Alicia Morgan jamás imaginó que el día de su boda se transformaría en una tormenta de secretos, traiciones y pasiones intensas. Justo antes de su boda, una dolorosa verdad sale a la luz, y con ella, el nombre de Dante Moretti —el hombre más temido de Italia— entra en su destino. Marcado por el pasado, poderoso e implacable, Dante solo confiaba en el control... hasta que Alicia trastocó cada certeza con su ternura. En un vínculo forzado por la venganza y la culpa, ambos deberán enfrentarse a enemigos que desean separarlos, y a sentimientos que se niegan a ser negados. Entre lágrimas, peligros y un amor que florece en medio del caos, Alicia y Dante descubrirán que el amor verdadero no se elige: simplemente sucede. Y cuando la vida les arrebata la paz, será el amor, puro e indestructible, el que les devuelva el camino. Una historia de redención, familia, segundas oportunidades y un amor que desafía hasta al destino.
Leer másEl dolor en el cuerpo de Alicia era insoportable. Cada movimiento que hacía le recordaba la brutalidad de aquel ataque que la dejó a merced de Dante Moretti. Su tobillo, torcido y adolorido, sumaba una nueva tortura a los hematomas en su piel. Trató de ignorarlo, de no demostrar debilidad, pero en la Residencia Moretti no tenía escapatoria.Dante había dado la orden.—Llama a un médico. Ahora. —Su voz fue un filo de acero, haciendo que la mucama asintiera de inmediato y desapareciera por el pasillo.Alicia quiso negarse. Quiso decir que no necesitaba la ayuda de nadie, menos de él. Pero la mirada de Dante era una advertencia en sí misma. No le daría opción.Se dejó caer en el sofá con un suspiro ahogado. Las dolencias eran una prisión invisible que la mantenía atrapada en su propio cuerpo. No quería que Dante la viera así… vulnerable.Dante, que permanecía de pie con las manos en los bolsillos, la observaba en silencio. Su mirada descendió por sus piernas hasta su tobillo hinchado. Ha
Morrtti Company exudaba poder. No importaba si se estaba en los imponentes pasillos, en la sala de juntas o en la lujosa oficina de su dueño, la influencia de Dante Moretti se sentía en cada rincón.Alicia lo había notado desde el momento en que entró a aquel mundo. Todo giraba en torno a él. La gente lo miraba con reverencia, con temor o con un respeto inquebrantable. Y ahora, mientras recorría las instalaciones, sintió nuevamente ese peso sobre sus hombros.Vestida con un conjunto sobrio pero elegante, caminaba junto a un asistente que le explicaba el funcionamiento de cada departamento. Intentaba prestar atención, pero su mente divagaba entre su propia situación y la tensión que aún sentía por la discusión con Dante.No había forma de escapar de él.Y lo peor es que ni siquiera estando en su empresa podía evitar sentirse vigilada.Mientras tanto, en la oficina principal, Dante Moretti recibió a uno de sus socios más importantes: Massimo Ricci.—Dante —saludó el hombre, con una sonr
El centro comercial más exclusivo de Alemania estaba abarrotado de personas de la alta sociedad, cada una con sus bolsas de diseñador y asistentes personales. Alicia caminaba por los pasillos amplios y relucientes, observando escaparates con ropa de marcas que, aunque ya conocía, le parecían innecesarias en ese momento.La orden de Dante había sido clara: “Compra lo que necesites para los siete días.” Pero Alicia no tenía intenciones de gastar su dinero en un capricho de él.Aún así, después de un rato de dudar, terminó en una boutique seleccionando ropa cómoda, nada ostentoso, pero funcional. Cuando se dirigió a la caja, la dependienta sonrió con amabilidad.—Todo ha sido cargado a la cuenta Moretti, señorita.Alicia apretó la mandíbula. No debería sorprenderle, pero seguía molestándole el control que Dante ejercía sobre su vida.Después de unas horas en el centro comercial, decidió ir a la cafetería para tomar un descanso. Justo cuando estaba a punto de disfrutar su café, una presen
El avión privado de Dante Moretti aterrizó suavemente en la pista privada de su residencia en Alemania. El lujo que rodeaba a Alicia solo servía para recordarle el nivel de poder que tenía aquel hombre.Desde la ventana del jet, observó con expresión severa la inmensa propiedad que se extendía ante sus ojos. La Residencia Moretti no era simplemente una casa; era una fortaleza envuelta en elegancia.Cuando el avión se detuvo por completo, Matteo abrió la puerta y Dante se puso de pie sin ninguna prisa.—Bienvenida a Alemania, Alicia Morgan — La tonada empleada por el hombre parecía ser peligrosa, pero ella ni se inmuto. Es más ella ni siquiera lo miró.Se levantó sin decir una palabra y descendió las escaleras del jet. El frío nocturno la envolvió de inmediato, pero no le importó, tal parece que el frío en su interior era más intenso que el frío del exterior.Dante caminó a su lado con la naturalidad de quien sabe que todo le pertenece, era alguien que nada le perturba.Un vehículo neg
El silencio en la habitación entre Alicia y Montserrat era denso, solo interrumpido por el tenue pitido de las máquinas monitoreando los signos vitales de Alicia. Ella aún sentía la cabeza pesada y un leve dolor punzante donde la piedra la había golpeado, pero lo que más le incomodaba era la mirada de Montserrat.La mujer se había sentado en la silla al lado de la cama, con una expresión dulce y aparentemente afable.—Dante y yo tenemos una amistad de muchos años —comentó Montserrat con una sonrisa melancólica—. Nos conocemos desde que éramos unos niños y siempre hemos estado el uno para el otro.Alicia no respondió. Solo la miró en silencio, intentando descifrar qué buscaba Montserrat con aquella conversación.—Hemos pasado por tantas cosas juntos... Momentos felices, momentos difíciles… Pero siempre ha estado ahí para mí, como yo para él.El tono de su voz era suave, delicado, casi como si no quisiera hacer daño con sus palabras, pero al mismo tiempo, cada una de ellas se clavaba en
Dante estaba en la Sala privada, cuando Montserrat lo agarra del brazo.— ¿En realidad es tu amante? — Su voz se escuchaba muy dulce ocultando el temor y los celos en ellos.— Nos vamos a casar — Escuchar aquella afirmación logra que el suelo que Montserrat Carusso estaba pisando tiemble bajo sus pies, ella se vuelve pálida, Dante la observó fijamente, entonces Montserrat tuvo que volver a colocarse la máscara de la amiga.— Pero ella...— Sí hay algo que yo crea conveniente que tu lo debas de saber, ten por seguro que lo sabrás.— ¿No la amas verdad? — Pregunta ella, apretando el bolígrafo que ella tenia en el bolsillo de la bata, de hecho aquel era una pequeña grabadora, un obsequio que le había dado una paciente. Dante frunce el ceño.Montserrat giró el bolígrafo entre sus dedos con aparente indiferencia, aunque su corazón martillaba en su pecho. La grabadora dentro del pequeño objeto estaba activada.Respiró hondo y miró a Dante a los ojos.—Dante… ¿La amas? — Vuelve a preguntar.
Dante no había soltado a Alicia ni un segundo. La sostuvo contra su pecho con una fuerza protectora mientras la subía al asiento trasero de su vehículo. Su mandíbula estaba tensa, su mirada oscura, y la furia latía en cada fibra de su cuerpo, sacó su teléfono y marca el número de Matteo inmediatamente.—Matteo —rugió al teléfono mientras arrancaba el auto con violencia—.Alicia Morgan acaba de ser atacada en frente de la Cafetería de su Empresa.Encuentra a esos bastardos. Quiero saber quiénes son y qué mierda pretendían, es una maldita orden qué debes de cumplir ahora mismo Matteo.—Me encargaré —respondió Matteo con la misma seriedad— Acerca del vuelo que sale en algunos minutos.—Retrasa el vuelo por unas horas más. Primero, la llevaré a un sanatorio me aseguraré de su reacción después veo acerca del viaje.No esperó respuesta antes de cortar la llamada. Su atención estaba en la mujer inconsciente a su lado, su respiración débil, su rostro pálido.No la conocía lo suficiente, pero ve
Dante vuelve a apartarse de ella acercándose al gran ventanal, la oficina era muy pequeña ante su presencia y Alicia sentía que en poco tiempo podría quedarse sin oxígeno.— A los periodistas les encanta el Morbo, tu mejor amiga aún no es señalada y El amor de tu vida esta jugando a la Víctima.— Pues que sigan con aquel juego, seguiré aún callada y tu vas a ayudarme para que la Empresa no caiga a causa de las acusaciones qué están levantando.— ¿Quién te ha hecho creer que yo voy a ayudarte?Alicia sabe que estaba jugando con fuego, pero ella era consciente de que ya estaba en este laberinto y que para salir de ella debería de incursionar hacia lo desconocido — Mira Morgan, yo soy un hombre de negocios, quizás pueda considerar tus palabras, pero al final siempre debe de haber beneficios para mi, y definitivamente no veo ningún beneficio que tu puedas darme.La mujer se había sonrojado ante la intensa mirada que Dante estaba dedicando a su persona en ese preciso momento.— Dejaré que
Mientras Alicia tenía las manos en su volante el teléfono suena, ya conoce aquel número, es más, ella lo asocia con el demonio, pero decide contestar aquella llamada.— ¿Qué quieres? — su voz se escuchó un poco dura — ¿Estás siguiéndome?— ¡No! — Su poderosa voz se escuchaba al otro lado de la línea.— Nada más estoy protegiéndote, hablaremos en tu Empresa.La llamada culmina y Alicia emite un largo y pesado suspiro, continuando con el rumbo a Morgan Enterprises.Cuando llegaron el ambiente en la Empresa estaba cargado de una expectación sofocante. A pesar del aire acondicionado, los empleados sentían cómo el calor de los rumores y las miradas de los periodistas apostados fuera se colaba entre las paredes de cristal. Y como si la tensión no fuera suficiente, una presencia aún más intimidante se abrió paso entre ellos.Dante Moretti avanzaba por el pasillo principal con pasos firmes y calculados, su sola presencia dominando cada rincón del edificio. Su traje negro estaba perfectamente e