— ¡Que! — soltó Isabel incrédula al escuchar la situación de la princesa.
— El idiota dio solo esa condición — Einar estaba en su cama recordando la sonrisa triunfante de Sven, se sentía acorralada.
Isabel se acerco a la chica — Princesa… ¿Piensa pasar toda la noche? — la mujer se escuchaba preocupada — Y si el príncipe quiere algo más… — soltó lentamente.
— ¡Le doy una paliza, si piensa sobrepasarse! — las mejillas de la noble se tiñeron de un rojo — Ese zopenco me las pagará — apretó los puños.
Isabel estaba arreglando la ropa de noche de Einar mientras escuchaba sus gritos — Pero usted misma me conto que el no obliga a las mujeres a hacer eso — se refería a la historia de Greta.
— Lo sé, pero conociéndolo de seguro lo haría para molestar — se cubrió el rostro con un almohadón.
— Princesa si usted desea puedo estar toda la noche en la puerta de la habitación por algún percance — la dama de compañía dio su idea, aunque admitía que era algo descabellara, ¿Qué haría una dama de compañía contra el futuro rey?
La princesa al escuchar la idea movió su rostro incrédula — No hay de que temer —la chica agarro fuerzas y se levanto de su cama — Si llega a tocarme se la vera con estos — levanto su puño demostrando su valía.
Isabel exhalo angustiada, pero confiaba en Einar, y esperaba que no ocurriera nada malo.
La mujer le acercó la ropa a Einar para que esta se cambiara.
........
En la habitación de ala norte se encontraba el príncipe con cierta emoción, con solo imaginarse que podría acercarse mas a la chica se le agitaba el corazón, tenia nuevas emociones que ni el mismo comprendía, había oído hablar de las mariposas en el estomago y ahora mismo sentía algo similar.
El hombre al darse cuenta de que estaba saliendo la luna reconoció que Einar no tardaría en llegar, por lo que decidió cambiar su atuendo a una mas cómoda, y le pidió a un sirviente prender la chimenea sin antes pedir unos acompañamientos dulces, los que veía comer en su desayuno siempre la chica.
Al cabo de unos minutos escucho que alguien tocaba la puerta fuertemente, por descarte comprendió rápidamente de quién se trataba, de la princesa.
Sus nervios incrementaron y carraspeo antes de hablar — Adelante — ordeno.
La chica entro a la habitación con una mirada sombría, reflejo de su desagrado al ver fijamente al príncipe.
Sven sintió su cuerpo estremecer al sentir la mirada matadora de Einar, tratando de ocultar su ansia, poso la mirada hacia el vestuario de la chica, traía consigo una bata larga blanca y un abrigo afelpado que le llegaba hasta su tobillo.
— No era necesario tanta ropa, la habitación no está fría — le indago a la chica.
Einar sintió sus mejillas arder — Ni se te ocurra colocarme un dedo encima — se acercó al hombre desafiante.
Sven sintió comodidad ante la posición de la chica, para él, las cosas eran mas cómodas cuando esta estaba a la defensiva o con el ceño fruncido, aunque no entendía porque se creaban esos sentimientos.
La mirada del hombre poco a poco se transformaba a una mirada dulce, y una sonrisa empalagosa se pintaba sobre sus labios, Sven se sentó a orillas de su cama, y lascivamente tanteo con su mano un lado de él, para que la chica se siente a su lado.
La princesa estaba insegura de acercarse al hombre, pero las facciones del chico se encontraban más apacibles incluso podría apostar que su mirada irradiaba algo más, la chica no lo podía descifrar, le costaba comprender las verdaderas intenciones de aquel tirano loco.
Sven al sentir la poca disposición de la chica en acercársele se volvió a parar y se acercó firmemente hacia ella, agarrándola de sorpresa por la cintura, quedando ambos cuerpos pegados en un abrazo.
El rostro de Einar quedo al nivel del pecho del chico, y ante tal cercanía comenzó a moverse intentando zafarse de los brazos de Sven — Si no me sueltas a la cuenta de tres no me hago responsable de las consecuencias — la chica preparo su puño.
Ante la advertencia de la mujer, Sven suavemente apretaba mas el agarre, y su nariz se acercaba cálidamente al pelo rojizo de la princesa, suspiro y sintió como su corazón danzaba, como su sangre corría, sentía cada parte de su cuerpo enloquecer con solo sentir aquel aroma que desprendía Einar, soltaba pequeños toques dulces, un aroma sutil que solo se podía oler a una corta distancia.
— Uno… — Einar sentía cada vez mas fuerte el abrazo del chico — Dos… — no había palabras por parte de Sven, siquiera las ganas de soltarse, eso confundió a la mujer, “¿Por qué actúa de esta manera?” pensó, apretó mas su puño — Tre... — el contador de la mujer fue interrumpido.
— Solo quiero que me respondas lo que te pregunte en el salón antes de la llegada de la doncella — Einar sintió como su mente dio un sacudón, el recuerdo de confrontación que habían tenido unos momentos atrás — ¿Acaso nunca me veras como tu marido? — Sven le susurró al oído en un tono de súplica.
La voz de Sven estremeció a Einar, sintió como su piel se erizaba, esta cercanía le era algo nuevo, sintió como sus pensamientos perdía toda razón, algo que muy en el fondo le agradaba, era confortable, y su pecho se apretó al sentir la vulnerabilidad del príncipe, “¿Y ahora que le respondo?”
Los segundos pasaban y el silencio gobernaba la habitación mientras Einar ordenaba su mente, pero sentía como el corazón del hombre latía en su oreja, por cada minuto sus latidos eran mas fuertes, indicador de los nervios del príncipe, la chica decidió confiar en la actitud del chico, y si esta fuera solo una manipulación por su parte, lo estaba haciendo muy bien.
— créeme que quiero verte como mi futuro esposo —soltó en un murmuro — Pero tu forma de actuar… no es honesta — la chica sintió como se aflojaba el abrazo de Sven, pero aun así no sacaba sus brazos de la cintura.
Ambos se separaron unos centímetros, quedando cara a cara, Sven agarro de manera delicada la mejilla de la chica — ¿Honesto? ¿Quieres que sea honesto?
El ambiente se transformaba poco a poco en un lugar cálido, Einar miraba fijamente a Sven, ambos en busca de saber que es lo que pensaba el otro, era la primera vez que se miraban tan de cerca.
Sven analizaba cada reacción de la chica, sus ojos, esos ojos verdes desbordaba sinceridad — Esta bien… — se acerco mas a los labios de la princesa — A partir de ahora seré honesto solo porque tu lo pides.
Einar se encontraba en un trance, la cercanía de los ojos oscuros de Sven la impactaban, la mano caliente que se posaba en su mejilla la hacia sentir segura, el aroma varonil de Sven y su voz era algo inexplicable, su cuerpo se sentía sumiso ante la actitud del príncipe, y en contra de una pequeña voz que le gritaba que huyera de las garras del zorro que tenia enfrente, se preparaba para un posible beso.
Pero el beso nunca llego, Sven suavemente se aparto de la chica dejándola aturdida ante tantos sentimientos.
— Creo que es hora de dormir — Sven se acurruco en su cama con una sonrisa, y al notar como la chica seguía con las mejillas no evito soltar una risa — ¿Esperabas algo más? —pregunto juguetonamente.
Einar en ese momento quería desaparecer, una vergüenza la inundo, y sus mejillas se enrojecieron al nivel de un rojo carmesí, en busca de cortar la risa de Sven agarro una almohada y se lo lanzo.
— ¿Algo de ti? — soltó una carcajada ocultando sus nervios — Mejor hazte a un lado — la princesa aun avergonzaba también se acomodó en la cama del príncipe — Y que no se te olvide… no intentes nada — Einar le dio la espalda a Sven mientras enfriaba sus mejillas con su mano helada — ¡Y que descanses!
El príncipe se sentía dichoso al ver la reacción de Einar, tal vez… solo tal vez podría tener una oportunidad con ella…
Agotado cerro los ojos, listo para dormir.