Estaba acostumbrada a ser la chica invisible en todos lados, de no ser por una ofensa que le hicieran por su cuerpo voluminoso, tener unas libras de más, es un pecado mortal para algunos. «No me interesa lo que piensan de mí, con tal que el amor de mis padres sea incondicional. No entiendo si soy curvilínea y fea como todos me tachan, ¿por qué me tienen envidia?, fui una alumna destacada, me he graduado con honores, cocino rico y me dedico a los quehaceres de la casa, salir a pasear no está en mi diario vivir, es algo que no contemplo, prefiero que nadie me vea, rara vez salgo de casa. Aunque la tragedia siempre me ha acompañado, no sé qué he hecho mal para que esté pasando tantos sin sabores de la vida. Hasta que por cosas del destino lo conocí a él, el hombre que me hizo sentir bella, amada y sobre todo deseada. Todo eso fue una ilusión fugaz, que duro muy poco tiempo, terminando de romperme en mil pedazos por dentro. ¿Será que no existe la felicidad para mí?»
Ler maisSara Christine, una joven que nació en Londres, sus padres tenían una economía estable, eso les daba la oportunidad de darle de todo a su única hija, quien padecía de obesidad. Los pediatras le aconsejaban que la mantuvieran con una dieta permanente para evitar posibles enfermedades que surgen por el sobre peso.
Les dolía el corazón que ella pedía de comer lo que era prohibido, que al final le terminaban dando, siempre decían de vez en cuando no es malo, sin imaginarse que a largo plazo ella sufriría las consecuencias. A su corta edad ella supo lo que es ser despreciada por su propia familia sin saber el motivo que origino ese odio.
Sara creció sin complejo por el amor que sus padres le daban, haciéndola sentir siempre bella. Ya que ella había venido a ser una pieza importante en su felicidad, Samanta, la esposa de Oliver, era estéril, después de quince años de matrimonio se dio cuenta de la dura realidad.
—Mujer tranquila, la niña será feliz.
—Es que no quiero que después se sienta menos que las demás.
—deja de ser paranoica, además la niña es muy inteligente.
—Eso sí.
Sara desde muy pequeña fue sometida al desprecio por la familia de su padre, que no desaprovechaban la oportunidad para decirle bastarda, gorda y fea, haciéndola de menos menospreciándola. Todo eso iba destruyendo la confianza de la pequeña, que no siempre estaba con sus padres para defenderla
Su padre la consiente, y le da el amor que la niña necesita, lo mismo hace su madre, algo que ella aprecia mucho. A él le duele el corazón por lo que le hacen a su hija, así que decidió buscar un prestamista para que le proporcionen una enorme cantidad de dinero, para hacer prosperar su negocio y dejarlo a nombre de su única hija. Eso ayudaría a que ella salga adelante sola sin necesidad de nadie, así sus hermanas no le harían daño en su ausencia.
—Amor no creo que sea una buena idea de que te hagas de deudas.
—Sabes que el negocio que tenemos es una herencia que comparto con mis hermanas.
—Sí, lo sé, además ellas están esperanzadas a ti, no hacen nada por dedicarse a la herrería.
—Es trabajo de hombres.
—Pero ahí están a la hora de cobrar su dinero.
—Mujer, no te calientes la cabeza con eso, tú solamente cuida de nuestra hija y de ti.
—Amor, la niña cumplirá seis años, yo digo que es mejor decirle la verdad.
—¿Qué verdad?
—Que la adoptamos.
—No, eso no es necesario, ella es nuestra hija.
—Es que me da miedo que tu familia…
—No se atreverán, ellas dependen de mí, no considero que arruinen esa lealtad de mi parte.
Encontró una persona que con tan solo su firma le prestaba el dinero, se embrocó en ese trato que firmo sin pensarlo mucho. De inmediato vio el dinero reflejado en su cuenta, se alegró mucho, así que empezó a mejorar las herramientas, de la su herrería, de la cual ha obtenido grandes beneficios, tanto el cómo toda la familia, que dependen de él.
—Lo conseguí mujer.
—¿El que, viejo?
—El dinero, ya remodelé la Herrería, ya verás que fundaré otra muy pronto para que no les falte nada.
—No te esfuerces mucho, ¿Cuánto debes pagar?
—Es muy poco, tú no te preocupes por eso, es más, vete con la niña a comprar ropa y comida.
—A ella le encantara, ya que no sale de casa si no es conmigo.
—Deben salir más seguido, es preocupante que ella prefiera estar encerrada.
Los años pasan y Sara no baja de peso, cuando ella cumplió los diez años su madre cayó enferma que no volvió a levantarse de la cama, ella la atendía día y noche, mientras Oliver trabajaba duro, al ver a la niña que se encerraba juntamente con ella, algo que a Samanta le dolía el corazón.
—Hija, ven a sentarte.
—Mamá, ya te daré de comer, te estoy haciendo una sopita.
—¿Dónde está la cocinera?
—Ella se ha ido, pero no importa, yo sé hacer de todo.
—No quiero que descuides tus estudios por mi culpa.
—Tranquila, voy sobresaliente en mis estudios, seré la mejor te lo prometo.
—Tan linda. —le toma la mano— Hija, hay algo que te deseo decir, no quiero que sufras más adelante…
—¿Qué cosa madre? —ella le presta atención.
—Sabes que eres muy amada por nosotros, nunca quiero que lo dudes.
—Lo sé madre, no entiendo qué quieres decirme.
—Yo, en el pasado, antes de que nacieras, no pude ser bendecida de llevar fruto en mi vientre. Me hice a la idea de nunca ser madre, pero un día, una de las chicas que trabajaba para nosotros, salió embarazada, se vio sola y desamparada que tu padre y yo la apoyamos en todo el embarazo. — ella tóese, se limpia la boca rápidamente— Esa joven le toco dar a luz en una tarde lluviosa, tu padre y yo la llevamos al hospital, ella ingresó para ser atendida.
—Madre… ¿Qué quieres decirme? ¿Cómo que no llevaste fruto en tu vientre?
—Esa joven murió al dar a luz, la niña sobrevivió y me fue entregada, desde ese momento ella me enamoro, la quise casi de inmediato cuando la recibí en mis brazos, desde ese momento experimenté que es la felicidad de ser madre.
—¿Esa niña, soy yo? ¿Cómo?
—Si mi amor, tu padre y yo decidimos adoptarte, criarte como nuestra hija, fuiste la mayor de nuestras alegrías. Que eso no te haga menos.
—Ahora sé por qué mis tías me desprecian. Mis primas siempre me decían bastarda, no comprendía por qué lo hacían.
—Ellas son tontas, si supieran lo maravillosa que eres.
—Mamá, tienes que recuperarte, no quiero quedarme sola.
—Hay mi amor, eso es lo quiero también, pero a veces no es lo queremos, sino lo que Dios disponga, solamente te pido que cuides de tu padre, él te quiere mucho, a su manera, compréndelo por no ser muy expresivo como yo.
—Lo sé mami, yo también los quiero mucho, tengo los mejores padres, fui muy bendecida.
Sara se decidió a dormir con su madre es noche, su padre ocupo otra habitación para darle espacio en la cama a su esposa, se sentía tan cansado que de inmediato se quedó dormido. La joven recostó su cabeza a un lado de la cama cuando el sueño le vencía, su madre le acaricia el cabello, en eso ella dejó de sentir esa caricia.
—Mamá, Mamá despierta, mami, voy a prepararte el desayuno, abre los ojos por favor.
No recibió contestación, algo que no sucedía anteriormente, ella colocó su oído en el corazón de su madre, al notar que ya no latía más, se le rodaron las lágrimas, quería gritar, pero un nudo en su garganta se lo impidió. Lloró amargamente, hasta que su padre al escuchar el alboroto entra a la habitación un poco asustado, al ver a su hija tirada encima del cuerpo de su esposa se dio cuenta lo que sucedía.
—Ella… —Sara no dejo hablar a su padre.
—Papá, mi madre no responde. —la joven corre a los brazos de su padre, él se queda sin habla, no puede llorar, simplemente la mira fijamente.
—Ella ha partido de este mundo, cariño. —besa la cabellera de su hija.
—No, no, ella no puede irse, no me puede dejar, papá haz algo para que regrese.
—No se puede cariño, Dios la ha acogido en sus brazos.
—No quiero que se vaya. ¿Qué voy a hacer si ella?
Oliver abrazó a su hija para calmarla, él sabía de qué eso acontecería tarde o temprano, ya que el médico le dijo que solamente duraría un par de meses por la enfermedad terminal que ella padecía. Quiso divagarse en el trabajo y no pensar en la muerte, que no pudo pasar tiempo con su esposa, algo que estaba lamentando. Organizó el velorio y entierro, toda la familia de ella y de él se hicieron presente para darle las condolencias.
Sara no se separó del féretro en ningún momento, escuchaba los susurros de la familia, algunos la consolaban, otros la despreciaban, ya que decían que ella era una arrimada, que se había aprovechado de ellos. Trato de ignorar esas palabras que llegaban a sus oídos. Sentía tanto dolor por la ida de su madre que lo que escuchaba murmurar no le afectaba.
—Hola, gorda, horrible. —ella levantó la mirada para ver a una de sus primas por parte de su padre.
—No molestes ahora, no quiero escuchar tonterías.
—Haber cuando te largarás de nuestra familia, ni te queda que te hagas la mártir, ni madre tuya que era mi tía para que te sientas tan dolida.
—¿De qué hablas, Eliana? —le dice a la hija mayor de Vanesa, quien es la hermana mayor de Oliver.
—Ya sabemos que eres una adoptada, mi madre no te acepta y yo tampoco, eres una vergüenza para nosotros, solamente mírate lo fea y marrana que estas.
—No me interesa escucharte. Respeta estamos enterrando a mi madre, tus palabras no me ofenden, yo sé quién soy.
—Mi tía nunca fue tu madre, como te atreves a decir que eres hija de ellos. —ella la ve con lágrimas en sus ojos.
—Hermana, deja de hablar con esa piojosa, no sea y te contamine. —se acerca Tory, quien es un año mayor que Sara.
—Tienes razón, se me pueden pasar los piojos y los kilos de más.
Las hermanas se alejan, sonriendo malévolamente, rumbo donde están sus padres, ellos están alegando con Oliver, apenas han enterrado a Samanta. Sara no se quita de la tumba de su madre, llora por la impotencia que siente en ese momento, no sabe qué hará ahora en adelante. Oliver la ve a lo lejos, no sabe cómo consolarla.
Aarón está pasando un buen momento con su organización, ahora es el líder de varios cabecillas y su negocio crece cada día más, organizo una gala para recompensar la lealtad de sus miembros, todo está listo. —Hermano, encárgate de la seguridad, no queremos sorpresas. —Lo tengo cubierto, hermano. Sabes si el señor Charlie asistirá. —Sí, me dijo que vendrá acompañado, ¿por qué la pregunta? —Tengo tiempos de no verlo en las reuniones que haces. —Estaba fuera del país, ¿te interesa ese tipo? —No, qué tonteras dices, solo cuestiono porque es uno de nuestros socios mayoritario. —No importa, haz tu parte, él llegará a la gala. Fabricio sonrió ante sus últimas palabras, se retiró a terminar su trabajo, la hora se acercaba para que los invitados comenzaran a llegar, Aarón se terminó de arreglar, viste un traje a la medida color blanco, mientras se ve en el espejo el recuerdo de Sara se le hace presente. «Realmente deseo que estés viva, te imagino con mi hijo en una cabaña siendo muy fe
Charlie tomó la barbilla del joven y lo beso, un necesitado beso que deseaba probar, el joven abrió los ojos, no podía creer lo que él estaba haciendo, Charlie profundizo el beso empotrándolo contra la pared, hizo presión en la mandíbula del joven para que abriera la boca y acceder la lengua y explorar la boca del impresionado joven. Después de un buen rato besándose, Fabricio lo empujo con todas sus fuerzas, él se apartó y el joven salió corriendo de ahí, Charlie se pasó la mano por su boca saboreando con la lengua. —Serás mío, Fabricio. —Charlie sonreía al ver por el ventanal cómo el auto se retiraba. Fabricio, siente cosas en su cuerpo, llego a su apartamento, se tiró en la cama, aún está asimilando que fue lo que paso, un hombre lo ha besado, y lo que más lo confunde que no sintió rechazo hacia él, ¿Qué está pasando con él? Se cuestionaba en su interior. «¿Qué me está pasando?, porque de repente ocupas todo mi pensamiento, esto no me puede estar pasando, él es un hombre al igua
Aarón se retira a una de las oficinas que hay en la casa, desde ahí manejaran la organización, la mandó a diseñar con túneles de escape, por ahí también viajara la mercancía para no dar sospecha y poder huir si las cosas se ponen feas. —Trabajo hecho. —entra Charlie, sentándose en el sillón— Fabricio está despidiendo la gente, tienes un hermano bien inteligente. —Sí, no te confíes, es un asesino entrenado. —Con esa cara de ángel. ¿Quién lo iba a pensar? —¿Qué te parece el comienzo del negocio? —No está mal, te felicito, la mayoría se quedó contigo. —Quiero que esta organización sobre pase a las demás, sabes que se nos vendrán muchos problemas, tenemos que prepararnos para los problemas. —Cuenta con ello, muy pronto tendremos un socio con mucho dinero. —En serio, eso suena muy bien, porque no vino hoy. —Los negocios no se lo permitieron, pero está fijo que se nos unirá. —algo en Charlie le dice que no lo está contando todo, pero no sabe que es. —Listo, todos se fueron, ¿cuál
*SARA* Estoy muy feliz con mi Nana, he subido mucho de peso, pero no puedo evitarlo. Entre mi gordura y el embarazo estoy hecha una pelota. Charlie me tiene con un entrenador para cuando salga del parto. Hasta ahorita nada más, llevo doce semanas, estoy en control y chequeos continuo por mi sobre peso. El doctor dice que la gordura no le hace bien a mi bebé. Me siento muy desesperada, matarme de hambre, no puedo por mi criatura. Estoy en control de peso para ver si lo logro. Salgo a caminar por toda la propiedad, tengo un régimen alimenticio estricto. Además, estoy manejándole algunos negocios vía web a mi tío. He seguido sus instrucciones de no decir nada de mí, porque Aarón me puede rastrear. —Sara, ven por favor. —Voy. —salgo de mi despacho, en donde trabajo— ¿Qué paso nana? —Tu tío te llama. —me entrega un aparato grande, radio comunicador. —Hola, tío —Sobrina, solamente quiero decirte que te buscan con desesperación, ya no podré comunicarme contigo, ni ir a visitar, creo q
Sara no quiere separarse de su nana y no tuvo otra que contarle toda la verdad. Necesitaba su apoyo incondicional y solo a ella le confiaría a su retoño. Porque enfrentarse a Aarón necesitaría más que una cara bonita y quiere gente de su confianza a su lado. En Dinamarca, las cosas están por ponerse al fuego vivo. Aarón ya tiene todo listo. La trampa está más que lista. Su hombre está listo. El espía que puso cerca de la gente de él le ha informado de los movimientos del cartel. Como se lo imaginó, Fabricio le avisó que él será el franco tirador. Braulio sale de su escondite, listo para hacer el trato de su vida, porque si le parece el trato y las armas son de calidad, como le comenta Daniel, obtendrá una buena ganancia. Aarón se encuentra en un edificio que está cerca del edificio donde se llevará a cabo el trato, Josh está en posición por si Fabricio los traiciona. —Bájate y mira que todo esté limpio, no quiero sorpresa. —su mano derecha se bajó, miro los alrededores y no hay indi
Fabricio le informo a Daniel sobre la decisión de Braulio, sobre poseer el cargamento, dejo que fuera Daniel quien le avisara a Aarón, ahora es cuestión de tiempo, la pregunta que queda en el aire es ¿Dónde está Sara? Sabe perfectamente que Braulio no la tiene, aunque Aarón diga lo contrario, sabe perfectamente que con ellos no está. Al enterarse, que su plan va sobre ruedas, de que por fin lo tendría en sus manos, mando a Josh a preparar el encuentro, Sabe que Braulio tendrá a su hermanastro como franco tirador, solo espera que el joven cumpla con lo pactado. Ya Charlie sabe de los planes que tiene Aarón, esa no es su pelea, así que se mantiene al margen a menos que él solicite de su ayuda, aprovechando la distracción de Aarón ha decidido cumplir con una tarea que Sara le ha suplicado. Ha decidido hacerlo personalmente, ahora que Aarón está enfocado en Braulio, así que aprovechó la distracción y viajó a Inglaterra. Al llegar, visito la tumba de su hermana, le costó al principio dar
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