Einar se levantó con mucha energía incluso antes de que llegara Isabel a despertarla — Isabel desde ahora no quiero sopa — diijo determinante, llamando la atención de su dama de compañía — Quiero mas carnes rojas y masas fritas.

Isabel se sorprendió por el pedido de Einar — Pero princesa… ¿eso no la harán subir de peso? —  se descoloco, ya que todas las mujeres de la realeza buscaban cuerpos finos y delgados.

Einar ya se esperaba esa repuesta — Necesito ganar músculos.

— ¿Músculos?.

— Exacto, y si es posible tener un salón con suficiente espacio para hacer ejercicio, seria espectacular.

Isabel al escuchar las palabras de su princesa sentía mucha curiosidad — Déjemelo a mí, me encargaré de tenerle un salón lo más rápido posible y desde hoy su menú será diferente.

Einar agradeció dulcemente.

Al cabo de unas horas mientras Isabel buscaba un salón vacío con las instrucciones de la princesa, esta buscaba al general y no tardo mucho en verlo caminando en un pasillo con otro soldado.

— Necesitamos mas gente en los mercados, la seguridad esta baja y hay un alza de delincuencia, también… — la conversación del general fue interrumpida por una voz femenina.

— General, general oh, es un gusto encontrarlo — corrió hacia él.

El general le presto toda atención — Princesa es un gusto de que este en mejor estado — él y el soldado hicieron una reverencia — Dígame, en que puedo ayudarle.

Einar sentía un dicha por el general — Bueno, si me podía facilitar una espada y un escudo sería maravilloso.

El hombre quien siempre poseía un rostro serio no impidió en sonreír ante tal petición —  Bueno… podría saber con qué fines — sentía curiosidad.

—  Me gustaría entrenar un poco, ya sabe, solo es para prevenir — miro alegre.

El general recordó los ataques de la princesa hacia los soldados en las celdas del reino, por un momento sintió temor — Tendré que informarle al príncipe de su petición. 

Einar no quería que Sven supiera de su pequeño entrenamiento así que tendría que ser un poco más perpicaz — General… no me gustaría que el príncipe supiera, digo debe tener varios pendientes dentro del día, ¿en verdad molestara a mi futuro esposo por algo tan insignificante? — lo miro angelicalmente — No pido mucho y si siente que es un problema yo me hare cargo. 

El general lo penso por unos segundos y la princesa tenía un buen punto, ya que el príncipe siempre estaba de mal humor — Esta bien le hare llegar una espada y un escudo con su dama de compañía — sonrió.

— Se lo agradezco mucho — Einar hizo una reverencia y se marcho por el pasillo perdiendo la silueta del general y del soldado, su plan estaba dando marcha, esta vez estaría lista para cualquier combate, no quería que el día de mañana la secuestraran nuevamente.

Al día siguiente Einar se encontraba en el salón que Isabel le concedió, ahora con una espada y un escudo, “pesan bastante” la chica había perdido mucha masa muscular, pero si entrenaba y come como en la nación Magna no tardaría en tener el físico de antes.

Isabel veía como la princesa apuntaba la espada ferozmente, se movía con agilidad con un escudo tan pesado, y el vestido parecía no incomodarle, la dama de compañía dedujo que la princesa era diferente, nunca en todos los años de vida observo a una mujer entrenar con la espada y menos combatir en las guerras, algo le decía la princesa llevaba años de entrenamiento.

Einar soltaba sudor por el movimiento, agilizaba cada segundo más su muñeca, acostumbrándose al peso de la espada y aprovechaba el peso del escudo para moverse, tal y como su madre le había enseñado.

........

En el reino Fulming, habían pasado mas de dos semanas del secuestro de Einar, Marcos decidió en informarle a su padre, en busca de ayuda.

Cuando el príncipe marcos le comento todo al rey, su padre, este le propino una cachetada — Si necesitabas más seguridad debías informarme — le propino otra cachetada — ¡Y como pasaron mas de dos semanas y aun no la encuentras!

Marcos se arrodillo con las mejillas rojas — Padre discúlpame fue mi error — buscaba lastima de su progenitor.

— Solo tenías un trabajo y lo hiciste pésimo… — el rey furioso estaba por seguir desquitándose con su hijo, pero fue detenido por el azote de la puerta real.

— ¡Necesito saber poque mi hija está en otra nación y no con Marcos! — dijo un hombre formidable frente al padre de marcos.

— Rey Dag… tiene una explicación — dijo el otro hombre asustado.

— Y cual es — soltó con voz autoritaria. 

Marcos solo bajo la cabeza como perro lastimero y dejo que su padre diera la cara por él — Bueno hubo un incidente en el castillo y unos barbaros se la llevaron… 

El rey Dag estaba por explotar en colera por las palabras tan flojas del rey Sebastián — Y tus soldados, porque tienes un hijo tan idiota que no cuido a Einar — se sobo la frente aguantando la ira — Pero hoy vine presencialmente a decirte que los acuerdos de alianzas entre la nación Magna y la nación Fulming no se harán.

El rey Sebastián y Marcos quedaron helados al escucharlo — ¿Einar esta… muerta? — Marcos pregunto aguantando la respiración, asustado.

Dag rió — No, pero inicio un trato con la nación Astra, se casará con el príncipe Sven, y ya envíe una carta aprobándolo — Dag se disponía a marcharse.

— ¡Eso es una traición a la nación Fulming! – el rey Sebastián lo acusó.

Dag se detuvo — En Magna las mujeres tienen derecho a la posibilidad de cambiar de prometido si el primero no pasa el año de prueba — fulmino con la mirada a Marcos — Y tu hijo fue el primero en traicionar a la nación Magna — después de hablar se digno a marcharse dejando solo en el salón a Marcos y a su padre.

— Que estupidez hiciste — Sebastián lo agarro del brazo con ira.

Marcos recordó el papel encontrado en el vestido de la dama de compañía de Einar, también recordó que ese día a esa hora estaba con Ingrid, ahora todo calzaba “Einar supo de su aventura, por eso no volvió”.

Al no tener respuesta por parte de su hijo, Sebastián irritado le dijo — Einar es la única princesa en disposición a casamiento, tienes que hacer que vuelva a ti.

Marcos se sorprendió — Pero padre ya está en Astra...

— Su compromiso aun no está formalizado, a demás con el dinero de Magna... es la única forma de que este reino no caiga en decadencia, ¿oh acaso quieres ser rey de un castillo vacío? dime – Sebastián se sentó en su trono — Mas te vale recuperar a esa princesa de lo contrario yo mismo te ejecutare.

Marcos sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal, nunca había visto a su padre tan enojado — Si su majestad. 

........

El día estaba algo despejado a diferencia de la mayoría de días, Isabel abrió la puerta de la habitación de la princesa con un desayuno de carnes y mucho pan como lo había pedido Einar días atrás — Princesa ya es hora de desayunar — Isabel dejo la bandeja en una mesita — Y también le llego esta carta — saco un sobre de su bolsillo entregándolo a la princesa.

"Será una carta de mi padre" pensó — Muchas gracias, Isabel — tomo con euforia el sobre, pero algo le pareció raro, el sobre estaba abierto — Ah, ¿Isabel tu abriste el sobre? — saco el papel del interior.

— No princesa, los guardias me lo entregaron así — la dama estaba algo asustada — El sobre llego del ala norte — bajo la mirada.

— ¿Ala norte? — miro confusa a su dama de compañía.

— Es el ala del príncipe Sven — murmuro.

La poca paciencia de Einar llego a su límite al escuchar a Isabel — Como se atreve — Einar agarro un suéter y salió de su habitación a pasos largos “como se atrevía a leer su correspondencia, ¿acaso cree que lo traicionare?” Einar cada vez se perdía entre sus pensamientos furiosa.

— Princesa esta segura de confrontar al príncipe, usted no sabe de las cosas que se comentan de él — dijo con preocupación Isabel.

— Ese papanatas ni siquiera se ha dignado en verme o darme ropa apropiada, encima lee mis cosas personales, ya es hora de que me escuche — Einar en cuestión de minutos llego al ala norte con ayuda de Isabel, al llegar hasta la puerta custodiada por guardias, se paro frente a ellos — Exijo hablar con el príncipe — soltó con voz alta.

Los guardias cerraron la puerta con sus espadas — El príncipe no se encuentra en esta ala princesa — dijo uno de ellos.

— Y donde se encuentra — frunció el ceño de ira.

Los guardias se miraron con temor tenían dos opciones, decirle donde se encontraba el príncipe en ese instante y provocar un enfrentamiento o no decirle nada a la princesa y provocar un enfrentamiento, ninguna de las dos eran buenas — El… el príncipe se encuentra en el ala este, en el harem.

“Con que tiene tiempo de ver a sus doncellas, ¿pero a su futura esposa no?” — Se los agradezco — Einar como toda una dama salió de ese pasillo y con la mirada fulminante, se dirigió al harem, con Isabel detrás, en cuestión de segundos llego al ala este y volvió a encontrarse frente al salón del harem, custodiado por guardias.

La joven se paro frente a los guardias y tomo aire — Déjenme entrar — ordenó.

Los guardias al igual que los otros cerraron la puerta con sus espadas, Einar no estaba de buen humor y como pudo derribo a los dos guardias, entrando al harem azotando la puerta, encontrándose con un príncipe divirtiéndose con cuatro doncellas.

Sven y las muchachas reían a carcajadas hasta que el estruendo de la puerta los puso en alerta, cubriéndose con mantas, se trataba de Einar, con un rostro furioso arrogándole el sobre abierto en la cara del príncipe.

— ¡Porque lees mis cosas personales! — soltó en un grito.

El humor de Sven hirvió en colera al comprender la situación “quien se creía” — Soy el príncipe de este castillo mis reglas se acatan con la boca cerrada — la cara de Sven se puso rojiza de ira.

Einar sin temor alguno — Otra cosa es decencia, ¿Acaso los reyes no te educarón bien? 

Las doncellas al sentir el aura de Sven se alejaron de la cama ocultando sus cuerpos con la ropa del piso.

Las palabras de la chica retumbaron en los oídos de Sven, una pequeña daga toco un lugar sensible en sus recuerdos, desatando su enojo — ¡Una noche en el patio de entrenamiento, sin abrigo y amarrada! — su voz se torno mas grave.

Einar no comprendía las palabras del príncipe — ¿A qué te refieres? —  preguntó confundida.

El hombre se tapo con una manta — Ese será tu castigo por no obedecerme y si te niegas soy capaz de dejarte sin comida de por vida — Sven se alejó del salón dejando sola a Einar con su dama de compañía.

— Princesa… no tubo que haberle gritado al príncipe — Isabel le dijo con ansiedad.

Einar quedo aturdida pero no sorprendida, algo le decía que lidiar con Sven era como lidiar con un animal — No te preocupes Isabel, es solo una noche — le reto importancia para que Isabel no se asustara.

— Pero princesa hace poco salió de un resfriado y su cuerpo aun no esta acostumbrado al frio del sur — Isabel estaba por dejar caer lágrimas, la vida de Einar estaba en riesgo.

— No es irónico, no es la primera vez que eso ocurre — la mujer abrazo a Isabel sorprendiéndola — Estaré bien — murmullo.