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Al cabo nos casaremos

Al cabo de un tiempo Isabel le explico el plan de la princesa a Sven.

El príncipe se relajó al escuchar la ocurrencia de su prometida, y el rostro de histeria de hace unos segundos cambio a un una mirada pacifica, y no evitó soltar una sonrisa — Con que temor a que las doncellas sientan miedo… — el hombre pensante acariciaba su barbilla.

— A... así es — Isabel sentía su corazón tranquilizarse al ver al príncipe de mejor humor.

— Bien, puedes regresar al ala sur, pero mas te vale no decirle que interactuaste conmigo a la princesa ¿Sí? sonrió mostrando todos sus dientes.

Isabel con un gesto acepto y después de ver como el príncipe entraba a su habitación la mujer logro calmar sus nervios y regresar donde la princesa.

……..

Al día siguiente las temperaturas eran mas bajas de lo normal, y la vieja habitación del ala sur solo disponía de un techo y muros de piedra, a diferencia de las habitaciones del ala norte.

— No recordaba este lugar tan frio — Einar se maldecía a si misma, hundida en sus pensamientos de si había hecho lo correcto, después de todo es lo mejor para ambos ¿No?

Un toque en su puerta la libero de su mente — Adelante — dijo Einar en un susto.

La silueta de una señora de edad, ya familiar para la princesa hizo presencia en el cuarto — Veo que prefiere los lugares fríos antes que una chimenea princesa — soltó en tono burlón la ama de llaves.

Einar contuvo su sarcasmo, pero la expresión de desagrado se poso en su rostro — ¿Necesita algo señorita Priscila?

La señora volvió a su mirada seria y carraspeo — El príncipe Sven quiere cenar con su alteza esta noche.

Las palabras de la señora cayeron como punzas en Einar, “Que quiere ahora Sven, ¿Se habrá enterado del cambio de habitación?” una imagen del ceño fruncido del hombre se retrato en la mente de la chica quitando las pocas ganas de cenar con él — ¿En estricto rigor debo ir? — pregunto la princesa intentando zafarse de la invitación.

— En estricto rigor su presencia es importante — la ama de llaves al ver el rostro de la joven decaída decidió aclararle la invitación — Solo dos veces al mes el príncipe opta por elegir a una doncella para cenar, pero esta vez la escogió a usted — le dio una mirada juiciosa.

Einar no sabia de la importancia de la dichosa cena “¿Entonces siempre cena solo?” su corazón se oprimió al sentir la soledad del hombre, aun así, su intención era alejarse del príncipe no acercarse más a él — dígale al príncipe que no…

Ates de que la chica terminara su frase fue detenida por Isabel quien había escuchado parte de la conversación, entro eufórica a la habitación — claro que la princesa ira a la cena, cuente conmigo señorita Priscila.

Einar frunció en ceño confundida — Isabel que te sucede — dijo indignada.

— Bien le avisare al príncipe que acepto su invitación con dicha — la señora sonrió antes de retirarse del cuarto.

Einar no comprendía nada — Isabel me puedes explicar

— Bueno princesa, esta es su oportunidad de acercarse más al príncipe — soltó con nerviosismo.

— Pero es lo que menos deseo — cruzo los brazos con indiferencia en escuchar.

Isabel comprendía los sentimientos de la princesa, pero negarle una cena al príncipe traía consigo un castigo peor que estar atada toda la noche en el frio — Princesa debe tener en mente que se casará con el príncipe no podrá estar toda la vida huyendo.

— ¿Huir? — las palabras la impactaron, no creía que estuviese huyendo, más bien creía que calmaba la situación, pero viendo todo en retrospectiva… — Tienes razón Isabel — resoplo rendira.

— En ese caso la dejare muy linda para la cena — la dama de compañía saco prendas de los muebles.

........

Con el sol cayendo poco a poco y las nubes pintadas de naranjo la princesa con un vestido color esmeralda, decorado con pedrería que hacían juego con sus ojos verdes y su pelo recogido mostrando un collar fino de oro, se dirigía al salón principal con Isabel detrás.

Al llegar al salón, unos guardias le abrieron las puertas del salón y allí, al final de la enorme mesa decorado con grades ofrendas de comida se hallaba Sven bebiendo de una copa dorada, los últimos rayos entraban por el ventanal iluminando cada facción del hombre, resaltaba cada parte varonil y su pulcritud.

Sven al sentir la llegada de su prometida la devoró con la mirada, nuca había visto a la princesa tan arreglada, el vestido solo era un complemento ante la belleza que cargaba la chica, el hombre admitía que los rasgos de Einar eran únicos, cualquiera caería ante ella, y se sentía culpable, casi como un delito las ganas de tenerla a su lado, las ganas de que ella cediera antes sus encantos como las demás, por un lado soñaba con el día en que ella se arrodillara suplicando su amor pero ese día se veía tan distante.

La dama de compañía permaneció afuera del salón, quedando solo Sven y Einar, la princesa se sentó a escasos metros del hombre, y sin decir palabra alguna comenzó a cenar.

El gesto de indiferencia hizo reír a Sven — Espero que la comida sea de tu agrado — el hombre se acerco a la chica con su copa.

— Si, esta deliciosa — Einar comía delicadamente, miraba atentamente el plato que no se dio cuenta de la cercanía del chico.

— ¿Y tú nueva habitación es de tu agrado? — soltó con voz gruesa y se recargo en la mesa.

— Supongo que ya te enteraste —Einar volteo sorprendiéndose al estar tan cerca de los labios de Sven, el hombre la miraba lascivamente y no evito tocar los labios de la chica con las yemas de su dedo juguetonamente.

La princesa salió de su parálisis y de forma rápida se alejó de Sven — Que intentas hacer — dijo tocando su labio, afirmándose de que solo fue un toque por parte del príncipe.

Sven comenzó a reír — Porque te gusta hacer cosas sin mi permiso, recuerda que en este castillo mando yo — él chico la miraba como una presa.

Einar se disponía a irse del salón, pero fue detenida por una mano fuerte, Sven la agarro de la muñeca y la acercó a él — No entiendo porque te disgusto tanto al fin y al cabo tendremos que casarnos.

Ante la suplicas agresivas del príncipe Einar detuvo el forcejeo, estaba lista para decir todo lo que sentía por aquel hombre, temor, inseguridad y desprecio, la chica lo miro fijamente y tomo una bocanada de aire, Sven al sentir a la chica agobiada aflojo el agarre y estaba listo para recibir el mayor rechazo de su vida.

Pero el rechinar de la enorme puerta detuvo la confesión de la princesa, poco a poco se adentraba la silueta de una mujer al salón, se trataba de Anisa.

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