El sol apenas había comenzado a teñir el cielo con tonos dorados cuando el teléfono de Alicia Michelle Morgan vibró sobre la mesa de noche.
Tomó el dispositivo con desgana, todavía sintiendo el peso de la noche anterior sobre sus hombros. Apenas había dormido, y cuando lo había hecho, los sueños no le dieron descanso.
Desbloqueó la pantalla y leyó el mensaje.
Matteo:
"El señor Moretti desea verla. A primera hora. No lo haga esperar."
Alicia se sentó lentamente en la cama, sintiendo una punzada de nervios recorrerle la espalda.
Dante Vittorio Moretti.
Había aceptado el contrato, había sellado su destino, pero hasta ese momento no lo había enfrentado en persona.
Se obligó a ponerse de pie y dirigirse al baño. Se miró en el espejo y se encontró con un rostro pálido, ojeroso, con rastros de la tormenta interna que había vivido la noche anterior.
No podía presentarse así.
Tomó su estuche de maquillaje y comenzó a trabajar con precisión. Un poco de corrector para borrar el insomnio, labial