Mis planes eran simples. Irme a Londres a una escuela de música y explotar al máximo mis dotes como cantante. ¿Que planes tenían mis padres? Enviarme a una escuela en los sin fines del mundo dirigida por una abuela que jamás he visto, mientras ellos se van dos años de luna de miel a viajar por el mundo. ¿Qué es lo peor? Es una escuela para príncipes y princesas. ¿Qué planes tenía mi abuela? Casarme con uno de esos niños ricos. Pero yo, antes muerta que princesa
Leer másCuando entré al comedor junto a Adele casi me da un infarto. La elegancia era extraordinaria. Parecía un restaurante de cinco estrellas, con mesas de cristales y sillas con reposabrazos. Comencé a buscar el lugar donde estaban las cocineras que servían el almuerzo como en mi antigua escuela, pero todo el salón estaba repleto de mesas y personas platicando en voz baja, ni rastro de ellas. Mi nueva amiga me tomó del brazo y juntas caminamos hacia una mesa vacía. Al instante un chico vestido de negro se acercó a nosotras dejando dos carpetas, una para Adele y otra para mí. Miré el objeto con confusión y el chico disimuló una sonrisa al ver mi actitud.—¿Esto qué es? —le pregunto a Adele que suelta una pequeña carcajada.—El menú de hoy, elige lo que desees.Mi cara debe haber sido muy chistosa porque ella empieza a reír con ganas. Estoy acostumbrada al comedor de mi escuela donde luego de hacer una larga fila las cocineras sirven tu bandeja y procedes a sentarte en una mesa repleta de ot
Comienzo a protestar internamente cuando escucho movimiento a mi alrededor, mientras en mi sueño algún chico desconocido cuyo rostro no puedo formular, toca una guitarra y canta mientras juntos vemos el atardecer. El ruido se sigue escuchando y me remuevo en mi cama intentando no despertarme.«¿Por qué mamá hace tanto ruido para recoger la ropa sucia?».Mi subconsciente me lanza flashes de lo que ha pasado en mi vida en las últimas setenta y dos horas: mis padres dándome la noticia, mi despedida catastrófica, el avión, los secuestradores. Abro mis ojos asustada, pero los vuelvo a cerrar al instante debido a la luz del sol que entra por las grandes ventanas que me deja chocada.—Buenos días, alteza. —Escucho a alguien decir.—¿Puede cerrar las cortinas? —le pido a quien sea que me hable.En cuanto siento el sonido de las ventanas me lanzo de la cama de un tirón a la defensiva. Sé que debo buscar las posibles salidas y encontrar a mi hermana, escapar juntas y llamar a la policía. Me en
"Háganle caso a la abuela"Es la última frase de mamá antes de que Angie y yo subamos al avión con destino a Nardinkanth y también la única frase que me dirigió desde la noche anterior cuando llegué a casa borracha en compañía de un chico desconocido.Prácticamente no recuerdo nada, sé lo sucedido gracias al enorme sermón que me dio papá diciendo que era una irresponsable y que habían hecho bien en no dejarme sola en casa. Tuve suerte de que ese chico —del que no recuerdo absolutamente nada—, fuera alguien decente y me llevara sana y salva a casa, cosa que papá recalcó unas ochenta veces en medio de su parloteo. Según Angie era muy guapo, que bueno que tengo laguna mental de lo que ocurrió con él porque seguro hice el ridículo un montón de veces.Ir a vivir un tiempo con mi abuela es el último de mis deseos, pero aquí voy, en un avión rumbo a su absurda escuela. La música en mis auriculares se detiene y la alarma avisando que ha muerto la batería hace que suelte un bufido. Miro a la
Horas antes de la borrachera..."Sé parte de la manada"Es la frase que siempre me dice papá en sus típicos sermones para que me integre a la familia y sea como ellos. «¿Qué pasa si quiero ser un coyote solitario, seguir mi propio rumbo, mis metas y sueños, que nada tienen que ver con lo que quiere la manada? ¿Por qué ese afán de nuestros padres para convertirnos en una copia de ellos mismos?».Ni siquiera comprendo su insistencia por la perfección cuando a nuestro alrededor todo es un épico desastre. Mi madre, Lara, ni siquiera pertenece a esta ciudad o país, nació en no sé qué sitio del mundo cuyo nombre nunca recuerdo, se supone que tiene una madre y una hermana a las que nunca he conocido y de las que nunca habla. Tampoco es que me dé curiosidad saber algo sobre ellas, si no las menciona es por algo.Mi padre, Alfred, es el peor. Mis abuelos, los Toscano, son una de las familias más poderosas de la ciudad, mi padre es su mayor decepción. Mientras, Alessandro, mi tío, fue un gran
La mayoría de los libros que he leído inician con la típica escena donde la chica se despierta, los rayos de sol entran por la ventana, ella bosteza y abre sus ojos. Luego describe meticulosamente su perfecta habitación. Su cabello sedoso y mágico siempre se le acomoda en ondas maravillosas, su madre la llama para desayunar y menciona que tiene un hermano comprensivo y amable que la lleva a clases cada día.¡Para nada!Eso es meramente ficción y tampoco va con mi vida. No tengo nada que ver con un libro de los que me regala papá, en el que todo es romance y flores. Donde la chica se enamora de un desconocido que es perfecto y el amor triunfa. Esto es la vida real, que para nada se parece a la ficción. Los cuentos con finales felices y príncipes azules solo sirven para idealizar una vida perfecta que nunca conseguiremos tener, para crearnos aspiraciones que por mucho que luchemos nunca podremos conseguir. Mi historia no comienza con ese mágico amanecer, en absoluto, comienza con la p