Estados Unidos se prepara para una temporada electoral presidencial sin precedentes. "Buenas noches, y bienvenidos a un momento crucial en la política estadounidense," comenzó una voz nítida y autoritaria, "Estados Unidos ha revelado a sus nuevos candidatos, pero con un giro que nadie vio venir." "Así es, David," interrumpió una voz más enérgica y acelerada, con un tono de asombro. "¡Este ciclo electoral ha tomado un giro absolutamente fascinante! Estamos siendo testigos de la historia mientras, por primera vez, el Partido Progresista Nacional—sí, han oído bien, ¡el mismo Partido Progresista Nacional!—lidia con una lucha interna como ninguna que hayamos visto antes. La Candidata Mary García se enfrenta a Ethan Smith, ambos, repito, ¡ambos compitiendo por la nominación presidencial bajo la misma bandera de partido! Esto no es una primaria entre partidos, es una batalla dentro de sus propias filas." "De hecho, Sarah," añadió una tercera voz, más experimentada y ligeramente cínica, con un matiz de incredulidad. "Nunca antes habíamos presenciado tal espectáculo. Esto no es solo una primaria habitual; es una guerra pública de votos en toda regla, desarrollándose para que todo el mundo la vea, mientras estas dos figuras del mismo partido luchan encarnizadamente por decidir quién será su próximo líder. Los tratos secretos y las estrategias silenciosas han sido reemplazados por una campaña muy pública y agresiva por la dominación interna de su partido." "Los medios," regresó la primera voz, con un tono de asombro, "¡están en un frenesí absoluto! Cada noticiero, cada programa de entrevistas, cada feed de redes sociales está zumbando con un solo tema: García contra Smith. La pura audacia, la ambición desmedida en exhibición, todo dentro de la misma casa política... es cautivadora, polarizante y absolutamente sin precedentes. Y en medio de todo este caos, todo este ruido, toda esta incertidumbre...
Leer másUna Mañana InesperadaLa casa en Misuri, donde nos quedamos, estaba sumida en un silencio total y completo. Fuera, no se escuchaba nada, absolutamente nada. Era el tipo de quietud que, en lugar de reconfortar, a veces no nos hacía sentir en casa, demasiado ajena al bullicio al que estábamos acostumbrados. Roy, mi fiel asistente y estratega, se encontró conmigo. Teníamos un día antes de volar a Míchigan para el próximo debate, y mientras tanto, planeábamos el siguiente paso, el plan para la siguiente ofensiva.__¿Rosas?__ preguntó Roy, su voz rompiendo el silencio, con un aire de "ya sabes a lo que me refiero".__Ya le llevé__respondí, mi mente divagando ligeramente.__¿Chocolates?__ insistió, siempre con la táctica de ablandar.___No sé si le gusten__ admití, dudando.Roy suspir, con una paciencia que solo poda tener conmigo.__No, ¿tienes otra idea? ¿Algo más que hacer? ¿Algún documento pendiente que necesita tu atención?De repente, una bombilla se encendió en mi cabeza.__¡Eres un
El Conejo en MisuriEl jet privado aterrizó suavemente en Misuri. La fricción de las ruedas con la pista era un recordatorio físico de que cada milla me alejaba más de Nueva York y, con ella, de la extraña y frustrante noche anterior. Había llamado a Max varias veces desde el aire, con una mezcla de preocupación y molestia creciendo en mi interior. Finalmente, contestó a última hora, tres horas después de que aterrizáramos. Tenía el día libre, un respiro en la campaña, pero la energía que debía usar para prepararme se estaba consumiendo en un torbellino de emociones.Lo siento, estaba con Alex. Sufrió un accidente y...No termine de leer el mensaje. Una ola de enojo, tan familiar como desagradable, me invadió. Álex, siempre Álex . "Es solo una amiga", "No te enojes, Mary", "No es nada". Siempre lo mismo, las mismas excusas, las mismas palabras vacías que intentaban calmar un fuego que nunca terminaba de apagarse. La irritación me quemaba por dentro.Con un suspiro de frustración, apag
Un Respiro en el CaosLa mañana siguiente se alzó sobre Nueva York con su habitual estruendo, pero para mí, Mary García, ese ruido era solo el telón de fondo de un cansancio mucho más profundo. Estaba en mi suite de hotel, con la ciudad extendiéndose bajo mi ventana como una vasta, indiferente manta de rascacielos. Agotada por la guerra de votos que se había desatado en los medios, sentía el peso de cada titular, de cada análisis de expertos que clamaba que nuestro partido no tenía una alianza clara. Se repetía una y otra vez que estábamos divididos, fracturados. Pero la verdad, la que yo conocía y sentía en cada reunión de estrategia, era otra: teníamos una unificación sólida, una base de principios compartidos que nos mantenía, aunque la óptica pública no lo reflejara. El problema residía en la implacable realidad del empate: Ethan Smith y yo estábamos codo a codo, las encuestas nos mostraban en un punto muerto, inamovible. ¿Podían creerlo? Yo no, y estoy segura de que él tampoco. L
Nueva York, Estados Unidos5:00 p.m.__Buenas noches, y bienvenidos una vez más a este programa, que hoy entra en los anales de la historia. Por primera vez, seremos testigos de algo que desafía toda expectativa, algo que nunca antes habíamos visto. Prepárense para presenciar lo inimaginable. La voz del presentador, profunda y llena de una solemnidad inusual, resonaba en cada rincón.__Así es, David__, interrumpió la copresentadora, su tono vibrante con una mezcla de asombro y urgencia. __En unos minutos, seremos testigos de lo que muchos creían imposible. La nación entera, y me atrevería a decir el mundo, está conteniendo el aliento.En el estrecho camerino, la televisión estaba sintonizada en el canal de noticias. La pantalla zumbaba con imágenes de gráficos políticos y tomas aéreas de multitudes congregadas. Todos los comentaristas hablaban de lo mismo: el primer enfrentamiento público en la historia donde dos figuras prominentes del mismo partido luchaban ferozmente por la nominac
Último capítulo