo que en días llego un ejercito comandado por Sven, el cual derrotaron a todos los de dicha rebelión y por el favor mi padre me concedió como doncella del harem del príncipe… eso sucedió hace tres años cuando el tenía dieciocho años —  Greta sin darse cuenta se le creo un nudo en la garganta.

La princesa comprendía la dificultad de Greta en contar aquellos recuerdos — ¿Extrañas a tu familia? — soltó con una voz cálida.

La doncella movió su cabeza de un lado para otro — No, para nada… — dirigió su mirada a Einar — El hombre que yo amo se encuentra en ese pueblo, cuando la rebelión fue derrotada mi padre de la noche a la mañana me dio la información de que debía complacer al príncipe como doncella, sentía mi mundo caer — un semblante de tristeza se dibujo en el rostro de Greta — Mi plan era escaparme con aquel hombre… pero nos atraparon y a la fuerza me subieron al carruaje con el príncipe.

La princesa se seco sus manos y abrazo a la chica quien largaba lágrimas.

Greta volvió a recordar aquel día;

— Padre por favor no me hagas esto… — gritaba con lagrimas mientras la cargaban al carruaje.

— Más te vale no ser una carga para el príncipe de lo contrario Joel lo pagara con su vida — respondió el padre del otro lado de la ventana.

La chica con profunda tristeza se sentó teniendo en la cabeza la amenaza de su padre, ella estaba perdida en sus pensamientos, pero el ruido de una puerta la saco de su trance, el príncipe estaba entrando al carruaje y se sentó al lado de ella, Greta no contuvo su nerviosismo y rápidamente se alejo lo más posible de él, aunque el carruaje era pequeño.

— Tranquila… no voy a tocarte, no voy a sobrepasarme y si tu quieres no te dirijo la mirada — el hombre volteo la mirada hacia afuera — Se que amas a otro hombre y lo voy a respetar — susurro.

La chica sintió benevolencia por parte del hombre, y prometió siempre amar a su primer amor.

........

Einar estaba en su terraza pensando si su idea sería la ideal, después de haber escuchado la historia de Greta se sentía aun peor, “Entonces para Sven no es una obligación que las doncellas realicen labores del harem como tal, en ese caso las doncellas que vio aquel día cuando tuvo el conflicto de la carta… estaban con él porque ellas lo querían, no por obligación”

La princesa soltó un resoplido — Entonces eso me hace a mi como la segundona ¿No? — la chica miro las estrellas en busca de repuestas — Entiendo ese sentimiento… el dolor de perder a quien quieres por otra mujer — la chica entonces comprendió y al día siguiente comenzaría a alejarse del príncipe para bien de todos.

Al siguiente día Einar busco a la ama de llaves por todo el castillo, hasta que la encontró hablando con unas sirvientas.

— Señorita Priscila — Einar se paro en frente de la señora — Podría hablar con usted a solas — dijo suavemente.

La señora accedió y les dio una mirada a las sirvientas para que se marchen a otro lugar — bueno de que quiere hablar — soltó seria.

— Bueno… me gustaría volver al ala sur — soltó con una sonrisa.

La señora frunció el ceño — ¿Hay un problema con su cuarto princesa? — dijo especulando.

Einar algo nerviosa ya que persuadir a esta señora era tarea difícil — Es que me encuentro mejor de salud y ya no veo sentido seguir en el ala norte… a demás extraño el paisaje del ala sur — Einar trataba de dar a entender que su cambio de habitación era meramente capricho de una noble.

La señora sin ánimos accedió a la petición — Bien… se lo haré saber al príncipe…

— No — Einar la interrumpió y darse cuenta de su falta carraspeo — ¿Acaso no puedo tener mis propias decisiones? Digo… el príncipe tendrá cosas mas importantes en las cuales pensar y yo seré su futura esposa y reina… es hora de que se me trate como tal no cree señorita Priscila — le dio una mirada altanera.

Priscila con duda dio luz verde a la petición de Einar, ordeno a los sirvientes en mover las cosas de la princesa a su antigua habitación todo mientras Sven se encontraba ocupando en asuntos de trabajo.

Había caído la tarde y todo estaba en orden, la princesa y su dama de compañía estaban ordenando sus cosas entre los viejos muebles — No fue tan difícil — soltó aviva voz la chica.

—Aaún creo que se lo pudo haber dicho a príncipe señorita — murmuro Isabel.

Einar resoplo al escuchar a Isabel — Si se lo hubiera dicho de seguro no lo hubiera permitido, siempre le gusta llevarme la contraria — chilló.

— Comprendo, pero tarde o temprano se enterará y no me quiero imaginar su reacción — soltó nerviosa la dama de compañía.

Einar le iba a contestar, pero se percató de la falta de una prenda — Hay no, creo que se quedo un vestido en el ala norte — dijo preocupada.

María no dudo en ir a verificar — No se preocupe princesa iré de enseguida.

La princesa le agradeció — Ah y si ves a Sven, dile que estoy durmiendo — le guiño un ojo.

— Está bien — le guiño de vuelta.

La dama de compañía llego a la habitación del ala norte sin inconvenientes y en un baúl encontró el vestido de la princesa, la mujer agarro el vestido y lista para marcharse cerro la puerta de la habitación, pero una vez en el pasillo se encontró a un príncipe con la mirada seria.

— ¿La princesa está en su habitación? — se acercaba a la puerta.

Isabel sintió un pánico enorme al tener que mentir, creía que seria sencillo, pero tener al noble ante ella se sentía muy pequeña — E..ella esta dur…durmiendo mi señor — agacho la mirada.

— Me gustaría hablar con ella podrías despertarla.

La ansiedad carcomía el interior de la dama quien por miedo no sabia como librarse de las preguntas del príncipe — Es que dijo… que nadie la molestara — sonrió ocultando su miedo.

Sven muy dudoso no le creía a la mujer, ya que esta llevaba un vestido limpio afuera de la habitación de la princesa algo olía mal — Pero soy su prometido, mi presencia no debiera ser una molestia — sin avisar el príncipe abrió la puerta para encontrar la habitación vacía — Que significa esto.

Isabel ya no podía ocultar la situación — Mi señor por favor… no es lo que cree.

Sven se paro en frente de la mujer con un semblante de ira — Mas te vale explicarme todo.

María soltó un suspiro de nervios — Está bien.

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