Gerión Snow
Andrés Snow estaba muriendo. El hombre que había criado y educado a siete muchachos como si fueran sus hijos, estaba postrado en un cama, listo para recibir a la muerte.
No habíamos dormido nada, expectantes a lo que pudiese pasar, porque una vez que nuestro padre dejara este mundo, nuestras vidas cambiarían para siempre.
—¿Y si muere y Caelus no llega? —preguntó Balios.
Llevaba rato caminando de un lado a otro con impaciencia. Andrés había pedido la presencia de los siete para darnos su última orden. Pero Caelus era militar y pasaba la mayor parte de su vida fuera de casa. Tuve que usar mucho dinero para que finalmente mi hermano fuese libre de las milicias y regresara a casa.
—Entonces tendremos al fantasma de Andrés Snow caminando por estos pasillos —dijo Austros con una sonrisa.
Deimos lo miró como mala cara, como si este no fuera un momento para sus bromas. Pero todos sabíamos que Austros podía bromear incluso muriendo.
La puerta de la habitación de nuestro padre se