Balios
—¿Quién va a buscarla? —preguntó Deimos cruzándose de brazos—. Lleva mucho tiempo en el baño.
Los observé a todos con sus rostros preocupados, excepto Gerión, él sabía como ocultar sus emociones pero por dentro seguramente estaba a punto de salir tras el estorbo. Solté un bufido y terminé el trago que sostenía en mi mano, puse la copa en la mesa y caminé dispuesto a buscarla. No tenía más remedio, después de todo, cada uno de mis hermanos tenía un papel importante que cumplir está noche, menos yo, como siempre.
—Yo la busco —anuncié.
Caelus se acercó a mí.
—No la trates mal, Balios, sabes bien…
Odiaba tanto que se tomarán tantas molestias por una estúpida mujer. Rodé los ojos intentando tener paciencia y lo interrumpí.
—Que si joder, ya dejen el maldito estrés por Bianka.
Me alejé de ellos a paso rápido, maldiciendo en mi mente el jodido momento en que Bianka White se apareció en nuestras vidas y todo se volvió tan desastroso. Sólo sabía causar problemas y ahí iban mis hermano