Poison Apple es uno de los burdeles de la ciudad. Allí Bianka es vendida por su madrastra a un hombre desconocido, solo que él no cuenta toda su verdad. Ella será su sirvienta pero también la de sus seis hermanos. Era simple, lavar, limpiar y cocinar para siete hombre, pero todo se complica cuando empieza a desearlos en secreto.
Leer másGerión SnowAndrés Snow estaba muriendo. El hombre que había criado y educado a siete muchachos como si fueran sus hijos, estaba postrado en un cama, listo para recibir a la muerte.No habíamos dormido nada, expectantes a lo que pudiese pasar, porque una vez que nuestro padre dejara este mundo, nuestras vidas cambiarían para siempre.—¿Y si muere y Caelus no llega? —preguntó Balios. Llevaba rato caminando de un lado a otro con impaciencia. Andrés había pedido la presencia de los siete para darnos su última orden. Pero Caelus era militar y pasaba la mayor parte de su vida fuera de casa. Tuve que usar mucho dinero para que finalmente mi hermano fuese libre de las milicias y regresara a casa.—Entonces tendremos al fantasma de Andrés Snow caminando por estos pasillos —dijo Austros con una sonrisa.Deimos lo miró como mala cara, como si este no fuera un momento para sus bromas. Pero todos sabíamos que Austros podía bromear incluso muriendo. La puerta de la habitación de nuestro padre se
La chica frente a mi finalmente cierra esa agenda color lila que tanto me ha molestado ver durante estos meses y me mira con el rostro satisfecho. Sonrío al ver que he logrado complacerla y me acomodo en el sillón. Doy un último trago a mi vaso de wiskey y lo pongo en la mesita que está mi derecha.—Eso sería todo —le digo.—Muchas gracias por eso, señora White —me dice con amabilidad.—Puedes llamarme Bianka.Ella asiente y se pone de pie, mientras comienza a guardar sus cosas en su mochila.—Le enviaré el borrador del libro para que apruebe su publicación...—comienza a explicarme pero la interrumpo.—Confío en ti, estoy segura de que harás un buen trabajo, no quiero leerlo.Suficiente había tenido con vivirlo en carne propia y tener que contarle cada detalle de ello a una desconocida. Ella asiente sin añadir algo más.—¿Necesitas que alguno de mis hombres te llevé a casa? —pregunto por cortesía, ya se cual es su respuesta.—Mi novio está esperando fuera.Asiento y la acompaño a la p
—Podemos hacer esto de dos maneras, Bianka —dijo Poll—. La sana: te vienes conmigo y les doy una muerte rápida a tus siete imbéciles y ese que no tengo idea de quien. La mala: intentas hacer algo estúpido y ves como los mato a todos lentamente. ¿Qué eliges?—No le hagas nada a Austros, papá —dijo Elena saliendo detrás de los hombres de Poll.Habían llegado varios más corriendo desde distintas parte del bosque , estábamos completamente en desventaja. No podía permitir que le hiciera daño a los Snow, pero irme con él, regresar a esa maldita cárcel, dejar que arruine mi cabeza y me convierta en su marioneta, tampoco era otra de las opciones. Miré a mi alrededor en busca de alguna salida. ¿Por qué los Snow no me dieron un arma?—Por mucho que pienses no hay salida para esto —Poll volvió a hablar—. ¿Sabes qué? Creo que tengo que darte un incentivo.Hizo una seña a uno de sus hombres. El disparo hizo eco contra la montaña y el grito escapó de mis labios de inmediato mientras cerraba los ojo
Mi hermosa Bianka.Este libro es para ti.Para que vivas un cuento de hadas en tu imaginación.El verdadero mundo es diferente, mi niña.Espero que seas valiente y que nunca dejes ganar al villano de tu cuento.Las manos me temblaban mientras sostenía el cuento infantil. ¿Por qué Delle había retenido esto tanto tiempo? Nunca me lo dió mientras viví en el burdel. Había olvidado por completo que existía este libro que mi madre leía cada noche antes de llevarme a dormir. Solo tuve que verlo en las manos de Elais para que el corazón se me quisiera escapar del pecho.Abrí la primera página y el cuento inició. El libro era tan hermoso, lleno de ilustraciones de Blancanieves, la bruja malvada, el palacio, los bosques. Una extraña sensación de añoranza me llenó mientras leía y las lágrimas caían. Escuchaba la voz de mi madre en mi cabeza, el crepitar de una chimenea y el ruido de los árboles siendo movidos por el viento."Blancanieves huyó del cazador y se aventuró al bosque."La palabra caz
ElaisEl sonido de la puerta de la habitación de Bianka al cerrarse hizo eco en las paredes de la casa. Los papeles con sus resultados en la mesa y esa sensación de tristeza instalándose de inmediato en mi pecho.—¿Esto es cierto? —preguntó Caelus levantando los papeles hacia Malik. Este asintió.—El doctor al que pagué pudo conseguir todo el registro de Bianka —nos dijo—. Poll le hizo la operación y no solo eso, Bianka estuvo sedada durante los dos meses que la tuvo secuestrada, por eso no recuerda absolutamente nada. —Quería volverla loca —dijo Deimos—. Es la forma más fácil. Llevarla ante un juez cuando estuviese lo suficientemente sedada como para no saber ni su nombre y pedir una custodia sobre ella y todos sus bienes.Vi como Gerión tomó una profunda respiración intentando controlar sus impulsos. Solo Dios sabía lo que iba a pasar con Poll el día en que estuviese en las manos de mis hermanos, o las mías. Nuestro padre había dejado en claro antes de morir que debíamos encontra
«¿Alguna vez te preguntaste cómo caminarías luego de haber pasado la noche con siete hombres?»Lo más probable es que esa idea nunca pasase por la cabeza de una persona común y corriente. Porque vamos...¿Una mujer y siete hombres? Solo alguien como yo podía encontrarle sentido a lo que estaba viviendo y a lo que mi cabeza y corazón quería. Cuando abrí los ojos y los vi a todos allí conmigo supe que no existía otro lugar en el mundo en el que quisiera estar. Intenté moverme y un dolor agudo recorrió mis músculos. Cada centímetro de mi cuerpo protestaba: las caderas por el uso brutal de Balios, las muñecas por las ataduras de Deimos, el interior de mis muslos por la barba de Austros. Hasta la lengua me dolía.«¿Cuántas veces la había mordido para no gritar?»—Parece que alguien finalmente despertó —Gerión murmuró contra mi hombro, su voz áspera por el sueño. Intenté responder, pero solo salió un gemido cuando intenté sentarme. Las piernas me temblaron como un cervatillo recién naci
Último capítulo