Mundo ficciónIniciar sesiónJuliette solo intentaba proteger a sus hermanos. Donovan Black es el vampiro que llegó para protegerla a ella. Juliette tenía muy claro cuáles eran sus objetivos. Cuidar de sus hermanos menores, pagar la clínica de su madre y ayudar a su padre con el alcoholismo. Pero todos sus planes cambiaron con la llegada de Donovan Black a su vida. Donovan no tenía intenciones de buscar a su alma gemela. Con tantas responsabilidades y preocupaciones sobre sus hombros, ya tenía más que suficiente con ser el monarca de los vampiros, sin embargo no esperaba encontrarse con ella en circunstancias tan... peculiares. Oh, Juliette. ¿A dónde se fue tu Romeo?
Leer másRespiré hondo mientras Marilyn me ayudaba con mi vestido. Estábamos en la etapa final y había al menos tres pares de manos recorriendo mi cuerpo. Solía ser incomodo al principio, pero de alguna forma terminé por acostumbrarme.Donovan tenía la mala costumbre de regalarme vestidos para cada ocasión. El problema no era el gesto, el problema era que siempre me hacía sobresalir a donde quiera que fuéramos.Por eso, por primera vez en mi vida, estaba usando un vestido que solo se podía considerar como... Arte.Cada uno era hermoso a su manera, pero este en particular tenía algo mágico, algo que solo con verlo supe que sería el vestido más hermoso que usaría en mi vida, aunque por alguna razón sabía que él volvería a destacarse con el vestido que usaría el día de nuestra boda.Vi en el reflejo del enorme espejo que colocaron en mi habitación el resultado final. Mi piel pálida parecía resaltar con el hermoso color rojo carmesí del vestido. Con una cola tan grande que incluso Marilyn necesitó
—No, no, no, no —cayó en mis brazos, justo antes de que su peso nos llevara a ambos al piso—. Vamos Donovan, tú puedes.No se movía. Estaba inconsciente y solo entonces noté que mis manos comenzaban a mancharse de sangre, solo por el tacto. Me aferré a su cuerpo que poco a poco perdía la calidez, mientras comenzaba a sentir la desesperación nublando mi mente. Mis pensamientos corrían a grandes velocidades, mi corazón palpitaba con rapidez y mi respiración se aceleró.Justo entonces la oscuridad de la habitación se disipó. Estaba tan acostumbrada a ver con la magia, que ya no notaba la diferencia.Sin embargo, ver toda la sangre que Donovan derramaba me hizo darme cuenta de la realidad.Era mi culpa que estuviera herido.Si solo hubiera matado a Dominik con la primera flecha que lancé, nada de esto estaría pasando.—Te dije que lo mataría —se rio con dolor.Una flecha en el hombro, una en el pie, una en su rodilla, su frente chorreando sangre y la última flecha que lancé cayó directame
DonovanMis pasos no se escuchaban contra la madera. Mis instintos se agudizaron al máximo mientras recorría la última sede de la sombra de la rosa que nos faltaba por revisar. El silencio de la cabaña podía ser una buena o una mala señal. Por un lado, la falta de personas dentro facilitaba mi tarea. Y por el otro, podría tratarse de una emboscada.El sigilo siempre fue uno de mis puntos fuertes, por lo que colarme en una cabaña repleta de vampiros era como quitarle un dulce a un bebé.Debía que acabar con mi abuelo. Y eso incluía a sus seguidores. Mientras existieran aquellas personas elitistas que harían todo por mantener "pura" la sangre, jamás podría haber paz entre nosotros. Quizás era demasiado radical acabar con ellos, sin embargo, no podía simplemente ignorar que ellos traicionaron la corona.Me traicionaron a mí.Le dieron la espalda al monarca de los vampiros y tenían que pagar el precio por ello.Si quería cederle el trono a Raven, primero tenía que encargarme por mi cuenta
Cuatro años más tarde.Hice un corte preciso en la palma de mi mano, empapando con mi sangre la punta de la flecha. Había hecho esto tantas veces, que ya ni siquiera percibía el dolor. Era lógico pensar que la sangre de una cazadora, que además era la donante del monarca de los vampiros, siempre sería derramada. Para bien o para mal.Había aprendido con el paso de los años la importancia de mi sangre y cómo podía utilizarla a mi beneficio. Si fuera una humana normal, mi vida estaría en riesgo en más ocasiones de las que podría imaginarme.Pero por suerte para mí, no era una humana normal.A mi lado, Nótt esperaba mi señal. Su tamaño era considerable, su pelaje tan oscuro como la noche. Sus ojos tenían el brillo de las estrellas y siempre estaba a mi lado. Pasé meses enteros llorando por ella, anhelando volver a verla.Y cuando regresó... Fue uno de los días más felices de toda mi vida.Porque los guardianes amaban el balance. Y nunca existiría un balance entre vampiros y humanos, no s
El castillo me dio la bienvenida, incluso cuando me provocó escalofríos volver. Todas mis pesadillas ocurrían en este lugar, por lo que me tomó un tiempo ser capaz de estar aquí.No me agradaba del todo la idea de estar rodeada de vampiros. Pero este era nuestro hogar, así que no tenía permitido quejarme.Antes de regresar, tuvimos una intensa discusión. Raven, Justin y por supuesto, Donovan. Comenzamos a debatir sobre nuestro futuro y nuestros planes.Fue allí, en una cabaña de madera, que tomé una decisión.Quizás era la primera vez como reina que tomaba una verdadera decisión.Mi cabello, ahora corto hasta los hombros, se movía con la brisa. Cada paso que daba me acercaba a mi familia, por lo que estaba ansiosa y nerviosa a iguales medidas.En la puerta del castillo vi las siluetas de las personas que más amaba en el mundo. Y ellos también me vieron, pues pronto escuché los pasos acelerados de mis mocosos, viniendo hacia mí.—¡Juliette! —escuché la voz tierna de Julia.La pequeña d
—Estabas teniendo una pesadilla —dejó pequeños besos por toda mi cara.Intentó tranquilizarme mostrándose en un estado calmado, sin embargo, pude ver que su respiración se encontraba tan acelerada como la mía. Él estaba angustiado y no necesité de nuestra conexión para confirmarlo.—¿Una pesadilla? —repetí.—Debió ser terrible si te dejó en este estado —murmuró, tomándome de las manos, evitando que me lastimara a mí misma como en aquel sueño.Me tomó entre sus fuertes brazos y me acunó como si fuera un bebé. Escuché los latidos de su corazón, sentí sus manos acariciarme con suavidad, percibí su cálida respiración chocando contra mi mejilla.Él estaba aquí.Con vida.Sentirlo era todo lo que necesitaba.Poco a poco, mi mente comenzó a aceptar que sólo se trataba de un mal sueño. Y aunque quise salir corriendo a verificar el estado de mis hermanos, no podía hacerlo pues me encontraba en un sitio lejano.Eleanna insistió en que nos recuperáramos en su territorio. ¿Manada, había dicho? Al
Último capítulo