Mi cruel exesposo perdió la memoria

Mi cruel exesposo perdió la memoriaES

Romance
Última actualización: 2025-11-04
Svaqq16   Recién actualizado
goodnovel18goodnovel
0
Reseñas insuficientes
6Capítulos
87leídos
Leer
Añadido
Resumen
Índice

“Fui su obsesión, y ahora solo quedan dos cicatrices que aún sangran al recordarse”. Mía creyó haber escapado del infierno cuando firmó su divorcio con Adriel Salazar, el hombre que la amó con obsesión y la destruyó con la misma intensidad. Pero el destino no fue tan piadoso. Tras un accidente, Adriel despierta sin recordar su crueldad… solo el amor que una vez sintió por ella. Ahora, mientras Mía intenta rehacer su vida, él vuelve a amarla como si nada hubiera ocurrido. Lo que ninguno sabe es que detrás de su tragedia hay una traición mucho más oscura —una que podría volver a separarlos… o condenarlos para siempre.

Leer más

Capítulo 1

001 Su condena

¡Pum!

El jarrón costoso que compró en su luna de miel fue destrozado por su esposo.

Los fragmentos de cerámica volaron por todas partes que reflejaban su corazón roto.

—¿Te has vuelto loco, Adriel? —Mía arrugó el entrecejo, mechones de cabello castaño se pegaron a su frente sudada. Sus manos temblorosas se aferraban al acuerdo de divorcio.

Hace unos segundos, su plática “cordial” se convirtió en un forcejeo. Su aún esposo le quería arrebatar los documentos y romperlos en mil pedazos.

—La única que ha perdido la cordura aquí eres tú —le gritó él, y enseguida se quitó su saco gris y lo aventó contra la mesa marmórea.

Sus ojos grises la escanearon de arriba abajo.

Mía falseó el paso y su cadera chocó contra el respaldo de la silla.

Su condición mejoró mucho, pero la mala consolidación de su fractura de cadera.

Al componerse, sujetó con fuerza el mango del bastón y retrocedió dos pasos.

—Cálmate —le exigió, y no pudo evitar estremecerse ante la imagen iracunda del hombre que alguna vez juró protegerla de todo mal.

—¿Calmarme? Puta madre, Mía, escúchate —sonrió como un desquiciado mientras negaba con la cabeza.

Se había dejado crecer la barba, fue un cambio radical para él, que siempre se había caracterizado por una imagen impecable.

—Esto es inevitable. La decisión más sana que podríamos tomar —su voz se quebró.

—¿Sana? Claro, claro, muy sana —el sarcasmo se impregnó en cada sílaba—. Porque es insano cogerte a tu amante mientras me voy de viaje de negocios, ¿verdad? Es insano que, en lo que me parto el culo en el trabajo y mientras le mando dinero a tu madre, tú dejes que un hijo de puta te meta la polla justo en mi sala. Mi sala, mi casa, mía —enfatizó la última oración.

La pequeña mano de Mía apretó el bastón hasta que sus nudillos se pusieron blancos. Y con la mano libre le extendió los papeles.

—¡Entonces firma el maldito divorcio! Quédate con tu casa, con todo, y déjame a mí vivir en paz —las lágrimas ya rodaban por sus mejillas. «Qué patética», se regañó a sí misma.

Adriel la miró a la cara por unos segundos. Era tan hermosa, sus facciones exquisitamente armoniosas. Por un instante, quiso extender la mano y secarle las lágrimas, pero al final solo apretó los puños.

La traición era insoportable para él.

Sostuvo el acuerdo de divorcio, ni siquiera le echó un vistazo. Sus manos rompieron los papeles, los apretó con fuerza hasta formar una bola de papel. Por último, los tiró a los pies de su esposa.

—Primero muerto —le dijo con sorna, y su mirada brillaba por la ira. Ella era suya, sin importar que estuviera mancillada, aún con esa lengua mentirosa y esa cara angelical que escondía el alma de una arpía.

—¿Qué es lo que quieres de mí? Si soy tan asquerosa y traicionera, déjame ir —suplicó ella entre sollozos; su pecho subía y bajaba descontrolado.

—Nunca —saboreó la palabra—. Jamás te vas a librar de mí. Seremos miserables, juntos, los dos, hasta el fin de nuestros días.

—¡Eres un enfermo! —Mía volvió el rostro a la pared blanca.

—Qué bueno que lo mencionas —una sonrisa cruel le retorció los labios—. Pronto tendré la cabeza de tu amante colgada en la pared de mi despacho.

Las pupilas de Mía se contrajeron. Claro que Adriel sería capaz de eso y más.

—A-Adriel, míranos —le dijo en un hilo de voz sin tener contacto visual—. Esto es una mierd*. Firma el divorcio. Déjame ir, por favor.

La poca distancia desapareció con cuatro simples pasos que dio hacia ella.

Con una de sus manos, Adriel rodeó el cuello de su esposa.

—¿Qué tiene él que no tenga yo? —su pelvis se inclinó hacia el vientre de Mía, y con la mano libre recorrió la curva de su cadera sin pudor.

—¡Suéltame! —pidió ella con firmeza.

—¿La tiene más grande que yo acaso? ¿Te follaba más duro? ¿Qué es lo que él te dio que yo no pude? —la última pregunta salió llena de impotencia.

Había sido un hijo de puta al comienzo, lo reconocía, pero después, al darle forma a sus sentimientos, le bajó el cielo, la luna y las estrellas. Y no hablaba de promesas huecas. Pagó sus deudas, la llevó con el mejor cirujano para arreglar su problema en la cadera. Mantenía a su madre y a su hermano.

Si ella se lo pedía, él se hubiera arrancado el corazón sin titubear.

—¡Basta! —exclamó ella, y al removerse para soltarse de su agarre, el sonido del bastón al caer retumbó en el comedor.

Adriel la soltó. Mía se tambaleó por unos segundos antes de caer de nalgas. Arrugó la frente y cerró los ojos. El golpe fue duro; en unas horas, el dolor sería insoportable.

—Ahí es donde debes estar, Mía, en el suelo. Como la vil cucaracha que eres —le sonrió con burla y se inclinó en su dirección—. Nunca te vas a deshacer de mí. Nos vamos a amargar el uno al otro. Vas a maldecir el día que nos conocimos, tanto como lo hago yo.

Desplegar
Siguiente Capítulo
Descargar

Último capítulo

Más Capítulos

Também vai gostar

Novelas relacionadas

Nuevas novelas de lanzamiento

Último capítulo

No hay comentarios
6 chapters
001 Su condena
002 Lo que sea para no estar contigo
003 Secuelas
004 Un error
005 Mucha información
006 Una mujer divorciada
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP