Mundo ficciónIniciar sesiónLía Andersen fue obligada a casarse con el hombre que más la despreciaba, él es un CEO arrogante y despiadado, ella es una chica que solo quería salvar a su padre. A nadie le importó que no quisiera ese matrimonio, el contrato estaba firmado, el apellido Skarsson era demasiado poderoso, y su padre ya había vendido su libertad a cambio de dinero. Mikkel Skarsson la miraba como si fuera una intrusa en su vida, no la amaba y no la quería cerca, para él, Lía solo era una carga que debía soportar durante un año para conservar la herencia de su abuelo. Pero el tiempo no juega a favor de nadie, en medio de las constantes discusiones, Mikkel empezó a sentir algo que no comprendía… pero no sabía que el destino le iba a hacer pagar caro ser tan despiadado. Cuando Mikkel descubra la verdad sobre Lía, será demasiado tarde para pedir perdón… y justo a tiempo para aprender lo que realmente significa amar a alguien que estás a punto de perder.
Leer másLía sentía que los días en la mansión de los Skarsson, pasaban muy lentos, su vida se había vuelto rutinaria, no había mucho que hacer, se levantaba temprano para bajar a desayunar.Mikkel casi no le dirigía la palabra, cuando coincidían le lanzaba una mirada indiferente, Henrik en cambio, trataba de hacerla sentir cómoda, aunque a veces parecía sentirse culpable frente a su nieto.Aquella mañana, Lía se levantó más temprano que de costumbre, se sirvió una taza de café y salió a la terraza, el día estaba nublado y hacía frío.Cuando bajó al comedor, Henrik ya se encontraba ahí.—Buenos días, hija —saludó en tono amable.—Buenos días —respondió Lía, con una sonrisa.—¿Pudiste dormir?—Un poco.Henrik asintió, había notado que Lía usaba el mismo suéter desde hacía un par de días.—No estás comiendo bien, estás adelgazando —dijo, sinceramente preocupado.—No me da hambre últimamente.—¿Mikkel te ha molestado? —Ya vería ese testarudo, lo pondría en su lugar si era el culpable de que ella
Al día siguiente por la mañana, Lía decidió salir un rato al jardín para tomar el sol, aún se sentía débil, pero necesitaba tomar aire fresco, no le gustaba el encierro.La propiedad era enorme, desde la terraza se podía ver un hermoso lago a lo lejos, y más cerca, los rosales que Henrik cuidaba personalmente, caminó hasta un lugar apartado para poder relajarse, se recostó en el pasto y cerró los ojos.Pensó en su madre, si aún estuviera viva, ella no estaría en ese lugar, estaba segura de eso, tenía muy pocos recuerdos de ella, cuando murió aún era pequeña, poco después su padre llevó a Clara y a Vera a vivir con ellos.Vera era solo dos años menor que ella, lo que indicaba claramente que su padre engañaba a su madre desde hacía tiempo, desde el momento de su llegada, las cosas cambiaron para ellas.La sacaron de su habitación para dársela a Vera, a ella la llevaron a una habitación más pequeña, su padre hacía todo lo que Clara le pedía, lo mismo sucedía cuando pedía algo Vera.Si su
La madre de Mikkel fingió preocuparse.—Oh, parece que no sabes controlarte con el vino, que vergüenza, en una noche tan importante —lo dijo en voz alta, las cámaras voltearon hacia ellas.Lía intentó responder, pero su lengua no respondía, Mikkel que logró al fin deshacerse de los reporteros, se acercó a ellas, al ver a Lía, se dió cuenta de inmediato que algo estaba sucediendo.—¡Apaguen esas malditas cámaras! —Gruñó.empujando a un camarógrafo, se acercó a Lía y la tomó del brazo.—¿Qué demonios hiciste ahora? —preguntó.Vivian se acercó a él con expresión inocente.—Oh querido, no la culpes, creo que se ha pasado de copas.Lías intentó decir algo, pero solo logró enredar las palabras, la mandíbula de Mikkel se puso rígida.—Basta —dijo entre dientes —nos vamos.Trató de llevarla hacia la salida, pero Lía no pudo caminar, trastabillaba.—¡Demonios! —maldijo Mikkel, enseguida la tomó por la cintura y la levantó en sus brazos, dirigiéndose hacia la salida.Las cámaras no se perdieron
Lía iba a responderle como creía que se merecía por imbécil, pero Mikkel se dirigió hacia la puerta, antes de salir volteó a verla.—Mañana tendrás tu primera aparición pública como mi esposa, espero puedas comportarte.—¿Comportarme? —Lía frunció el ceño.—Espero que no me avergüences, no me gustaría tener que recordarte tu lugar delante de la gente.Después de decir esto salió azotando la puerta, Lía se quedó sola, miró sobre el escritorio los documentos que había firmado, su garganta y sus ojos ardían, apretó los puños, no iba a llorar por culpa de ese maldito danés arrogante.Horas después, Lía se encontraba en su habitación, no podía dormir, al ver el reloj, eran las dos de la mañana.En la mesita de noche vió un sobre que no había notado antes, al abrirlo encontró una tarjeta con el sello de los Skarsson.Era un recordatorio para el evento del día siguiente: cena a ual de caridad, asistencia obligatoria.No podía creerlo, apenas llevaba un día ahí, y ya la obligarían a mostrarse
Lía se quedó inmóvil mirando al hombre frente a la ventana, era muy alto, su espalda era ancha, su cabello rubio oscuro estaba perfectamente peinado hacia atrás, fumaba un puro.Al escucharlos, Mikkel se giró despacio, y soltó el humo lentamente, sus ojos grises eran profundos, enseguida clavó su mirada sobre Lía, su rostro era atractivo, pero la frialdad en su mirada la hizo retroceder un poco.Lía se quedó inmóvil, sorprendida al verlo tan atractivo, era como si un Dios nórdico se hubiera cansado de ser inmortal y hubiera bajado a la tierra, pero fue su expresión dura la que la dejó sin aliento. “¿Por qué alguien así necesitaba forzar un matrimonio?” Pensó.Mikkel cruzó los brazos, mirándola de arriba a abajo, con desprecio.—Vaya, así que tú eres la sustituta.Lía sintió que se formaba un nudo en su garganta, ¿Cómo podía ser tan frío y directo? Era guapo, pero su arrogancia hizo que Lía apretara los puños.—No soy la sustituta de nadie—contestó, molesta —estoy aquí para que mi padr
Una fuerte bofetada se escuchó en la habitación de Lía Andersen.—¡Realmente me has decepcionado! ¡Yo merecía este matrimonio, no tú, y aquí estás robándomelo como si nada! ¡Eso es tan desvergonzado de tu parte!Lía se cubrió la mejilla enrojecida, y miró a su media hermana con incredulidad.—¡Vera, esto no es justo! ¡Yo no pedí este matrimonio! Ni siquiera lo quiero, ¡Fuiste tú quien arruinó el compromiso con tu mala reputación! Debiste comportarte.Lía había pasado la mañana en su taller de motos, el lugar donde pasaba la mayor parte del tiempo, pensando en si debía huir para no cumplir ese compromiso, pero al pensar en su padre en la cárcel, decidió casarse.Ahora estaba ahí, viendo a Vera furiosa parada frente a ella con los brazos cruzados, de no ser porque arruinaría el vestido, hubiera respondido a la bofetada.Vera había sido la prometida original de Mikkel Skarsson, el CEO de una de las familias más ricas de Copenhague. Ella lo deseaba desesperadamente, con él tendría dinero,
Último capítulo