— ¡Que! — soltó Isabel incrédula al escuchar la situación de la princesa.
— El idiota dio solo esa condición — Einar estaba en su cama recordando la sonrisa triunfante de Sven, se sentía acorralada.
Isabel se acerco a la chica — Princesa… ¿Piensa pasar toda la noche? — la mujer se escuchaba preocupada — Y si el príncipe quiere algo más… — soltó lentamente.
— ¡Le doy una paliza, si piensa sobrepasarse! — las mejillas de la noble se tiñeron de un rojo — Ese zopenco me las pagará — apretó los puños.
Isabel estaba arreglando la ropa de noche de Einar mientras escuchaba sus gritos — Pero usted misma me conto que el no obliga a las mujeres a hacer eso — se refería a la historia de Greta.
— Lo sé, pero conociéndolo de seguro lo haría para molestar — se cubrió el rostro con un almohadón.
— Princesa si usted desea puedo estar toda la noche en la puerta de la habitación por algún percance — la dama de compañía dio su idea, aunque admitía que era algo descabellara, ¿Qué haría una dama de compañí