Mundo ficciónIniciar sesión
Mi biblioteca
  • PARTICIPA Y GANA Concurso
  • Português
  • Para autores
    Recompensas de autoresPara autores
  • Ranking
  • Navegar
    Todos
    Paranormal
    Ciencia Ficción
    urbano
    Hombre-lobo
    Clásico
    Suspenso
    Oriental
    Historia
    Otros tipos
    Romántica
    Fantasía
    Personajes Sobrenaturales
    Acción
    Realista
    Mística
    Chick Lit
    LGBT
    Guerra
    Adolescente
    Crimen
  • Inicio
InicioLa Esposa sustituta del Magnate
La Esposa sustituta del Magnate

La Esposa sustituta del Magnate ES

Romántica
Tory Sánchez  Completo
goodnovel16goodnovel
10
Reseñas insuficientes
88Capítulos
384.0Kleídos
Leer
Añadido
compartir: 
  • Copiar
Denunciar
Resumen
Índice

Sinopsis

ComediaArroganteJefe / CEORomanceDominanteMatrimonio por contratoNovia sustituta

Arturo Montecarlo de Mendoza, es un prestigioso magnate de la aerolínea más importante de la ciudad de Madrid. A sus treinta y cinco años y con un matrimonio fallido a cuestas, es un hombre que ya no cree en el amor y lo único importante de su vida es su hijo, Alejandro, un pequeño de siete años que lo llevará a encontrarse cara a cara con el pasado. Paula Madrigal, es una joven que se gana la vida como maestra en uno de los colegios más prestigiosos de la ciudad. El destino la ha puesto en el camino de Alejandro, quién en su inocencia la confunde con su madre. Lo que llevará a la joven Paula a conocer al feroz magnate, quien al ver el parecido que existe entre la maestra y su exesposa, le propone un contrato matrimonial. Un matrimonio que les traerá beneficio a ambos, Paula saldará sus múltiples deudas y le comprará la casa que le prometió a su abuelita y Arturo conseguirá una madre para su hijo. Lo que ninguno de los dos imagina es que terminaran enamorándose en medio de aquel contrato.

Leer más
La Esposa sustituta del Magnate Novelas Online Descarga gratuita de PDF

Último capítulo

  • Capítulo ochenta y siete. Epílogo

    Epílogo Paula miró el nuevo cuadro que adornaba la sala de su casa, había sido un trabajo maravilloso y exquisito de Gerald Petit, uno de los pintores más reconocidos de Francia.—Es hermoso, el cuadro perfecto de una familia feliz —musitó Arturo tomando la cintura de Paula por la espalda.—Lo es —convino Paula mordiéndose el labio.—¿Qué pasa, cariño? —preguntó el magnate al darse cuenta de la tensión en los hombros de su esposa.—¿Qué harás con el cuadro de Pía? —preguntó.Arturo la hizo girar entre sus brazos, sus miradas se encontraron, él apartó el mechón de su rostro y besó sus labios.—¿Qué quieres hacer con él? —le preguntó como respuesta.—¿Qué?—Eres tú quien decide qué hacer con él, Paula —respondió ante la interrogante.—¿Crees…, crees que Domenico apreciaría tenerlo en Italia? —preguntó con duda.—Quizá sería un buen regalo para Paolo —dijo.Paula acarició el rostro de Arturo, le dio un corto beso en la mejilla y le sonrió.—Estoy segura de que lo apreciará mucho, es una

  • Capítulo ochenta y seis. Gracias por existir

    Gracias por existirUn ligero gemido escapó de los labios de Paula aquella mañana, mientras sentía un cosquilleo recorrer su cuerpo, la piel se le erizó al sentir los cálidos labios de Arturo deslizarse por su columna vertebral, sus manos recorriendo cada rincón de su cuerpo, hasta llegar al centro de su placer.—¿Qué haces? —preguntó con voz ligeramente cansada, pero cargada de pasión y deseo.—Quiero hacer hacerte el amor… —susurró bañando con su aliento cálido el oído y rostro de Paula.—¡Lo hemos estado haciendo casi toda la noche! —expresó Paula sin apartarse del toque ni de los labios de su esposo.—No cuenta, apenas el reloj ha marcado la media noche es un nuevo día —refutó Arturo complacido.Paula dejó escapar una ligera carcajada antes sus palabras.—Era audaz, pero no me has convencido —dijo entre risas.—¿Aún no? —preguntó el hombre, dejando suaves besos y mordidas sobre el hombro desnudo de Paula.—No…—¿De verdad? —insistió.Paula asintió, mientras dejaba escapar, un son

  • Capítulo ochenta y cinco. ¡Eres la mujer perfecta!

    ¡Eres la mujer perfecta!Paula abrió los ojos horas más tarde. Arturo la había convencido de ir a la cama y ella no pudo negarse, había estado en un avión por más horas de las jamás había estado en toda su vida; pero no sabía que necesitaba estar en la cama hasta que puso su cabeza en la almohada y se quedó profundamente dormida en compañía de Arturo y de sus hijos.—¿Mejor? —preguntó Arturo entrando con una bandeja de frutas y jugos.—Mucho mejor, gracias —dijo un tanto tímida.—¿Qué pasa? —le cuestionó Arturo.—Nada, no pasa nada.—Paula…—Estoy bien, te lo aseguro —dijo mirando a Leticia y Alejandro.—¿Quieres comer algo? —cuestionó sentándose a su lado.—Me encantaría, también quiero visitar a Carolina —dijo.Arturo asintió, él también quería hacerlo, con todo lo ocurrido ni siquiera le dio tiempo de felicitar a Diego por el nacimiento de su hija.—Carolina dio a luz —contó Arturo.—¿Qué? ¿Cómo que dio a luz? —cuestionó Paula sentándose junto a su esposo—. Ella apenas tenía siete

  • Capítulo ochenta y cuatro. Cuadro familiar

    Cuadro familiar«Fui yo, yo secuestré a tu esposa…»«Yo secuestré a tu esposa…»Arturo miró todo rojo al escuchar aquellas palabras, salir de los labios del hombre que tenía la osadía de pararse delante de él y decirle, sin ninguna pena, que era el secuestrador de Paula. La ira se abrió paso por su cuerpo, el dolor y el miedo que sintió ante la desaparición de su esposa, fue un detonante y sin mediar palabra golpeó el rostro de Domenico con rudeza enviándolo al piso.Arturo se lanzó sobre el hombre, quien no se defendió en ningún momento.—¡Arturo! —gritó Paula al darse cuenta de que su marido era muy capaz de matarlo allí mismo—. Escucha lo que tiene que decirte —pidió ella.Arturo la miró con los ojos furiosos.—¿Qué es todo esto? —preguntó.—Hay algo que tienes que saber —le dijo Paula acercándose a él.—¡Te secuestró! ¡No puedes defenderlo! —gritó preso del enojo que corría por cada rincón de su cuerpo.—No estoy defendiendo a nadie y a él menos, pero por favor, escucha —insistió

  • Capítulo ochenta y tres. Fui yo

    Fui yo El trayecto de la isla Cos a Atenas fue en un sepulcral silencio, Paula no dejó de pensar en todo lo que había descubierto. La vida de Pía fue peor de lo que ella se hubiese podido imaginar, los Zambrano le habían hecho algo imperdonable. Mentirle sobre su hijo, hacerlo, pasar por muerto, era lo peor que le podían hacer a una madre. A Pía le habían hecho lo mismo que le hicieron a su madre. Mientras a ellas las habían separado y crecido sin saber de su la existencia de la otra, vivieron ajenas a aquella verdad. Paula no podía siquiera llegar a imaginar el dolor que su hermana vivió al enterarse de que su bebé había muerto, no podía imaginar el infierno que debió vivir a tan corta edad, porque si sus cuentas no fallaban, Pía debía tener entre diecisiete y dieciocho años cuando dio a luz a Paolo. Quizá ese era el verdadero motivo que cambió a Pía y la convirtió en la mujer que era al momento de su muerte. Paula dejó de pensar en el momento en que aterrizaron en Atenas, imagi

  • Capítulo ochenta y dos. Te llevaré a casa

    Te llevaré a casa«Sé mía por una noche…»Paula miró horrorizada al italiano, ¿de verdad le estaba pidiendo una noche con él a cambio de su libertad? ¿Qué clase de hombre pediría tal cosa a una mujer que, ha dicho, no es la mujer que él piensa?—¡Estás completamente loco, Domenico! ¡Primero muerta que caer entre tus brazos! —gritó alejándose de él.Paula sintió una fuerte opresión en el pecho, si tenía que morir y no volver a ver a Arturo y a su familia, estaba dispuesta a hacerlo, pero jamás ¡JAMÁS! Le sería infiel a Arturo. No tendría cara para mirarlo a los ojos y seguir viviendo su vida, sabiendo que se entregó a otro hombre…—Escucha, cara.—No soy cara, no soy Pía. ¡Soy Paula! ¡Paula! —gritó con rabia. La esposa del magnate se mostró fuerte y decidida, si iba a morir no se lo pondría fácil y si podía llevárselo con ella lo haría sin duda.—No te estoy pidiendo sexo —dijo él con el ceño fruncido.Paula lo miró confundida.—¿Qué?—No te estoy pidiendo que te entregues a mí de esa

  • Capítulo ochenta y uno. Somos hermanas

    Somos hermanas «¡Hemos encontrado a Aarón Mondragón!»«¡Hemos encontrado a Aarón Mondragón!»Aquellas palabras acompañaron la incertidumbre de Arturo Montecarlo por varias horas ese día, encontrarlo no era lo mismo que tenerlo en un calabozo. Tenía que esperar y ser paciente, pero ¡Joder! No podía ser paciente cuando se trataba de Paula, eran muchos días sin verla, demasiado tiempo.—Trata de calmarte, Arturo, dejarás una zanja en el piso —pidió Diego, el hombre no se había movido de la casa Montecarlo desde que llegó.—No puedo estar tranquilo, no sé lo que pasó con Mondragón, la policía no llama, ¡no dice nada! —dijo caminando al ventanal con la esperanza de ver alguna patrulla llegar—. ¡Debieron permitirme ir con ellos! —expresó con frustración.—No está permitido —dijo Diego.—¡Pues, su silencio no ayuda en nada!Diego suspiró, estuvo a punto de decir algo, sin embargo, no llegó a pronunciar ni media palabra, porque Arturo se alejó de la ventana y corrió a la puerta para abrir an

  • Capítulo ochenta. Lo encontramos

    Lo encontramos«Bienvenida a tu nuevo hogar, querida Pía…»«Querida Pía»¿Pía?Paula negó, intentó hablar, pero no pudo pronunciar palabra alguna. Su garganta estaba seca y lo único que salió de sus labios fue un gemido lastimero.—No te angusties, estás en buenas manos —dijo el hombre.Paula trató de enfocar su mirada de nuevo sobre el tipo, él tenía una barba bastante espesa, que cubría gran parte de su rostro; Paula podía jurar que lo había visto antes, pero no sabía exactamente donde, su memoria estaba confusa y los latidos alocados de su corazón no le permitían pensar.—Sé que ha pasado mucho tiempo, querida, pero no creí que perdieras la capacidad de hablar al verme —sonrió.Paula pasó la poquita saliva que tenía en la boca, la garganta le quemó a fuego vivo, ¿Qué era lo que le habían hecho?La pregunta llenó de temores el corazón de la mujer.—N-no soy Pía —susurró en tono bajo.—¿Qué has dicho? —cuestionó el hombre acercándose a ella, tanto que Paula decidió cambiar sus palabr

También te gustarán

  • Cuando Sus Ojos Abrieron
    Cuando Sus Ojos AbrieronSimple Silence5.8M leídos
  • Esposa Pecadora
    Esposa Pecadora Sixteenth Child3.8M leídos
  • Déjeme ir, Sr. Hill
    Déjeme ir, Sr. HillSuperficie del Sur3.3M leídos
  • La Heredera Divorciada Billonaria
    La Heredera Divorciada BillonariaQuiero comer carne3.0M leídos
  • La Pequeña Novia del Sr. Mu
    La Pequeña Novia del Sr. MuGato con sabor a limón2.4M leídos
  • Destinada al Alfa
    Destinada al AlfaJessicahall2.3M leídos

Libros interesantes del mismo período

  • Madre por Contrato
  • Niñera para el CEO
  • Común y Corriente
  • Déjame amarte solo a ti
  • Madre por Contrato
  • Niñera para el CEO
  • Común y Corriente
  • Déjame amarte solo a ti
Comentarios Deje su reseña en la aplicación
No hay comentarios
88 chapters
Prefacio
La Esposa sustituta del Magnate /Tory Sánchez
Prefacio El florero se estrelló con fuerza contra la pared, rompiéndose en varios pedazos. Llamando la atención de los amantes que se revolcaban en la cama de aquel hotel.La rabia corrió por sus venas como lava ardiente, el dolor se instaló en su corazón. Arturo Montecarlo de Mendoza, no podía creer lo que sus ojos estaban viendo.¡Su esposa, la madre de su hijo, la mujer que más amaba en la vida, en brazos de su mejor amigo!Para Arturo no había traición más cruel y dolorosa que ver a Pía y Julián haciendo el amor, como si fuesen dos personas libres.—¡Arturo! —gritó Pía al descubrir a su marido viéndola con ojos asesinos—. No es lo que parece —dijo.—¿No es lo que parece? —preguntó con rabia—. ¿No es lo que parece? —había burla en su voz—. Imagino que se te ha perdido un par de pelotas y estás jugando a encontrarlas.—Arturo…—Será mejor que te largues, Julián, y no vuelvas a poner un solo pie en mi casa, aléjate de mi hermana para siempre —gruñó.—¡No puedes hacerle esto a Isabel
Leer más
Capítulo uno. ¡Mamá!
La Esposa sustituta del Magnate /Tory Sánchez
¡Mamá!Arturo observó el retrato que adornaba la sala principal de la mansión Montecarlo de Mendoza. Era el retrato de una mujer que no se merecía la pleitesía y la adoración que su hijo sentía por ella; pero Alejandro era un niño y él jamás le envenenaría el alma hablando mal de su madre, era mejor que la recordara con cariño, después de todo, Pía estaba muerta…—No sé por qué insistes en esconder la verdad sobre esa mujer, Arturo, no podrás engañar a Alejandro toda la vida, él crecerá y se dará cuenta de que le has mentido.Arturo apartó la mirada del cuadro de Pía para ver a su madre.—Jamás le diré la verdad, mamá. Alejandro no tiene la culpa de haber tenido la madre que tuvo, en todo caso el único responsable fui yo, por necio, por empeñarme en convertirla en mi esposa a pesar de no pertenecer a mi círculo social —respondió el hombre con más brusquedad de la necesaria.Para Arturo recordar el pasado era como beberse de nuevo el trago amargo de la traición sufrida.—Te estás equiv
Leer más
Capítulo dos. Le propongo un trato
La Esposa sustituta del Magnate /Tory Sánchez
Le propongo un tratoPaula miró al hombre fijamente, la había llamado ¿Pía? ¿Quién demonios era Pía?...—Lo siento, señor, me temo que está usted confundiéndome con otra persona —dijo la muchacha con seriedad.—¿Piensas que soy idiota? —preguntó con los dientes apretados.Paula bajó la mirada hacia el pequeño, quién se aferraba a su pierna, como si temiera que fuera a desaparecer. La joven pasó saliva.—Responde, maldita sea —gruñó Arturo en tono bajo al darse cuenta de que no podía mantener esa conversación con su hijo presente, pero estaba cegado por la ira.—Sí.—¿Perdón? —Arturo no podía creer que le dijera idiota.—No sé quién es Pía y no estoy interesada en saberlo. Mi nombre es Paula Madrigal, soy maestra de primer año en este colegio. ¿Necesita revisar mis credenciales? —preguntó la mujer con el ceño fruncido.Arturo la miró detenidamente, su primera impresión había sido suponer que se trataba de Pía Zambrano, su exesposa. Algo que no era posible, la arpía de Pía había muerto
Leer más
Capítulo tres. Acorralada
La Esposa sustituta del Magnate /Tory Sánchez
Diego Álvarez se quedó de piedra al escuchar la petición de su amigo.—¿Te has vuelto loco? —preguntó.—No. —Arturo giró su silla para no mirar a su abogado y amigo.—¿No? Permíteme ponerlo en duda, Arturo, no puedes hacer esto, ¡es ilegal! —gritó el hombre poniéndose de pie.—No es ilegal, si la otra parte está en pleno uso de sus facultades mentales y firma voluntariamente…—¿Voluntariamente? ¡Maldición, Arturo, no puedes hablar en serio! —el abogado caminó de un lado a otro en la oficina.—Estoy hablando muy en serio, quiero que redactes un contrato de matrimonio, necesito una madre para mi hijo, y Paula Madrigal ha sido la elegida —aseguró.—Si hubiese tenido conocimiento de tus intenciones cuando me pediste que la investigara, no lo habría hecho. No puedes coaccionar a una persona de esta manera y menos utilizarla para tu conveniencia.—Puedo y lo haré, por Alejandro soy capaz de eso y de mucho más.—Paula no es su madre, Alejandro no necesita una sustituta que solamente se parez
Leer más
Capítulo cuatro. Contrato matrimonial
La Esposa sustituta del Magnate /Tory Sánchez
«Quiero una madre para mi hijo y usted ha sido la elegida…»«Usted ha sido la elegida…»«Usted ha sido la elegida…»Aquellas palabras se repitieron como un mantra en la cabeza de Paula, ¿La elegida?—¡Está usted completamente loco, señor Montecarlo! ¿Quién se cree que es? —preguntó Paula inflando los cachetes de enojo.—Soy un padre que busca la seguridad y felicidad de su hijo, y usted una nieta que desea cuidar de su abuela y darle lo mejor.Paula apretó los puños con fuerza sobre el mantel de la mesa.—Ni siquiera me conoce —musitó con dientes apretados.—La he investigado, he leído por horas su historia, siento que es todo lo que necesito saber.—Es usted un arrogante, ¿piensa que su dinero puede comprarlo todo, incluso una madre para su hijo? —preguntó poniéndose de pie.—Sí.—Idiota —susurró Paula lo suficiente alto para que él escuchara y lo suficiente bajo para que nadie más lo hiciera.Paula tomó su bolso y salió del local, no quería voltearse para ver al niño, a pesar de que
Leer más
Capítulo cinco. Ten cuidado con lo que haces
La Esposa sustituta del Magnate /Tory Sánchez
Paula suspiró al escuchar el sonido de su despertador, maldijo en tono bajo, no tenía ganas de ponerse de pie. No deseaba enfrentarse con Arturo Montecarlo y tenía miedo de evadir a Alejandro.El niño era el más inocente en todo aquel embrollo que se había armado. Explicarle que ella no era su madre, era difícil, pero aceptar ser la esposa del magnate era una reverenda locura, un sin sentido.Ella no conocía nada del hombre, ¡apenas se habían visto ayer!—¡Paula, cariño, se te hará tarde! —la voz de su abuela, le recordó que no podía darse el lujo de faltar a su trabajo, ella tenía prohibido rendirse.La joven hizo acopio de toda su fuerza de voluntad, salió de la cama, se dio una rápida ducha, se vistió con prisa para desayunar con su abuela. Era el único momento del día que compartía con ella.Media hora después se despidió de su abuela, se preparó para enfrentarse con lo que sea que el destino le tenía preparado para hoy. El destino o específicamente Arturo Montecarlo de Mendoza, p
Leer más
Capítulo seis. Chantaje
La Esposa sustituta del Magnate /Tory Sánchez
Había pasado una nueva semana, una semana más que Paula demostraba su firme decisión de no acceder al chantaje del magnate, algo que estaba enloqueciendo a Arturo.—No podrás con ella —dijo Diego y el regocijo en su voz no pasó desapercibido para Arturo.—¿Eres mi amigo? —se atrevió a preguntar.—Lo soy, pero me alegro de saber que Paula no es tan fácil de doblegar como creías, cuatro semanas, casi cuatro semanas. Me temo que, si insistes, la joven maestra se convertirá en la horma de tus zapatos —dijo con seriedad el abogado—. Basta con ver lo loco que te trae.Arturo miró a Diego, se puso de pie y salió de la oficina dando un sonoro portazo. Paula había estado resistiéndose, pero no lo haría más.Mientras tanto, Paula terminó su clase, se despidió de sus alumnos y esperó a que Arturo fuera por Alejandro, pero los minutos corrieron y el hombre brillaba por su ausencia.—Aparte de arrogante, también es un irresponsable —gruñó Paula mirando la hora en su reloj.—Con irresponsable, ¿te
Leer más
Capítulo siete. Ella lo vale todo
La Esposa sustituta del Magnate /Tory Sánchez
«Complace a nuestro hijo»Paula cerró los ojos, se miró al espejo en el servicio, su rostro estaba ligeramente pálido y había ojeras marcadas bajo sus ojos, señal inequívoca de que estaba durmiendo poco, gracias a la presión de Arturo sobre ella.Respiró profundamente antes de salir y dirigirse al salón donde padre e hijo esperaban por ella, había accedido a comer con ellos, porque no tuvo más opciones. Pero no habían logrado convencerla de llevarla a su casa, si ella pudiera evitar vivir en ese lugar lo haría.«No te engañes, Paula, no puedes negarte o ese hombre se llevará tu vida y tu futuro por delante, piensa en tu abuela. Ella lo vale todo», aquel pensamiento se repitió como un mantra en la cabeza de la joven, mientras se reunía en salón con su verdugo.Almorzaron en un restaurante típico en el centro de la ciudad, la comida fue amena gracias a la capacidad de conversación del pequeño, Alejandro hablaba hasta por los codos y parecía feliz.Eso debía contar, ¿No?—Hablé con la di
Leer más
Capítulo ocho. Una pequeña venganza
La Esposa sustituta del Magnate /Tory Sánchez
¡Había firmado! ¡Se había convertido en la esposa del magnate y en la madre de Alejandro! Paula no podía creer que lo había hecho.«No te dejó ninguna otra jodida elección», pensó la joven con desagrado.Y era tan cierto, como el hecho de estar sentada en el cómodo y lujoso sillón del camarote que funcionaba como oficina en ese momento.No había tenido elección, si la hubiese tenido, ella estaría muy lejos de aquí.—Gracias, Diego, ahora déjame hablar a solas con mi esposa —ordenó Arturo.«Esposa», la palabra casi le hizo ahogarse.¡Estaba casado de nuevo!—No hay nada que hablar —refutó Paula con enfado.—Diego.El hombre no esperó dos veces y salió del camarote, se dirigió a cubierta, rogando porque su amigo no embarrara más la situación con aquella pobre mujer.Entre tanto, Paula observó a Arturo sin dejarse amedrentar, no iba a temer, lo peor ya se lo había hecho…—Me gustaría que aceptaras cambiarte el nombre —dijo, mientras se apoyaba contra la mesa.Paula lo miró como si fuese
Leer más
Capítulo nueve. Dile que no miento
La Esposa sustituta del Magnate /Tory Sánchez
Dile que no mientoArturo miró fijamente la puerta, como si eso fuese a ayudarle en algo, apretó los puños y salió totalmente enfadado.Estaba perdiendo los papeles.Caminó hasta llegar junto a su amigo y se arrepintió en el mismo momento que se sentó.—¿Qué ha pasado? —preguntó Diego.—¿Por qué? —Arturo se bebió de un solo trago el contenido de su copa.—Pareces un perro apaleado.Arturo iba a responder, pero prefirió no hacerlo, cualquier cosa que dijera a Diego, con seguridad sería usado en su contra, por lo que bajó hasta la piscina y se metió al agua.No iba a poder nadar, pero el agua siempre tenía un buen efecto en él.Las horas fueron pasando, Paula salió del camarote vestida con un pequeño short y un top que dejaba muy poco a la imaginación.Arturo sabía que era un claro desafío, que Paula intentaba provocarlo, pero no iba a conseguir más de lo que ya lo había hecho esa mañana.Luego de una comida en medio de un ambiente hostil, un pequeño yate se acercó. Paula prestó atenció
Leer más
Leer más
  • Quiénes somos

    Sobre nosotrosTérminos de usoPolíticas de privacidad
  • Contacto

    ColaboraciónPalabras clave
  • Redes Sociales

    FacebookFacebook grupoinstagram