Miro tranquilamente como Korra camina de un lado a otro por el pasillo de su oficina mientras Angie y yo la seguimos con la vista. Llevamos toda la mañana reunidas con ella, los demás estudiantes se encuentran en el gran salón en un debate con todos los profesores, algunos con Celia en su oficina firmando la expulsión de la escuela. Han descubierto las salidas clandestinas y todo era un gran caos de regaños, expulsiones y castigos.
—Entonces nunca salieron a escondidas —vuelve a cuestionar y Angie asiente.
Mi hermana está algo rara, no ha hablado mucho desde que llegamos, ni ha intentado defenderse, se limita a responder lo que maléfica pregunta y bajar la mirada a cada rato, le pasaba algo y estaba totalmente segura de que no iba a quedarme con la curiosidad.
—¿Tú tampoco Evangeline?
—Ya te he dicho cuatro veces que no, Korra —me mira molesta por haberla llamado por su nombre—. ¿Puedes liberarnos, por favor?
Estoy segura de que no tiene pruebas de mí salida anoche, sobre todo porque