Por mi nombre

Einar se sentía extraña, quería con todo su ser las disculpas de Sven, pero… la forma en que la miraba, como si esas disculpas solo fueran palabras sin importancia, ella creía que la arrogancia del hombre no lo dejaría siquiera volver a verla, pero, al contrario, estaba de rodillas aceptando su derrota.

Todos los presentes estaban al borde del colapso al ver el gesto del príncipe, nunca se hubieran imaginado tal acto de vulnerabilidad por parte de ese hombre tan orgulloso.

La chica sintió incomodidad — Sí, acepto tus disculpas, solo que no se repita — dijo soltándose de las manos del hombre.

Sven se puso de pie riendo por la actitud de la chica — No esperaba que te pusieras nerviosa — dijo coqueto, acto de burla para Einar.

La princesa sintió su sangre arder, ¿Acaso se burlaba de ella? — No es por ti, mejor dejemos el asunto hasta aquí — Einar se disponía a retirase, hasta que la silueta del chico la detuvo, se había adelantado.

— Aunque debo de admitir que no fue solo culpa mía — Sven también se disponía a retirarse.

La curiosidad de Einar aumento al igual que su ira — ¡Dices que fue mi culpa el que casi muera por el frio! — apuro los pasos para quedar al lado del príncipe.

— Bueno… que esperabas, que le creyera a una chica quien dejo a mas de treinta soldados heridos al escapar de su celda y dijera que era la princesa de Magna — Sven se detuvo mirando a Einar serio — Me dispuse a leer las cartas para afirmar tu autenticidad, no estoy en una posición para cometer errores y creer en quien sea — siguió caminando.

Einar pensó en aquellas palabras, tal vez Sven tenía razón, ella al criarse como princesa y siempre tener en su mente que todos debían servirle sin replicar, aun así, si ella estuviera en los pies del príncipe también dudaría de una desconocida que dice ser princesa.

— Oye espera — la chica quedo frente al hombre, con un semblante rígido — No pienso disculparme, pero comprendo un poco ese cerebro de patata que tienes — cruzo los brazos.

El hombre arqueo una sonrisa — No espero que me comprendas Einar — siguió caminando sin ganas de seguir conversando, dejando a la chica atrás.

“Porque es tan difícil de hablar con este tipo” pensó derrotada.

— Princesa, princesa — Isabel se acerco a la mujer feliz — Princesa que dicha, le gano al príncipe creo que usted es la mejor guerrera de la nación.

— ¿Tú crees? — ser la mejor guerrera de la nación era un titulo muy grande.

— Por supuesto princesa — Isabel parloteaba lo maravillosa que era la chica en el patio de combate.

Pero la mente de Einar estaba oscilando en otro mundo sin darle importancia a las palabras de la mujer, solo miraba el pasillo en donde se retiró el príncipe, su nombre llenaba su mente, en la realeza solo se te puede llamar según el cargo, pero Sven rompió ese código, algo insignificante… ¿Entonces porque le deba tantas vueltas?

........

Al otro día Einar como de costumbre miraba por su terraza el patio de entrenamiento, las siluetas de los soldados de la realeza le daban vida a aquel lugar frio, la chica se imaginaba a ella combatiendo para pulir sus movimientos, en eso recordó la batalla que tuvo con el príncipe un día atrás, uno de sus mejores entrenamientos, pero también recordó sus batallas con su madre, como esta siempre le ganaba con técnicas sofisticadas.

— Fue bueno mientras duró — esbozó sin ánimos.

— Princesa — se escuchó una voz varonil detrás de la chica.

La chica sintió pavor ya que no había escuchado pasos detrás y con temor se giro dando a la vista el rostro del general.

— General… me asusto.

El hombre solo sonrió — Discúlpeme princesa, supuse haber echo suficiente ruido como para que no se espante — el general hablaba amigable — Pero voy al grano, princesa el príncipe requiere de su presencia — sin mas que decir hizo una breve reverencia y se marcho.

Einar no entendía porque el príncipe la necesitaba, pero luego se volteo a ver el patio de entrenamiento y se fijo en que el susodicho no estaba entrenando — Y ahora que es lo que quiere.

Einar se dirigió a la planta baja encontrando a Sven, la chica sin gracia se acercó al hombre eh hizo una pequeña reverencia — ¿Me buscabas?

— Al fin llegas — Sven soltó sin ánimos al igual que la chica — Einar... 

La voz del chico sobresalto a Einar internamente, otra vez rompió el código.

— Por lo previsto en la batalla de ayer, el general sugirió que entrenemos juntos — carraspeo intentado sonar indiferente.

Una chispa de vida encendió el corazón de la chica y no dudo en aceptar — Claro que sí.

Sven se sintió más cómodo al sentir la emoción de la princesa — Bien entonces sígueme — comenzó a caminar al lado contrario del patio de entrenamiento.

— Pero el patio esta allá — apunto el patio, desconcertada.

— Allí hay muchas miradas, además prefiero darles un buen espacio a los soldados mientras que nosotros podemos entrenar en otro lugar — explico Sven.

Ambos caminaron por varios pasillos hasta detenerse en un sector lleno de naturaleza, plantas silvestres y árboles, aunque todo estaba cubierto con una fina capa de escarcha.

Sven agarro una espada, incentivando a Einar para que hiciera lo mismo, la llevo al centro de ese nuevo patio cubierto de paredes y enredaderas. 

—Me agrada este sitio, creía que en este castillo no había plantas — soltó la chica quien analizaba con cuidado su alrededor.

— Es solo un espacio abandonado del castillo, nadie se acerca por aquí — Sven se preparó para el entrenamiento.

Los presentes se pusieron en posición y comenzaron con el entrenamiento, al igual que el día anterior ambos daban lo mejor de sí, estuvieron toda la mañana practicando sus movimientos, Einar de vez en cuando le daba comentarios al príncipe de como mejorar su agilidad, por otro lado, Sven también le decía los puntos que se podían mejorar.

— ¿General cree que es buena idea tenerlos tan juntos? — pegunto Isabel en la entrada del nuevo patio de entrenamiento.

El general observaba a los príncipes con orgullo — Las batallas por lo general son para hacerse daño… — aparto la mirada y miro fijamente a Isabel — Pero en este caso es la única forma en la que ambos no se odian — sonrío.

El hombre tiene un buen punto pensó Isabel, recordando las disputas entre el príncipe y la princesa, pero cuando se trata de un combate parecieran entenderse y entre los dos apoyarse para se mejores.

— Tiene razón — Isabel observo a a Einar entrenar con todo su corazón.

........

Los días transcurrían y los príncipes ya tenían sus horarios de entrenamientos, una de esas mañanas como de costumbre ambos en medio de un combate decidieron detenerse para descansar un poco.

— Para ser una mujer tienes mucha resistencia — soltó agotado Sven.

— Mi dama de compañía me da muy buena comida — Einar esbozo una sonrisa “Al fin logre adaptarme mejor al frio”

— Nunca te lo eh preguntado… ¿Pero porque una princesa sabe pelear? — Sven se sentó en el suelo descansando.

Einar se sentó a un lado de Sven, había pasado un tiempo desde sus malentendidos y quizás esta seria la primera vez en que tuvieran una conversación sin desprecio de por medio.

La chica resoplo, el origen de su destreza por el combate era algo delicado, pero al fin y al cabo Sven lo sabría tarde o temprano.

— Desde que tengo memoria practicaba combate con mi madre — la chica observo el rostro de impresión de Sven y continuo — Resulta que tengo sangre de un pueblo nómada, y se tiene como tradición que las mujeres sepan combatir.

— Es una buena explicación — el chico se dispuso a seguir con la practica al ver el cuerpo tenso de Einar.

Einar sin más le siguió los movimientos al príncipe, pero con la mente en recuerdos, imágenes de su madre la abordaban en una ensoñación, y las palabras de aquella leyenda en donde solo se le hacia ver como un monstruo… no quería que la poca confianza que tenía con el príncipe se esfumara por rumores de su propia sangre.

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